Los pacientes ingresados a UCI están sometidos a múltiples factores de riesgo, que los hacen más sensibles a padecer infecciones por gérmenes oportunistas como: Acinetobacter spp. y otros bacilos Gram negativos no fermentadores. En este estudio el 50% de pacientes con aislamientos positivos para Acinetobacter baumannii-haemolyticus procedían de hospitalización y el restante 50% de una UCI de otra institución, y todos estaban expuestos a tres tipos de procedimientos invasivos: sonda vesical, ventilación mecánica y catéter venoso central. Yomayusa et al. (2008) encontró que todos los pacientes con aislamientos positivos por Acinetobacter baumannii, tenían al menos 1 procedimiento invasivo, por lo que sugieren que la presencia de la bacteria está relacionada en un mayor grado a la invasión terapéutica. Diomedi (2005), relaciona la terapia antibiótica previa, la estancia prolongada en UCI, los procesos invasivos, enfermedad grave e infección o sepsis previa, como factores de riesgo relacionados con la colonización e infección por estas bacterias.
Se observó que el 100% de los pacientes colonizados estaban recibiendo terapia antibiótica con piperacilina-tazobactan, el 50 % estaban recibiendo Ceftriazona, tegecilina y Trimetroprim sulfametoxazol. Hernández, García, Yagüe y Gómez (2010) relacionaron la presencia de infección por Acinetobacter baumannii multirresistente, con distintos factores de riesgo, dentro de los que incluyeron el uso previo de antibióticos de amplio espectro fundamentalmente: imipenem, meropenem o piperacilina-tazobactam. Salas et al. (2002) por su parte, reportó que el 95% de los pacientes, incluidos en su estudio, presentaban el antecedente de haber sido tratados en el mes previo con antibiótico de amplio espectro, casi siempre de forma empírica.
El diagnóstico de ingreso también fue una de las variables analizadas y se encontró que de los pacientes colonizados el 50% ingresó con insuficiencia respiratoria y el 50% restante por sepsis. Galvis, Villabón, y Ortiz (2011), reportaron en los pacientes colonizados por Acinetobacter baumanni, una frecuencia mayor de sepsis (71%) y una menor respiratoria (29%), además de otros diagnósticos de ingreso: politraumatismo, neumonías, síndromes mieloproliferativos crónicos, trauma craneoencefálico severo, neutropenia febril entre otras.
La edad avanzada también es considerada un factor de riesgo para la colonización por bacterias oportunistas, en este estudio la edad promedio de los pacientes fue 40 años, mientras que los pacientes con asilamientos positivos por Acinetobacter baumannii-haemolyticus tenían 52 y 69 años. Los resultados obtenidos por Thom, et al. (2010) fueron superiores ya que el reportó en su estudio, que la edad promedio de los paciente fue 68 años, con un rango entre 29 y 88 años, Salas et al. (2002) agregó como factor de riesgo la edad superior a los 65 años, y no coincidieron con respecto a los resultados reportados por Martínez et al. (2011) quien reportó en su estudio que la edad de los pacientes colonizados era significativamente menor (49±17) que los no colonizados (59±15); relacionando esto con los resultados obtenidos, podría suponerse que la edad avanzada, acompañada con otros factores de riesgo, favoreció, en este estudio, la colonización por Acinetobacter baumannii-haemolyticus.
Las cepas encontradas eran sensibles a la tetraciclina en un 100%, continuando con el predominio siguen las penicilinas con los inhibidores de las B lactamasas y la amikacina con un 67% de sensibilidad. García, Aznar, Alarcón y López (2006), reportaron un porcentaje superior de sensibilidad al imipenem en las cepas de Acinetobacter baumannii españolas (94,59%) y chinas (93.33%)
Todos los aislamientos positivos presentaron resistencia al menos a tres clases de antibióticos, evidenciando un verdadero problema de salud pública, ya que esta situación dificulta el tratamiento y el control de la colonización, y predispone a la rápida diseminación. En los perfiles de resistencia observamos una resistencia total a los carbapenem, a una cefalosporina de tercera y cuarta generación y a la ciprofloxacina. Estos resultados son similares a los reportados por Galvis, Villabón, y Ortiz (2011), ellos obtuvieron que el 92.9% (13) de las cepas de Acinetobacter baumannii, analizadas en su estudio, presentaron resistencia al menos a 4 grupos farmacológicos de antibióticos y de estos el 64.28% mostró resistencia a los aminoglucósidos, betalactámicos con inhibidores de betalactamasas, cefalosporinas de segunda, tercera y cuarta generación, y carbapenems.
Es importante destacar la resistencia a los carbapenémicos probados (imipenem y meropenem), que aunque en otros estudios los porcentajes han sido inferiores, como los reportados por Gallego et al. (2007), quien obtuvo que el 57.6% de la población total eran resistentes al meropenem y el 60.8% al imipenem, se refleja el crecimiento de la resistencia antibiótica de Acinetobacter baumannii y de manera preocupante la resistencia a los carbapenémicos, que son considerados uno de los tratamientos eficaces frente a las infecciones causadas por Acinetobacter spp.
Tabla 1. Susceptibilidad de Acinetobacter baumannii-haemolyticus
Antibióticos – Cepas Resistentes – Cepas Intermedias – Cepas sensibles
- Amicacina – 0% – 33% – 67%
- Ampicilina –sulbactam – 33% – 0% – 67%
- Piperacilina-tazobactam – 33% – 0% – 67%
- Ceftazidima – 33% – 67% – 0%
- Ciprofloxacina – 100% – 0% – 0%
- Levofloxacina – 33% – 0% – 67%
- Cefepime – 100% – 0% – 0%
- Cefotaxime – 100% – 0% – 0%
- Tetraciclina – 0% – 0% – 100%
- Piperacilina – 100% – 0% – 0%
- Trimetroprim sulfametoxazol – 100% – 0% – 0%
- Imipenen – 100% – 0% – 0%
- Meropenem – 100% – 0% – 0%
FUENTE. Coronado, A. y Montaño, L. 2012