El ACS está conformado por 16 ítems redactados en afirmaciones que se refieren a posibles conductas del propio lector. Su medición es en niveles de autoeficacia y la contestación de cada ítem es por medio de una escala tipo Likert que va del 1 al 4, siendo las siguientes posibles respuestas: “Incapaz de poder”, “poco capaz de poder”, “bastante capaz de poder” y “totalmente seguro de poder”. El instrumento de medición se dividió en 4 factores: Conductas de Riesgo (CR), Adherencia al Tratamiento (AT), Acceso al Apoyo Familiar y Profesional (APFP) y Capacidad de Afrontar los Cambios (CAC). Todos los factores incluyen 4 ítems y la puntuación mínima sería 4 y la máxima 16. El factor CR está basado en diferentes posibilidades de comportamiento de los sujetos para ejercer con responsabilidad su sexualidad. El factor AT se refieren a la posibilidad de mantener un tratamiento adecuado y acudir a revisiones médicas. El factor APFP examina la capacidad de los sujetos para acceder al apoyo brindado por profesionales de la salud, familiares y otras personas con VIH. Por último el factor CAC mide la capacidad de afrontar los cambios de estilos de vida que esta enfermedad conlleva.
Integrando los cuatro factores se obtiene una exploración completa acerca de la creencia en los participantes con VIH de poder mantener conductas de su salud. Para la medición del nivel de autoeficacia se hace una sumatoria por ítem y se obtienen los cuartiles de las puntuaciones totales tomando en cuenta las puntuaciones mínimas y máximas de cada factor. Los cuartiles ubican el intervalo en el que se encuentra la puntuación total de cada persona y determina si el nivel resulta bajo, medio o alto para cada factor correspondiente según el promedio obtenido. Un nivel bajo (Q1) corresponde una puntación entre 16.75 y 32.5, para el nivel medio (Q2) entre 32.6 y 48.25, y para el nivel alto (Q3) entre 48.26 y 64. Para el presente estudio, el alfa estandarizado de Cronbach para la Autoeficacia en Conductas de Salud fue de 0.81 y se aplicó en una población de 311 adultos mexicanos.
Análisis estadístico
Para evaluar la fuerza relativa de asociaciones entre la edad, el nivel educativo y de autoeficacia en conductas de salud utilizamos el análisis de regresión lineal. La prueba estadística empleada para la comparación entre los grupos clasificados por género fue la H de Kruskal-Wallis utilizando la paquetería estadística SPSS versión 19 expresando los resultados en promedios y desviación estándar.
Resultados:
Dentro de las entrevistas se incluyó al director de la institución, del cual se obtuvo información general sobre el lugar de procedencia de los participantes, y donde se nos indicó que la mayoría de ellos provenían de la zona norte de la ciudad, incluyendo personas adictas, personas que se dedicaron a la prostitución e indigentes. Los temas más importantes identificados en las entrevistas se sintetizaron en tres aspectos generales que a continuación se describen.
Satisfacción de vivienda
El 98% de los entrevistados mostró altos niveles de satisfacción en cuanto a las condiciones del albergue y mostraron un alto sentido de pertenencia al mismo.
… siento que estas cuatro pareces son mi hogar y le tengo un gran respeto. Todos los días me levanto y agradezco a Dios por tenerme aquí seguro y protegido de la maldad y de la droga…
ID: M.G., Género: mujer, Edad: 34
Relaciones interpersonales
Dentro de las actividades que realizan dentro de la institución tienen que ver con la promoción de valores religiosos y la práctica de oraciones enfocadas a su salud. Estas prácticas están previamente programadas y se llevan a cabo cada domingo por la mañana. Otras actividades que llevan a cabo son la limpieza responsable de sus dormitorios, compartir desayuno, comida y cena, y finalmente actividades recreativas y de trabajo como carpintería y jardinería.
… estando aquí me siento más útil que nunca. Me llevo bien con mis compañeros y a algunos que ya se han ido los recuerdo con mucho aprecio. Aquí encontré la vida que nunca pude tener allá afuera…
ID: J.C., Género: hombre, Edad: 46
Esperanza de vida
La esperanza de vida fue explorada a través de preguntas dirigidas a la adherencia que los participantes mostraron hacia su tratamiento. Este aspecto fue el de mayor varianza entre las respuestas debido al estado de salud y a la edad de diagnóstico.
… es una bendición que puedo tener medicación que controla la enfermedad y me mantiene bien y esto gratis. En ninguna otra parte te dan eso y menos gratuito. Si no tuviera el tratamiento no sé cuánto pudiera aguantar…
ID: L., Género: hombre, Edad: 51
… yo no tomo el tratamiento pero aquí estoy. No me quiero levantar de mi cama, extraño a mis hijos pero ellos no pueden verme así. Los de aquí quieren que me levante pero ¿para qué? no tengo ganas y no les estoy haciendo drama, simplemente así estoy mejor…
ID: M.F., Género: mujer, Edad: 31
En la Figura 1 es posible observar cómo se encuentra la distribución del nivel educativo en los participantes donde en su gran mayoría cuentan solo con educación primaria. Los resultados del análisis de regresión lineal para la edad, el nivel educativo y de autoeficacia se pueden apreciar visualmente dentro de las Figuras 2 y3. En ambos casos el coeficiente de determinación resultó con una asociación débil entre las 3 variables ( r2 = 0.074, r2 = 0.027). En la Tabla 1 es posible apreciar los niveles de autoeficacia en conductas de salud para ambos grupos clasificados por género. Ambos grupos resultaron con niveles altos para cada factor del ACS y en la puntuación total tanto hombres como mujeres resultaron con nivel alto (hombres M = 57.67, DT = ±5.18 y mujeres M = 57, DT= ±6.45). En el contraste de los rangos de los dos grupos (Tabla 2) se obtuvo que los cuatro factores del ACS incluyendo el nivel total de autoeficacia resultaron sin diferencias estadísticamente significativas puesto que p > 0.05 y X2 < 3.84.
Discusión:
Este estudio explora de forma cualitativa y cuantitativa la relación entre la autoeficacia en conductas de salud, la edad y el nivel educativo de personas con VIH que se encuentran albergadas en la ciudad de Tijuana y analiza las posibles diferencias en entre género masculino y femenino. Los resultados muestran que en cuanto al nivel educativo, un gran porcentaje de los participantes (48%) alcanzan apenas el nivel primaria con una edad promedio de 41.40 años. Esto indica que las personas que llegan a este albergue efectivamente son aquellas quienes han sido menos favorecidas en el alcance de la educación y según Crabtree y colaboradores (2012) la edad avanzada y el nivel educativo están asociadas con un diagnóstico tardío del VIH y por lo tanto con estado de salud más riesgoso y coincide también con el estudio de Barkley (2007) en el que se muestra que conforme avanza la edad el riesgo de fracaso a la adherencia al tratamiento aumenta y tiene una relación indirectamente proporcional con el estado neurocognitivo de la persona.
De acuerdo al reporte de los tres temas que se concretaron en la entrevista se observó que los participantes muestran un alto sentido de pertenencia al albergue, se sienten protegidos, útiles y mantienen relaciones interpersonales sanas con sus compañeros. Esto coincide con un estudio realizado por Aidala y colaboradores (2016) en el que concluyeron que el establecimiento de una vivienda completa en atención médica, apoyo social y psicológico es esencial para personas con VIH que viven en estado de marginación, como es el caso de las personas que viven en el albergue Las Memorias A.C.
De acuerdo al análisis de regresión lineal se demostró en este estudio que la edad y el nivel educativo no forman una asociación fuerte con la autoeficacia (edad r2 = 0.074, nivel educativo r2 = 0.027), dicho de otro modo, ni la edad ni el nivel educativo fueron fuertes predictores de la autoeficacia para tener adecuadas conductas de salud en los participantes. De acuerdo al estudio cualitativo la adherencia al tratamiento resulta efectiva y asimismo ocurrió de acuerdo a los resultados cuantitativos del ACS con niveles altos de autoeficacia tanto en hombres como en mujeres (M = 57.67, DT = ±5.18 y M = 57, DT= ±6.45). Estos datos coinciden con los hallazgos de Erlen (2010) donde los participantes reportaron una alta autoconfianza en su capacidad para llevar a cabo tareas específicas relacionadas con la el cuidado de la salud y en la capacidad de la adherencia al tratamiento, asimismo, según Andrinopoulos y colaboradores (2010) reportan que aquellas personas que tienen un amplio dominio del manejo del tratamiento y medicación para el VIH suelen presentar niveles altos de autoeficacia.
Lo cierto es que aunque en esta institución no existe un psicólogo de planta que haga intervenciones de salud mental existe un ambiente bastante sano dentro del albergue gracias a las actividades que se promueven y a las prácticas psicológicas que ofrecen prestadores de servicio social. Estos resultados toman más sentido con la aportación de Turan y colaboradores (2016) en las que encontraron en su estudio que las intervenciones psicológicas dirigidas a mejorar la adherencia al tratamiento para personas con VIH pueden fortalecer los procesos de apoyo social, lo que a la vez puede mejorar la autoeficacia para los cuidados de salud.
El contraste de los rangos de autoeficacia para los dos grupos sobre las conductas de salud no presentó diferencias significativas de acuerdo a los cuatro factores del ACS incluyendo el nivel total de autoeficacia, esto se puede deber a que tanto los hombres como las mujeres de este albergue reciben la misma información y educación sobre el cuidado de su salud.
Cabe mencionar que este estudio tiene limitaciones debido a que la muestra no representa al total de las personas de Tijuana albergadas y con VIH sino a un grupo de personas que participó de forma voluntaria. Puesto que se trata de una muestra pequeña (n = 25) se hace una atenta invitación a realizar este tipo de estudios con muestras mayores y asimismo a incluir en sus estudios otros factores psicosociales que pudieran influir en las vidas de personas bajo estas características.