de las regularidades del desarrollo evolutivo en las distintas edades y de las leyes que rigen el aprendizaje y los procesos cognitivos en los seres humanos ofrece al currículo un marco indispensable acerca de las oportunidades y modos de la enseñanza: cuándo aprender, qué es posible aprender en cada momento, y cómo aprenderlo.
La fuente psicológica es fundamental para saber el qué, el cómo y el cuándo enseñar, en cuanto variables que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido se han tomado en consideración: características psicológicas propias del momento de desarrollo evolutivo de los alumnos, sus capacidades (con especial atención a la dimensión trascendente) e intereses; las relaciones que se establecen a lo largo del proceso educativo, y los elementos fundamentales del proceso de aprendizaje.
Por ello, se ha tenido en cuenta el momento de desarrollo evolutivo propio de cada etapa, el nivel de aprendizaje que comporta, y las preguntas y problemáticas características. Si bien no corresponde al currículo el afrontar directamente las preguntas que se plantean en cada edad, si se han recogido los contenidos suficientes para que el profesor pueda, en su momento, afrontarlas en el aula. A ello miran también la selección de objetivos y criterios de evaluación.
La fuente Pedagógica recoge tanto la fundamentación teórica existente como la experiencia educativa adquirida en la práctica docente. La experiencia acumulada, a lo largo de los últimos años, también en otros países, y no sólo en España, constituye una fuente insustituible de conocimiento curricular. En concreto, el desarrollo curricular en el aula, en la docencia real de los profesores, proporciona elementos indispensables a la elaboración del currículo en sus fases de diseño y de ulterior desarrollo.
El cómo enseñar lo proporciona la fuente pedagógica, relativa a la práctica docente, su base teórica, la filosofía de la educación, la didáctica, la metodología, la organización escolar, etc. Esta fuente tiene en cuenta, además de la fundamentación teórica existente, la experiencia educativa adquirida en la práctica docente. Atendiendo a esta fuente, en la elaboración del currículo se ha tenido presente que los modelos pedagógicos vigentes en el sistema educativo actual están inspirados en el sistema de aprendizaje cognitivo y ecológico – contextual, y enmarcados en una concepción constructivista del aprendizaje escolar y de la intervención pedagógica.
Fuente Epistemológica en los conocimientos científicos que integran las correspondientes áreas o materias curriculares. La metodología, estructura interna y estado actual de conocimientos en las distintas disciplinas científicas, así como las relaciones interdisciplinarias entre éstas, realizan también una aportación decisiva a la configuración y contenidos del currículo. De ella se han extraído los conocimientos teológicos que van a enseñarse en la escuela (el qué enseñar), la lógica interna de la disciplina y la metodología adecuada para impartirla, así como las conexiones interdisciplinares que podemos establecer.
Dicha fuente ha permitido focalizar los conocimientos esenciales, seguir la estructura interna de la materia y establecer una secuenciación adecuada de los contenidos. Los núcleos temáticos del mensaje cristiano están presentados de manera orgánica y sistemática, con un desarrollo progresivo que tiene en cuenta la lógica interna de la materia. La síntesis teológica recorre todo el currículo, con una distribución de los contenidos que parte de las primeras nociones en la educación infantil y se completa con los estudios de bachillerato, de tal manera que el alumno puede ir avanzando en una cada vez mayor profundización, hasta lograr una comprensión global del mensaje cristiano.
Funciones del Currículo
La educación escolar responde al hecho de que ciertas facetas del desarrollo de la persona, relativas fundamentalmente a aspectos ligados a la cultura en la que está inmerso, sólo están aseguradas si se lleva a cabo una intervención planificada desde la escuela. El avance cultural que se ha ido produciendo a lo largo de la evolución de los grupos sociales no viene incorporado en las capacidades que toda persona tiene por el hecho de serlo, ni se asegura por la mera interacción del sujeto con su entorno físico. Es necesaria la mediación de los agentes sociales, y entre ellos de la educación escolar, para promover el desarrollo integral de los alumnos.
Por ello, todo sistema educativo tiene que plantearse cuáles son estos ámbitos de actuación educativa y en qué va a consistir su intervención. El currículo se entiende como el proyecto que determina los objetivos de la educación escolar, es decir, los aspectos del desarrollo y de la incorporación a la cultura que la escuela trata de promover y propone un plan de acción adecuado para la consecución de estos objetivos. El currículo tiene, por lo tanto, dos funciones diferentes.
La de hacer explícitas las intenciones del sistema educativo, y la de servir como guía para orientar la práctica pedagógica. Esta doble función se refleja en la información que recoge el currículo, en los elementos que lo componen, que pueden agruparse en torno a cuatro preguntas: ¿Qué enseñar? La respuesta a esta pregunta proporciona información sobre los objetivos y contenidos de la enseñanza. ¿Cuándo enseñar? Es necesario decidir también la manera de ordenar y secuenciar estos objetivos y contenidos. ¿Cómo enseñar? Se refiere a la necesidad de llevar a cabo una planificación de las actividades de enseñanza y aprendizaje que nos permita alcanzar los objetivos marcados. ¿Qué, cómo y cuándo evaluar? Por último, es imprescindible realizar una evaluación que permita juzgar si se han alcanzado los objetivos deseados.
En la primera pregunta se recogen los aspectos del currículo relativos a la primera función, al establecimiento de las intenciones. Las tres restantes se refieren al plan de acción que se debe seguir de acuerdo con estas intenciones y sirven de instrumento para desarrollar la práctica pedagógica.
Características del Currículo
El currículo es la expresión pedagógica de los principios, fines y objetivos de la educación, organiza las capacidades, contenidos y actividades de aprendizaje de manera global, orgánica y flexible. Hace explícitas las intenciones del sistema educativo y sirve de guía para organizar las situaciones de aprendizaje, determinar los grados de logro de las acciones educativas, definir la interacción de los sujetos, los elementos y procesos curriculares.
El currículo se concibe como una propuesta para la acción educativa, sustentada en una permanente reflexión sobre su aplicación práctica, considerando al currículo de manera integral, en sus tres dominios: Hominización o el desarrollo de capacidades corpóreas, psicológicas y espirituales del hombre; Socialización o la interrelación con el ámbito social, y Culturación o la recepción de la cultura y la toma de posición ante ella por las personas. Las siguientes son características que tipifican al currículo, lo hacen coherente con los fines y objetivos educativos y pertinentes con el contexto demandado por el sector productivo.