de todo tipo de enfermedad dental, adiestrándolo en la corrección de hábitos. Todos los que se preocupan por el niño en su desarrollo y salud dental, desde el nacimiento hasta la adultez, con seguridad se preocuparan por la proyección de la oclusión normal (46).
Las anomalías dentomaxilofaciales comprenden las alteraciones del crecimiento, desarrollo y fisiologismo de los componentes anatómicos que conforman el sistema estomatognático (47).
En la tabla 8 se puede observar que las deformidades dentofaciales más comunes fueron la vestibuloversión (28,6%) y la mordida abierta anterior (27,2%) en el cual el sexo masculino fue el que tuvo mayor afectación con un 61,4% y 52,3% respectivamente. Estos resultados difieren de los encontrados por Roca (18) en su investigación donde el sexo femenino fue el más afectado.
Tabla 8. Deformidad dentofacial según sexo
Deformidad dentofacial
Femenino: Nº -% – Masculino: Nº -% – Total*: Nº -%
Vestibuloversión: 13 24,0 27 61,4 40 28,6
Mordida abierta anterior: 15 – 27,8 – 23 – 52,3 – 38 – 27,2
Mordida cruzada anterior: 1 – 2,2 – 5 – 9,2 – 6 – 6,1
Mordida cruzada posterior: 1 – 2,2 – 3 – 5,5 – 4 – 4,0
Interferencias: 13 – 29,5 – 17 – 31,4 – 30 – 21,4
Disfunción neuromuscular: 9 – 20,6 – 13 – 24,1 – 22 – 15,7
Apiñamiento:
– Ligero: 8 – 18,1 – 11 – 20,3 – 19 – 13,5
– Moderado: 3 – 6,8 – 8 – 14,8 – 11 – 11,2
– Grave: 1 – 2,2 – 4 – 7,4 – 5 – 5,1
*% calculado sobre la base del total de deformidades dentofaciales.
**% calculado sobre la base del total (femenino y masculino).
Un niño podía tener más de una deformidad dentofacial.
A pesar de que existen programas de salud bucodental en nuestro país basados en la prevención y educación para la salud vemos que sigue existiendo un alto nivel de patologías bucales en los niños que están incluidos en estos programas. Por lo tanto no se está llegando a la población con resultados positivos, bien por falta de medios por parte del sistema nacional de salud, o bien por el desconocimiento de la población, cuestión que se necesitaría conocer para hallar los medios posibles para solucionar este problema.
En la tabla 9 se muestra la relación de los hábitos deformantes y la deformidad dentofacial, el hábito más frecuente fue la lengua protráctil (50,0%) y las deformidades que más prevalecieron fueron la vestibuloversión (46,4%) y la mordida abierta anterior (28,5%) respectivamente sin menospreciar los hábitos de succión digital y respirador bucal que fueron también responsables de elevados porcentajes de vestibuloversión y mordida abierta anterior.
Tabla 9. Hábitos bucales según deformidad dentofacial
Deformidad dentofacial: Hábitos bucales deformantes
Succión Digital: Nº – %. Lengua Protráctil: Nº – %. Respirador Bucal: Nº – %. Total*: Nº – %
Vestibuloversión: 10 – 55,5 – 13 – 46,4 – 5 – 50,0 – 28 – 50,0
Mordida abierta anterior: 6 – 33,3 – 8 – 28,5 – 3 – 30,0 – 17 – 30,4
Mordida cruzada: – – – – – – – –
Interferencias: 1 – 5,5 – 1 – 3,5 – – 2 – 3,6
Disfunción neuromuscular: 1 – 5,5 – 5 – 17,8 – 2 – 20,0 – 8 – 14,3
Apiñamiento: – – 1 – 3,5 – – 1 – 1,7
Total: 18 – 32,1 – 28 – 50,0 – 10 – 17,9 – 56 – 100,0
*% calculado sobre la base del total de hábitos.
Muchos niños a esta edad abandonan el hábito de succión digital por si solos pero persiste la lengua protráctil como secuela de la anterior muy difícil de erradicar. En estos pacientes existe una deglución normal con dientes juntos, pero persiste el empuje lingual considerado como un mecanismo de adaptación para mantener una mordida abierta anterior creada por algún otro proceso.
Estos resultados no difieren de los obtenidos en la Habana Vieja (45) donde el 44,5% de los niños examinados tenían lengua protráctil.
En este trabajo se encontró un vínculo significativo entre los hábitos deformantes y las anomalías dentomaxilofaciales, el grado de alteración producida dependerá de la duración, intensidad y frecuencia del hábito. Esto coincide con lo reportado en un estudio realizado en Pinar del Río por Podadera y Ruiz (48).
El concepto de riesgo ocupa un lugar central en la atención primaria de salud, razón por la cual el conocimiento de los factores de riesgo predisponentes a enfermedades bucales permite aplicar acciones eficaces para evitarlos, interrumpirlos, curarlos y rehabilitarlos en edades tempranas (19).
Tabla 10. Factores de riesgo según sexo
Factores de Riesgo
Femenino: Nº – % – Masculino: Nº – % – Total*: Nº – %
Dieta Cariogénica: 68 – 100,0 – 72 – 100,0 – 140 – 100,0
Uso de biberón: 10 – 52,9 – 8 – 11,1 – 18 – 12,8
Pérdida dental prematura: 25 – 36,7 – 25 – 34,7 – 50 – 35,7
Obturaciones o caries proximales o ambas: 20 – 29,4 – 25 – 34,7 – 45 – 62,5
Deformidad dentofacial: 44 – 64,7 – 54 – 75,0 – 98 – 70,0
Hábitos deformantes: 28 – 41,1 – 28 – 38,8 – 56 – 40,0
Placa dentobacteriana: 57 – 83,8 – 62 – 86,1 – 119 – 85,0
*% calculado sobre la base del total.
**% calculado sobre la base del total (femenino y masculino)
Un niño podía presentar más de un factor de riesgo.
En la tabla 10 se reflejan los principales factores de riesgo encontrados según sexo. Podemos observar como la totalidad de los niños ingerían dieta cariogénica, el 70,0% tenían alteraciones dentofaciales y el 85,0% presentaban placa dentobacteriana como secuela de la higiene bucal deficiente.