Cuidados de Enfermería en Cáncer de útero
El cáncer de útero o matriz suele tener más incidencia en mujeres que han alcanzado la menopausia. Los síntomas más característicos son hemorragias, secreción vaginal anormal, dolor pélvico y tenesmo. Como ocurre con otros tipos de cáncer, se desconoce la causa pero sí están identificados los factores de riesgo: menopausia, promiscuidad, enfermedad de transmisión sexual o antecedentes familiares entre otros.
Autores:
- Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
- Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya).
- Alejandro Núñez Máquez DUE. Hospital San Juan de Dios. (Sevilla)
Resumen
Se diagnostica a través de pruebas específicas como citologías, biopsias y/o colposcopias entre otras. El tratamiento dependerá del grado de cáncer de útero del paciente e incluyen radioterapia, quimioterapia y distintos tipos de cirugía. Los pacientes de cáncer de cuello de útero deben recibir desde enfermería toda la información sobre la evolución y alcance de su enfermedad. Recibirán apoyo psicológico para afrontar el tratamiento correspondiente.
Palabras clave: útero, endometrio, hemorragia, dolor, menopausia.
Introducción
El útero o matriz es el lugar donde se desarrolla el bebé cuando una mujer está embarazada. Existen diferentes tipos de cáncer de útero. El más común comienza en el endometrio, la membrana que recubre el útero. A este cáncer también se le llama cáncer de endometrio.
Los síntomas del cáncer uterino incluyen:
- Hemorragiao secreción vaginal anormal
- Dificultades para orinar
- Dolor pélvico
- Dolor durante las relaciones sexuales
El cáncer uterino suele ocurrir después de la menopausia. Es más común en mujeres obesas. Usted también puede estar en mayor riesgo si recibió Terapia de reemplazo hormonal solo con estrógeno (terapia hormonal para la menopausia) por muchos años.
Las pruebas para encontrar cáncer de útero incluyen un examen pélvico, pruebas de imagen y una biopsia. El tratamiento más común es una histerectomía, que es una cirugía para extirpar el útero. A veces la cirugía también extrae los ovarios y las trompas de Falopio. Otros tratamientos incluyen la terapia hormonal, radioterapia y quimioterapia. Algunas mujeres reciben más de un tratamiento.
Factores de riesgo:
- Edad:las mujeres mayores son más vulnerables a padecerlo. La edad media de aparición se encuentra entre los 35 y los 55 años.
- Genética:es común que aparezca en mujeres cuyas madres también tuvieron cáncer de cuello uterino.
- Tabacoy alcohol.
- Su incidencia es mayor en entornos debajo nivel socioeconómico.
- Edad precozde la primera relación sexual.
- Elevado número de parejas sexuales(importante factor en prostitutas).
- Padecer o haber padecido algunaenfermedad de transmisión sexual. En este grupo de riesgo es especialmente importante la infección por el virus del papiloma humano.
- Se cree que también pueden jugar un papel importante losanticonceptivos hormonales.
- Es más común también enmujeres que han parido alguna vez que en aquellas que no han tenido hijos.
- Inmunodepresión:SIDA, mujeres que han sufrido algún trasplante…
Síntomas
El cáncer de cuello de útero suele ser asintomático en los primeros momentos de la enfermedad. Una vez que comienza a manifestarse, aparecen sangrados vaginales acíclicos (este rasgo los diferencia de una menstruación), indoloros y, con frecuencia, después del coito. Al comienzo se trata de pequeñas pérdidas que se van haciendo más abundantes de forma progresiva.
Por otro lado, el flujo vaginal se torna de un color rosáceo como “agua de lavar carne”. Además, aparece dolor pélvico que se irradia hacia las piernas. Otros de los síntomas del cáncer de cuello de útero son: dolor al orinar, sangre en heces y en orina, estreñimiento y tenesmo (deseo continuo, doloroso e ineficaz de defecar u orinar).
En todo momento las manifestaciones principales de la enfermedad se acompañan de una serie de síntomas comunes a muchas otras enfermedades como: pérdida de apetito, pérdida de peso, cansancio y malestar general.
En estadios muy avanzados aparecen fístulas vesicales o rectales. Las fístulas son comunicaciones anormales entre órganos vecinos que no deberían estar presentes.
Diagnóstico.
En mujeres sexualmente activas y en edad fértil, se realiza una citología rutinaria en la consulta ginecológica. De este modo se puede evaluar a una gran mayoría de la población de riesgo, y es posible detectar el cáncer de útero en estadíos muy iniciales, lo que mejora el pronóstico de la enfermedad. Esta prueba se conoce como Papanicolau, y se emplea para estudiar las células cervicales y detectar la posible presencia de células anormales. Se toman muestras de al menos tres zonas distintas del cuello uterino para que no quede ninguna zona sin estudiar.
También se recurre a otras pruebas para dilucidar el diagnóstico de este cáncer:
Colposcopia
Se realiza cuando la citología ha sido positiva, o cuando se observa a simple vista alguna anomalía cervical. Esta prueba es una exploración meramente visual en la que se emplea un instrumento provisto de luz y un sistema de bases de aumento.
Test de Schiller
Consiste en embadurnar todo el cuello uterino con una solución específica y comprobar si se tiñe de marrón oscuro. Las células malignas no se tiñen.
Biopsia
Se toma un pedazo de la lesión para su estudio en el laboratorio. Con ello se determina el tipo específico de célula que compone el tumor; de este modo se podrá ofrecer el mejor tratamiento posible.
Técnicas de imagen
Mediante técnicas de imagen como el TAC puede valorarse la afectación de ganglios linfáticos pélvicos y riñones.
Tratamiento
En función del grado de cáncer de útero del paciente, se disponen de varias opciones de tratamiento (quimioterapia, radioterapia y distintos tipos de cirugía), que será seleccionado por su oncólogo o especialista para obtener los mejores resultados:
Quimioterapia
Tiene distintas indicaciones según el tipo y la extensión del carcinoma. Normalmente se emplea en estadios avanzados, o bien antes de la cirugía para intentar reducir al máximo el tamaño del tumor y facilitar así la operación. En los últimos años se utiliza asociada a radioterapia en casos de mal pronóstico.
Radioterapia
En el cáncer de útero se usa en dos formas: externa y de contacto (también llamada curieterapia o braquiterapia). La braquiterapia tiene por objeto la destrucción del tumor primario, y se emplea principalmente cuando el cáncer no se ha diseminado hacia otros órganos o hacia los ganglios linfáticos. Consiste en colocar unos aplicadores dentro del útero, que se conectan a un recipiente blindado que contiene cesio-137. Este tipo de radiación localizada permite un tratamiento más individualizado y, por ello, más útil, al mismo tiempo que protege a los órganos no afectados por el cáncer frente a la radiación.