Tabaquismo:
De las 103 mujeres encuestadas 40 (38.8%) fumaban, mientras que 63 (61.2%) no. De las 40 mujeres fumadoras, 11 continúan fumando y 29 no. La cantidad de cigarrillos fumados al día fue: 1 a 5 cigarros 37/40 mujeres, 6 a 10 cigarros, 2/40, más de 10, 1/40. El tiempo de fumar fue desde meses hasta 43 años 3.32 (± 8.25). Sin embargo, 15 mujeres fumaron menos de 1 año, 8 entre 2 y 3 años, las 17 mujeres restantes se distribuyeron entre 4 y 43 años, no obstante, la frecuencia de fumar para estas mujeres fue de un caso por año. Al aplicar la ecuación del Índice tabáquico, solo una mujer presentó un riesgo moderado de tabaquismo, para los demás casos el riesgo fue nulo.
Antecedentes hereditarios del CaCu:
El 68% de las pacientes no tenían antecedentes hereditarios y el 32% si; de ellas, el 16.5% fue la madre, hermana el 5.8%, abuela 1.9%, tía 2.9%, hermana y tía 1.9%, madre, hermana y abuela 1.5%, madre y abuela, 1.5%.
Discusión
El nivel de educación predominante fue la secundaria, y aunque todas las pacientes tenían acceso al servicio de salud; el nivel educativo, así como la insuficiente concientización y constancia en las tomas del Papanicolaou observado en el 35.9%; son factores que influyen negativamente en la salud de estas mujeres. Llama la atención que esta observación se diera en todas las edades de estas mujeres (dato no mostrado). La indiferencia, fue el principal factor por el cual la mayoría de las pacientes a pesar de saber la importancia de la prueba, no se realizaban la citología regularmente, reflejando el desinterés, posiblemente debido a que no tienen la información precisa necesaria sobre sus consecuencias.
Estudios reportan que la falta de compromiso con el cuidado de la salud sexual, son factores de riesgo, sobre todo si se tiene en cuenta que el CaCu es prevenible si se detecta a tiempo. Alrededor del 80% de las mujeres que desarrollan un carcinoma invasor de cuello uterino, no tenían un examen citológico previo(4); la no detección oportuna sucede en países de bajos recursos, en donde no hay acceso fácil a los programas de tamizaje ni vacunación(5); sin embargo, México es un país que ofrece de forma gratuita el Papanicolaou y aun así el CaCu, sigue siendo la segunda causa de muerte en mujeres, por lo tanto se necesita de campañas más eficaces sobre el cuidado de la salud sexual, así como la manera de prevenir enfermedades ginecológicas.
En relación con el diagnostico se estableció que el 4.9% (5 mujeres) presentaban CaCu y sus edades estaban entre los 29 a 46 años; aunque las edades de estas pacientes está entre los reportados, 40-50 años(6), es interesante el hecho de que una mujer tan joven de 29 años, haya presentado este diagnóstico. Sin embargo, hay estudios en los que se ha encontrado que el 47% de las mujeres con CaCu, eran menores de 35 años(7). Recientemente se ha observado una disminución en el pico de incidencia del CaCu con respecto a la edad, lo cual puede ser debido a los cambios en las políticas de tamizaje en los países, permitiendo su detección en edades más tempranas (25 a 34 años)(8). En México, los casos de CaCu en relación a la edad, muestran un incremento a partir de los 35 años, con un promedio de 49.2 años(3)
La paridad como factor de riesgo, no fue predominante en las pacientes, debido a que el 89.4% tuvieron menos de 4 hijos, y los reportes mencionan que el riesgo se presenta cuando se tienen más de 5 hijos(9). En este estudio se observó que las mujeres que tuvieron entre 5 a 9 hijos solo fue del 10.8%.
La edad promedio del primer coito, fue 17 años, una etapa considerada como adolescencia tardía. El 30.1% tuvo su primer coito en edades inferiores. En México, algunas estadísticas muestran que el inicio de la actividad sexual ocurre alrededor de los 16 años con un creciente índice de embarazos e ITS(10). El inicio de las relaciones tempranas ha sido relacionado con el riesgo incrementado de adquirir infecciones por VPH, y otras ITS(11). El cuello uterino inmaduro, es más susceptible a este tipo de infecciones, que si persisten, conducen a un mayor riesgo de desarrollar CaCu(11). La edad temprana del primer coito, es un evento considerable en el desarrollo de neoplasias cervicales, debido a que puede implicar comportamientos sexuales riesgosos como: la falta de protección, múltiples parejas y el comportamiento promiscuo de estas parejas(12). El embarazo es otra consecuencia del inicio temprano de la vida sexual, lo cual podría influir en el riesgo de la carcinogénesis cervical, sobre todo si esto sucede durante la preadolescencia y la adolescencia(12).
El número de parejas sexuales que tuvieron las pacientes fue de 1 a 22, y en promedio 3 parejas, por lo tanto, este factor de riesgo estuvo presente. La historia sexual de una mujer ha sido relacionada con el riesgo de desarrollar CaCu, así como las relaciones fortuitas, y la historia sexual de cada pareja(9),(13). En la población estudiada se observó que el mayor número de compañeros sexuales se presentó en el grupo de las casadas, en donde se registró el rango de 1 a 22 (dato no mostrado), resultados similares también, han sido encontrados en otras poblaciones(14).
El uso de anticonceptivos orales, se presentó en el 52.4% de las mujeres; el 20.4% los tomó por más de 5 años. Los anticonceptivos orales han sido asociados significativamente con el CaCu, con una clara respuesta relacionada con el tiempo de consumo así, el uso menor a 5 años no confiere riesgo de cáncer, mientras que este riesgo se incrementa significativamente, cuando se consumen por más de 5 años(15).
Es importante resaltar que, del total de mujeres encuestadas, el 28.2% no utiliza ningún método de protección, y aquellos utilizados, excepto el condón, no las protege contra las ITS. El condón, fue el método más comúnmente usado, sin embargo, este preservativo no ofrece una protección total, sobre todo para infecciones relacionadas con el VPH(16). Por lo tanto, se considera que el uso de anticonceptivos orales, así como el no uso de métodos de protección en las relaciones y/o en algunos casos la ineficiencia de los métodos usados, son factores de gran riesgo presentes en estas pacientes.
Otro hallazgo importante encontrado, fue la falta de conocimiento que las pacientes encuestadas tienen sobre las ITS, ya que solo el 22.3% conocía alguna de ellas, mientras que el 77.7% las desconoce, aun estando escrita en sus resultados del Papanicolaou; por lo tanto, es evidente la falta de interés y conciencia que se tiene sobre la salud sexual y las consecuencias que esto podría tener. Según la OMS(17) cada día, más de 1 millón de personas contraen una ITS, se estima que anualmente unos 357 millones de personas contraen ITS relacionadas con la clamidiasis, gonorrea, sífilis, o tricomoniasis, y más de 500 millones de personas son portadoras del virus del herpes simple (HSV2), más de 290 millones de mujeres son infectadas por el VPH; infecciones como las ocasionadas por el HSV2 y sífilis, pueden ocasionar procesos inflamatorios aumentando el riesgo de contraer infecciones como el VIH, además de complicaciones como: abortos, esterilidad, y farmacorresistencia como es el caso de la gonorrea(17).
El tabaquismo fue otro factor de riesgo presente en el 38.8% de las mujeres, dentro de este grupo la mayoría fuma entre 1 y 5 cigarrillos y más de la mitad fumó por un tiempo entre 2 a 43 años, lo cual es considerado como riesgo para desarrollar neoplasias cervicales. Se ha reportado que las mujeres que fuman, presentan un riesgo dos veces mayor de desarrollar lesiones intraepiteliales cervicales, que pueden progresar a cáncer, y su asociación es dosis-dependiente(18). Los agentes carcinogénicos químicos presentes en el tabaco pueden afectar al sistema inmune de defensa del epitelio cervical(9), tanto en las mujeres fumadoras como en las fumadoras pasivas.
En relación al factor herencia, el 32% de las mujeres mencionó tener algún familiar con CaCu, siendo la madre el familiar más frecuente. Algunos estudios hacen referencia sobre el papel que juega el componente genético en el desarrollo del CaCu(19). El componente hereditario en el desarrollo de los tumores cervicales ha sido encontrado en estudios comparativos de gemelos y en estudios familiares madre-hija. La posibilidad de la predisposición genética, se debe a la observación de que los familiares biológicos en primer grado de las mujeres que han desarrollado un tumor cervical, presentan un doble riesgo de desarrollarlo. No obstante, la heredabilidad de los tumores cervicales se ha determinado en un 27%(20).
Así mismo, se ha encontrado que existe una amplia gama de determinantes genéticos del huésped frente a la infección por el VPH, en las diferentes etapas neoplásicas y de progresión al CaCu, por lo tanto, no es posible vincular un solo gen con el CaCu, sino que esto dependería de diferentes genes implicados en diversas vías, además del principal agente causal, el VPH, y de factores epigenéticos involucrados(21). La importancia de estos últimos radica, en que a diferencia de las alteraciones genéticas, las alteraciones epigenéticas son potencialmente reversibles y su caracterización no solo tiene potencial para el uso como biomarcadores, sino como blancos de nuevas terapias(22).
Conclusión
Todos los factores analizados estuvieron presentes en las pacientes encuestadas, aunque en distintas proporciones. Siendo las más importantes, el uso de anticonceptivos orales, el número de compañeros sexuales, las ITS y el desconocimiento que tienen de ellas.
Agradecimientos
Agradecemos a la Clínica de Displasias del IMSS, Mexicali por habernos permitido desarrollar este trabajo en sus instalaciones.
De igual manera agradecemos a las Facultades de Medicina y Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California, por el apoyo económico que nos brindó para llevar a cabo esta investigación.
Referencias
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