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Delirium en la UCI

aproxima-damente un 15% por las heces.

En general, se ha descrito una mejoría del delirio en el 80-90% de los pacientes con mínimos efectos adversos. Las dosis medias empleadas han oscilado entre 1,2 y 2,5 mg, con una duración media del tratamiento de 7 días. En el único estudio comparativo con distribución aleatoria, doble ciego, que incluía algún paciente ingresado en una UCI, no se observaron diferencias significativas en cuanto a eficacia entre haloperidol y risperido-na aunque la respuesta al tratamiento se observó en 9/12 (75%) tratados con el primero frente a 5/12 (42%) con el segundo

En algunos trabajos, la risperidona ha mostrado ser útil en el tratamiento del delirio hipoactivo.

La dosis inicial recomendada oscila entre 0,25 y 0,5 mg/12 horas vía oral, en casos de delirio leve o moderado, para ir incrementándola posteriormente en función de la evolución (máximo 6 mg/día, repar- tidos en 2-4 tomas). Esta dosificación debe reducirse en caso de alteración de la función hepática o renal. Se presenta en dos formulaciones orales.

En el paciente crítico, una limitación importante para el uso de estos fármacos es la necesidad de dis- poner de una vía enteral funcionante.

Además de suponer un mayor coste, los antipsicóticos atípicos no están exentos de provo-car efectos adversos. En general, la incidencia de efectos secundarios extrapiramidales es menor que con haloperidol especialmente si se emplean dosis de este último superiores a 4,5 mg/día

S in embargo, si se utilizan dosis más bajas de haloperidol, la incidencia de problemas extrapiramidales puede ser similar El riesgo parece ser menor con olanzapina, aunque ésta se asocia con más frecuencia a sedación, hasta el 30% de los pacientes en algún estudio si bien, normalmente no es lo suficientemente importante como para interrumpir el tratamiento. Dosis de risperidona superiores a 2 mg/día aumentan la incidencia de efectos extrapiramidales y sedación.

QUETIAPINA

La quetiapina parece ser un agente eficaz y seguro para el tratamiento del delirio en la medicina general y en pacientes de cuidados intensivos. Los ensayos se resumidos sugieren que la quetiapina resuelve los síntomas de delírium con mayor rapidez que el placebo y tiene la misma eficacia en comparación con el haloperidol y el antipsicótico atípico amisulpride. Se necesitan más estudios.

Oral: Liberación inmediata: Inicial: 50 mg dos veces al día; puede aumentar si es necesario diariamente en incrementos de 50 mg dos veces al día con una dosis máxima de 400 mg al día

DEXDETOMIDINA

Es un fármaco agonista de los receptores adrenérgicos supraselectivo que tiene propiedades sedantes y analgésicas actuando principalmente a nivel del locus ceruleus.

Este mecanismo de acción diferente al de los fármacos sedantes habituales del paciente crítico que actúan en el receptor GABA u opiáceos (propofol, benzodiacepinas, opiáceos), permite un efecto sedante colaborativo, que se acompaña de analgesia, conserva el estímulo respiratorio y reduce la incidencia de delirio del comparado con otros sedantes.

Tiene una corta vida media de 2-2,5 horas, que se prolonga en casos de insuficiencia hepática pero no precisa ajuste en la insuficiencia renal ni con la edad avanzada. El inicio de acción se produce a los 15 minutos, alcanzando la meseta a la hora de iniciar la perfusión.

Su efecto se ha asociado a simpaticolisis, hipnosis, sedación, analgesia y efectos neuroprotectores generales, produciendo mínimos efectos sobre el centro respiratorio.

Puede causar hipotensión y bradicardia.

Estaría indicado en pacientes con ventilación mecánica que desarrolla delirio.

BENZODIACEPINAS

Las benzodiazepinas no están indicadas para el manejo del delirium, ya que predisponen a la sedación excesiva, depresión respiratoria y empeoramiento de la disfunción cognitiva.

Grado de recomendación: fuerte. Nivel de evidencia: moderado (1 B)

Anexos – Delirium en la UCI

Anexos – Delirium en la UCI

 

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