Inicio > Medicina Laboral > El acoso moral como parte de la violencia psicológica en el trabajo. Su protección jurídica > Página 9

El acoso moral como parte de la violencia psicológica en el trabajo. Su protección jurídica

bienestar de los individuos, las familias y las comunidades. (*)*: Del Informe mundial sobre la violencia y la salud de la OMS. Citado por María J. Blanco Barea en la CVV-PSI, Internet.

También aunque la violencia en el trabajo sea un hecho antiguo, reconocido desde siempre en las relaciones sociales, hay que analizar por qué en la actualidad se ha producido un aumento de los casos de violencia en general, lo que puede ser el resultado de una situación socio-económica en los países, aunque fundamentalmente en los países industrializados y desarrollados donde otros males no aquejan ni enturbian las relaciones sociales.

La marginalidad, la migración, el desempleo, la precariedad de la vida, la criminalidad, el aumento de la drogadicción, alcoholismo y otros fenómenos propios de la decadencia humana y provocados por un enfoque neoliberal hacia la sociedad, la privatización de los servicios fundamentales y la ausencia de recursos para acudir a ellos, hacen que aumente la violencia en general y en el trabajo también.

Algunos lineamientos revelan temas comunes: la acción preventiva es posible y necesaria, la organización del trabajo y el medio ambiente laboral pueden aportar elementos importantes para hallar las causas y las soluciones, la participación de los trabajadores y sus representantes es crucial para identificar el problema y para implementar las soluciones, los niveles de gestión y administración de los trabajadores no deben ser subestimados. Puede no existir una fórmula única ya que cada puesto de trabajo tiene una situación individual a considerar. Hay que revisar las políticas y programas para reaccionar ante un cambio de circunstancias.

El informe de la OIT conocido como Violence at Work de 1998-1999 contiene un análisis integral sobre la violencia psicológica, la influencia en el trabajo en solitario y las especialidades más proclives a padecer de violencia en general y de violencia psicológica en particular, se centra en el análisis de las tendencias globales. Entre los resultados del estudio, el informe señala:

  • Los brotes de violencia «que se producen en los lugares de trabajo de todo el mundo permiten concluir que este problema rebasa en efecto las fronteras de los países, los ámbitos de trabajo o cualesquiera categorías profesionales».
  • En algunos lugares de trabajo y ocupaciones, como los taxistas, el personal de los servicios sanitarios, el personal docente, los trabajadores sociales, el servicio doméstico en países extranjeros o el trabajo solitario, sobre todo en los turnos de noche del comercio de detalle, existe un grado de riesgo ante la violencia mucho mayor que el correspondiente a otros ámbitos u ocupaciones.
  • Dicho riesgo es considerablemente mayor para las mujeres, dado que se concentran en las ocupaciones más expuestas, como la enseñanza, el trabajo social, la Enfermería, la banca y el comercio minorista.
  • Tanto los trabajadores como los empleadores reconocen cada vez más que las agresiones psicológicas son una forma grave de violencia. La violencia psicológica incluye el amedrentamiento de grupo o «mobbing», es decir, la intimidación y el hostigamiento psicológico colectivos. (*)

*: La OIT preparó este informe con el objeto de aportar informaciones y análisis que permitan a «las autoridades de los organismos estatales, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, los profesionales que se ocupan de seguridad y salud en el trabajo, los directivos encargados de la gestión de recursos humanos, los instructores y los trabajadores promover el diálogo y la formulación de políticas e iniciativas que apunten a repudiar la violencia y erradicarla inmediatamente del lugar de trabajo».

Los umbrales del siglo XXI (última década del siglo pasado) se posicionaron como el inicio de una carrera ascendente hacia la violencia psicológica frente a la física, a los ataques corporales, siendo fundamentalmente actitudes contrarias a la dignidad y la moral de las personas. Siempre han existido manifestaciones y hechos de violencia psicológica, desde que el hombre es hombre y desde que se desarrollaron las relaciones grupales, pero hay una connotación nueva en el hecho de que estas manifestaciones han pasado a ser parte de la vida cotidiana y en algunos momentos aceptadas y consentidas sin que por ello se consideren ilícitos.

El comienzo del siglo XXI ya va en una escalada de violencia psicológica. Las causas y condiciones por países son parecidas, quien sabe si similares pero difieren en algunos matices.

En Europa con un estado de bienestar diferente, en que a pesar del crecimiento de la tasa de desempleo, éste no es crónico, sino estructural y la protección social y legal permite al desempleado una subsistencia decorosa hasta que logre incorporarse a un nuevo empleo, la violencia en las relaciones laborales se presenta por celos profesionales, envidia, miedo a ser sustituido por una persona de mejor desempeño y más capaz, necesidad de reconocimiento y otros.

Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia interpersonal –es decir, los actos violentos cometidos por un individuo o un pequeño grupo de individuos– comprende la violencia juvenil, la violencia contra la pareja, otras formas de violencia familiar como los maltratos de niños o ancianos, las violaciones y las agresiones sexuales por parte de extraños y la violencia en entornos institucionales como las escuelas, los lugares de trabajo, los hogares de ancianos o los centros penitenciarios. La violencia interpersonal cubre un amplio abanico de actos y comportamientos que van desde la violencia física, sexual y psíquica hasta las privaciones y el abandono. (*)

*: Del Informe mundial sobre la violencia y la salud de la OMS. Citado por María J. Blanco Barea en la CVV-PSI, Internet. Enero 2002. Según este Informe, cuando se analizan las raíces de la violencia, no existe un factor que