Dieta baja en FODMAPs: revisión bibliográfica
Autora principal: Lucía Rodríguez Andión
Vol. XIX; nº 19; 886
Low FODMAP diet: literature review
Fecha de recepción: 10/09/2024
Fecha de aceptación: 11/10/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 19; 886
AUTORES:
- Lucía Rodríguez Andión. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Corgo-Meira, Lugo, Galicia, España
- Mónica Pérez Fernández. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Ribadeo-Mondoñedo, Lugo, Galicia, España
RESUMEN
Los FODMAPs son un grupo de carbohidratos de cadena corta que incluyen oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables. Estos compuestos son mal absorbidos en el intestino delgado, lo que puede provocar síntomas digestivos como hinchazón, gases, dolor abdominal y diarrea, especialmente en personas con trastornos como el síndrome de intestino irritable (SII).
La dieta baja en FODMAPs limita la ingesta de alimentos que contienen estos compuestos, con el objetivo de reducir los síntomas del síndrome de intestino irritable y otros trastornos gastrointestinales a corto plazo, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para los pacientes. Se lleva a cabo en tres fases: restricción, reintroducción gradual de alimentos con FODMAPs y personalización según la tolerancia de cada persona. Aunque es eficaz a corto plazo, la dieta puede ser difícil de mantener a largo plazo debido a su naturaleza restrictiva y puede afectar negativamente a la diversidad de la microbiota intestinal, por lo que es recomendable seguirla bajo la supervisión de un profesional.
PALABRAS CLAVE
FODMAP, dieta baja en FODMAP, intervención nutricional, nutrición, desórdenes gastrointestinales.
ABSTRACT
FODMAPs are a group of short-chain carbohydrates that include oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and fermentable polyols. These compounds are poorly absorbed in the small intestine, which can cause digestive symptoms such as bloating, gas, abdominal pain and diarrhea, especially in people with disorders such as irritable bowel syndrome (IBS).
The low-FODMAP diet limits the intake of foods that contain these compounds, with the aim of reducing the symptoms of irritable bowel syndrome and other gastrointestinal disorders in the short term, which translates into a better quality of life for patients. It is carried out in three phases: restriction, gradual reintroduction of foods with FODMAPs and personalization according to each person’s tolerance. Although effective in the short term, the diet can be difficult to maintain in the long term due to its restrictive nature and can negatively affect the diversity of the intestinal microbiota, so it is advisable to follow it under the supervision of a professional.
KEYWORDS
FODMAP, low FODMAP diet, nutritional intervention, nutrition, gastrointestinal disorders.
DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
La dietoterapia FODMAP (Fermentable, Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides and Polyols) o azúcares fermentables es un conjunto de intervenciones dietéticas en las que, básicamente se restringen en mayor o menor grado los azúcares fermentables de la alimentación.
Esta dietoterapia hace referencia no solo a la primera fase (más restrictiva), sino a todo el conjunto de intervenciones, entre las que se encuentran las reintroducciones de alimentos con contenidos progresivamente más elevados en FODMAPs, siempre de forma personalizada, hasta que el paciente puede volver a llevar una alimentación convencional.
Se considera una estrategia para controlar los síntomas de SII. Son HC fermentables de cadena corta y algunos se consideran como fibra prebiótica, el problema es que los pacientes con SII fermentan excesivamente.
Este tipo de carbohidratos son osmóticamente activos (alterando el peristaltismo) y algunos de ellos se malabsorben en el intestino delgado causando la sintomatología típica de distensión, gases, flatulencias y cambios en las deposiciones tan típicos de este trastorno.
Tipos de FODMAPs:
- Fructanos o Fructooligosacáridos (FOS): se encuentran en alimentos como el trigo, centeno y cebada, así como en algunas verduras y frutas.
- Galactanos o Galactooligosacáridos (GOS): fundamentalmente en las legumbres.
- Lactosa: presente en productos lácteos como leche, yogur y queso.
- Exceso de Fructosa: (alimentos que tienen mayor proporción de fructosa que de glucosa, en cuyo caso, el exceso de fructosa no se absorbe bien) miel, determinadas verduras y frutas, como las manzanas y las peras, algunos vinos y licores.
- Polioles: contenidos en las frutas de hueso, setas y en alimentos procesados que contienen edulcorantes artificiales como el sorbitol, el manitol, el xilitol y el maltitol.
Mecanismo de acción
Los FODMAPs tienen una baja absorción en el intestino delgado debido a la falta de enzimas específicas, transportadores ineficaces o una absorción más lenta. Esta mala absorción lleva a la llegada de estos carbohidratos al colon, donde las bacterias intestinales los fermentan, produciendo gases como hidrógeno, metano y dióxido de carbono, lo que puede desencadenar distensión abdominal y otros síntomas.
Además, los FODMAPs tienen un efecto osmótico, es decir, atraen agua hacia el intestino, lo que puede aumentar el volumen de las heces y provocar diarrea en algunas personas.
Relación con el síndrome del intestino irritable (SII)
El SII es un trastorno funcional digestivo caracterizado por dolor abdominal recurrente y alteraciones en el hábito intestinal (diarrea, estreñimiento o ambos). Varios estudios han demostrado que una dieta baja en FODMAPs puede aliviar los síntomas del SII, al reducir la fermentación y la producción de gases en el colon, así como la cantidad de agua en el intestino.
En una revisión sistemática publicada por Staudacher et al. (2014), se observó que la reducción de la ingesta de FODMAPs alivió los síntomas del SII en aproximadamente el 70% de los pacientes. Además, una dieta baja en FODMAPs también ha mostrado mejorar la calidad de vida y reducir la inflamación en el intestino.
Evidencia clínica
Estudios como el de Halmos et al. (2014) han demostrado que una dieta baja en FODMAPs es eficaz para mejorar los síntomas del SII. En este estudio, se observó una disminución significativa de los síntomas gastrointestinales en pacientes que siguieron esta dieta en comparación con aquellos que siguieron una dieta estándar. Asimismo, otros estudios han respaldado estos hallazgos, mostrando una mejora en la hinchazón, el dolor y las alteraciones en el tránsito intestinal.
Una revisión de Bellini et al. (2020) confirma que una dieta baja en FODMAPs es una opción terapéutica válida para personas con SII, aunque la adherencia a largo plazo puede ser un desafío debido a la restricción alimentaria.
Limitaciones y precauciones
Si bien la dieta baja en FODMAPs es eficaz para el control de síntomas en el SII, no está exenta de limitaciones. Al ser una dieta restrictiva, puede conllevar deficiencias nutricionales si no se implementa correctamente. Además, se ha sugerido que una dieta baja en FODMAPs podría reducir la diversidad de la microbiota intestinal, lo que a largo plazo podría tener efectos adversos.
Por esta razón, se recomienda que la dieta baja en FODMAPs sea supervisada por un profesional de la salud, como un dietista o nutricionista, para garantizar que sea equilibrada y que la reintroducción de alimentos FODMAPs se realice de manera gradual, evaluando la tolerancia individual.
Dieta baja en FODMAPs
La dieta baja en FODMAPs es una intervención dietética diseñada para reducir los síntomas gastrointestinales asociados con el síndrome del intestino irritable (SII) y otros trastornos digestivos. Aquí se proporciona una visión general de cómo se implementa, sus fases y algunos ejemplos de alimentos permitidos y restringidos.
Fases de la Dieta Baja en FODMAPs
- Fase de Eliminación:
-
- Objetivo: identificar los alimentos que están causando síntomas al eliminar todos los alimentos ricos en FODMAPs de la dieta.
- Duración: generalmente de 4 a 6 semanas.
- Alimentos a evitar:
- Oligosacáridos: trigo, cebolla, ajo, ajo en polvo, productos de trigo, legumbres.
- Disacáridos: leche, yogur, queso blando, helado (debido a la lactosa).
- Monosacáridos: fructosa en exceso de glucosa, presente en manzanas, peras, miel.
- Polioles: sorbitol, manitol, xilitol, maltitol, presentes en frutas como ciruelas y en edulcorantes artificiales.
- Fase de Reintroducción:
-
- Objetivo: identificar cuáles FODMAPs pueden ser tolerados y en qué cantidades. Esto se realiza reintroduciendo gradualmente los grupos de FODMAPs en la dieta y observando los síntomas.
- Duración: generalmente de 6 a 8 semanas.
- Proceso:
- Introducir un tipo de FODMAP (por ejemplo, fructosa) en una cantidad controlada.
- Evaluar los síntomas durante 3-4 días.
- Aumentar gradualmente la cantidad si no hay síntomas, o reducir si hay reacciones adversas.
- Repetir con otros tipos de FODMAPs.
- Fase de Personalización:
-
- Objetivo: crear un plan de alimentación a largo plazo que evite los FODMAPs que causan síntomas, mientras se mantiene una dieta equilibrada.
- Duración: indefinida, adaptada a las necesidades individuales.
- Enfoque:
- Mantener una dieta balanceada incorporando alimentos tolerados.
- Ajustar el consumo de FODMAPs según la tolerancia personal.
Fase de eliminación. Especificaciones por grupos de alimentos
- Verduras:
- Consumo libre: acelgas, rúcula y lechugas en general (preferiblemente “brotes tiernos” y evitar partes blancas y duras), bambú, berza, kale, pepino y pepinillos en vinagre, endivias, zanahoria, chirivía, seta ostra, espinacas, aceitunas, berenjena y pimiento rojo. Estas primeras se pueden combinar con una del siguiente grupo hasta la cantidad que se indica como máximo.
- Consumo limitado a 100g: Pak choi, brócoli, repollo, champiñones en lata, judías verdes y tomates.
- Consumo limitado a 50g y 65g: pimiento verde (50g) y calabacín (65g).
- Ración proteica:
- Proteína animal de consumo libre: carnes, pescados, mariscos y huevos. Lácteos sin lactosa (en función de la tolerancia del paciente). Se garantiza el consumo libre, siempre y cuando no estén procesados (ej. salchichas, hamburguesas, surimi…).
- Proteína vegetal consumo libre: tofu (excepto tofu silken o sedoso), mince quorn, seitán, cacahuetes…
- Proteína vegetal consumo limitado a 100g: tempeh de soja o garbanzo, pasta de garbanzos, edamame y brotes de soja.
- Ración hidratos de carbono:
- Consumo libre: básicamente tubérculos y cereales sin gluten como el arroz, mijo, quinoa, trigo sarraceno, maíz (excepto maíz dulce que está limitado a 40g), tapioca, sorgo, patatas y copos de avena (excepto la harina de avena y el pan con harina de avena que no está permitido).
- Consumo limitado: pan de espelta fermentado con masa madre (80g). Hasta 70 g de ñame, yuca y boniato.
- Edulcorantes:
- Edulcorantes naturales o artificiales que no suelen dar problemas: azúcar, glucosa, dextrosa, sirope de arce, sirope de melaza de arroz, aspartamo, acesulfamo K, sacarina-ciclamato, glucósidos de esteviol.
- Edulcorantes naturales o artificiales no permitidos por ser altos en FODMAP: miel, fructosa, el resto de los siropes vegetales (ej. agave) y melazas, azúcar de coco y azúcar de abedul (xilitol).
El problema con el ajo y la cebolla
La cebolla y el ajo contienen fructanos (oligosacáridos) y, por tanto, durante la fase restrictiva baja en FODMAPs deben excluirse. Sin embargo, hay algunos trucos para mantener su sabor en la cocina.
Los fructanos, al ser azúcares, son solubles en agua, pero no son solubles en aceite. Por ejemplo, si ponemos la cebolla o el ajo en una sopa o caldo, parte del contenido de fructanos irán al agua y ese plato no estaría permitido. Pero en aceite, los fructanos ya no son solubles. Por lo tanto, si está haciendo algo a base de aceite, por ejemplo, un sofrito, es posible agregar una pieza grande de cebolla o un diente de ajo entero y retirarlos antes de consumir.
Técnicas culinarias que influyen en la cantidad de FODMAP de un alimento
Un alimento vegetal desecado o deshidratado, al contener menos agua y, por tanto, más concentración de azúcares, podrá consumirse en mucha menos cantidad o, directamente, quizá no pueda consumirse:
- En cantidades muy limitadas:
- 1 cucharada o 15g de arándanos rojos deshidratados.
- 5g de papaya deshidratada.
- 1 cucharada o 13g de pasas.
- 30g de plátano deshidratado.
- No estarían permitidos en ninguna cantidad: orejones, ciruelas pasas, mango deshidratado, pera o manzana deshidratada, etc. Sin embargo, si comparamos con el alimento original, tanto la papaya, como el plátano o las uvas se pueden consumir y son permitidos en la fase restrictiva.
Un alimento en conserva acuosa (no en aceite)
- Es mejor tolerado o se permite más cantidad ya que, al ser los azúcares fermentables hidrosolubles, parte de los que contienen pasan al líquido de conserva. Por ejemplo, los corazones de alcachofa tienen un consumo limitado a 15g, pero si son en conserva esta cantidad aumenta hasta los 75g.
- Es importante recordar el no usar verduras no permitidas en caldos, aunque luego se retiren o no se consuman.
Un alimento que ha sido sometido a un proceso de fermentación en el que los FODMAP han sido, al menos, parcialmente consumidos o fermentados por microorganismo, por ejemplo, legumbres como la soja o el garbanzo están permitidos en cantidades muy pequeñas.
- El tempeh de soja o garbanzo puede alcanzar un consumo permitido de hasta 100g en la fase más restrictiva al tratarse de un producto fermentado.
- Esto cuenta con una excepción y es el chucrut, en cuya fermentación, aunque hay un consumo parcial de azúcares, se produce una mayor cantidad de FODMAP.
- Algunas técnicas culinarias, como el hervido, que también se utilizan en otros ámbitos como la nutrición en el enfermo renal crónico en estadíos avanzados, es útil para permitir que parte de los FODMAPs pasen al agua del hervido que posteriormente se desechará reduciendo así su aporte.
Consideraciones respecto a cantidades e ingestas
La cantidad que se ingiere es importante ya que no se trata de listados dicotómicos porque, además hay que tener en cuenta que un alimento puede no tener nada de un FODMAP determinado, pero ser muy alto en otros. Por ejemplo:
- 40g de arándanos se considerarían bajos en FODMAP y serían permitidos, pero no en cantidades superiores a esa en una misma comida.
- 50g de arándanos se consideraría un aporte moderado de fructanos.
- 125g de arándanos es una cantidad elevada de fructanos, el único FODMAP que tienen.
Las cantidades indicadas en los listados se debe tener en cuenta que son por ingesta. En el caso anterior de los arándanos, por ejemplo, están limitados a 40g eso significa que podríamos consumir 40g en desayuno, 40g en comida, 40g en cena… lo que no se puede es superar esa cantidad en una misma comida, por lo que tendríamos que tener cuidado con las acumulaciones.
Si metemos en una misma ingesta la cantidad límite de varios alimentos el sumatorio podría salir positivo y provocar sintomatología. Por ejemplo, un bol de fruta que contenga 40g de arándanos, 5g de papaya deshidratada, 1 cucharada de arándanos rojos, otra de pasas y 100g de melón. Por separado todas las cantidades son correctas, ninguna rebasa el límite, pero si se ingieren tantos alimentos en cantidades límite juntos probablemente nos genere una sintomatología asociada al exceso consumido.
Otras sustancias no FODMAP que pueden provocar sintomatología
El almidón resistente contiene fibra prebiótica y es beneficioso si no hay SII. No a todos los pacientes les provoca sintomatología el consumo de almidón resistente.
Cuando el almidón resistente sufre un rápido enfriamiento, los gránulos de almidón se retrodegradan parcialmente y no pueden ser absorbidos. Parte de este procedimiento no se revierte, aunque el alimento vuelva a calentarse por lo que se aconseja no guardar en la nevera o congelador alimentos ricos en almidones (arroz, patata…) mientras aún estén calientes, de deben dejar enfriar fuera de la nevera y luego se pueden refrigerar o congelar.
Algunos ingredientes o aditivos como psyllium, carragenanos, etc. Se consideran fuentes de fibra soluble y es beneficioso si no hay SII. No a todos los pacientes les provoca sintomatología el consumo de estos aditivos, pero se aconseja evitarlos y tratarlos como una reintroducción más. Su empleo es frecuente en panadería y bollería “gluten free”.
Fase de reintroducción
Pasadas de 4 a 8 semanas, se pueden empezar a realizar reintroducciones controladas y progresivas de alimentos con mayor cantidad de FODMAP, siempre bajo el seguimiento y supervisión de un nutricionista.
- La dieta base seguirá siendo la baja en FODMAP.
- Cada tipo de FODMAP se reintroduce por separado.
- Es especialmente importante evitar factores de confusión.
Aunque cada nutricionista puede hacerlo a su manera en función de lo que considere, es más que aconsejable que asesore al paciente para saber:
- Cuándo reintroducir.
- Qué alimentos reintroducir y con qué objetivo (ej., miel para evaluar fructosa).
- Cantidad de reintroducción de alimentos que debe tener y el orden de reintroducción de éstos.
- Interpretar las respuestas o sintomatología si la hubiera en función del registro dietético.
En la mayoría de las personas esta fase supone un par de meses hasta completar todas las reintroducciones.
Como consejos generales a seguir debemos:
- No reintroducir más de un alimento al día.
- Detener las reintroducciones si por cualquier motivo hay malestar digestivo y no reanudarlas hasta que haya pasado.
- Los alimentos cuya reintroducción haya sido satisfactoria pueden incluirse en el menú, pero no en la ingesta en la que vayamos a comprobar una reintroducción.
- Es importante tener en cuenta los efectos de la menstruación, habitualmente suelen empeorar la sintomatología.
Consejos de la práctica clínica
- Empezar reintroduciendo cantidades superiores de alimentos que sí teníamos permitidos en cantidades limitadas. Ejemplo: garbanzos de bote (1ª fase limitados a 42g), se puede probar 85-100g que se considera una cantidad moderada de galactanos.
- Considerar los alimentos en conserva acuosa y algunas técnicas culinarias como el hervido para facilitar la tolerancia.
- Pedir registros dietéticos, de estrés/bienestar y de hábitos intestinales de forma semanal para poder evaluar y guiar las reintroducciones.
- Incluir un suplemento probiótico (no simbiótico) apto.
Muchas de las pautas que ofrece la “dieta blanda”, aunque no contempla la cantidad de FODMAP, sirven para facilitar la digestibilidad de los alimentos lo cual puede ser beneficioso. Por norma general:
- Cualquier alimento cocinado y pelado aumenta su digestibilidad que el mismo alimento en crudo y con piel.
- Cualquier alimento triturado aumenta su digestibilidad que el mismo alimento entero.
- Cualquier alimento refinado, descascarillado o al que se le ha podido quitar fibra aumenta su digestibilidad que el mismo alimento en condiciones normales.
- Considerar la ingesta de grasas que suele consumir el paciente (evitar exceso).
Además de los registros dietéticos y de sintomatología, todos estos consejos conviene proporcionarlos al paciente y, además una guía de las reintroducciones a hacer. Ejemplo de guía para una paciente con buena tolerancia y las sensaciones percibidas con las reintroducciones aportadas.
Fase de personalización de la dieta
Una vez el paciente ha conseguido completar todas las reintroducciones se muestran dos posibilidades:
- Ha completado todas las reintroducciones con éxito y pasamos a elaborar una dieta personalizada (que será alta en FODMAP) a más largo plazo.
- Ha completado todas las reintroducciones, pero hay algunos pocos alimentos que aún no consigue tolerar, por lo tanto usaremos algunas estrategias hasta una planificación definitiva del menú.
Si nos encontramos con que hay algunos pocos alimentos que el paciente aún no consigue tolerar podemos usar algunas estrategias:
- Excepción: alimentos con lactosa, ya que la intolerancia a la lactosa es normal en la mayoría de los humanos (no patológica) y una vez se pierde no se puede crear tolerancia.
- La mayoría de los alimentos que se “enganchan” en este sentido suelen ser ciertas verduras y legumbres.
- Intentamos crear tolerancia, pero si con uno o dos alimentos no se consigue, se pacta con el paciente hacer ya una dieta personalizada excluyéndolos totalmente.
Una de las estrategias más utilizadas para crear tolerancia, especialmente con las legumbres, es incluir diariamente en las comidas la cantidad máxima que no le provoque sintomatología al paciente. Otra sería buscar la forma con técnicas culinarias de poder incluirlo en alguna cantidad. También se pueden dejar en cuarentena y volver a probar pasado un tiempo conveniente.
Alimentos permitidos y restringidos. Resumen
- Alimentos permitidos (bajos en FODMAPs)
- Frutas: plátanos, fresas, uvas, naranjas.
- Verduras: espinacas, zanahorias, pepinos, pimientos.
- Proteínas: carnes magras, pescado, huevos.
- Lácteos: leche sin lactosa, quesos duros (como cheddar), yogur sin lactosa.
- Cereales: arroz, avena, quinoa, pan sin gluten.
- Grasas: aceite de oliva, mantequilla.
- Alimentos restringidos (altos en FODMAPs)
- Frutas: manzanas, peras, cerezas, mangos.
- Verduras: cebolla, ajo, brócoli, coles de Bruselas.
- Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos.
- Lácteos: leche, yogur, queso blando, helado.
- Cereales: trigo, centeno, cebada.
- Edulcorantes: sorbitol, manitol, xilitol.
- Consideraciones adicionales:
- Equilibrio nutricional: es importante trabajar con un dietista-nutricionista para garantizar que la dieta sea equilibrada y que no se produzcan deficiencias nutricionales debido a la eliminación de ciertos grupos de alimentos.
- Adherencia: la dieta puede ser restrictiva, por lo que es esencial contar con apoyo profesional y estrategias para facilitar la adherencia a largo plazo.
- Efectos a largo plazo: aunque la dieta baja en FODMAPs puede aliviar los síntomas en el corto plazo, la reintroducción de alimentos y la adaptación gradual son importantes para mantener una dieta saludable y variada.
OBJETIVO
El objetivo de esta revisión bibliográfica sobre los FODMAPs es:
- Describir y analizar la naturaleza de los FODMAPs (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) y su mecanismo de acción en el tracto digestivo.
- Explorar la relación entre el consumo de FODMAPs y trastornos digestivos, en especial su implicación en el síndrome del intestino irritable (SII) y otras afecciones gastrointestinales.
- Revisar la evidencia científica disponible sobre la efectividad de una dieta baja en FODMAPs para mejorar los síntomas en personas con SII y evaluar los estudios clínicos que han investigado esta intervención dietética.
- Identificar las limitaciones y precauciones asociadas con la dieta baja en FODMAPs y su impacto nutricional.
- Proporcionar recomendaciones para la implementación de una dieta baja en FODMAPs y su seguimiento adecuado, así como sugerir líneas de investigación futura en esta área.
Estos objetivos buscan reunir y sintetizar el conocimiento actual para facilitar el manejo clínico de los pacientes que podrían beneficiarse de una dieta baja en FODMAPs.
METODOLOGÍA
La metodología de esta revisión bibliográfica sobre los FODMAPs debe seguir un enfoque sistemático y riguroso para garantizar la validez y la relevancia de los estudios seleccionados. Los pasos recomendados para llevar a cabo esta revisión incluyen:
- Búsqueda de la literatura
- Fuentes de datos: se seleccionan bases de datos científicas reconocidas como PubMed, Scopus, Cochrane Library, Web of Science y Google Scholar para buscar estudios publicados en revistas científicas revisadas por pares.
- Estudios clínicos, revisiones sistemáticas, meta-análisis, estudios observacionales que examinen la relación entre FODMAPs y el SII o la salud digestiva.
- Artículos en inglés o español.
- Los títulos y resúmenes de los artículos se examinarán para evaluar su relevancia y los estudios se revisarán para determinar su idoneidad y calidad.
- Los datos relevantes se extraerán de cada estudio seleccionado junto con el tipo de intervención dietética, los principales resultados, las conclusiones obtenidas del estudio y las limitaciones aportados por los autores.
- Se revisarán los posibles sesgos de los estudios seleccionados para asegurar que las conclusiones sean lo más objetivas y precisas posibles.
- Los resultados obtenidos de la revisión se presentarán en formato estructurado con toda la información recopilada.
RESULTADOS
Los resultados de esta revisión se centran en los efectos de una dieta baja en FODMAPs sobre la salud digestiva. A continuación se describen los hallazgos clave obtenidos a partir de los estudios revisados:
Efectividad de la dieta baja en FODMAPs en el síndrome de intestino irritable (SII)
La mayoría de los estudios revisados concluyen que una dieta baja en FODMAPs es eficaz para reducir los síntomas del SII, como dolor abdominal, distensión, gases y alteraciones en el hábito intestinal (diarrea o estreñimiento). Entre los hallazgos destacados:
- Halmos et al. (2014) llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado en el que se demostró que los pacientes con SII que seguían una dieta baja en FODMAPs presentaron una reducción significativa de los síntomas gastrointestinales en comparación con aquellos que seguían una dieta regular. Los participantes reportaron una disminución del 50% en la gravedad de los síntomas.
- Staudacher et al. (2014) realizaron una revisión sistemática en la que se concluyó que aproximadamente el 70% de los pacientes con SII que siguieron una dieta baja en FODMAPs experimentaron una mejoría significativa en sus síntomas, en comparación con las dietas estándar.
- Bellini et al. (2020) en otra revisión de literatura, confirmaron estos resultados y señalaron que la dieta baja en FODMAPs es una de las estrategias dietéticas más efectivas para el manejo del SII. También señalaron que los beneficios persisten en la mayoría de los casos durante el seguimiento a largo plazo.
Impacto en la microbiota intestinal
Si bien la dieta baja en FODMAPs es eficaz para aliviar los síntomas, varios estudios advierten sobre sus posibles efectos adversos en la microbiota intestinal:
- Staudacher et al. (2014) demostraron que una dieta baja en FODMAPs podría reducir la abundancia total de bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias, debido a la reducción de la ingesta de carbohidratos fermentables que sirven como prebióticos. Esto sugiere que, aunque se alivian los síntomas del SII, la diversidad de la microbiota podría verse afectada negativamente.
- McIntosh et al. (2017) llevaron a cabo un análisis del microbioma en pacientes sometidos a una dieta baja en FODMAPs y encontraron una reducción en la riqueza bacteriana, lo que podría implicar efectos negativos a largo plazo en la salud intestinal si la dieta se mantiene de manera estricta y prolongada sin reintroducción adecuada.
Calidad de vida
Varios estudios reportaron mejoras en la calidad de vida de los pacientes que siguen una dieta baja en FODMAPs:
- Eswaran et al. (2016) realizaron un estudio que demostró que la dieta no solo mejoraba los síntomas gastrointestinales, sino que también mejoraba el bienestar psicológico y la calidad de vida general de los pacientes. La disminución del dolor abdominal y la distensión influyó positivamente en el estado de ánimo y en la participación social de los individuos.
- Böhn et al. (2015) realizaron un ensayo controlado que confirmó que la dieta baja en FODMAPs mejora significativamente las puntuaciones de calidad de vida en comparación con una dieta de control. Estos beneficios son consistentes incluso a los tres meses de seguimiento.
Limitaciones y riesgos
Si bien la dieta baja en FODMAPs ha mostrado beneficios en la reducción de los síntomas gastrointestinales, la literatura también advierte sobre las posibles limitaciones y riesgos:
- Deficiencias nutricionales: slgunos estudios, como el de Staudacher et al. (2017), indicaron que la dieta baja en FODMAPs puede restringir la ingesta de ciertos nutrientes clave (como fibra, calcio y vitaminas) debido a la exclusión prolongada de ciertos alimentos, como productos lácteos y vegetales ricos en fructanos y galactanos.
- Dificultad de adherencia a largo plazo: Ong et al. (2010) encontraron que, aunque la dieta es efectiva en el corto plazo, muchos pacientes tienen dificultades para adherirse a largo plazo debido a la complejidad de la dieta y las restricciones sociales y prácticas.
Reintroducción de FODMAPs
La mayoría de los estudios subrayan la importancia de la fase de reintroducción en la dieta baja en FODMAPs para identificar los niveles de tolerancia individuales:
- Shepherd et al. (2013) recomendó una fase de reintroducción controlada para evitar restricciones innecesarias y promover una alimentación equilibrada. Esto también permite a los pacientes reintroducir ciertos alimentos ricos en FODMAPs que podrían ser mejor tolerados en pequeñas cantidades, minimizando así los posibles efectos negativos en la microbiota intestinal.
Perspectiva a largo plazo
Algunos estudios destacan la falta de investigaciones a largo plazo sobre los efectos de la dieta baja en FODMAPs. En general, se reconoce la necesidad de estudios adicionales que evalúen los efectos de la dieta más allá de los 12 meses para evaluar su impacto en la salud intestinal, la microbiota y la nutrición general.
CONCLUSIONES
La dieta baja en FODMAPs es una opción terapéutica efectiva para el manejo del SII y otros trastornos funcionales del intestino a corto plazo; los estudios muestran mejoras en síntomas como hinchazón, dolor abdominal, gases y diarrea en la mayoría de los pacientes que la siguen adecuadamente. Sin embargo, su implementación a largo plazo debe ser monitoreada cuidadosamente debido a los posibles efectos sobre la microbiota y la adherencia. Se recomienda el seguimiento por parte de un profesional de la salud para garantizar una dieta equilibrada y evitar deficiencias nutricionales.
La dieta baja en FODMAPs debe aplicarse en fases, comenzando con una fase de restricción inicial, seguida de una reintroducción gradual de alimentos ricos en FODMAPs, permitiendo así una personalización basada en la tolerancia individual. Esto ayuda a evitar restricciones innecesarias y mejora la adherencia a largo plazo. Es importante recordar que la tolerancia a FODMAP puede cambiar con el tiempo y acabar tolerando alimentos excluidos o tener una nueva crisis de SII.
Aunque la dieta es eficaz a corto plazo, es difícil de mantener a largo plazo debido a su naturaleza restrictiva. Además, es importante tener en cuenta efectos a largo plazo de la dieta en la microbiota intestinal, ya que puede reducir la diversidad bacteriana. Esto podría tener implicaciones para la salud general del intestino, lo que requiere una mayor investigación.
La reducción de los síntomas se asocia con una mejora en la calidad de vida de los pacientes, quienes experimentan menos malestar y una mayor capacidad para llevar una vida normal.
BIBLIOGRAFÍA
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