Existen alternativas a la desinfección clorada, como observamos en dos artículos, que comentan la efectividad del ozono como método desinfectante, con el objetivo de reducir el uso de cloro añadido 6,11. En un estudio de 2007 donde se lleva a cabo la ozonización del agua de una piscina, se obtienen resultados de hasta el 100% en la inactivación de bacterias. Sin embargo, hay poca bibliografía a cerca del tema, y son necesarios estudios que determinen su funcionalidad 14.
Queda de manifiesto que los trihalometanos son los contaminantes químicos más documentados en las piscinas cubiertas y al aire libre. También aparecen otros productos como son las tricloraminas y variedades de THM como el cloroformo. Aunque muchas piscinas acumulan estos compuestos en los niveles recomendables, existen y hemos observado piscinas donde se ha encontrado niveles dañinos para la salud de la población expuesta 3,6,7,8,9,11. Las consecuencias más graves para la salud en los monitores de natación, visitantes, o nadadores radican en la aparición de problemas respiratorios, como asma, hiperactividad bronquial, bronquitis, gripe… problemas auditivos o irritación de garganta, nariz, piel…5,6 Estudios afirman que los nadadores son los usuarios que más refieren haber padecido dichos síntomas, por el hecho de estar en contacto con el agua directamente 9,11, aunque también encontramos otro que no establece relaciones en las categorías de trabajo 6. Hemos observado que las piscinas dónde no se están cumpliendo los parámetros normativos de temperatura, pH y cloro medio si aparecen más personas con síntomas irritativos. Un estudio de 2009 sobre el impacto en la salud de los nadadores hace referencia a que los compuestos de desinfección utilizados en piscinas no son perjudiciales en las concentraciones correctas, pero no beneficia su práctica a las personas asmáticas 1. Aún así, no hay suficiente evidencia para afirmar que el uso prolongado de las piscinas favorezca patologías respiratorias en aquellos con predisposición.
Al analizar la relación entre la contaminación con SPD y los parámetros ambientales y químicos, encontramos diferencias a la hora de establecer relaciones causales. Dentro de la piscina, temperaturas por encima de la temperatura ambiental favorecen la proliferación de microorganismos. Los niveles bajos de cloro y pH no garantizan una desinfección adecuada 10. A su vez, varios estudios reportan que las condiciones ambientales insuficientes se asocian con la presencia de síntomas 5,6. De la misma forma encontramos diferentes tipos de presentación del cloro en sus valores máximos en muchas piscinas evaluadas, que se correlacionan positivamente con la temperatura, el pH y los SPD 3,8. Sin embargo, un estudio confirma que estas concentraciones pueden variar entre un 40% si hablamos de muestras en diversas áreas de la piscina, aunque en la valoración entre piscinas cubiertas y al aire libre no encontraron diferencias significativas. Además establece una relación con los niveles de cloroformo a lo largo de la semana, afirmando que las concentraciones en agua de la piscina tendrían a aumentar durante la semana 9.
La gran cantidad de bacterias encontradas en las piscinas de los diferentes estudios hace pensar que la desinfección clorada no es un proceso realmente eficaz, bien por el tipo de desinfectante usado o por la cantidad del mismo.
Es cierto que algunas bacterias como Staphylococcus epidermidis están presentes en la flora de la piel, otras como Enterococcus faecalis son indicadoras de contaminación 10. En el estudio de una piscina en El Cairo, se descubrió la presencia de gran cantidad de amebas de vida libre (Acanthamoeba), causantes de infecciones dolorosas, pérdida parcial de la córnea o la presencia de queratitis 12. Un estudio realizado en Irán señala que la eliminación de este microorganismo es complicada, debido a su resistencia a la mayoría de desinfectantes usados y a la cantidad de materia orgánica sedimentada en las paredes de las piscinas 15. La aparición de otras bacterias como Escherichia coli, Legionella pneumophila, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, and Candida se debe al aumento de los niveles de cloro residual libre por encima de los parámetros normales, por lo que la reducción de 1mg/l permitiría disminuir notablemente el número de estas bacterias 2.
Conclusiones
El método de desinfección más utilizado y prevalente en el agua de piscinas es la desinfección clorada, generando subproductos de desinfección nocivos y tóxicos para la salud de las personas que entran en contacto con ellos. Por lo tanto se contemplan otros procedimientos menos estandarizados y con menos evidencia, véase desinfección con ozono, que permitirían realizar con la misma calidad que cloración, la desinfección del agua sin emitir dichos productos. Debido a su reciente aparición se necesitan más estudios con el fin de comprobar si el ozono es una herramienta coste-efectiva.
En base a los resultados obtenidos de los diferentes artículos analizados, podemos concluir que es necesario realizar de manera rutinaria controles microbiológicos del agua, para detectar que parámetros se encuentran por encima o por debajo de los niveles recomendados y actuar antes de que aparezcan los primeros síntomas. Así como un adecuado tratamiento del agua, realizando una correcta filtración y desinfección de la misma. También creemos que sería necesario concienciar a los usuarios y proporcionar información sobre los riesgos con el fin de promover conductas óptimas.
La asistencia a piscinas cloradas de manera constante es un factor influyente en la aparición de problemas respiratorios, pero si los compuestos se hallan en las concentraciones correctas, no existe evidencia de que se produzcan síntomas más frecuentemente que en comparación con la población general.
Anexos – Revisión sistemática de los estudios disponibles
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