control de sí mismo y ésas son las que llevan a prostituirse, a vender su cuerpo, a matar, a robar, para conseguir la heroína o la droga que te estás inyectando. Porque hay mucha gente que yo conozco que fuman marihuana y tienen familia, tienen buenos trabajos, buen carro, pero la fuman como un calmante, pues, como pa’ que te relajes, del estrés que tienen del trabajo o de la movida, y de las cosas que están haciendo, y pa’cá y pa’llá. Entonces, al terminar todas sus cosas se fuman un “tabaco” y se van a dormir, o se van a descansá o se ponen a ver televisión… Pero, son drogadictos porque consumen, pero mas no son personas de que andan en la calle demostrando que son drogadictos o que van a matá por la droga, o que van a hacé esto por la droga, o: “Mira, ven, mátame porque quiero consumí”… Nada de eso, pues. Son personas que han llegado al nivel de que consumen pero moderadamente, pues, saben cómo administrarse, saben la cantidad que pueden consumir. Yo conozco mucha gente que trabaja y no se va drogáo pa’l trabajo tampoco, sino después que él terminó de trabajá. Es como un estrés, pues, porque la vida es un estrés, también. Y hay unos que la buscan con Jesús, otros la buscan con la droga, otros la buscan por la televisión, otros la buscan por irse a dormí, otros la buscan por comé bastante ¿ve? Y yo digo que ahorita la vida es tremenda, pues. Uno tiene que saber hacé las cosas y cada paso que uno da, pensá primero, porque si tú das mal paso, entonces te humillan, si das otro paso también te humillan. Hay que ser muy valiente, tener mucha fuerza y mucha autoestima…´´
Evidencia de consumo dentro de la comunidad terapéutica
Los sujetos adictos, recluidos en la comunidad terapéutica observan cuidadosamente no sólo a sus compañeros, sino a los que actúan como autoridad en materia de tratamiento y rehabilitación; uno de ellos ´Moisés¨, hace una denuncia de consumo de sustancias ilícitas dentro de la comunidad terapéutica:
“….En la Comunidad Terapéutica consumen unos directores que tenemos nosotros, y bueno, nos llevaron pa’llá, hoy precisamente con el profesor de basquetbol que nos estaba dando clase pero, bueno, era el que fumó monte. Bueno, monte no, cigarrillo fue que fumó. Pero eso ya está suspendido y ya no podemos hacé más nada. Y fumó cigarrillo. Lo vio un tipo de la gobernación y le tomó foto y, bueno, cosas así. Eran cuatro directores y dos más ahí. Pasaron por ahí por casualidad y los vieron con un cigarro más grande a cada uno y le tomaron la foto. Un cigarro más grande, Malboro, que se ven de aquí a… no jo’ (sonrisa) y ahí los pillaron. Ellos conocen a la gente de aquí porque íbamos todos con shores, con el balón y entonces se dieron cuenta…´´
Continúa narrando:
´´No soy homosexual, tampoco. No me prostituí ni nada de eso, ni vendí mi cuerpo por droga, porque no me hacía falta. Jugué mucho basquetbol, sí, sin embargo ahorita quiero seguí jugando pero no me permiten; porque ahí tengo a mi hermanito, bueno, mire, yo a mi hermanito de catorce años, yo siempre de las drogas hablo con él, y le digo esto, esto y esto. Le dan plata, tiene tremendo celular y tal. Pero yo no sé si es que él me vio a mí cada vez que yo consumía droga… Por lo menos yo estoy claro que él no toma ni cerveza, está en tercer año (… … …) Pero yo creo que él vio, por lo menos, todos los problemas que yo tuve con mi mamá. Yo creo que él vio eso como espejo, sabe que es malo, pero no sabe qué efecto da, no sabe que es ilegal, no sabe muchas cosas ¿me entiende?”
“….Ahora, los niños de sexto grado que siempre llevan plata a la merienda, me parece algo normal; aunque en las escuelas privadas no corren tanto riesgo, en las públicas sí. Ahí tienen que cuidarse de las malas juntas, de los chamos que sean muy… cómo le explico… porque es mentira que de los chamos que vengan de barrio, es mentira, porque yo conozco gente de barrio, fea, y son más sanos. El problema es que siempre, como están en barrio… Los barrios (… … …), como quien dice: malandros ¿entiende? Pero los de las escuelas privadas, siempre son una zona buena, la mayoría son zonas buenas, pero otras siempre han tenido unos malos hábitos. En la zona buena es donde está la gente que más se echa a perdé ¿entiende? Algo que así, que si tienen dinero, el dinero pa’ la merienda siempre va a estar, los muchachos tienen que llevar dinero al colegio, también, bastante, ¿me entiende? Pero en la escuela hay peligro, se dice que en las escuelas y que consumen droga…”
“….También se habla mucho de que los heladeros la venden (drogas) a las puertas de las escuelas; yo estoy claro en eso, pero en mi caso nunca pasó. Y hay colegios que ahorita se está viendo eso, muy famoso de que siempre llega un señor que vende “chicha”, pero no, no sé qué decirle de eso porque nunca me ha pasado y no sé cómo relacionarlo. Y eso es peligroso que un señor le esté vendiendo eso a un menor de edad. Hubieron unos chamos hoy que salieron al deporte, y son directores y se pusieron a fumá marihuana y cigarrillo, y nos suspendieron a todos por no decir nada, y lo otro por fumá… jé… jé… (Ríe)…” Ruiz, J. (1994) (15)
´´Mateo´´ refiere que ´´…. Muchos años atrás, como treinta, no se hablaba de marihuana y era como un tabú. Ahorita los jóvenes hablan de eso en la calle como cualquier cosa. Yo he visto ya señores, chamos, pasan la calle fumando, ¿pero qué fuman? Cuando pasa el olor, huele a marihuana… ¡Coño! Yo cuando estaba empezando a fumá, tenía que fumá escondío. Ya después de cinco años para acá ya yo fumaba en una placita, sentado, normal, normal, me sentaba como que si yo estuviera en Jamaica, pues, nadie me molestaba ni la Policía, porque los policías, si pasaban sabían, o sea, no me conocían sino que no tengo pinta de malandro, entonces no vivo en un barrio tampoco, vivo en una zona buena, en la zona norte.