adaptándola a la situación de cada paciente (2). Sin embargo, existe una tendencia general por parte de los profesionales de Enfermería de mantener a los pacientes politraumatizados conectados a ventilación mecánica bajo altas dosis de relajación, en parte por la idea de que sí el paciente está profundamente relajado, se asegura el confort de éste; pero también porque mejora la tolerancia a los procedimientos de rutina.
En tal sentido, en la Unidad de Cuidados Intensivos de la emergencia de adultos de la Ciudad Hospitalaria “Dr. Enrique Tejera”, se encuentran profesionales de Enfermería que tienen bajo su responsabilidad el cuidado de pacientes politraumatizados conectados a ventilación mecánica que requieren relajación. Se ha observado que en la administración de relajantes, los profesionales de Enfermería omiten la valoración neurológica y motora del paciente.
Aunada a esta situación el uso de estos medicamentos pareciera utilizarse de manera indiscriminada, ya que los relajantes se administran sin considerar los efectos deseados y adversos, el tipo de paciente y condiciones del mismo. La dosis y dilución de los medicamentos se realiza en base a rutinas propias de los profesionales, ya que en la mayoría de las ocasiones, se administran estos medicamentos sin consultar las indicaciones médicas, por lo que en ocasiones se administran grandes cantidades de estos fármacos. También es importante señalar que en ocasiones se omite la verificación previa de la permeabilidad del catéter con solución fisiológica y la posterior limpieza de la vía con solución fisiológica para garantizar que el medicamento sea administrado en forma correcta y ejerza su efecto terapéutico.
Se observa en ocasiones, la omisión de procedimientos de control de infecciones como lavado de manos, utilización de guantes e inyectadoras estériles para la preparación del fármaco, ya que se utiliza el fármaco ya preparado, con las misma inyectadora empleada para dosis anteriores por otras guardias sin tener la certeza del modo de dilución, tiempo de preparación, y tiempo de uso de la inyectadora.
La administración de relajantes pareciera ser un procedimiento habitual en este tipo de paciente. Es necesario destacar que el servicio carece de protocolos que sirvan de guía para el cuidado del paciente politraumatizado conectado a ventilación mecánica que recibe relajantes.
El objetivo general estuvo dirigido a determinar la relación que existe entre el conocimiento que poseen las enfermeras(os) sobre el uso de relajantes; y los cuidados que estás (os) realizan a los pacientes politraumatizados conectados a ventilación mecánica referido a: cuidados de Enfermería antes y durante la administración de los mismos. Entre los objetivos específicosdeterminar la relación que existe entre el conocimiento que poseen las enfermeras (os) sobre la relajación y los cuidados que estas (os) realizan a los pacientes politraumatizados conectados a ventilación mecánica referido a: cuidados de Enfermería antes de la administración del relajante. Y el otro objetito específico fue Determinar la relación que existe entre el conocimiento que poseen las enfermeras (os) sobre la relajación y los cuidados que estas (os) realizan a los pacientes politraumatizados conectados a ventilación mecánica referida a: cuidados de Enfermería durante la administración del relajante.
En este sentido; Hay que construir estándares para las intervenciones de Enfermería e instrumentos para evaluar la calidad del cuidado que se brinda. Ya que la ausencia de estos mecanismos son otra de las razones que contribuyen al divorcio entre la práctica y la teoría, la falta de un lenguaje común enfermero (3). Para tal fin, el profesional de Enfermería tiene la importante responsabilidad de tomar decisiones clínicas correctas y apropiadas que surgen de la interminable variedad de situaciones que rodean a los pacientes; por tanto, una enfermera debe ser capaz de pensar críticamente para hallar la mejor solución a los problemas del paciente, considerando el conocimiento científico y las experiencias previas.
Así mismo, expresa que el pensamiento crítico es el proceso activo, organizado y cognitivo empleado para examinar cuidadosamente el propio pensamiento y el de los demás. Implica la utilización de la mente para establecer conclusiones, tomar decisiones, efectuar deducciones y reflexionar (4).
Lo señalado por estos autores, infiere que el personal de Enfermería debe tener los conocimientos necesarios ya que con poca frecuencia el paciente ventilado en forma mecánica requiere bloqueo neuromuscular. La terapéutica debe instituirse para asegurar que el paciente este sedado de manera apropiada y libre de dolor antes de que se considere el bloqueo. El uso de relajantes musculares se indican para quienes tienen adaptabilidad torácica o pulmonar muy deficientes es decir, los que están peleando con el ventilador y quienes se encuentran en riesgo aumentado de baro traumas por presiones altas en las vías respiratorias. Es de hacer notar que una vez que se induce parálisis la sensación de dependencia y desamparo total pueden conducir a ansiedad y temor extremos; este impacto psicosomático no debe ignorarse. Es decir la sedación con narcóticos o benzodiacepinas es imperativa. Previo al bloque neuromuscular. Además, si se proporciona una sedación adecuada con frecuencia se disminuye la necesidad de relajantes.
En este sentido, un aspecto a considerar en el monitoreo del uso de relajantes musculares es el nivel de sedación y analgesia del paciente. En la práctica común drogas sedantes y analgésicas son administradas hasta que el paciente no parezca estar consciente y luego el relajante muscular es administrado (5).
Así mismo, Antes de iniciar el bloqueo neuromuscular el sistema paciente-ventilador debe ser repasado y evaluado en forma minuciosa. Cualquier desarrollo súbito como por ejemplo edema pulmonar, neumotórax o un tubo endotraqueal obstruido, puede causar contracción de los músculos respiratorios, cuyo resultado es una respiración asincrónica incoordinada. Por otra parte es posible que las fijaciones previas del ventilador ya no sean las apropiadas. Es frecuente que los ajustes en el volumen ventilatorio, velocidad del flujo inspiratorio, sensibilidad en la activación del ventilador o modo de la ventilación puedan evitar la necesidad del bloqueo neuromuscular (6). Cuando no hay cambio aparente en el estado clínico del paciente y los ajustes en el ventilador mecánico no mejoran la situación, la atención se debe dirigir a la necesidad de una sedación y relajación adecuadas.
La evaluación visual, táctil o electrónica del tono muscular del paciente o alguna combinación de estos tres es lo que comúnmente se usa para monitorizar la profundidad del bloqueo neuromuscular (5). Por lo tanto, los profesionales