Consecuencias derivadas de las caídas intrahospitalarias
Autora principal: Mar Mosteiro Valiño
Vol. XVII; nº 4; 170
Consequences of in-hospital falls
Fecha de recepción: 16/01/2022
Fecha de aceptación: 21/02/2022
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 4 – Segunda quincena de Febrero de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 4; 170
AUTOR PRINCIPAL
Mar Mosteiro Valiño. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
COAUTORES
Laura Sanmiguel Jiménez. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
Noemí Gracia Morillas. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
Leticia María Cortés Solanas. Diplomada en enfermería. Lactantes, Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
Rubén Ferreruela Lalanza. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
María Isabel Abad Collados. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
Beatriz Vicente Serrano. Diplomado en enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, España.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
RESUMEN
Antecedentes: Las caídas en ancianos, y las lesiones derivadas de éstas, son un importante problema para la salud cada vez más reconocido y estudiado, ya que, pueden conllevar un impacto no menospreciable sobre la autonomía y la morbilidad de quienes las sufren, con importantes repercusiones psicológicas que condicionan la actividad habitual y comportan una pérdida importante en la calidad de vida. Con el envejecimiento progresivo de la población es previsible un aumento de la magnitud de este problema.
Justificación y objetivos. El impacto sociosanitario y económico acarreado por las caídas intrahospitalarias ha conllevado que los gestores de centros hospitalarios las consideren un problema de primera magnitud. Teniendo en cuenta que las caídas de pacientes hospitalizados son indicadores de calidad de la asistencia de enfermería, el presente trabajo tiene por objetivo determinar las repercusiones y consecuencias derivadas de las caídas intrahospitalarias en personas mayores de 65 años.
Diseño metodológico. Se ha realizado una búsqueda bibliográfica de artículos científicos y revisiones en bases de datos nacionales e internacionales publicados hasta julio de 2013, teniendo en cuenta el cuestionario CASP para su valoración crítica. Las palabras clave utilizadas fueron: inpatients / hospitalizados; accidental falls / caídas accidentales; unintentional falls / caídas involuntarias; anticipated physiological falls / caídas fisiológicas predecibles; unanticipated physiological falls / caídas fisiológicas no predecibles; trauma / trauma; traumatism / traumatismo; wound / herida; injury / lesión; prevalence / prevalencia; post-fall síndrome / síndrome post-caída; fear of falling / miedo a caer.
Resultados. Hasta un 44% de las personas mayores de 65 años que caen en el ámbito hospitalario sufren algún tipo de herida, siendo las más frecuentes de gravedad menor y de localización en extremidades inferiores. Además de los traumatismos físicos, las repercusiones psicológicas no son un hecho aislado en este grupo de población, siendo la reincidencia un factor a tener en consideración.
Conclusiones. La implantación de medidas encaminadas a reducir las caídas intrahospitalarias contribuirá a la prevención de traumatismos músculo-esqueléticos y de tejidos blandos así como de dificultades psicológicas (síndrome post-caída).
1.- ANTECEDENTES
La Organización Mundial de la Salud define las caídas como acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga (OMS, 2010). En el ámbito hospitalario, las caídas se encuentran entre los eventos adversos más comunes, concretamente el segundo tras los errores en la medicación (Quigley y cols., 2006). Según los últimos datos disponibles, el 1% de los pacientes ingresados en el SERGAS sufren una caída durante el periodo de hospitalización (Tabla 1). Dado que las caídas de pacientes hospitalizados es una condición adquirida en el propio hospital, se emplea como indicador de calidad de la asistencia de enfermería, incluida en las medidas de seguridad del paciente.
AÑO | INGRESOS | CAÍDAS REGISTRADAS (%) |
2010 | 220724 | 2092 (0,95%) |
2011 | 220754 | 2139 (0,97%) |
2012 | 219196 | 2204 (1%) |
Tabla 1. Caídas registradas en el SERGAS en el periodo 2010-2012. Fuente datos: GACELA (Gestión Asistencial del Cuidado de Enfermería Línea Abierta).
Las causas de las caídas son muy heterogéneas. Suelen ser el resultado de la interacción de factores intrínsecos (es decir, propios de cada paciente), factores extrínsecos o ambientales y la movilidad o actividad del propio paciente (Mion y cols., 2012). La comparación entre los distintos estudios es complicada debido a la falta de estandarización que se justifica por el empleo de diferentes metodologías, la ambigüedad de los conceptos empleados y el estudio de poblaciones muestrales diferentes. Sin embargo, la edad es sin duda el aspecto más determinante debido a los factores de riesgo asociados al envejecimiento (Halfon y cols., 2001).
Las caídas de ancianos hospitalizados son un hecho real, constituyen un problema de salud por su repercusión tanto a nivel institucional por la hospitalización prolongada, el aumento de las acciones diagnósticas y terapéuticas (con el consiguiente incremento de los costes), y la responsabilidad legal; como a nivel personal, por las lesiones derivadas (que conllevan reducción de la movilidad, disminución de la función, pérdida de la independencia, aumento de la estancia hospitalaria, entre otras), la discapacidad temporal o permanente y las repercusiones psicológicas (Oliver y cols., 2010). En relación al último aspecto cabe destacar el miedo a caer como parte del síndrome post-caída que refieren muchos ancianos y que puede influir negativamente en su actividad diaria
Gran parte de los estudios acerca de caídas han sido realizados en poblaciones que tienen su lugar de residencia habitual en un domicilio particular o en instituciones (ej. asilos, residencias), siendo sólo unos pocos los que han investigado las caídas en pacientes hospitalizados. Teniendo en cuenta que los programas preventivos no pueden ser adecuadamente desarrollados sin un conocimiento pormenorizado acerca de los verdaderos agentes causales, y que la mayoría de las camas de hospitales en países desarrollados son ocupadas por personas de la tercera edad, el presente trabajo revisará el perfil de la población mayor de 65 años que sufre caídas intrahospitalarias, determinando los tipos de traumatismos físicos (músculo-esqueléticos y de tejidos blandos) así como la prevalencia de repercusiones psíquicas (síndrome post-caída) asociados a éstas.
2.- JUSTIFICACIÓN
Las caídas intrahospitalarias en ancianos son un problema de primera magnitud tanto por su impacto sociosanitario como económico.
2.1.- Impacto sociosanitario
El impacto sociosanitario se argumenta no sólo en base a la frecuencia de las caídas intrahospitalarias sino también a colación de la morbi-mortalidad asociada a éstas.
Frecuencia de las caídas
La incidencia de caídas aumenta marcadamente con la edad, tanto fuera como dentro del ámbito hospitalario, debido a que el envejecimiento se asocia a una merma del estado de salud, a una movilidad reducida y a una disminución de la fuerza muscular. Teniendo en cuenta el actual envejecimiento poblacional, cabe esperar que el número de caídas aumente en las próximas décadas.
El 28-35% de las personas mayores de 65 años cae al menos una vez al año, y el 9-14% sufre múltiples caídas al año. El número de caídas aumenta progresivamente con la edad en ambos sexos y en todos los grupos raciales y étnicos, siendo las personas de más de 80 años las más susceptibles a sufrir este evento. Concretamente, la tasa de lesiones por caídas más elevada se registra en personas de más de 85 años (la tasa de mortalidad por caídas en hombres caucásicos de este rango de edad es de 171 por 100000 habitantes) (Fuller, 2000). En el ámbito hospitalario, donde entre el 2-12% de los pacientes sufren al menos una caída durante su estancia hospitalaria, además concurren otras circunstancias que pueden precipitar las caídas, a destacar: las dificultades para la adaptación al nuevo entorno y los cambios de conducta motivados por la institucionalización (ej. desorientación o ansiedad) (Mion y cols., 2012). Una revisión de los datos sobre caídas intrahospitalarias muestra una gran variabilidad en la incidencia de caídas, desde un 2,2 a un 17,1 caídas por 1000 pacientes-día, dependiendo del tipo de hospital, de paciente y de unidad de hospitalización (Tabla 2) (Laguna Parras, 2011). Por consiguiente, las caídas de pacientes hospitalizados se han convertido en una prioridad de primera magnitud para programas hospitalarios de garantía de calidad, al mismo tiempo que los departamentos de control de riesgos hospitalarios refieren que las caídas hospitalarias son una potencial fuente de responsabilidad legal. Esto resulta especialmente interesante si se tiene en cuenta que en algunos países como EEUU, los seguros médicos han amenazado con no costear complicaciones prevenibles derivadas de hospitalizaciones, y entre las que se encuentran las caídas y las lesiones derivadas de éstas.
UNIDAD | FRECUENCIA | PORCENTAJE | INCIDENCIA |
Cuidados paliativos | 7 | 19,4 | 3,8 |
Salud mental | 6 | 16,7 | 1,15 |
Oncología clínica | 5 | 13,9 | 1,21 |
Cirugía general | 3 | 8,3 | 0,15 |
Hematología | 3 | 8,3 | 0,83 |
Medicina interna | 3 | 8,3 | 0,22 |
Especialidades | 3 | 8,3 | 0,31 |
Salud Mental Infanto-Juvenil y TCA | 2 | 5,6 | 8,7 |
Neurología | 2 | 5,6 | 0,24 |
Pluripatológicos | 2 | 5,6 | 0,57 |
Total | 36 | 100 |
Tabla 2. Unidad hospitalaria donde se han producido las caídas. Fuente: Laguna Parras, 2011
Morbi-mortalidad asociada a caídas intrahospitalarias
El abordaje de los factores de riesgo puede tener unimpacto sustancial enlamorbi-mortalidad asociada a las caídas, con importantes mejoras de la calidad de vidade los pacientesy de sus cuidadores.
Las caídas se asocian a lesiones de diferente gravedad (leve, moderada, grave), que en ocasiones contribuyen a aumentar el riesgo de mortalidad incluso hasta 10 años tras la lesión. Al margen de las repercusiones directas sobre la salud, más de la mitad de los ancianos que sobreviven a estas lesiones tienden a ser institucionalizados, y entre estos, casi la mitad permanece institucionalizada más de un año. Estos pacientes experimentan una disminución del 10 al 15% de la esperanza de vida y en general una merma importante de la calidad de vida (Fuller, 2000).
2.2.- Impacto económico
Las caídas así como las lesiones derivadas de las mismas suponen un elevado uso de recursos sociales y sanitarios, ya que comprometen la autonomía y la calidad de vida de los pacientes. Esto se ve reflejado en el aumento del tiempo de hospitalización, en la mayor realización de procedimientos diagnósticos, terapéuticos y de rehabilitación, en la sobreutilización de ayudas técnicas y en el mayor requerimiento de personal de ayuda para el cuidado. Por ello, resulta fundamental reducir el número de enfermedades, lesiones, discapacidades, morbilidades y muertes derivadas de este problema de salud (Quigley y cols., 2006). En el caso de la fractura de cadera, una de las lesiones más frecuentes en las caídas, el coste medio por paciente es de 15573€ atribuidos a gastos directos de quirófano y hospitalización y gastos indirectos como la rehabilitación, las ayudas técnicas y la asistencia en el domicilio (Montalvo y cols., 2011).
2.3.- Calidad científica
La importancia científica del trabajo viene avalada por la calidad de las fuentes de información nacionales e internacionales utilizadas para la realización del mismo: MEDLINE, CUIDEN, DIALNET, SciELO, Elsevier Instituciones, CINAHL, Biblioteca Cochrane, Embase e IME.
MEDLINE es la base de datos más importante de la NLM (National Library of Medicine) y cuya consulta se realiza a través del motor de búsqueda Pubmed. Abarca múltiples campos de la salud: enfermería, medicina, veterinaria, oncología, odontología, salud pública y ciencias preclínicas. Actualmente MEDLINE incluye más de 20 millones de referencias bibliográficas de artículos de revistas desde el año 1960.
DIALNET, proyecto liderado por la Universidad de la Rioja, es un portal de difusión de la producción científica hispana que inició su funcionamiento en 2001. Su base de datos contiene los índices de las revistas científicas y humanísticas de España, Portugal y Latinoamérica, incluyendo también tesis doctorales, libros (monografías), y otro tipo de documentos.
ELSEVIER INSTITUCIONES es el portal de revistas electrónicas de Elsevier España. Ofrece acceso a más de 60 revistas de habla hispana del ámbito de ciencias de la salud y afines. Estas publicaciones son avaladas por reconocidas sociedades médicas, dándoles un prestigio nacional e internacional.
CUIDEN es la base de datos de la Fundación Index. Incluye la producción científica de la enfermería española e iberoamericana tanto de contenido clínico-asistencial en todas sus especialidades como con enfoques metodológicos, históricos, sociales o culturales. Contiene artículos de revistas científicas, libros, monografías y materiales no publicados.
CINAHL (Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature) es una base de datos fundada en 1981 y diseñada para responder a las necesidades de los profesionales de enfermería, biomedicina, medicina alternativa, ciencias de la salud y disciplinas afines. Además de revistas, también indexa libros, tesis, conferencias y material audiovisual.
SciELO (Scientific Electronic Libray Online), es un modelo fundado en 1997 para la publicación de textos científicos en Internet. Aunque en sus inicios sólo abarcaba textos del ámbito de Ciencias de la Salud, en la actualidad es multidisciplinar, recogiendo revistas de todas las áreas de la ciencia.
BIBLIOTECA COCHRANE es una colección de fuentes de información de buena evidencia en medicina y otras áreas de salud. Incluye las revisiones sistemáticas de la Colaboración Cochrane, a texto completo, además de ensayos clínicos, estudios de evaluaciones económicas en salud, informes de evaluación de tecnologías sanitarias y revisiones sistemáticas resumidas críticamente.
EMBASE (Excerpta Medica data BASE) es una extensa base de datos bibliográfica (contiene las referencias y resúmenes de trabajos seleccionados en más de 6000 revistas de 70 países) que cubre todos los aspectos relacionados con la biomedicina, ya sea humana o experimental desde 1974. Es especialmente renombrada por la cobertura que tiene en el ámbito farmacológico.
IME es una de las bases de datos CSIC. Incluye información bibliográfica procedente de la mayor parte de las revistas médicas españolas de carácter científico (básicas, experimentales y clínicas), cubriendo todas las áreas de las ciencias de la salud (medicina, enfermería, odontología) y en cualquier soporte (impreso o electrónico).
3.- OBJETIVOS
3.1.- Objetivo general
El objetivo principal de la presente revisión sistemática es la evaluación de las repercusiones y consecuencias derivadas de las caídas intrahospitalarias en personas mayores de 65 años.
3.2.- Objetivos específicos
- Determinar el tipo de traumatismo (músculo-esquelético y de tejidos blandos) asociado a las caídas intrahospitalarias.
- Determinar la prevalencia del síndrome post-caída en personas ancianas.
4.- DISEÑO METODOLÓGICO
4.1 Estrategia de búsqueda
La revisión bibliográfica se llevó a cabo teniendo en cuenta el cuestionario CASP para su valoración crítica (CASP Oxford, 1993). En la revisión se incluyeron artículos científicos y revisiones revisados por pares publicados hasta julio de 2013, publicados en inglés, español o portugués, que fueron realizados en personas mayores de 65 años, y que estaban indexados en las bases de datos: MEDLINE, Cochrane, DIALNET, ESLSEVIER INSTITUCIONES, SciELO, CINAHL, CUIDEN, Embase e IME. El listado definitivo se ultimó tras la revisión manual de las referencias citadas en los estudios seleccionados originariamente.
La revisión se efectuó empleando como palabras de búsqueda las citadas en la Tabla 3, donde también pueden consultarse los delimitadores de campo empleados. Las palabras de diferentes filas fueron relacionadas entre sí mediante los booleanos AND/Y u OR/O según procediera.
PALABRAS EN INGLÉS | PALABRAS EN ESPAÑOL | DELIMITADORES DE CAMPO |
Inpatients | Hospitalizados | MeSH Terms/término MeSH |
«Accidental falls” | “Caídas accidentales” | MeSH Terms/término MeSH |
“Unintentional falls» | “Caídas involuntarias” | Text Word/palabra del texto |
“Anticipated physiological falls” | “Caídas fisiológicas predecibles” | Text Word/palabra del texto |
“Unanticipated physiological falls” | “Caídas fisiológicas no predecibles” | Text Word/palabra del texto |
Trauma(s) | Trauma(s) | Text Word/palabra del texto |
Traumatism(s) | Traumatismo(s) | Text Word/palabra del texto |
Wound(s) | Herida(s) | MeSH Terms/término MeSH |
Injury(s) | Lesión(s) | MeSH Terms/término MeSH |
Prevalence | Prevalencia | MeSH Terms/término MeSH |
«Post-fall syndrome» | “Síndrome post-caída” | Text Word/palabra del texto |
“Fear of falling” | “Miedo a caer” | Text Word/palabra del texto |
Tabla 3. Palabras de búsqueda utilizadas para hacer la revisión bibliográfica.
4.2 Criterios de selección
Únicamente fueron seleccionadas revisiones y artículos científicos realizados en personas mayores de 65 años que habían sufrido una caída intrahospitalaria, excluyéndose aquellos realizados en:
- Personas que carecían de capacidad para comprender palabras simples por encontrase en estado de confusión o comatoso, padecer delirios, o sufrir enfermedades como demencia o Alzheimer.
- Personas incapaces de deambular en sus propios hogares antes de sufrir la caída.
- Personas con múltiples fracturas o fracturas patológicas causadas por cáncer, infecciones, trastornos óseos hereditarios, o quistes óseos.
5.- RESULTADOS
5.1. Resultados de la búsqueda
Del total de estudios hallados con la búsqueda inicial (Tablas 4 y 5), y tras la eliminación de duplicados, la búsqueda se redujo a 19 documentos siendo los restantes excluidos por alguno de los siguientes motivos: i) incumplimiento de los criterios de selección (16,9%); ii) imposibilidad de determinar resultados aplicables exclusivamente a la población mayor de 65 años (rango de edad de la población de estudio inferior a 65 años) (n= 17,8%); iii) controvertida validez interna y/o externa, determinada a partir de las preguntas del cuestionario CASP (18,5%); iv) falta de correspondencia de la temática principal del estudio con alguno de los objetivos planteados (46,8%).
5.2. Resultados por objetivos
A continuación se detallan los principales resultados correspondientes a los dos objetivos específicos anteriormente planteados en base a los artículos seleccionados para realizar la presente revisión (n= 19).
Traumatismo asociado a las caídas intrahospitalarias
De manera general, las caídas pueden ser accidentales, fisiológicas predecibles y fisiológicas no predecibles (Quigley y cols., 2006).
- Las caídas accidentales, suponen alrededor del 14%de las caídas. Son las caídas provocadas por resbalones o tropezones, y con frecuencia son causadas por factores ambientales (ej. suelo húmedo, cable eléctrico), o despistes o imprudencias (ej. no bloquearla silla de ruedas antes de subirse a ella). Las claves para la reducción de este tipo de caídas son la identificación y corrección de los riesgos ambientales y la orientación de los pacientes a su medio ambiente.
- Las caídas fisiológicas no predecibles comprenden aproximadamente el 8% de las caídas. Éstas incluyen caídas derivadas de situaciones tales como convulsiones o desmayos. Las acciones del personal de enfermería deben dirigirse a prevenir los episodios repetidos así como a reducir la magnitud de las lesiones.
- Las caídas fisiológicas predecibles son el tipo de caída más común(78%). Constituyen la mejor oportunidad para planificar intervenciones de cara a su prevención siendo para ello necesario identificar a los pacientes de alto riesgo de manera precoz e implementar planes de prevención diseñados de manera individualizada.
BUSQUEDA | M | C | E | Co |
Inpatients AND “accidental falls” AND (trauma OR traumatism OR injury OR wound) | 115 | 8 | 0 | 12 |
Inpatients AND “unintentional falls” AND (trauma OR traumatism OR injury OR wound) | 0 | 0 | 0 | 6 |
Inpatients AND “anticipated physiological falls” AND (trauma OR traumatism OR injury OR wound) | 2 | 0 | 0 | 0 |
Inpatients AND “unanticipated physiological falls” AND (trauma OR traumatism OR injury OR wound) | 0 | 0 | 0 | 0 |
(“Accidental falls” OR “unintentional falls” OR “unanticipated physiological falls” OR “anticipated physiological falls”) AND «post-fall syndrome» | 5 | 2 | 0 | 1 |
(“Accidental falls” OR “unintentional falls” OR “unanticipated physiological falls” OR “anticipated physiological falls”) AND «fear of falling» AND “inpatients” | 5 | 2 | 0 | 0 |
(“Accidental falls” OR “unintentional falls” OR “unanticipated physiological falls” OR “anticipated physiological falls”) AND inpatients AND prevalence | 24 | 14 | 0 | 0 |
Tabla 4. Resultados de la búsqueda bibliográfica realizada en las bases de datos MEDLINE (M), CINAHL (C), Embase (E) y Cochrane (Co).
BUSQUEDA | Cu | I | S | D | EI |
Hospitalizados AND/Y “Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” | 1 | 0 | 15 | 3 | 0 |
“Síndrome post-caída” AND/Y anciano | 1 | 1 | 6 | 1 | 5 |
“Miedo a caer” AND/Y anciano | 5 | 0 | 29 | 1 | 30 |
Caídas AND/Y prevalencia AND/Y hospitalizado AND/Y anciano | 4 | 0 | 837 | 0 | 12 |
“Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” AND/Y prevalencia AND/Y hospitalizado AND/Y anciano | 0 | 0 | 18 | 0 | 0 |
Anciano AND/Y caída | 198 | 49 | >1000 | 14 | 393 |
Anciano AND/Y “Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “Caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” | 2 | 24 | 27 | 1 | 0 |
Anciano AND/Y caída AND/Y hospital | 91 | 3 | >1000 | 4 | 154 |
Anciano AND/Y “Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “Caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” AND/Y hospital | 0 | 1 | 23 | 1 | 0 |
Hospitalizados AND/Y caídas | 61 | 2 | >1000 | 12 | 199 |
Hospitalizados AND/Y “Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “Caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” | 0 | 0 | 22 | 1 | 0 |
“Miedo a caerse” AND/Y anciano | 4 | 2 | 16 | 4 | 21 |
Caídas AND/Y prevalencia AND/Y anciano | 33 | 7 | 799 | 5 | 217 |
“Caídas accidentales” OR/O “caídas involuntarias” OR/O “caídas no predecibles” OR/O “caídas predecibles” AND/Y prevalencia AND/Y anciano | 0 | 1 | 27 | 0 | 0 |
Tabla 5. Resultados de la búsqueda bibliográfica realizada en las bases de datos CUIDEN (Cu), IME (I), SciELO (S), DIALNET (D) y ESLSEVIER INSTITUCIONES (EI). Las búsquedas bibliográficas que produjeron > 500 resultados fueron descartadas por su inespecificidad.
Las lesiones derivadas de las caídas, con independencia del tipo, han sido clasificadas en 4 categorías (Krauss y cols., 2005; Mion y cols., 2012):
- Menores/leves. Las lesiones menores incluyen moretones, cortes menores, abrasiones de la piel con sangrado escaso, contusiones leves, hinchazón, equímosis o hematomas, y Las intervenciones de enfermería deben dirigirse a la limpieza de la herida, aplicación de vendajes o hielo en la zona afectada, elevación de miembros o aplicación de medicación tópica.
- Moderadas. Las lesiones moderadas implican un sangrado excesivo, laceraciones que requieren puntos de sutura, pérdida temporal de la conciencia y traumatismo craneal Suelen implicar la necesidad de sutura, además de ser necesaria la limpieza de la herida y control del sangrado, la realización de curas complejas, el control de constantes y del nivel de conciencia, y el manejo y control del dolor.
- Graves/mayores. Las lesiones graves incluyen fracturas, hematomas subdurales y otros traumatismos craneales severos, dislocaciones e incluso paros cardíacos. Estas lesiones pueden precisar cirugía, escayola o tracción, así como requerir consulta por lesión neurológica o lesión interna.
- Muerte. En este caso el paciente fallece a consecuencia delas lesiones sufridas por la caída hospitalaria, no por los eventos fisiológicos que pudieran provocar su ingreso o la caída.
La frecuencia así como el tipo de lesiones derivadas de las caídas intrahospitalarias en los estudios seleccionados pueden ser consultados en la Tabla 6.
El 5% (Bradley y cols., 2010) – 44% (Donoghue y cols., 2003) de las personas que caen sufren algún tipo de herida, de las cuales el 65% (Johnson y cols., 2011) – 100 % (Donoghue y cols., 2003) son heridas menores, el 3,4% (Church y cols., 2011) – 12,7% (Fischer y cols., 2006) son moderadas y el 2,8% (Stenvall y cols., 2006) – 34 % (Johnson y cols., 2011) son graves. Las lesiones se localizaron fundamentalmente en extremidades inferiores (41%), región cráneo-facial (37%) y extremidades superiores (24%) (Mion et al., 2012). En relación al tipo de lesiones halladas destacan el dolor y las lesiones de tejidos blandos entre las lesiones leves (Hitcho y cols., 2004; Krauss y cols., 2005; Stenvall y cols., 2006; Church y cols., 2011; Johnson y cols., 2011) y las fracturas (Hitcho y cols., 2004; Vasallo y cols., 2005; Krauss y cols., 2005; Fischer y cols., 2006; Stenvall y cols., 2006; Bradley y cols., 2010; Church y cols., 2011; Johnson y cols., 2011) entre las graves. Las lesiones moderadas fueron muy diversas.
ESTUDIO | RESULTADOS |
Mion y cols., 2012 | 228/784 pacientes (29%) sufrieron una lesión a consecuencia de una caída intrahospitalaria, de las cuales: 187 (82%) fueron menores; 16 (7%) moderadas, 21 (9%) mayores y 4 (2%; 1 hematoma subdural y 3 fracturas de cadera) resultaron en muerte durante la hospitalización. Las lesiones se localizaron en las extremidades inferiores, excluyendo las de la cadera (27%), la cabeza, sin considerar las de la región facial (25%), las extremidades superiores (24%), la cadera (14%), la cara (12%), la espalda (7%), entre otros (8%). En ocasiones, los pacientes presentaron lesiones en diferentes localizaciones. |
Johnson y cols., 2011 | 382 pacientes sufrieron 577 caídas. 471 pacientes no presentaron ningún tipo de herida (82%). Entre los restantes, las lesiones observadas fueron: 13 pacientes cursaron con dolor (2%); 85 pacientes sufrieron heridas leves (15%) como lesiones de tejidos blandos (contusiones, desgarros, laceraciones cutáneas…) y 8 pacientes sufrieron heridas graves (1%) a destacar: fracturas, deterioro temporal del estado clínico, hematoma que precisó de intervención quirúrgica). |
Church y cols., 2011
|
En el periodo de estudio, se registraron 190 caídas en 154 pacientes. El 17% de éstos presentaron caídas recurrentes (26 de 154). En concreto, 19 personas cayeron 2 veces, 5 personas cayeron 3 veces, 1 persona cayó 4 veces y 1 persona cayó en 5 ocasiones distintas. 133 pacientes no sufrieron ningún tipo de lesión (70%). Por el contrario: 52 (27%) sufrieron heridas leves: 31 abrasiones o pequeñas laceraciones (16%), 15 hematomas (8%), 2 problemas en la incisión quirúrgica (1%) y 2 epistaxis (1%); 2 (1%) sufrieron lesiones moderadas: 1 laceración que precisó de sutura y 1 levantamiento de una uña del pie que requiso remoción de la misma; y 1 sufrió una herida grave (fractura de cadera). |
Bradley y cols., 2010 | 513 pacientes sufrieron 636 caídas. Sólo el 5% presentó evidencia de trauma tras la exploración física efectuada posteriormente a la caída, observándose laceraciones, hinchazón y equimosis. Tras la realización de pruebas de imagen las lesiones más frecuentemente halladas fueron las fracturas (3 de cadera, 1 de húmero, 1 de vértebras, 1 nasal y 1 de costilla). Otras lesiones constatadas fueron: 2 hematomas subdurales, 2 hematomas de tejido blando y 2 efusiones de rodilla. |
Stenvall y cols., 2006 | El 27% de la población de estudio (26 de 97 pacientes) sufrieron 60 caídas. 16 pacientes cayeron en más de una ocasión (con una media de 2,3 ± 2,1 veces). El 32% de las caídas se asociaron a algún tipo de lesión: 15 (25%) fueron heridas leves (AIS 1) tales como moretones, contusiones…; y 4 (7%) fueron lesiones graves (AIS 3): 2 fracturas de cadera, 1 fractura de costilla con neumotórax y 1 fractura craneal múltiple. |
Fischer y cols., 2006 | El 1,4% de la población de estudio sufrió una caída durante su ingreso hospitalario. 962 pacientes (89%) experimentaron una única caída y 120 pacientes (11%) caídas recurrentes. De todos ellos 101 pacientes (84.2%) cayeron dos veces, 9 pacientes cayeron tres veces, 7 pacientes cayeron cuatro veces, 2 pacientes cayeron cinco veces y 1 paciente cayó seis veces. 631 pacientes que sufrieron una única caída (65,6%) y 88 pacientes que experimentaron 2 o más caídas (73,3%) no sufrieron ningún tipo de lesión a consecuencia de la caída. Por el contrario, se constató la presencia de: lesiones menores en 273 pacientes que sufrieron una única caída (28,4%) y 26 pacientes que experimentaron caídas recurrentes (21,70%); lesiones moderadas en 38 pacientes que sufrieron una única caída (4%) y 4 pacientes que experimentaron caídas recurrentes (3,3%); lesiones graves en 20 pacientes que sufrieron una única caída (2,1%) y 2 pacientes que experimentaron caídas recurrentes (1,7%). Las lesiones graves más frecuentes incluyeron: sangrado excesivo/grave o laceración (53,6%), fractura o dislocación (15,9%), hematoma o contusión (13,0%), otras (17,5%). Se produjeron dos muertes a consecuencia de una caída intrahospitalaria, ambas en personas con caídas recurrentes. |
Krauss y cols., 2005 | 98 pacientes sufrieron 98 caídas. Aproximadamente el 37% (36/98) de las caídas dio lugar a algún tipo de lesión, incluyendo lesiones menores (32/98, 33%) y lesiones moderadas-graves (4/98, 4%). Las lesiones menores incluyeron: dolor e inflamación (n=13), abrasiones y rasguños (n=10), sangrados (n=4), laceraciones, pinchazos o perforaciones (n=3), contusiones menores (n=1), áreas enrojecidas en la piel (n=1). Las lesiones moderadas abarcaron: contusiones moderadas o hematomas (n=1) y esguinces de cuello (n=1). Por último, las lesiones graves incluyeron: una contusión lóbulo frontal con hemorragia aguda y una fractura intertrocantérica del fémur. |
Vasallo y cols., 2005 | 56 de 150 pacientes que sufrieron una caída intrahospitalaria presentaron una lesión (73 caídas asociadas a lesión, 30%), pero sólo 5 (2,1%) fueron lesiones graves: 2 fracturas de cuello femoral, 1 fractura por avulsión del trocánter menor del fémur, 1 fractura de nariz / cráneo y 1 fractura de pelvis. Cuatro de los cinco pacientes con lesiones graves sufrieron caídas recurrentes. |
Hitcho y cols., 2004 | El 42% de la población de estudio (n= 183) sufrió algún tipo de lesión (nº caídas = 128). Entre las lesiones leves se registraron: dolor e inflamación (n= 34; 18,6%), abrasiones y rasguños (n=27; 14.8%), sangrado (n= 25; 13,7%) y hematomas y contusiones (n= 23; 12,5%). Las heridas de moderadas-graves supusieron el 8% de las heridas, un total de 14, que incluyeron: laceraciones, perforaciones y pinchazos (n= 4; 2%), fracturas (n= 2, el 1% de las lesiones), hematomas subdurales (n= 2; 1%) y otros traumatismos craneales (n= 6; 3%), pérdida de consciencia (n= 1; 0,5%) y paro cardíaco con resultado de muerte (n= 1; 0,5%). |
Donoghue y cols., 2003 | 91 pacientes sufrieron 118 caídas. La mayoría, el 56%, no presentó ninguna lesión, el 44% restante sufrió algún tipo de lesión leve: el 22% de las personas que cayeron sufrieron dolor y el 26% de los pacientes sufrieron alguna laceración o contusión. No se tuvo constancia de ningún tipo de fractura o de herida severa, ni tampoco de ninguna muerte a consecuencia de una caída durante la duración del estudio. |
Tabla 6. Tipo de caídas músculo-esqueléticas y de tejidos blandos sufridas por pacientes durante su ingreso hospitalario.
Síndrome post-caída
Las caídas son devastadoras para los pacientes, no sólo por las heridas físicas que pueden experimentar, sino también por las consecuencias psicológicas que pueden desencadenar (miedo a nuevas caídas o humillación).
El síndrome post-caída (SPC) se define como un cambio en el comportamiento de la persona que ha sufrido una caída y que favorece la restricción de la movilidad y el miedo a volver a caerse. El miedo a caerse conlleva una disminución de la actividad física, que favorece la aparición de incapacidad, la disminución del control postural y la dificultad para realizar actividades cotidianas, lo que en definitiva se traduce en su dependencia de otras personas. Cuando esta situación se prolonga en el tiempo, las personas con SPC entran en un círculo vicioso que se acaba perpetuando, y que puede desembocar en un mayor riesgo de sufrir nuevas caídas (Cumming y cols., 2000).
La transcendencia del SPC es tal que su frecuencia en personas octogenarias supera a la del miedo a otros posibles acontecimientos negativos (ej. robos, problemas económicos) (Howland y Peterson, 1993). Asimismo, el SPC cobra especial interés entre las mujeres por su mayor frecuencia (74% mujeres versus 26% hombres). En relación a esta última aseveración cabe decir sin embargo que se cree que los datos entre hombres están infraestimados, por reticencia de éstos a aceptar que sienten miedo a algo.
A pesar de los datos anteriormente comentados, hasta el momento son escasos los estudios realizados para determinar la prevalencia de este síndrome en personas de la tercera edad (Tabla 7). La prevalencia de SPC es del 12% (Lachman y cols., 1998) – 92% (Aoyagi y cols., 1998), según las diferentes fuentes de consulta. La presencia de caídas previas representa un factor a tener en consideración.
REFERENCIA | PREVALENCIA | EDAD (AÑOS) | CAÍDAS PREVIAS | PROCEDENCIA DE LA MUESTRA |
Lach, 2005 | 30,6-47,2% | ≥65 | NO | Casa particular |
Murphy y cols., 2003 | 27% | ≥72 | NO | Casa particular |
Cumming y cols., 2000 | 30% | ≥65 | NO | Hospital (ninguna patología en concreto) |
Howland y cols., 1998 | 56%
|
≥65 | NO | Casa particular |
Aoyagi y cols., 1998 | 92% | ≥65 | SI | Institución |
Lachman y cols., 1998 | 12-65% | 65-93 | NO | Casa particular |
Vellas y cols., 1997 | 32% | >65 | NO | Casa particular |
Burker y cols., 1995 | 47% | ≥65 | NO | Hospital (pacientes con vértigo) |
Tinetti y cols., 1994 | 24% | ≥72 | NO | Casa particular |
Tabla 7. Prevalencia del síndrome post-caída en personas a partir de la sexta década de la vida
6.- DISCUSIÓN
Las caídas intrahospitalarias son una fuente importante de morbilidad y mortalidad. A pesar de ser infortunios aparentemente simples, las caídas son eventos complejos desde el punto de vista médico. Atendiendo a los resultados de la presente revisión se observa que la mayor parte de los pacientes hospitalizados que sufren una caída, no experimentan ninguna lesión física a consecuencia de la misma, y cuando se produce es mayoritariamente de severidad leve. Esto podría explicarse por la inmediata actuación del personal de enfermería tras su aparición (Johnson y cols., 2011).
El tipo de lesiones físicas de carácter leve y grave sufridas por los pacientes hospitalizados, son similares entre los estudios contemplados en la presente revisión. Al respecto cabe hacer una mención especial a las fracturas y concretamente a las fracturas de cadera no sólo por su repercusión desde el punto de vista económico, sino por ser una de las consecuencias más devastadoras de las caídas en personas mayores por la importante morbi-mortalidad asociada. Se ha estimado que aproximadamente una cuarta parte de las personas mayores que sufren una fractura de cadera mueren en los seis meses posteriores a la lesión y los que logran sobrevivir tienen un riesgo aumentado de mortalidad incluso hasta 10 años tras la fractura. Por otra parte, más de la mitad de los ancianos que sobreviven a esta lesión tienden a ser institucionalizados, y entre estos, casi la mitad permanece institucionalizada más de un año. Estos pacientes experimentan una disminución del 10 al 15% de la esperanza de vida y en general una merma importante de la calidad de vida (Fuller, 2000). Al margen de lo referido en relación a las fracturas de cadera, hay que tener presente que incluso las lesiones de tejidos blandos pueden causar importantes alteraciones funcionales, dolor y angustia en las personas con un nivel de salud más comprometido. Estas lesiones supuestamente «menores», o incluso las caídas en las que no se produce daño físico, pueden marcar el comienzo de un ciclo negativo que desembocaría en la limitación de la actividad física de las personas con la consiguiente pérdida adicional de fuerza e independencia (Bradley y cols., 2010).
La disparidad en la frecuencia con la que se producen lesiones asociadas a caídas entre los estudios revisados podría explicarse en base a diferencias en el diseño metodológico, y concretamente a 1diferencias en la procedencia de la población de estudio (hospitales, plantas, servicios), 2la estrategia seguida para registrar las caídas acontecidas (retrospectiva o prospectivamente, de manera voluntaria u obligatoria) así como el tipo de lesión sufrida, 3los procedimientos de recolección de datos [de manera objetiva –mediante pruebas médicas] o subjetiva [información obtenida a partir del propio paciente a quien se le interroga sobre su estado de salud]), y 4el grupo control empleado (en algunos estudios personas que no se caen, mientras que en otros personas que sufren caídas y no se lesionan) (Donoghue y cols., 2003; Hitcho y cols., 2004; Krauss y cols., 2005; Mion y cols., 2012). En relación al procedimiento seguido para registrar el tipo de lesión cabe señalar que algunos autores como Bradley y cols. (2010) definieron “lesión como consecuencia de una caída” únicamente cuando el diagnóstico de la lesión era efectuado mediante pruebas de imagen. Teniendo en cuenta que no todos los pacientes que sufrieron una caída fueron explorados mediante dichas pruebas, es posible que la incidencia de lesiones fuera mayor que la referida al menos para lesiones leves y moderadas. Por el contrario, los pacientes con lesiones graves cuyo cuadro suele acompañarse de dolor y alteración del estado mental, es improbable que su diagnóstico fuera obviado.
Al margen de las diferencias metodológicas anteriormente referidas es importante considerar las siguientes vías como posibles causas de infraestimación de resultados en los estudios que refieren las incidencias más bajas:
- El personal sanitario como consecuencia de la presión ejercida por gestores de hospitales, cuyo afán es velar por la reducción de la tasa de caídas y por unos estándares de calidad, tienden a subestimar las caídas así como las lesiones derivadas de éstas. Es improbable sin embargo, que éste argumento sea extensible a las caídas graves o las lesiones graves derivadas de caídas (Bradley y cols., 2010).
- Por otra parte, otra posible causa de infraestimación radica en los propios pacientes quienes tras sufrir una caída durante su ingreso, omiten el suceso a personal sanitario por miedo a que sea aconsejado su ingreso en una residencia tras el alta. Asimismo, las personas de edad más avanzada, con problemas de memoria, igualmente pueden tener problemas para relatar caídas menores que pudieran sufrir en el hospital (Fischer y cols., 2006).
- En tercer lugar, es importante tener presente el ratio de personal sanitario por paciente como posible factor. Algunos autores señalan a los servicios con menores ratios como aquellos donde también se constatan las incidencias de caídas más bajas (Hitcho y cols., 2004)
En relación a las consecuencias psíquicas derivadas de las caídas, se puede comprobar a la luz de los resultados del presente estudio, que la prevalencia varía en función de si existen antecedentes previos de caídas. Existe una estrecha relación entre sufrir una caída y desarrollar un miedo atroz a caer, hasta el punto de que se ha llegado a dudar cuál de los dos eventos es anterior (Friedman y cols., 2002). Ambos aspectos comparten no sólo factores de riesgo sino también factores predictivos, lo que ha llevado a concluir que con independencia de cuál de los dos se produzca primero, cada uno de manera independiente es un factor de riesgo para desarrollar el otro.
El miedo a caer es uno más de los factores a tener en cuenta a la hora de estudiar la prevalencia del SPC, cobrando gran importancia el método de evaluación utilizado para estudiar su presencia (Alarcón y cols., 2009). En este sentido se sabe que las cifras de prevalencia son menores cuando ante la pregunta ¿tienes miedo a caer? la respuesta requerida es de tipo dicotómico («no» frente a la “aceptación de un cierto grado de miedo”). Por el contrario, un aumento de ésta es evidente cuando la respuesta refleja una gradación (p.ej., «mucho miedo», «un poco de miedo» o «moderadamente asustado»). Y sin duda alguna, las cifras más elevadas de prevalencia se constatan cuando su registro se realiza en relación a algún tipo de actividad como por ejemplo “salir cuando el suelo está resbaladizo”.
El miedo a caer es un marcador de fragilidad en la población anciana. La importancia de su estudio, no debería limitarse única y exclusivamente a determinar datos estadísticos acerca de su trascendencia, sino en investigar los beneficios derivados de su tratamiento por tratarse de un factor modificable. En este sentido se ha llegado a sugerir la inclusión de pruebas de detección en chequeos rutinarios realizados a personas mayores (Martin y cols., 2005) al comprobarse que la implantación de programas encaminados a prevenir el SPC mediante el aumento de la autoconfianza para realizar actividades físicas y mejorar del grado de movilidad, conllevan una reducción de su incapacidad y dependencia de otros en la realización de actividades cotidianas así como una mejora de su estado mental (ej. nivel de ansiedad) (Li y cols., 2005).
Atendiendo a los datos anteriormente referidos puede afirmarse que en el siglo XXI las caídas intrahospitalarias siguen siendo un aspecto difícil de manejar. Aun cuando algunos autores sostienen que un determinado número de caídas intrahospitalarias es inevitable y por tanto debieran ser asumibles (Vasallo y cols., 2005), su prevención es prioritaria debido a que comprometen la recuperación de pacientes hospitalizados, en ocasiones con resultado de muerte. La adopción de medidas preventivas es imperativa, especialmente en pacientes con alta propensión a caer (pacientes que se sometieron a algún tipo de tratamiento quirúrgico que condiciona su actividad funcional durante el postoperatorio, pacientes que sufren delirio postoperatorio, …) (Fischer y cols., 2006; Mion y cols., 2012). No se debe olvidar que las caídas se están utilizando como marcadores de riesgo perioperatorio (Church y cols., 2011) y que actualmente las compañías de seguros demandan entornos seguros como elementos clave de la calidad de la atención prestada (Bradley y cols., 2010).
7.- CONCLUSIONES
Las principales conclusiones derivadas del presente trabajo de revisión son:
- Las caídas intrahospitalarias en personas mayores de 65 años se asocian a importantes repercusiones físicas y psicológicas.
- Aproximadamente la mitad de los ancianos hospitalizados que caen durante su ingreso sufren algún tipo de herida músculo-esquelética o de tejidos blandos, siendo frecuentes las caídas recurrentes (11-17%).
- Las lesiones menores en extremidades inferiores son las más comunmente asociadas a las caídas intrahospitalarias, concretamente las contusiones, desgarros y laceraciones cutáneas acompañadas de sintomatología dolorosa. Sin embargo, un 4-6% sufre algún tipo de fractura, siendo la de cadera la más recurrente, que causa un importante impacto en la salud de los ancianos (morbilidad significativa, movilidad reducida, disminución de la función y pérdida de la independencia).
- El síndrome post-caída es frecuente en personas de la tercera edad, especialmente en aquellas con historia previa de caídas, en las que la prevalencia llega a ser del 92%.
8.- BIBLIOGRAFÍA
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