Actuación de enfermería para abordar la hipertensión arterial
Autora principal: Araceli López Carracedo
Vol. XVII; nº 7; 277
nursing action to address arterial hypertension
Fecha de recepción: 23/02/2022
Fecha de aceptación: 01/04/2022
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 7 – Primera quincena de Abril de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 7; 277
Autora: Araceli López Carracedo
Coautor: Alejandro Manuel Alcaraz García, María Rosa Carracedo Martín
Resumen:
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son el conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos; destacando la enfermedad isquémica del corazón y la enfermedad cerebrovascular por su mayor frecuencia.
Las últimas recomendaciones en prevención cardiovascular se centran en un abordaje multifactorial de los factores de riesgo y personales de cada persona.
Dentro de los factores predisponentes, los pacientes hipertensos poseen ciertos factores biológicos, psicológicos y formas de vida que intervienen negativamente en la presión arterial.
Queda establecido que la hipertensión arterial (HTA) forma parte de uno de los factores de riesgo más importantes de morbilidad y mortalidad por ECV, siendo el factor más importante para los accidentes cerebrovasculares y el que tiene un mayor número de consultas.
Entre las principales actuaciones de enfermería para abordar y controlar la HTA destacan las actividades preventivas que reducen los factores de riesgo modificables (tabaquismo, alcohol, sedentarismo, nutricionales, psicológicos…) y la labor que tiene enfermería para diagnósticar y seguir la HTA.
Para llevar a cabo unos cuidados eficientes en el paciente hipertenso, es preciso realizar un diagnóstico, seguimiento y un plan de cuidados estandarizado correctos para manejar esta gran problemática de salud.
Palabras clave: enfermería, hipertensión arterial, prevención, actuación, abordaje de enfermería, enfermedad cardiovascular.
Abstract:
Cardiovascular diseases (CVD) are the set of disorders of the heart and blood vessels; highlighting ischemic heart disease and cerebrovascular disease due to their greater frequency. The latest recommendations in cardiovascular prevention focus on a multifactorial approach to each person’s risk and personal factors.
Among the predisposing factors, hypertensive patients have certain biological, psychological and lifestyle factors that negatively affect blood pressure.
It is established that high blood pressure (HBP) is one of the most important risk factors for CVD morbidity and mortality, being the most important factor for cerebrovascular accidents and the one with the highest number of consultations.
Among the main nursing actions to address and control hypertension, preventive activities that reduce modifiable risk factors (smoking, alcohol, sedentary lifestyle, nutritional, psychological…) and the work that nursing has to diagnose and monitor hypertension stand out.
To carry out efficient care in hypertensive patients, it is necessary to carry out a diagnosis, follow- up and a correct standardized care plan to manage this major health problem.
Keywords: nursing, arterial hypertension, prevention, action, nursing approach, cardiovascular disease.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) son el conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos; destacando la enfermedad isquémica del corazón y la enfermedad cerebrovascular por su mayor frecuencia. Los mecanismos patogénicos que hacen que aparezcan son la inflamación crónica de baja intensidad en las arterias, la aterotrombosis y la hipertensión arterial mantenida.
El infarto agudo de miocardio y la angina de pecho crónica son las dos formas que más se presentan dentro de la cardiopatía isquémica. La enfermedad cerebrovascular se caracteriza por una interrupción del flujo sanguíneo en el encéfalo, produciendo una oclusión del vaso y generando un ictus isquémico o rotura del vaso, acompañado de hemorragia.
Dentro del grupo de ECV, la insuficiencia cardiaca es la causa final de numerosos trastornos que afectan al corazón, ocasionando incapacidad para bombear suficiente sangre suficiente para cubrir las necesidades tisulares.
Actualmente son la primera causa de muerte en España en ambos sexos; especialmente en mujeres, quizás por la mayor esperanza de vida que tienen, alcanzando edades más avanzadas donde predominan las ECV. La enfermedad isquémica sucede más en hombres, mientras que en mujeres es el ictus. España cuenta con una de las tasas más bajas mundialmente de mortalidad por ECV, sobre todo por enfermedad isquémica del corazón. En nuestro país, la enfermedad ECV es la principal causa de hospitalización después de la atención al parto.
Conocer los determinantes o factores de riesgo y actuar sobre ellos demuestra una reducción del riesgo cardiovascular. Estos factores se pueden clasificar en modificables y no modificables y en función a ellos existen diferentes opciones de actuación. La prevención cardiovascular está encasillada dentro de las características modificables, como son la hipertensión arterial, el tabaquismo, la dislipemia, la hiperglucemia, el sedentarismo y la obesidad.
Las últimas recomendaciones en prevención cardiovascular se centran en un abordaje multifactorial de los factores de riesgo y personales de cada persona. Estimar el riesgo cardiovascular es fundamental para tomar decisiones clínicas sobre las distintas intervenciones necesarias para controlar esos factores de riesgo en el paciente.
Queda establecido que la hipertensión arterial forma parte de uno de los factores de riesgo más importantes de morbilidad y mortalidad por ECV, siendo el factor más importante para los accidentes cerebrovasculares y el que tiene un mayor número de consultas.
La Hipertensión arterial (HTA) es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continuada, según establece la Fundación Española del Corazón. Se conoce por presión arterial
(PA) o tensión arterial a la fuerza que ejerce la sangre sobre los vasos sanguíneos, estableciendo el volumen sanguíneo y el grosor del vaso por donde circula. La presión máxima corresponde a cada contracción del corazón, y la mínima al momento de relajación.
Se habla de hipertensión arterial cuando la presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mmHg, o la presión arterial diastólica es igual o superior a 90 mmHg. En pacientes diabéticos, la hipertensión arterial se considera cuando las cifras son mayores a 130/80 mmHg. Esta clasificación de HTA se utiliza tanto en jóvenes, adultos y en personas de tercera edad.
La HTA se clasifica de diferentes maneras, pudiendo clasificarse en primaria, esencial o idiopática cuando la causa es desconocida, representando al 90-95% de todos los casos. Solo un porcentaje pequeño presenta formas secundarias de HTA con una causa específica como la enfermedad renal, endocrinológica, efecto farmacológico, etc., siendo probablemente reversible siempre que se pueda diagnosticar y tratar. Es aconsejable mantener una actitud prudente y buscar de forma sistemática las posibles formas secundarias en todos los casos.
Dentro de los factores predisponentes, los pacientes hipertensos poseen ciertos factores biológicos, psicológicos y formas de vida que intervienen negativamente en la presión arterial. Los estudios epidemiológicos revelan que la prevalencia se incrementa con la edad, es más habitual en mujeres y en personas de raza negra. Los factores relacionados con los estilos de vida hacen referencia a los hábitos modificables no saludables, los cuales exponen al individuo a un mayor riesgo que al resto de la población. Estos factores son:
- Obesidad: posee una relación lineal y directa entre el índice de masa corporal y el aumento de cifras de presión arteria
- Sedentarismo: no practicar ejercicio aumenta el riesgo de padecer Llevar una vida activa reduce la presión arterial.
- Factores ambientales: el déficit en potasio y magnesio está asociado a cifras de presión arterial elevadas. Los condicionantes externos o internos de naturaleza estresante favorecen la hipertensión.
- Consumo de alcohol y sustancias estimulantes, como el café, aumentan la actividad simpática originando HTA.
- Consumo excesivo de sal: la ingesta de sodio aumenta las cifras de presión arteria
- Síndrome de Apnea del sueño: este trastorno está asociado a HTA diurna y nocturna, por la hiperactividad simpática de la hipoxia o la acidosis respiratoria.
- Insomnio: los individuos que duermen menos de 5 horas al día poseen un mayor riesgo de desarrollar
- Factores inflamatorios: existe una posible relación entre marcadores de inflamación (proteína C reactiva) y el desarrollo de HTA y complicaciones cardiovasculare
- Sistema renina-angiotensina-aldosterona: la excesiva activación de este sistema es uno de los elementos claves en la fisiopatología de la HTA en personas de más de 55 año
Entre las principales actuaciones de enfermería para abordar y controlar la HTA destacan las actividades preventivas que reducen los factores de riesgo modificables (tabaquismo, alcohol, sedentarismo, nutricionales, psicológicos…) y la labor que tiene enfermería para diagnósticar y seguir la HTA.
Para llevar a cabo unos cuidados eficientes en el paciente hipertenso, es preciso realizar un diagnóstico, seguimiento y un plan de cuidados estandarizado correctos para manejar esta gran problemática de salud.
OBJETIVO
El principal objetivo que persigue este presente artículo es establecer la actuación de enfermería para abordar la hipertensión arterial.
METODOLOGÍA
Para elaborar este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica sobre la literatura científica existente. Se ha realizado una búsqueda sistemática de libros y se han consultado artículos en las principales bases de datos como: Pubmed, Medline, Scielo y Elsevier, seleccionando artículos científicos con contenidos relacionados con la actuación de enfermería para abordar la hipertensión arterial. Las palabras clave utilizadas han sido: enfermería, hipertensión arterial, prevención, actuación, abordaje de enfermería y enfermedad cardiovascular.
Se han establecido una serie de criterios de inclusión como son: acceso a texto completo y gratuito, publicación en inglés y español y publicaciones que hayan sido previamente revisadas.
Los criterios de exclusión que se han fijado han sido todos aquellos que no se ajustaran a los criterios de inclusión establecidos.
De los numerosos resultados obtenidos, finalmente se han seleccionado 20 resultados por ajustarse al objetivo propuesto para este estudio.
RESULTADOS
El diagnóstico de la hipertensión arterial está basado en detectar valores altos de forma constante de presión arterial. La presión arterial no es estática, y según transcurre el día ésta varía. Las sociedades científicas recomiendan que para establecer un diagnóstico de HTA se ha de establecer un mínimo de dos visitas diferentes. Si no se realiza un cribado oportuno, esta patología puede pasar desapercibida durante años, puesto que es asintomática hasta que se convierte en una patología crónica, ocasionando daños en diferentes órganos.
Que la presión arterial esté aumentada supone una mayor resistencia para el corazón, causando hipertrofia ventricular sin un incremento del riego sanguíneo, creándose una insuficiencia cardiaca o un infarto agudo de miocardio. El daño ocasionado en las paredes puede acarrear arterioesclerosis y fenómenos trombóticos, llegando a producirse aneurismas. Esta afectación también llega a nivel cerebral y renal. Según evidencian varias investigaciones, con el tiempo, la hipertensión arterial puede ocasionar pérdidas de memoria y falta de concentración.
La estrategia terapéutica de enfermería para actuar y abordar la hipertensión arterial se centra en cambiar el estilo de vida, siendo la piedra angular para la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial. Los cambios en los estilos de vida equivalen a terapias farmacológicas, a pesar de que nunca se debe retrasar el inicio del tratamiento antihipertensivo en personas con riesgo cardiovascular.
Los cambios que se deben efectuarse y en los que enfermería debe trabajar con el paciente hipertenso son los siguientes:
- Cambios dietéticos: la ingesta de sal se debe restringir, consumiendo entre 5-6 g diarios; moderar el consumo de alcohol; aumentar el consumo hortalizas, lácteos desnatados, fibra dietética y soluble, cereales integrales y proteínas de origen vegetal con menos contenido en grasas saturadas y colesterol. Es importante recalcar en el paciente hipertenso que llevar una dieta mediterránea tiene un efecto cardioprotector.
- Reducción de peso: hay una asociación entre la hipertensión arterial y el exceso de peso Se recomienda tener un índice de masa corporal (IMC) en torno a 25 y una circunferencia de cintura menor de 102 cm en varones y de 88 cm en mujeres.
- Realizar ejercicio físico aeróbico de intensidad moderada regularmente, al menos 30 minutos durante 5-7 días a la semana. Este tipo de ejercicio engloba caminar, correr, andar en bicicleta o
- Abandonar el hábito tabáquico, ya que es uno de los factores de riesgo más importantes para las enfermedades
Cuando las medidas no farmacológicas no son suficiente, es necesario emplear terapias farmacológicas.
El tratamiento farmacológico para la HTA se debe instaura con el fin de reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves como el ictus, el infarto agudo de miocardio o la insuficiencia cardiaca.
Una vez que el tratamiento hipertensivo se ha instaurado, se aconseja un control cada 2-4 semanas para que la adhesión al tratamiento tenga éxito. Los controles pueden espaciarse cada 3-6 meses cuando los objetivos se hayan conseguido.
Los cambios demográficos y epidemiológicos poblacionales contribuyen a que la esperanza de vida vaya en aumento y, como consecuencia, aumente la prevalencia de las enfermedades crónicas. Todo esto plantea la necesidad de generar nuevos modelos organizativos y de provisión de servicios sanitarios donde los pacientes asuman mayor responsabilidad y sean más activos en su cuidado.
Desde el año 2006, nació la figura de “paciente activo”, haciendo referencia al paciente que se preocupa por su salud y se hace responsable de tener la mejor asistencia sanitaria posible y controlar la evolución de su enfermedad. Este concepto asume que el paciente posee habilidades y el conocimiento necesario para responsabilizarse de su salud y mantener un modelo deliberativo de relación con los profesionales que le atienden, definiendo objetivos terapéuticos y tomando decisiones de forma compartida.
El aumento del nivel educativo en la población española, el cambio de la condición de paciente a consumidor de los servicios sanitarios, la mayor posibilidad para obtener información y el aumento de la prevalencia de la enfermedad crónica, son algunos factores que favorecen la aparición del paciente activo
El profesional de enfermería debe conseguir el mayor número de pacientes activos posibles. Para ello, debe ofrecer una información adecuada y formación óptima al paciente crónico para que este pueda hacerse cargo de su patología de hipertensión arterial.
Enfermería, para actuar sobre la hipertensión arterial, debe luchar cada día por la automedición de la presión arterial en el domicilio para que el paciente tenga una mayor autonomía y control, repontando así pacientes bien controlados y una menor sobrecarga asistencial. Para ello, el profesional de enfermería tiene que fomentar el empoderamiento y el autocuidado y promover estilos de vida saludables que minimicen riesgos para la salud.
CONCLUSIÓN
El profesional de enfermería tiene un papel esencial para actuar contra la hipertensión arterial. Para ello, debe estar en conocimiento de los determinantes o factores de riesgo y actuar sobre ellos, reduciendo el riesgo cardiovascular que se pueda presentar en el paciente.
La estrategia terapéutica de enfermería para abordar y actuar contra la hipertensión arterial se debe centrar en los cambios de estilo de vida, siendo el pilar fundamental para la prevención y tratamiento de esta patología.
Mediante la educación sanitaria, el profesional de enfermería debe conseguir el mayor número de pacientes activos posibles, reduciendo de este modo la carga en la asistencia sanitaria.
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