Cáncer de piel: a propósito de un caso
Autora principal: Alba Cirac Oriol
Vol. XX; nº 08; 365
Skin cancer: a case report
Fecha de recepción: 18 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 8 de abril de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 365
Autores: Alba Cirac Oriol; Pedro Roberto Sancho Ortega; María Ester Cano Serrano; Sheila Larrayad Sanz; Beatriz Matarín Martín; Daniel Vera Tena; Lorena Domínguez Cuevas
Centro de Trabajo actual: Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza (España)
Palabras clave en español: cáncer, piel, sol, basocelular, espinocelular, melanoma
Palabras clave en inglés: cancer, skin, sun, basal cell, squamous cell, melanoma
Resumen en español:
El cáncer de piel es una de las formas más comunes de cáncer en el mundo y se origina cuando las células de la piel comienzan a crecer de manera anormal. Generalmente, el cáncer de piel se desarrolla en áreas de la piel que están expuestas al sol, aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Existen tres tipos principales de cáncer de piel: el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma. El carcinoma basocelular es el más frecuente y menos agresivo. Se forma en las células basales, ubicadas en la capa más profunda de la epidermis, y rara vez se disemina a otras partes del cuerpo. El carcinoma espinocelular se origina en las células escamosas, que están en la capa superior de la piel. Aunque es más agresivo que el basocelular, también suele ser tratable si se detecta a tiempo. Por último, el melanoma es el tipo más peligroso y menos frecuente. Se desarrolla en los melanocitos, las células responsables de producir pigmento en la piel, y tiene una alta probabilidad de propagarse a otros órganos si no se detecta y trata adecuadamente.
La principal causa del cáncer de piel es la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado. La radiación UV daña el ADN de las células de la piel, lo que puede llevar a mutaciones y al desarrollo de cáncer. El riesgo de padecer cáncer de piel aumenta con factores como la piel clara, antecedentes familiares de la enfermedad, la exposición frecuente al sol sin protección y la presencia de lunares o manchas en la piel.
El diagnóstico del cáncer de piel generalmente se realiza mediante un examen físico y una biopsia de piel. Si se detecta cáncer, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida, dependiendo del tipo y la extensión del cáncer.
La prevención es clave en la lucha contra el cáncer de piel. Se recomienda evitar la exposición al sol durante las horas de mayor radiación, usar protector solar de amplio espectro, vestirse con ropa protectora y evitar las camas de bronceado. Además, es fundamental realizarse autoexámenes regulares de la piel y consultar a un dermatólogo para revisiones periódicas, ya que la detección temprana mejora significativamente las probabilidades de éxito en el tratamiento.
Resumen en inglés:
Skin cancer is one of the most common forms of cancer in the world and is caused when skin cells begin to grow abnormally. Generally, skin cancer develops on areas of the skin that are exposed to the sun, although it can appear anywhere on the body.
There are three main types of skin cancer: basal cell carcinoma, squamous cell carcinoma and melanoma. Basal cell carcinoma is the most common and least aggressive. It forms in the basal cells, located in the deepest layer of the epidermis, and rarely spreads to other parts of the body. Squamous cell carcinoma originates in squamous cells, which are in the upper layer of the skin. Although it is more aggressive than basal cell carcinoma, it is also usually treatable if detected early. Finally, melanoma is the most dangerous and least common type. It develops in the melanocytes, the cells responsible for producing pigment in the skin, and has a high probability of spreading to other organs if not detected and treated properly.
The main cause of skin cancer is excessive exposure to ultraviolet (UV) radiation from the sun or from artificial sources such as tanning beds. UV radiation damages the DNA of skin cells, which can lead to mutations and the development of cancer. The risk of skin cancer increases with factors such as fair skin, family history of the disease, frequent unprotected sun exposure and the presence of moles or spots on the skin.
Diagnosis of skin cancer is usually made by physical examination and skin biopsy. If cancer is detected, treatment may include surgery, radiation therapy, chemotherapy or targeted therapy, depending on the type and extent of the cancer.
Prevention is key in the fight against skin cancer. It is recommended to avoid exposure to the sun during peak radiation hours, use broad-spectrum sunscreen, wear protective clothing and avoid tanning beds. In addition, it is essential to perform regular skin self-examinations and consult a dermatologist for periodic check-ups, as early detection significantly improves the chances of successful treatment.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Caso Clínico:
Historia clínica:
Paciente femenina de 40 años de edad, con antecedentes médicos generales de salud buena, sin comorbilidades importantes. La paciente se presenta en consulta dermatológica debido a la aparición de una lesión cutánea en la cara que ha cambiado de aspecto en las últimas semanas. La paciente refiere que hace aproximadamente 6 meses notó una pequeña pápula en el lado derecho de su nariz, que inicialmente era de color rosado y de aproximadamente 5 mm de diámetro. En las últimas semanas, la lesión ha crecido significativamente, llegando a un tamaño aproximado de 1 cm de diámetro y ha adquirido un tono más oscuro y borde irregular. Además, ha notado que la lesión sangra ocasionalmente al roce y presenta picor. No refiere antecedentes familiares de cáncer de piel, pero sí menciona que en su juventud solía exponerse al sol de manera prolongada sin protección solar.
Historia social:
La paciente es residente en una ciudad costera y trabaja como arquitecta en una oficina. Sin embargo, tiene un estilo de vida relativamente activo, practicando deportes al aire libre, como el senderismo y la natación, lo que implica una exposición solar frecuente. A pesar de ello, en la actualidad no ha tenido exposición solar excesiva, ya que ha adoptado prácticas de protección solar más estrictas en los últimos años.
Antecedentes personales:
No refiere antecedentes médicos personales relevantes, como enfermedades autoinmunes, trastornos de la coagulación, ni alergias medicamentosas. Tiene antecedentes de un leve acné en su adolescencia, tratado con medicamentos tópicos sin complicaciones.
Examen físico:
En el examen físico, la paciente presenta una lesión localizada en la región lateral derecha de la nariz. La lesión es de forma irregular, con bordes mal definidos, de aproximadamente 1 cm de diámetro, con un color marrón oscuro, en algunas áreas con aspecto de costra, y presencia de áreas ligeramente ulceradas en su centro. La palpación revela que la lesión es indurada y algo dolorosa al tacto. No hay evidencia de adenopatías regionales palpables.
Además, se realizan otros exámenes de la piel que no muestran otras lesiones sospechosas. No hay historia de lesiones cutáneas previas que pudieran sugerir una evolución de un melanoma o carcinoma espinocelular.
Diagnóstico diferencial:
Ante la sospecha clínica de cáncer de piel, se debe considerar un diagnóstico diferencial. Las principales posibilidades incluyen:
- Carcinoma basocelular (CBC): Este es el tipo más común de cáncer de piel y generalmente aparece en áreas expuestas al sol, como la cara. El carcinoma basocelular se presenta con frecuencia como una lesión nodular, perlada, con úlceras y sangrados ocasionales.
- Carcinoma espinocelular (CEC): Aunque más raro que el CBC, el carcinoma espinocelular también puede presentarse como una lesión ulcerada o con costras, generalmente en áreas expuestas al sol. El CEC tiene una mayor probabilidad de metastatizar si no se trata adecuadamente.
- Melanoma: El melanoma es el cáncer de piel más agresivo y puede presentar bordes irregulares, coloración heterogénea y cambios en el tamaño y forma de la lesión. Dado que la paciente tiene una lesión pigmentada en la nariz, esta es una posibilidad que se debe evaluar con urgencia.
- Queratosis actínica: Lesiones precancerosas causadas por la exposición al sol, que pueden evolucionar a carcinomas espinocelulares si no se tratan. Estas lesiones se presentan como manchas ásperas o escamosas en áreas expuestas al sol, pero generalmente no tienen características ulcerativas.
Estudios complementarios:
Para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de cáncer de piel, se indica una biopsia incisional de la lesión sospechosa. Durante la biopsia, se extrae una muestra representativa de la lesión para su análisis histopatológico. El resultado de la biopsia muestra una proliferación de células basales atípicas con invasión hacia las capas más profundas de la epidermis, características típicas de un carcinoma basocelular nodular.
Tratamiento:
Una vez confirmado el diagnóstico de carcinoma basocelular, se discuten las opciones terapéuticas con la paciente. Dado que la lesión está localizada en la cara y es relativamente pequeña, se recomienda realizar una extirpación quirúrgica con márgenes adecuados para garantizar la remoción completa del tumor. Se le explica a la paciente que el tratamiento quirúrgico es generalmente exitoso, con altas tasas de curación y un bajo riesgo de recurrencia si se siguen las pautas adecuadas.
La paciente acepta el procedimiento y, dos semanas después, se realiza la exéresis quirúrgica de la lesión. Durante la cirugía, se asegura que los márgenes de resección sean adecuados. La lesión es enviada a análisis de patología para confirmar que no haya células tumorales residuales en los bordes de la muestra.
Seguimiento y pronóstico:
La paciente tolera bien la cirugía y la cicatrización postoperatoria es favorable. Se le indica cuidado adecuado de la herida, evitando la exposición directa al sol durante el proceso de curación. Se recomienda el uso de protector solar de amplio espectro (SPF 50) en la zona tratada para prevenir la formación de nuevas lesiones.
Durante las consultas de seguimiento, se realiza un examen físico exhaustivo de la piel cada 3 meses durante el primer año, luego cada 6 meses en los siguientes años, debido al riesgo de recurrencia o aparición de nuevas lesiones, especialmente en pacientes con antecedentes de exposición solar excesiva.
El pronóstico para esta paciente es muy favorable, ya que el carcinoma basocelular tiene una alta tasa de curación y rara vez metastatiza. Sin embargo, se le advierte sobre la importancia de la prevención y el autocontrol de la piel. Se le recomienda evitar la exposición prolongada al sol, usar ropa protectora y realizar autoexámenes de la piel regularmente para detectar cualquier cambio en las lesiones existentes o la aparición de nuevas.
Conclusión:
El carcinoma basocelular es un cáncer de piel común, pero generalmente tiene un pronóstico excelente si se detecta y trata de manera temprana. En este caso, la paciente de 40 años presenta una lesión en la cara que, tras la evaluación clínica y la biopsia, fue diagnosticada como carcinoma basocelular nodular. El tratamiento quirúrgico fue exitoso, y la paciente está en seguimiento para prevenir recurrencias. La clave en la prevención del cáncer de piel radica en evitar la exposición al sol sin protección y en realizar chequeos dermatológicos periódicos, especialmente para las personas que han estado expuestas de manera crónica a la radiación ultravioleta.
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