funcionalidad familiar en pacientes con y sin diabetes mellitus tipo 2 en 140 pacientes divididos en dos grupos, 70 pacientes con diabetes mellitus (grupo 1) y 70 sin diabetes mellitus (grupo 2)
Los resultados del test de APGAR familiar en los pacientes con diabetes mellitus fue de disfunción moderada (35,7%) y en los pacientes no diabéticos de funcionalidad familiar buena (54,3%). También se aplicó el test de FF-SIL en los pacientes con diabetes tuvieron familia disfuncional (42,9%) y los pacientes sin diabetes, familia funcional (55,7%).(Cossio et al., 2012) La familia ha ido ocupando un lugar importante en el interés investigativo del equipo de salud y más en el vínculo que se establece entre la Salud Familiar y el proceso Salud-Enfermedad, por lo que el estudio se enfocó en la funcionalidad familiar y su relación con la hipertensión arterial en los pacientes de la consulta externa de Medicina Interna del Hospital Regional de Sonsonate (El Salvador). El tipo de percepción de funcionalidad más frecuente en pacientes hipertensos no controlados es la funcional. De cada 10 pacientes de la consulta 6 se encuentran con un mal control de TA (tensión arterial). En las familias de hipertensos no controlados predomina la percepción moderadamente funcional y la disfuncional en relación a los paciente con TA controlada y las áreas de mayor disfunción familiar son la permeabilidad y la adaptabilidad.(Castaneda, 2013)
El médico de familia para lograr la adherencia al tratamiento de cualquier patología crónica en este caso de la HTA, debe disponer de un conjunto de conocimientos integrales y habilidades que lo oriente en la atención integral al paciente, la familia y su comunidad. Uno de los atributos del médico de familia es el fuerte sentido de responsabilidad por el cuidado del individuo, familia durante la salud, enfermedad y la rehabilitación; establecer empatía y sentir compasión sincera por las personas; habilidad para ayudar a los pacientes a enfrentarse a los problemas cotidianos; fuerte deseo de obtener un máximo de satisfacción por la atención brindada al paciente, a partir del reconocimiento de la necesidad de que el paciente incremente permanentemente la confianza en el desempeño profesional del médico.
Una manera de lograr la relación médico-paciente es la empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro, un escuchar más profundo con todos nuestros sentidos, esto es indispensable para lograr la adherencia al tratamiento; se logra el cumplimiento del tratamiento cuando el paciente lo entiende, cuando se amplía el conocimiento del paciente (componente cognitivo) está de acuerdo con ello se busca “convencer “ al paciente respeto a su problema de salud y posible plan terapéutico, lo cual no solamente implica sus conocimientos, también sus sentimientos, actitudes y valores sobre los cuales se basa su opinión e ideas (componente afectivo) y finalmente se busca el cumplimiento del plan terapéutico al dar información sobre los medicamentos y tratamiento no medicamentoso (componente conductual).”(Del Duca, Gallegos, Da, & Trenchi, 2013)
La palabra adherencia al plan implica una participación activa y voluntaria por parte del paciente involucrado en el establecimiento de un plan terapéutico no impuesto sino negociado entre el médico y el paciente, refleja una relación médico-paciente de horizontalidad no jerárquica, las condiciones para una buena adherencia son: la propuesta del plan terapéutico del médico debe ser coherente con lo que el paciente espera de la consulta, el paciente debe entender la propuesta, debe recordarla y estar de acuerdo con la propuesta, finalmente la adherencia al tratamiento es el producto de un proceso de aprendizaje, en el cual influyen fuertemente la evaluación y la retroalimentación.
Discusión
En esta revisión cabe destacar que la mayoría de los estudios coinciden que uno de los factores más importantes para la no adherencia al tratamiento es la falta de conocimiento de su enfermedad y uno de los pilares fundamentales es la educación. Dentro de esta posición está el estudio realizado por Ferrera, N y Cols, que al iniciar el estudio el 62% de los participantes refirió tener conocimiento de su enfermedad y al finalizar se incrementó en un 77%. Del mismo modo Freire, R en su estudio aplico como estrategia un programa educativo sobre el conocimiento de la enfermedad, y obtuvo el siguiente resultado: Antes del programa, ningún conocimiento 57.14%, poco conocimiento 38.10%, suficiente conocimiento 4.76%.
Después del programa, ningún conocimiento 4.76%, poco conocimiento 14.9% y suficiente conocimiento 80.95%; y la adherencia al tratamiento se incrementó en un 15.19%. Así mismo Edgar Segarra y Cols, antes de aplicar su programa de intervención educativa la adherencia al tratamiento fue del 45%, y después del programa fue de 80%. Además de la educación para lograr una mejor adherencia al tratamiento farmacológico es necesario otras sugerencias como las que plantea Daniel Pun y Cols, quien sostiene que la educación por sí sola no da resultado, hay que tomar en cuenta las creencias y valores culturales, estilo de vida, estructura social, estado socio-económico. Y adoptar estrategias como el autoinforme, recuento de pastillas, llamadas telefónicas programadas; y el tratamiento individualizado como, también lo refiere Elizabeth Holt, PhD y Cols quien afirma que en los hombres la baja adherencia al tratamiento farmacológico se debe a los efectos secundarios como la reducción en la función sexual y en las mujeres su inconformidad con su proveedor de salud.
Otro hecho a considerar es el nivel de educación de las personas, la mayoría de nuestra población objeto de estudio tiene un nivel básico de educación y me parece interesante a más de lo anterior, incorporar la estrategia adoptada por Teixeira, Pacheco, & Toreti con el uso de pictogramas (relacionar colores con los medicamentos, y asignar dibujos para los periodos mañana, comida, tarde y noche) esto ayuda para no olvidar los horarios de administración de medicamentos. En este estudio la media de medicamentos por paciente fue en el grupo control 2.8 por persona y en el grupo de intervención 3.4 por persona; después de la intervención en el grupo control el 100% no se adhirió al tratamiento, y en el grupo de intervención el 80% si se adhirió al tratamiento.
En concordancia con lo anterior es importante para lograr una buena adherencia farmacológica, la participación de un equipo multidisciplinar como lo sostiene Pei Xi Zhao y Cols, en su estudio participaron farmacéuticos, quienes difundieron conocimientos de la patología, supervisaron reacciones adversas y seguimiento por llamadas telefónicas, en caso de ajustar dosis interviene el médico. Así mismo Lucinda Leung y Cols incorpora estudiantes asesores de salud, el 90% de los participantes reporto influencia positiva de los entrenadores.
Todas estas evidencias probablemente tuvieron un efecto positivo en la adherencia al tratamiento farmacológico al igual que la siguiente investigación realizada por Rodríguez Chamorro y Cols quien incorporo en su estudio similares variables como: estrategias educativas, estrategias conductuales, tratamiento de observación directa, técnicas dirigidas a profesionales entre otras.
Dentro de los estudios que talvez tuvieron efecto negativo está el realizado por Crowley, Grubber y Cols cuya estrategia fue un instrumento que asocia 3 variables: