entonces se potencializa el riesgo para el abuso de drogas en el futuro, cuando existe la falta de cariño y respaldo por parte de los padres o de los cuidadores; una crianza ineficiente; y un cuidador que abusa de las drogas, este adolescente se convierte en un ser humano no deseado en muchas ocasiones poco salvable de esta situación. (Dishion, Kavanagh, Schneiger, Nelson, & Kaufman, 2002)
Pero las familias pueden proveer protección contra un futuro abuso de drogas cuando hay un vínculo fuerte entre los hijos y los padres; participación de los padres en la vida del adolescente de manera comprensible y pensando siempre que los padres adultos pasaron por la etapa adolescente con conflictos similares a los que hoy día tienen sus hijos; y límites claros y una disciplina aplicada consistentemente.
Las interacciones fuera de la familia pueden involucrar riesgos tanto para los adolescentes, tales como un comportamiento negativo en la escuela o una conducta social deficiente; el fracaso académico; y la asociación con compañeros que abusan de las drogas o mantiene conductas delictivas y/o agresivas. (Spoth, Guyull, & Day, 2002) Pero no todo siempre está perdido, existe la posibilidad de la recuperación desde el fondo de los problemas fortaleciendo su vida implantando firmeza en sus conductas logrando un adulto con convicciones certeras, lo que ocurre a través de la resiliencia, la cual es un término originado en el área de la ingeniería y sirve para denotar la capacidad que tienen los metales de resistir un impacto y recuperar su estructura.
Aplicado al campo de las ciencias sociales es la capacidad que tienen los seres humanos de hacer frente a las adversidades de la cotidianidad, enfrentarlas y salir airosos. Esta posibilidad de afrontamiento responde a factores inherentes a la persona como su capacidad cognitiva de resolver conflictos, procesos afectivos adecuados y control de su impulsividad. Estas características permiten a la persona continuar construyendo su personalidad en condiciones sociales favorables. La resiliencia es un proceso dinámico, que tienen lugar a lo largo del tiempo, y se sustenta en la interacción existente entre la persona y el entorno, entre la familia y el medio social. Es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y personalidad de cada individuo, funcionalidad y estructura familiar, y puede variar en con el transcurso del tiempo y con los cambios de contexto. Implica algo más que sobrevivir, más o menos indemne, al acontecimiento traumático, a las circunstancias adversas. Incluye la capacidad de ser transformado por ellas e incluso construir sobre ellas, dotándolas de sentido, y permitiendo no sólo continuar viviendo, sino tener éxito en algún aspecto vital y poder disfrutar de la vida. La resiliencia se construye en la relación”. (Walsh, 2004)
En resumen, la resiliencia es la capacidad de una persona de salir adelante después de haber vivido alguna situación estresante. Además la fortalece favoreciendo su autonomía e independencia mismas que propician el desarrollo de más y mejores cualidades. Es importante conocer que en la resiliencia hay factores de protección o variables, que preparan a la persona para su desarrollo. Por tanto es necesario identificar los elementos que actúan como factores de resiliencia en el adolescente, cuyo objetivo es facilitar un desarrollo óptimo ( Pérez Blasco, Ferri Benedetti, Melià De Alba, & Miranda Casas, 2007) Carretero (2010) señala la relación de diferentes variables para el desarrollo del comportamiento resiliente, entre las que existen variables asociadas, todas dirigidas al desarrollo de la resiliencia el contar con el apoyo de la familia, debilita los efectos negativos y el estrés, promoviendo en las personas las habilidades necesarias para sobreponerse a la adversidad, desarrollando la fuerza colectiva para responder a los retos posteriores.
La educación es un elemento fundamental para la resiliencia, debido a que ésta es el medio que permite salir adelante y no caer en las dificultades de la sociedad. La educación como factor protector (Vera, 2004) que a pesar de formarse del contexto, tiende a encajar con precisión al desarrollo resiliente, mejorando la respuesta de una persona a un resultado adaptativo. (Lagos San Martín & Ossa Cornejo, 2010)
Las redes sociales se identifican entre los grupos de personas, los miembros de la familia, los amigos, vecinos y cualquier otra persona capaz de aportar apoyo duradero, facilitando el desarrollo de solución a los problemas, refiriéndose especialmente al “soporte y recurso externo” para el adolescente. Martínez y Vásquez (2006) indican que el contacto con el otro es el que abre la posibilidad de tejer una resiliencia: a esto nos referimos, a una mirada amistosa, el apoyo de una persona, la escucha activa y respetuosa, esto es lo que permite iniciar un proceso de resiliencia. Mediante el establecimiento de relaciones interpersonales, el adolescente puede aprender habilidades que le permitan desenvolverse de manera óptima en su medio. Sin embargo dependerá de la situación en que se encuentre, para hacer uso de ellas. (Oseguera & Marcelina., 2012) En el Ecuador viven cerca de dos millones y medio de adolescentes entre 10 y 19 años, Los/as adolescentes representan el 20% del total de la población ecuatoriana. (cnna.gov.ec, 2010)
La resiliencia es un proceso de desarrollo saludable y dinámico de los seres humanos, en el cual la personalidad y la influencia del ambiente interactúan recíprocamente. El concepto de resiliencia se inicio en el campo de la psicopatología, constatándose con asombro que algunos adolescentes criados en familias con padres alcohólicos, no presentaban carencias en el plano biológico, ni psicosocial, sino al contrario, alcanzaban una adecuada calidad de vida. (Armando Waak, 2010)
Entre los factores protectores para el desarrollo de la resiliencia se encuentra la familia, es por esta razón que la prueba que presentamos se centra en conductas cotidianas dentro del hogar. Además el entorno escolar y medioambiental crea situaciones de adaptabilidad que requiere de formas de afrontamiento, por los adolescentes. (Jadue Gladys, Galindo, & Navarro, 2005) Los factores de riesgo y de protección pueden afectar a los adolescentes durante diferentes etapas de sus vidas. En cada etapa, ocurren riesgos que se pueden cambiar a través de una intervención preventiva. Se pueden cambiar o prevenir los riesgos de los años preescolares, tales como una conducta agresiva, con intervenciones familiares, escolares, y