Inicio > Ginecología y Obstetricia > Cáncer de mama y cervicouterino. Un tabú entre religiosas católicas > Página 2

Cáncer de mama y cervicouterino. Un tabú entre religiosas católicas

alimenticios y factores epidemiológicos entre otros.

Se establece un examen clínico anual realizado por personal capacitado para todas las mu­jeres de 26 y más años que visitan un centro de salud.

El cáncer de mama afecta tanto a mujeres jóvenes como a mujeres de mayor edad y una gran proporción de este padecimiento en los países en desarrollo –en muchos hasta 50%– ocurre en mujeres menores de 54 años.

Un estudio de 256 mujeres mexicanas con diagnóstico de cáncer de mama reveló que en 90% de los casos fueron ellas mismas las que identificaron su padecimiento y sólo 10% se diagnosticó en etapa I. El mismo estudio también mostró que sólo 30% de las mujeres se practicó la autoexploración, e incluso que un porcentaje todavía menor lo hizo de manera adecuada.

La más reciente encuesta de salud incluye una pregunta para saber si las mujeres habían acudido al centro de salud para cualquier tipo de estudio de cáncer de mama, estos datos muestran que sólo 12% de las mujeres de 40 a 69 años de edad se había sometido a un examen clínico (incluida la mamografía) en el año 2000, en tanto que para el año 2006 el porcentaje fue de 22%. Dicho incremento se observó en todos los grupos etarios, pero fue mayor para las edades de 45 y más años”. (knaul, 2009)

En la investigación Factores de riesgo de cáncer cervicouterino invasor en mujeres mexicanas, se tomaron como casos a mujeres con diagnostico histopatológico de cáncer cervicouterino invasor, sin que hubieran recibido alguna intervención quirúrgica.

“Los casos fueron reclutados en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) de la ciudad de México, en cinco clínicas de displasia del estado de Veracruz y Cuernavaca, entre enero 2000 y Septiembre 2001.

La muestra que tuvo datos válidos para este trabajo fue de 215 casos y 420 controles. Los casos y controles fueron entrevistados en el INCan mediante un cuestionario estandarizado y previamente validado, donde se incluyeron variables como: demográficas, antecedentes gineco-obstétricos, actividad sexual y socioeconómica.

Se tomó una muestra de células del canal endocervical para identificar el virus del papiloma humano (VPH)-AR.

Se encontró que una serie de factores se asociaron con un incremento en la probabilidad de desarrollar cáncer cervicouterino: analfabetismo; ausencia de escolaridad; falta de seguridad social; consumo de tabaco en algún momento de la vida; nivel socioeconómico bajo; mas de tres partos; uso de anticonceptivos hormonales; presencia de infección vaginal en los últimos tres meses e inicio de la vida sexual activa antes de los 20 años.

La presencia de virus del papiloma humano (VPH)-AR incrementa en 78 veces la probabilidad de desarrollar la enfermedad”. (Gomez, 2005)

El doctor Martín Milán López, jefe del departamento de Epidemiologia de la secretaria de salud de Guanajuato en su artículo titulado Morbimortalidad del Cáncer Cervicouterino en el estado de Guanajuato, hace mención sobre el desarrollo del cáncer, su origen, tipos y tratamiento.

“En el estado de Guanajuato este padecimiento muestra una tendencia franca hacia el aumento en el periodo 2000-2005 ya que durante el año 2000 la incidencia de cáncer cervicouterino fue de 4.3 casos por 100,000 habitantes, mientras que para el 2005 la tasa se elevó a 7.6 casos por 100,000 habitantes, lo que represento un incremento real del 76% en los casos notificados por las instituciones del sector salud”.

En el artículo se muestra la morbilidad y la mortalidad de acuerdo a los municipios del estado, encontrando que este padecimiento afecta principalmente a las clases sociales bajas, identificando diversos grupos religiosos en los cuales el padecimiento es menos frecuente, dentro de los que se encuentran las monjas católicas, mormones y judíos. Estableciendo que la baja frecuencia se debe a los patrones de conducta sexual de estos grupos y a la presencia de circuncisión en los varones, en especial en los judíos. (Milan López, 2006)

La Norma oficial mexicana NOM-014-SSA2-1994, para la prevención, tratamiento y control de cáncer del cuello del útero y de mama en la atención primaria, de manera general “se enfoca en la reducción de la mortalidad y morbilidad del Cáncer Cérvico Uterino y Mamario, así como de las complicaciones que estos padecimientos generan. Específicamente en el punto 6.1.7 señala que deben considerarse como factores de riesgo para el cáncer del cuello del útero:

– Ser mayores de 25 años

– Inicio temprano de relaciones sexuales (antes de los 19 años)

– Promiscuidad de la pareja

– Multiparidad (más de cuatro partos)

– Embarazo temprano (antes de los 18 años)

– Infección cervical por virus del papiloma humano

– Antecedentes de enfermedades de transmisión sexual

– Tabaquismo

– Deficiencia de folatos y vitaminas A, C y E

– Nunca haberse practicado estudio citológico

6.1.8 Deben considerarse como factores de riesgo para cáncer mamario:

– Ser mayor de 35 años

– Historia familiar o personal de cáncer mamario

– Nuliparidad

– Primer embarazo después de los 30 años

– Antecedentes de patología mamaria (displasias)

– Menarca temprana (primera menstruación antes de los 12 años de edad)

– Menopausia tardía (después de los 50 años de edad)

– Uso prolongado de estrógenos (más de cinco años)

– Obesidad (dieta rica en grasas)

– Tabaquismo

– Diabetes”

lll. METODOLOGÍA

III.I TIPO DE ESTUDIO

Estudio de tipo cuantitativo, en el cual se describió a un grupo