Codo Flotante: Una Revisión Bibliográfica sobre Diagnóstico, Tratamiento y Resultados Funcionales
Autor principal: Gabriel Muñoz Hernández
Vol. XX; nº 06; 230
Floating Elbow: A Bibliographic Review on Diagnosis, Treatment, and Functional Outcomes
Fecha de recepción: 09/02/2025
Fecha de aceptación: 20/03/2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 06 Segunda quincena de Marzo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 06; 230
Autores
Nombre: Gabriel Muñoz Hernández
Médico General. Licenciatura en Medicina y Cirugía, con título profesional de Doctora de la Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa rica.
Centro de trabajo actual: profesional independiente.
Investigador independiente.
Encargado de la correspondencia. Correo Electrónico: gabomuh.27@gmail.com
Nombre: María Fernanda Céspedes Morales
Médico General. Licenciatura en Medicina y Cirugía, con título profesional de Doctora de la Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa rica.
Centro de trabajo actual: profesional independiente.
Investigadora independiente.
Estudiante investigadora certificada por el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS).
Nombre: Camila Franceschi Calderón
Médico General. Licenciatura en Medicina y Cirugía, con título profesional de Doctora de la Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa rica.
Centro de trabajo actual: profesional independiente.
Investigadora independiente.
Estudiante investigadora certificada por el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS).
Nombre: Noilyn Nicolle Angulo Pichardo.
Médico General. Licenciatura en Medicina y Cirugía, con título profesional de Doctora de la Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa rica.
Centro de trabajo actual: Caja Costarricense del Seguro Social, San José, Costa Rica
Investigadora independiente.
Nombre: Jorge Evelio Vega Monge
Médico General. Licenciatura en Medicina y Cirugía, con título profesional de Doctora de la Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa rica.
Centro de trabajo actual: profesional independiente.
Investigador independiente.
Estudiante investigador certificado por el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS).
Resumen
El término «codo flotante» se refiere a una lesión que involucra fracturas ipsilaterales del húmero y el antebrazo, desconectando funcionalmente el codo del resto del miembro. Esta condición se asocia comúnmente con traumas de alta energía y puede resultar en complicaciones significativas si no se maneja adecuadamente [2, 8, 13]. Desde que Stanitski y Micheli introdujeron el término en 1980 para describir este patrón de lesión en niños, y Rogers y sus colegas lo extendieron a los adultos en 1984, el manejo del codo flotante ha evolucionado significativamente [1, 2]. Esta revisión bibliográfica analiza estudios recientes sobre el codo flotante, comparando diferentes enfoques de tratamiento y discutiendo las complicaciones y resultados funcionales a largo plazo. La revisión se basa en una variedad de estudios de casos y revisiones sistemáticas para proporcionar una visión comprensiva de esta compleja lesión [3, 5, 7, 11].
Palabras clave: codo flotante, fractura de húmero distal, fractura de antebrazo proximal, tratamiento quirúrgico, fijación interna, lesiones de alta energía, complicaciones postoperatorias, resultados funcionales a largo plazo.
Abstract
The term «floating elbow» refers to an injury involving ipsilateral fractures of the humerus and forearm, functionally disconnecting the elbow from the rest of the limb. This condition is commonly associated with high-energy trauma and can result in significant complications if not managed appropriately [2, 8, 13]. Since Stanitski and Micheli introduced the term in 1980 to describe this injury pattern in children, and Rogers and colleagues extended it to adults in 1984, the management of the floating elbow has evolved significantly [1, 2]. This bibliographic review analyzes recent studies on the floating elbow, comparing different treatment approaches and discussing long-term complications and functional outcomes. The review is based on a variety of case studies and systematic reviews to provide a comprehensive overview of this complex injury [3, 5, 7, 11].
Keywords: floating elbow, distal humerus fracture, proximal forearm fracture, surgical treatment, internal fixation, high-energy injuries, postoperative complications, long-term functional outcomes.
Declaración de buenas prácticas
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes
Introducción
El término “codo flotante” fue acuñado por Stanitski y Micheli en 1980 para describir una fractura ipsilateral del húmero y antebrazo, inicialmente observada en niños [1, 2]. Con el tiempo, este concepto ha sido extendido a adultos y otras variantes, incluyendo fracturas articulares en el codo, que pueden involucrar el húmero distal y las estructuras proximales del antebrazo [1, 3]. Este tipo de lesión generalmente ocurre tras traumatismos de alta energía, como accidentes automovilísticos o caídas desde grandes alturas [3, 8]. Las fracturas que caracterizan al síndrome de codo flotante pueden comprometer no solo las estructuras óseas, sino también las vasculares y nerviosas, lo que genera inestabilidad funcional y un pronóstico incierto a largo plazo [3, 6]. Las lesiones neurovasculares son una preocupación significativa, ya que su presencia puede complicar el manejo quirúrgico y afectar el resultado clínico del paciente [5]. Estudios previos han demostrado que una reducción y fijación tempranas son esenciales para minimizar las complicaciones y mejorar la recuperación funcional [8].
A pesar de la baja incidencia de esta condición, el tratamiento del codo flotante varía según la gravedad y la complejidad de las fracturas. La intervención quirúrgica, que generalmente implica la osteosíntesis con placas y tornillos, es la opción preferida para garantizar la estabilidad estructural y permitir una rehabilitación temprana [5, 10]. Este enfoque es especialmente crucial para evitar complicaciones postoperatorias, como pseudoartrosis, rigidez articular y limitaciones funcionales [10].
Epidemiología
El codo flotante es una condición rara tanto en la población pediátrica como en la adulta. En niños, representa una proporción significativa de las fracturas complejas debido a la naturaleza más común de los traumas de alta energía en esta población [2, 8]. En los adultos, sin embargo, estas lesiones son menos comunes y generalmente resultan de eventos traumáticos severos como accidentes automovilísticos o caídas desde alturas significativas [3, 8].
Un estudio llevado a cabo por Ditsios et al. (2022) reportó que las fracturas de codo flotante en adultos tenían una incidencia limitada, con la mayoría de los casos asociados a traumatismos de alta energía [11]. Asimismo, Marius et al. (2020) encontraron que estas lesiones frecuentemente involucraban complicaciones neurovasculares, lo que aumentaba la complejidad del tratamiento y afectaba los resultados funcionales [5].
En cuanto a la distribución por género, estudios han mostrado una mayor prevalencia en hombres comparado con mujeres, lo cual podría estar relacionado con una mayor exposición a actividades de alto riesgo [13]. La edad promedio de los pacientes adultos con codo flotante es alrededor de los 30-40 años, mientras que en la población pediátrica, la incidencia es más alta en niños menores de 10 años [8, 9].
Mecanismo de Trauma
El codo flotante generalmente resulta de traumatismos de alta energía, como accidentes automovilísticos, caídas desde alturas considerables y accidentes deportivos [8, 13, 14]. En accidentes automovilísticos, el impacto directo contra superficies duras puede causar fracturas múltiples en el brazo. Las caídas desde altura suelen provocar fracturas cuando la víctima intenta frenar la caída con el brazo extendido, transmitiendo una carga axial a través del codo [8]. Los accidentes deportivos, especialmente en deportes de contacto, también pueden causar fracturas diafisarias y articulares debido a colisiones y movimientos bruscos [14].
Fisiopatología
La fisiopatología del codo flotante implica fracturas del húmero distal y del cúbito y radio proximal, resultando en una pérdida de estabilidad del codo [1, 3]. Estas fracturas pueden ser simples o complejas, con múltiples fragmentos óseos. Las lesiones de los tejidos blandos, como músculos, tendones y ligamentos, complican el tratamiento y la recuperación [3, 6]. Las lesiones neurovasculares afectan los nervios radial, ulnar y mediano, y las arterias braquial y radial, lo que puede causar déficits neurológicos y compromiso vascular [5]. La correcta alineación y estabilización de los fragmentos óseos son esenciales para una recuperación funcional exitosa, evitando complicaciones como pseudoartrosis y rigidez articular [6, 10].
Diagnóstico
El diagnóstico del codo flotante comienza con una evaluación clínica exhaustiva. Los signos y síntomas típicos incluyen dolor intenso y localizado, hinchazón significativa, deformidad visible en el codo y el brazo, y la incapacidad de mover el miembro afectado. La palpación suele revelar crepitación y puede desencadenar un aumento del dolor. Además, los hematomas y la inestabilidad articular son comunes, especialmente en fracturas complejas [8, 14].
Además de la evaluación clínica, es esencial realizar una evaluación neurovascular. Las lesiones neurovasculares, como la afectación del nervio radial, ulnar o mediano, pueden complicar significativamente el tratamiento quirúrgico y afectar el resultado funcional del paciente [5, 8]. Es crucial verificar la perfusión distal y la sensibilidad del miembro para descartar cualquier daño vascular o nervioso.
Para confirmar la extensión de las fracturas y planificar el tratamiento, se utilizan estudios de imagen. Las radiografías anteroposteriores y laterales del codo y el antebrazo son las primeras herramientas diagnósticas. Estas imágenes permiten evaluar la alineación y la congruencia articular, así como identificar la cantidad y disposición de los fragmentos óseos [14].
Sin embargo, en casos complejos donde las radiografías no proporcionan suficiente detalle, la tomografía computarizada (TC) es fundamental. La TC ofrece una visualización detallada de las fracturas y los fragmentos, facilitando una planificación quirúrgica precisa. En particular, es útil para identificar fragmentos intraarticulares y evaluar la extensión del daño óseo [14]. La importancia de la TC radica en su capacidad para ofrecer una visión tridimensional, lo que permite a los cirujanos ortopédicos diseñar un enfoque quirúrgico más efectivo y minimizar las complicaciones postoperatorias.
La evaluación con TC es especialmente valiosa en fracturas complejas del codo, donde la fragmentación y la afectación articular pueden no ser completamente visibles en radiografías convencionales. En situaciones donde persiste la duda diagnóstica, la TC se convierte en la herramienta de elección para confirmar el diagnóstico y planificar la intervención quirúrgica [14].
Clasificación
Tipo I: Este tipo incluye fracturas del húmero sin afectación articular. Es la forma más simple del codo flotante y generalmente implica fracturas diafisarias del húmero y el antebrazo [3, 6].
Tipo II: Involucra fracturas del húmero con afectación del cúbito y/o radio proximal, pero sin dislocación del codo. Estas fracturas pueden comprometer la estabilidad articular y requieren técnicas de fijación más complejas [1, 13].
Tipo III: Combina fracturas del húmero y el antebrazo con una luxación del codo. Este tipo es particularmente desafiante debido a la inestabilidad adicional causada por la luxación y puede requerir un enfoque quirúrgico más agresivo [13].
Tipo IV: Incluye casos con fracturas intraarticulares complejas y lesiones asociadas, como la dislocación de la articulación radiocubital distal. Estas variantes presentan desafíos significativos en el manejo y tratamiento [6, 14].
Tratamiento y Manejo Quirúrgico
El tratamiento del codo flotante requiere una cuidadosa planificación y ejecución debido a la complejidad de las fracturas y la inestabilidad articular. La mayoría de los casos requieren intervención quirúrgica para asegurar la alineación adecuada y la estabilidad del codo y el brazo.
Técnicas de Fijación Quirúrgica
Reducción Cerrada y Fijación Interna (CRIF): Utilizada en fracturas menos complejas, la CRIF implica la manipulación de los huesos a través de la piel sin una incisión abierta, seguida de la fijación interna con clavos, tornillos o placas. Esta técnica es menos invasiva y puede ser adecuada para fracturas simples donde los fragmentos óseos pueden alinearse correctamente sin la necesidad de una exposición directa [14]. Veliceasa et al. (2022) reportaron buenos resultados con CRIF en fracturas simples, destacando la reducción de la cicatrización y el menor tiempo de recuperación [13]. En su estudio, los pacientes tratados con CRIF mostraron una recuperación funcional completa en un período más corto comparado con técnicas más invasivas.
Reducción Abierta y Fijación Interna (ORIF): En casos más complejos, se requiere una reducción abierta para visualizar directamente las fracturas y realizar una fijación interna precisa. La ORIF implica la realización de una incisión para exponer los huesos fracturados, seguida de la fijación con placas y tornillos para asegurar la estabilidad. Esta técnica es crucial en fracturas con múltiples fragmentos o cuando hay una afectación articular significativa [13, 14]. Fortis-Olmedo et al. (2019) describieron casos tratados con ORIF, observando una recuperación funcional satisfactoria y una baja incidencia de complicaciones a largo plazo [14]. En un estudio de 31 pacientes, Malheiros et al. (2015) encontraron que la ORIF resultó en una mejor recuperación funcional y una tasa reducida de complicaciones como la pseudoartrosis y la infección [8].
Fijación Externa: En situaciones donde las fracturas son extremadamente inestables o hay una infección presente, se puede utilizar un fijador externo. Este dispositivo mantiene los huesos en su lugar desde el exterior del cuerpo, permitiendo una estabilización temporal mientras se planifica un tratamiento adicional. La fijación externa también se usa como una medida provisional en pacientes con traumatismos múltiples hasta que se encuentren en condiciones adecuadas para la cirugía definitiva [14]. Marius et al. (2020) señalaron que la fijación externa fue efectiva en estabilizar fracturas complejas, especialmente en contextos de trauma severo y alta energía [5]. En su estudio, la fijación externa permitió una estabilización inicial adecuada, reduciendo el riesgo de complicaciones adicionales durante el manejo inicial del paciente.
Elección de Implantes
La elección de los implantes depende de la naturaleza y la severidad de las fracturas. Los implantes comunes incluyen placas anatómicas, tornillos, clavos intramedulares y clavos de Kirschner. Las placas anatómicas son especialmente útiles para asegurar una fijación rígida en fracturas con múltiples fragmentos, mientras que los tornillos y los clavos proporcionan estabilidad adicional [14]. Fortis-Olmedo et al. (2019) destacaron el uso de placas anatómicas y tornillos para asegurar una recuperación más rápida y efectiva, minimizando el riesgo de complicaciones postoperatorias como la pseudoartrosis [14]. En su estudio, los pacientes tratados con placas anatómicas tuvieron una recuperación más rápida y menos complicaciones en comparación con otros métodos de fijación.
Resultados de Estudios
Fortis-Olmedo et al. (2019): Este estudio presentó dos casos de fracturas complejas de codo tratadas mediante osteosíntesis, resaltando la importancia de la tomografía computarizada para la planificación preoperatoria. Los resultados funcionales a largo plazo fueron satisfactorios, con ambos pacientes recuperando un rango completo de movimiento [14]. En estos casos, la TC facilitó la identificación precisa de los fragmentos óseos y permitió una planificación quirúrgica más efectiva.
Veliceasa et al. (2022): Se reportaron dos casos de codo flotante-luxado en adultos, tratados con éxito mediante una combinación de CRIF y ORIF. Los pacientes mostraron una recuperación funcional completa a los dos años de seguimiento, destacando la importancia de la estabilización quirúrgica temprana [13]. Este estudio subraya la necesidad de un enfoque personalizado en el tratamiento de lesiones complejas, adaptando las técnicas quirúrgicas a las necesidades específicas de cada paciente.
Marius et al. (2020): En un estudio sobre el manejo de codos flotantes en un hospital de enseñanza en Brazzaville, se encontró que la fijación externa fue especialmente útil en pacientes con trauma severo. La tasa de complicaciones fue baja, y la mayoría de los pacientes recuperaron una función adecuada del codo [5]. Este estudio destaca la eficacia de la fijación externa en el manejo inicial de fracturas complejas y su papel en la reducción de complicaciones a largo plazo.
Malheiros et al. (2015): En un estudio descriptivo de 31 casos de codo flotante en niños, se observó que la ORIF fue el método más efectivo para asegurar una recuperación funcional y reducir las complicaciones postoperatorias. La osteosíntesis con placas y tornillos permitió una estabilización adecuada y una rehabilitación temprana [8]. Los resultados indicaron que la ORIF es una técnica confiable y efectiva para el manejo de fracturas complejas en pacientes pediátricos.
Baghdadi et al. (2020): Este estudio sistemático encontró que una rehabilitación temprana y bien estructurada es crucial para mejorar los resultados funcionales en pacientes con codo flotante. La fisioterapia intensiva y el seguimiento regular son esenciales para maximizar la recuperación del rango de movimiento y la fuerza muscular [3]. Los pacientes que participaron en programas de rehabilitación intensiva mostraron una recuperación significativamente mejorada en comparación con aquellos que recibieron un tratamiento menos intensivo.
Consideraciones Postoperatorias
La rehabilitación temprana es esencial para restaurar la función del codo y prevenir la rigidez articular. Los pacientes generalmente requieren fisioterapia intensiva para recuperar la amplitud de movimiento y la fuerza muscular. El seguimiento regular es crucial para monitorear la curación ósea y detectar cualquier complicación temprana [10]. Estudios como el de Baghdadi et al. (2020) destacan la importancia de un programa de rehabilitación bien estructurado para segurar una recuperación funcional óptima [3]. En su revisión sistemática, Baghdadi et al. señalaron que los pacientes que siguieron un régimen de rehabilitación intensiva tuvieron mejores resultados funcionales y una recuperación más rápida.
Complicaciones y Resultados Funcionales:
El tratamiento del codo flotante, aunque efectivo en muchos casos, puede estar acompañado de una serie de complicaciones. Entre las más comunes se encuentran la pseudoartrosis, la infección, la rigidez articular y el daño neurovascular. Estos problemas pueden influir significativamente en la recuperación funcional del paciente y su calidad de vida.
Pseudoartrosis: La pseudoartrosis es una complicación frecuente en fracturas del codo flotante, especialmente en casos donde la fijación interna no logra estabilizar completamente los fragmentos óseos. Fortis-Olmedo et al. (2019) observaron que la pseudoartrosis puede desarrollarse si no se alcanza una adecuada consolidación ósea tras la cirugía, lo que puede requerir una nueva intervención quirúrgica para corregir el problema [14].
Infección: Las infecciones postoperatorias representan un riesgo significativo, especialmente en fracturas abiertas o cuando se utilizan implantes. La presencia de bacterias puede comprometer la curación y llevar a complicaciones graves. Veliceasa et al. (2022) reportaron que, aunque la incidencia de infecciones fue baja, el uso de antibióticos profilácticos y técnicas quirúrgicas asépticas es crucial para minimizar este riesgo [13].
Rigidez Articular: La rigidez articular es otra complicación importante que puede limitar la movilidad del codo y afectar la función del miembro superior. Baghdadi et al. (2020) señalaron que la rehabilitación temprana y continua es esencial para prevenir la rigidez y mejorar los resultados funcionales [3]. La fisioterapia intensiva ayuda a mantener la amplitud de movimiento y a prevenir la formación de tejido cicatricial que puede restringir el movimiento.
Daño Neurovascular: El daño a los nervios y vasos sanguíneos es una complicación seria que puede ocurrir tanto durante el trauma inicial como durante la cirugía. Las lesiones del nervio radial, ulnar o mediano pueden resultar en déficits neurológicos significativos. Marius et al. (2020) destacaron que la evaluación neurovascular postoperatoria es esencial para identificar y tratar cualquier daño de manera temprana [5].
Resultados Funcionales: Los resultados funcionales tras el tratamiento del codo flotante pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión y la eficacia del manejo quirúrgico y rehabilitador. Fortis-Olmedo et al. (2019) reportaron que la mayoría de los pacientes tratados con técnicas quirúrgicas adecuadas lograron recuperar un rango completo de movimiento y una función satisfactoria del codo [14]. Sin embargo, el seguimiento a largo plazo es crucial para monitorear la curación y gestionar cualquier complicación que pueda surgir.
Veliceasa et al. (2022) encontraron que los pacientes que recibieron un tratamiento quirúrgico temprano y una rehabilitación intensiva mostraron mejores resultados funcionales a los dos años de seguimiento [13]. Esto subraya la importancia de un enfoque integral que combine una intervención quirúrgica efectiva con un programa de rehabilitación bien estructurado.
Baghdadi et al. (2020) también destacaron que los pacientes que participaron en programas de rehabilitación intensiva experimentaron una mejora significativa en la fuerza y la movilidad del codo, lo que les permitió retomar sus actividades diarias y laborales [3]. La rehabilitación personalizada, adaptada a las necesidades específicas de cada paciente, es clave para alcanzar los mejores resultados funcionales.
Discusión
La revisión de los estudios sobre el codo flotante ha revelado varias observaciones importantes. Primero, aunque es una lesión rara, su manejo requiere una intervención quirúrgica precisa debido a la complejidad de las fracturas y la inestabilidad articular. Los estudios revisados destacan la eficacia de técnicas como la Reducción Abierta y Fijación Interna (ORIF) y, en casos menos complejos, la Reducción Cerrada y Fijación Interna (CRIF). Los resultados funcionales son generalmente buenos cuando se implementa una rehabilitación intensiva y temprana.
Veliceasa et al. (2022) y Fortis-Olmedo et al. (2019) proporcionaron evidencia sólida de que una intervención quirúrgica temprana y adecuada puede llevar a una recuperación funcional satisfactoria, minimizando las complicaciones a largo plazo [13, 14]. Sin embargo, es crucial reconocer que las complicaciones como la pseudoartrosis, la rigidez articular y las infecciones siguen siendo desafíos significativos en el manejo de estas lesiones.
La comparación de las distintas técnicas y los resultados obtenidos sugiere que la elección del método quirúrgico debe personalizarse según la gravedad y el tipo de fractura, así como las condiciones generales del paciente. Marius et al. (2020) subrayaron la importancia de la fijación externa en casos de trauma severo, destacando su utilidad en la estabilización inicial [5]. Una limitación importante de esta revisión es la heterogeneidad de los estudios disponibles y la variabilidad en las técnicas y resultados reportados. La falta de estudios aleatorizados y controlados dificulta la comparación directa entre diferentes enfoques de tratamiento. Además, muchos de los estudios revisados son estudios de caso o series de casos con tamaños de muestra limitados, lo que puede influir en la generalización de los resultados. Futuras investigaciones deberían enfocarse en estudios multicéntricos y aleatorizados que comparen directamente diferentes técnicas de fijación y enfoques de rehabilitación. Además, sería beneficioso explorar el impacto de las nuevas tecnologías y materiales de implantes en la mejora de los resultados funcionales y la reducción de complicaciones postoperatorias.
Conclusiones
Esta revisión bibliográfica ha examinado en profundidad el manejo del codo flotante, una lesión rara pero compleja que requiere una intervención quirúrgica precisa y una rehabilitación intensiva para asegurar una recuperación funcional óptima. Los estudios analizados destacan la eficacia de diferentes técnicas de fijación quirúrgica, como la Reducción Abierta y Fijación Interna (ORIF) y la Reducción Cerrada y Fijación Interna (CRIF), así como el uso de la fijación externa en casos de trauma severo. Se ha encontrado que la ORIF es particularmente eficaz en fracturas complejas, permitiendo una mejor recuperación funcional y una menor incidencia de complicaciones a largo plazo. La CRIF, por su parte, es adecuada para fracturas menos complejas, ofreciendo una recuperación más rápida y reduciendo la cicatrización. La fijación externa se ha demostrado útil en la estabilización inicial de fracturas inestables, permitiendo una planificación quirúrgica más adecuada. Las complicaciones asociadas al tratamiento del codo flotante, como la pseudoartrosis, la infección, la rigidez articular y el daño neurovascular, siguen siendo desafíos significativos. La elección adecuada de técnicas quirúrgicas y un programa de rehabilitación bien estructurado son cruciales para mejorar los resultados funcionales y minimizar estas complicaciones.
La revisión también destaca la importancia de la tomografía computarizada en la planificación preoperatoria, proporcionando una visualización detallada de las fracturas y permitiendo una intervención más precisa. En conclusión, mientras que el tratamiento del codo flotante ha avanzado significativamente, se necesita más investigación para optimizar las técnicas de fijación y mejorar los resultados funcionales. Estudios multicéntricos y aleatorizados, así como el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales de implantes, pueden contribuir a mejorar el manejo de esta compleja lesión.
Referencias
- Zaizi A, Badaoui R, Boussouga M. Floating elbow: Three case reports. Visual J Emerg Med. 2022;27:101296.
- Ismaili G, Mahmoud E, O’Toole P. A rare paediatric ‘floating elbow’; a supracondylar fracture with an ipsilateral Monteggia fracture: A case report. Int J Surg Case Rep. 2023;94:107079.
- Baghdadi S, et al. Pediatric Floating Elbow Injuries Are Not as Problematic as They Were Once Thought to Be: A Systematic Review. J Pediatr Orthop. 2020;40(8):380–386.
- Villamor I, Fernández L, Peña H. Codo flotante. Fractura supracondílea de húmero con fractura simultánea de antebrazo. Arch Orthop Trauma Surg. 2022.
- Marius M, et al. Floating elbows in adults: epidemiology, clinical presentation, management and prognosis: Brazzaville Teaching Hospital experience. Int J Res Orthop. 2020;6(2):323-326.
- Alvarez-López A, Valdebenito-Aceitón V, Soto-Carrasco S, Serrano-González D. Situaciones transoperatorias en pacientes pediátricos con fractura supracondílea del húmero. Arch méd Camagüey. 2024;28
- Dombrowsky AR, Boudreau S, Quade J, Brabston EW, Ponce BA, Momaya AM. Clinical outcomes following conservative and surgical management of floating shoulder injuries: a systematic review. J Shoulder Elbow Surg. 2020;29:634-642.
- Mohamed SO, Ju W, Qin Y, Qi B. The term “floating” used in traumatic orthopedics. Medicine. 2019;98(7)
- Mishra PK, Khare A, Gaur S, Gohiya A. Paediatric Floating Elbow: A Prospective Study. J Clin Diagn Res. 2019;13(2)
- Ndour O, Drame A, Fall AL, Ndoye NA, Diouf C, Camara S, Ngom G. Elbow Floating in Children: About Three Cases and Literature Review. Afr J Paediatr Surg. 2020;17:95-98.
- Ditsios K, Christidis P, Konstantinou P, Pinto I, Christidis G, Ditsios T, Kostretzis L, Katsimenzas T, Chitas K, Papadopoulos P. Floating Elbow in Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis. Orthopedic Reviews. 2022;14(1). doi:10.52965/001c.31843.
- Caruso G, Caldaria A, Gambuti E, Spadoni E, Massari L. Pediatric Floating Elbow: Case Report and Review of the Literature. Curr Health Sci J. 2024;50(1):151-154. doi:10.12865/CHSJ.50.01.18.
- Veliceasa B, Pertea M, Popescu D, Carp CA, Pinzaru R, Huzum B, Alexa O, Strobescu-Ciobanu C, Filip A. Floating-dislocated elbow in adults: Case reports and literature review. Medicine. 2022;101:39(e30891). doi:10.1097/MD.0000000000030891.
- Fortis-Olmedo IO, Avalos-Arroyo G, Romo-Rodríguez R. Fractura compleja de codo. Acta Ortop Mex. 2019;33(5):329-332.