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Danza del vientre y embarazo

de tensiones, tanto físicas como mentales. Asimismo, abre la puerta a una mayor claridad y paz interior, que ayudará a la mujer a enfrentarse a los problemas cotidianos con una actitud positiva.

Debemos considerar esta danza como una especie de meditación activa, que nos permite vivir plenamente el presente, favoreciendo la paz mental y el bienestar psíquico. El conocimiento progresivo y el incremento de la aceptación de sí mismas repercuten a nivel social, donde estas nuevas sensaciones permiten a la mujer ganar seguridad en sí misma y mejorar sus relaciones con el entorno, favoreciendo su autoconcepto y reduciendo sus inhibiciones, sintiéndose más elegantes, femeninas y sensuales.

En definitiva, los cambios en este ámbito se resumen en:

–                      Mayor consciencia corporal

–                      Aumento de la concentración

–                      Mayor capacidad emocional

–                      Espiritualidad y transcendencia

–                      Mayor razonamiento espacial.

–                      Favorece la toma de decisiones

 LA DANZA ORIENTAL DURANTE EL EMBARAZO:

El término “danza del vientre” cobra aún más sentido durante el embarazo. Los cambios corporales derivados del embarazo imponen condicionantes a la danza, añadiendo también nuevas sensaciones y posibilidades.

Se podrá practicar desde el primer trimestre de gestación al último, según las condiciones de cada embarazo y bajo supervisión de un profesional.

Propiciará los siguientes beneficios generales: Ejercitará los músculos de la espalda, abdomen y suelo pélvico. Además la madre experimentará una sensación de alegría, energía y vitalidad que le ayudará en sus tareas diarias y el bebé percibirá una sensación de masaje que le proporcionara calma.

En general, va a suponer la realización de ejercicio moderado durante el embarazo y sus beneficios asociados: estar activa, mantener el cuerpo más fuerte, fortalecer huesos, músculos y articulaciones. Asimismo, la danza árabe es suave y de bajo impacto, por lo que se trata de un ejercicio muy seguro durante el embarazo.

Beneficios de la danza oriental:

1. Prepara a la mujer física y emocionalmente para el momento del parto, ayudándole a recuperar la confianza en su cuerpo: incrementa la energía, mejora su postura, fortalece la musculatura, favorece el sueño reparador, evita el sobrepeso durante el embarazo..

2. Ayuda a que la mujer viva de manera saludable y serena los cambios que irán ocurriendo en su cuerpo: mejora la autoconfianza y propicia la comunicación con su propio cuerpo.

3. Facilita el encuentro grupal con otras mujeres en su mismo estado.

4. Prepara a la mujer para que pueda vivir tanto el embarazo como el nacimiento de su hijo/a como un proceso vital más dentro de su sexualidad. Favorece la secreción de endorfinas que le ayudarán estar más feliz y disminuir el dolor.

5. Favorece el contacto de la mamá con el bebé dentro del vientre. Facilitando así que ya se vaya estableciendo una relación con la niña o el niño que va a nacer. Percibirá cómo reacciona el feto ante los movimientos y la música.

6. Durante el embarazo, la realización de los movimientos circulares ayuda a aliviar molestias en espalda, digestiones pesadas, ataques de ciática, etc. Fortalece la espalda y los músculos abdominales profundos.

7. Las mujeres aprenden y practican movimientos concretos que podrán utilizar en las diferentes fases del parto, ayudando así a que las contracciones sean más eficaces y a que el bebé vaya descendiendo por el canal de parto.

8. La participación activa de la mujer durante el parto es fundamental, y las sesiones de danza oriental ayudan a que esta sea la actitud con que la mujer se enfrente a ese momento.

9. refuerza el suelo pélvico mediante los movimientos controlados de las caderas. Esto ayudará empujar mejor y disminuir el dolor durante el parto y a prevenir la incontinencia postparto.

Práctica de la danza oriental durante el embarazo:

La regla de oro para practicar la danza oriental de manera segura durante el embarazo es: escuchar tu cuerpo. Es decir, la embarazada debe ser consciente de sus limitaciones y hasta dónde puede llegar.

No existen muchas contraindicaciones para que la embarazada practique la danza oriental. Destacamos:

–                      Precaución al realizar giros/cambios bruscos de dirección por la sensibilidad de los ligamentos.

–                      No apretar las piernas dobladas contra el vientre puesto que puede cortar la libre circulación de oxígeno a través del cordón umbilical.

–                      Algunos de los ejercicios que deben evitarse son: movimientos bruscos, presión sobre el vientre, saltos…

–                       La danza del vientre incluye algunos movimientos de “expulsión”, de aquí deriva la importancia que tiene que el profesor/a sepa cuanto antes que se está embarazada porque es fundamental evitar riesgos innecesarios que provoquen, por ejemplo, partos antes de la fecha.

Los riesgos que se pueden derivar de practicar esta danza son los típicos de cualquier otra actividad física. En casa se puede trabajar con alguna música lenta.

Asimismo, La mujer embarazada debe tener en cuenta que debe dejar de realizar cualquier ejercicio, incluida la danza y acudir al médico si: aparece secreción de flujo vaginal anormal, empieza a sangrar, siente dolor abdominal intenso, parecen contracciones o si no siente moverse al bebé.

Marisol Díez, psicóloga y maestra de danza del vientre, nos habla de los beneficios que este baile tiene para las mujeres embarazadas y su posterior recuperación después del parto. Afirma que “el baile oriental se relaciona directamente con los movimientos de recuperación de la postura vertical de los partos”. La recuperación de la mujer después del parto es mucho más rápida. La mujer puede retomar sus clases, si se siente con ganas y fuerza, un mes después del parto.