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Influencia del consumo de medicamentos en la salud de los ancianos

por persona consumidos por iniciativa propia. Parece que los medicamentos que se toman corresponden a estados de salud poco graves (analgésicos, tranquilizantes, laxantes, etc.), o se trata de medicamentos prescritos con anterioridad y repetitivamente por el médico en el tratamiento de procesos crónicos o en evitación de factores de riesgo (p. ej., vasodilatadores). (9, 19, 22,23,)

Hay que hacer notar que las mujeres ancianas refieren mayor consumo por su cuenta de analgésicos y tranquilizantes.

En relación con el nivel cultural, el mismo estudio muestra que el porcentaje de automedicación es mayor entre los ancianos de un nivel cultural elevado (con estudios medios, 13 %, y con estudios universitarios, 9,5 %). La mejor proporción se produce entre los ancianos analfabetos (3,9 %) (19, 20,23,)

Se necesitan más recursos a la población geriátrica general, por ejemplo: (19)

1      Mayor tiempo de cama hospitalaria por razones médicas y sociales.

2      Mayor utilización de los recursos de la Atención Primaria con mayor accesibilidad y capacidad de respuestas a los problemas básicos y socios sanitarios

En el proceso normal hay que tener en cuenta que aparecen una serie de cambios fisiológicos y bioquímicas que pueden afectar los patrones de respuestas de cualquier fármaco y la aparición de efectos adversos. Hay alteraciones de funcionamientos Gástrico, Hepáticos, Renales, Sistema Nervioso Central, además aparecen un gran número de interacciones, en ocasiones por las diferentes actuaciones de los distintos principios activos sobres los mismos receptores o por el uso de las mismas vías de metabolización (24,25).

No es infrecuente observar un anciano confuso, inestable, con tendencia a caer y lesionarse o simplemente somnoliento que al investigar un poco son manifestaciones consecuencia de medicamentos (17)

Efectos adversos de los fármacos en los ancianos

Al tomar más de un fármaco simultáneamente pueden producirse efectos de interacción medicamentosa, porque un fármaco puede alterar la farmacocinética del otro, disminuyendo o aumentando el resultado en los diferentes mecanismos de absorción, distribución, metabolismo o eliminación (20, 24,25).

Igualmente se aumenta el riesgo de intoxicación si se administran al mismo tiempo medicamentos con efectos tóxicos semejantes o se prologa su administración más tiempo del necesario (p. ej., los antibióticos nefrotóxicos). (20,24)

Los estudios sobre los efectos adversos de los medicamentos en los ancianos enfermos son escasos y muy puntuales. Las estadísticas de varios hospitales han demostrado que de un 15 a un 20 % de los ancianos ingresados presentan efectos yatrógenos, y esta es la causa de ingreso en el hospital de un 3 a un 5 % de ancianos.”(21,25)

La mayoría de efectos yatrógenos son fáciles de solucionar mediante la interrupción de la administración del fármaco que los haya provocado, pero para ello primero deben reconocerse los efectos. En ocasiones, los signos y síntomas de las reacciones adversas, como somnolencia, confusión, mareos, temblor, debilidad, disartria, etc., se asocian a trastornos propios de la edad o de la enfermedad, hasta el punto que el propio paciente o un familiar puede acudir al médico en demanda de un nuevo fármaco para tratar esta sintomatología. (20, 21,25)

Cualquier enfermera, al cuidar a un anciano que esté tomando medicación, ya sea en el hospital, en un centro geriátrico, en un centro de salud o en el propio domicilio, debe estar alerta y valorar especialmente cualquier cambio en el comportamiento del anciano o bien la aparición de cualquier signo indicador de que el tratamiento le está provocando algún efecto indeseable. También es tarea de la enfermera informar al anciano, sus familiares o personas próximas que los medicamentos pueden producir reacciones adversas y que, cuando ellos observen cambios en el estado o capacidades, es necesario que lo refieran a la enfermera o médico que lo atiende. (23)

La posibilidad de sufrir reacciones adversas es mayor:

  1. En los ancianos que en el adulto, incrementándose con la edad.
  2. En aquellos ancianos que toman varios medicamentos a un mismo tiempo.
  3. En las mujeres ancianas más que en los hombres, ya que en ellas se produce un mayor aumento de grasa total.
  4. En los ancianos con poco peso.
  5. En los ancianos con problemas de disminución de función renal, irrigación periférica, den especial perfusión cerebral, y ventilación pulmonar.

No puede dejarse de aconsejar el seguimiento de unas normas generales en geriatría, al prescribir el tratamiento al anciano enfermo:

  1. 1.         La dosis de los fármacos deben estar en relación con el peso corporal, en general ser menores
  2. 2.         Los fármacos que reducen el aporte de oxígeno al cerebro y dificultan la ventilación pulmonar, los que evitan o deprimen los centros cerebrales (barbitúricos, sedantes, opiáceos, L-dopa, etc.) y los que originan hipotensión (fenotiacina, sedantes, tranquilizantes, antidepresivos, vasodilatadores, diuréticos) deberán prescribirse y administrarse con especial cuidado.

3-Ante la frecuente pluripatología de los ancianos, es necesario evitar los tratamientos complicados y administrar el menor número posible de fármacos, priorizando y atendiendo los problemas más urgentes

Estas normas deben conocerse y respetarse por parte de las enfermeras, de tal forma que su trabajo contribuya a lograr que los tratamientos cumplan realmente su función terapéutica. . (23)

Los ancianos triplican el número de reacciones adversas de los fármacos lo cual está asociado:

–                                  A mayor consumo de fármacos.

–                                  A incumplimiento terapéutico.

–                                  A cambios fisiológicos.

Si una reacción adversa no se identifica, el paciente puede continuar recibiendo el fármaco y además, puede recibir medicación adicional innecesaria para tratar las complicaciones causadas por los efectos secundarios de la medicación original. Por eso la prescripción debe ser:

–                                  Individualizada:

Si necesita verdaderamente el medicamento.

La elección del preparado.

Dosis correcta (mínima).

Vía correcta (sencilla).

Horario sencillo.

–                                  Valoración del medio:

Anciano que