apuntan hacia los procesos cognitivos que se manifiestan en la comprensión. Así pues, se valoran componentes que se orientan al análisis de las características del lector, al conocimiento específico y general sobre el tema que se trata; a las características estructurales del texto y a la profundización en modelos constructivos en diferentes estilos, entre otros aspectos.
En consecuencia la compresión lectora implica entonces, explorar lo que el alumno sabe hacer con el lenguaje, ello supone enseñarlos a interrogar lo que leen y con el cual se relacionan en un diálogo en el que participan conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores, en donde intervienen otras competencias citadas por Montaño (17) como son:
Competencia semántica: referida a la capacidad de reconocer y usar los significados y el léxico de manera pertinente, el reconocimiento del significado de determinadas palabras y expresiones dentro del texto, identificación de un vocabulario específico según contenido y tipología del texto.
Competencia lingüística: referida a la posibilidad de usar reglas fonéticas, morfológicas, y sintácticas que rigen la organización y producción de enunciados lingüísticos.
Competencia textual: referida al reconocimiento de la micro y macro estructura formal que garantizan la coherencia y cohesión.
Competencia pragmática o sociocultural: referida al reconocimiento de determinadas intenciones comunicativas, identificación de aspectos del contexto, relaciones entre los contenidos y las intenciones comunicativas.
Por consiguiente, los docentes al ofrecer tratamiento a la competencia lectora deben analizarlas como un todo, pues no solo es determinar lo que significan las palabras e identificar las ideas principales, es ir más allá, donde se elaboren las macroproposiciones a partir de la intencionalidad del autor, en donde participan los conocimientos, habilidades y capacidades.
Sobre la comprensión se han ofrecido diversos criterios, los autores se suscriben al de Roméu (1) que define: “la comprensión (comprender, del latín comprenhendere) como proceso; implica entender, penetrar, concebir, alcanzar, discernir, descifrar, decodificar; destejer significados y reconstruirlos. El criterio expuesto reafirma que la comprensión lectora es un proceso mediante el cual el sujeto obtiene, procesa, evalúa y aplica la información a partir de su conocimiento previo, experiencia, grado de motivación sobre el asunto, concepción del mundo (ideología, creencias, concepción filosófica, actitud ante la vida) lo que Umberto Eco (18) considera “su universo del saber”.
La comprensión ha sido entendida desde muy diversas posiciones como: red de significados contenidos en las palabras, red de representaciones mentales que el sujeto construye mientras lee, como superadora de obstáculos entre el significado contenido en los textos y lo que el lector sabe, como proceso generador de imágenes y definiciones conceptuales que se van construyendo a medida que se lee (15).
La comprensión implica reconstrucción de significados por parte del lector, quien mediante la ejecución de operaciones mentales trata de darle sentido a los elementos que previamente le han servido para acceder al texto.
El lector que no pueda intercambiar directamente con el emisor tiene que penetrar en el mundo socio-cultural del autor, asumir su posición para establecer las conexiones intertextuales, intratextuales y supratextuales. Ese movimiento deberá orientarse con pausas (para descifrar significados lexicales, fraseológicos y aún sintácticos), con retrocesos (para descifrar significados contextuales) y con adelantos (para predecir o dar un salto en el texto). Al respecto, se precisa que implica, además del movimiento lineal propio de la lectura una “cierta circularidad” por consiguiente es necesario volver sobre lo leído para lograr una creadora reconstrucción del significado original, esto propiciará la comprensión total.
Las investigaciones más actuales sobre comprensión lectora en Cuba, se sustentan en el modelo interactivo pues destacan la participación activa que desempeña el lector ante el texto, quien apoyado en el cúmulo de conocimientos que posee sobre el tema busca y da sentido a lo escrito relacionándolo con el contexto. (3, 4,5)
Según Otero (1992, citado en Roméu, 2003) (19) para el control de la comprensión hay que tener en cuenta los siguientes criterios:
Léxico: comprensión del significado de cada palabra y términos aislados.
Coherencia externa: ideas del texto y conocimientos previos del lector.
Cohesión proposicional: cohesión entre las ideas del texto.
Coherencia interna: consistencia lógica en las ideas del texto.
Integridad informativa: contiene la información necesaria para cumplir determinados objetivos.
Esto supone que la compresión de la lectura está fundamentalmente relacionada con la experiencia conceptual del lector, que será capaz de dar sentido a más tipos de lenguaje en un mayor número de contextos a partir del análisis que realiza de la información gráfica, sintáctica, morfológica y semántica que aporta el texto escrito.
La didáctica al ocuparse del proceso de comprensión, ha investigado en los ciclos que se estructura y las operaciones que se realizan en cada uno de ellos según la Dra. Angelina Roméu (1) estos son:
1- Ciclo senso –perceptual:
- Percepción auditiva (sonidos) y visual (símbolos gráficos). El buen receptor “utiliza índices perceptivos mínimos y no se detiene en información irrelevante”.
- Reconocimiento de las palabras y signos auxiliares. Supone captar lo que cada palabra significa en el contexto en que se encuentra.
2- Ciclo sintáctico:
a) Reconocimiento de las relaciones que establecen las palabras en la oración y las oraciones entre sí, teniendo en cuenta que el texto es una unidad semántica que se realiza en oraciones interrelacionadas.
3- Ciclo semántico:
Es el más importante de todos, pues en él se produce la comprensión de los significados, operación fundamental de todo el proceso.
A partir de estos ciclos, el lector es capaz de captar los significados por una u otra vía, determinar las ideas esenciales a partir de aquellas palabras o conceptos que tienen una carga semántica y comprender a través de las proposiciones fundamentales la comprensión del conocimiento.