condiciones socioeconómicas, políticas, culturales y espirituales condicionan la determinación de los componentes del sistema de valores a tener en cuenta. En este sentido, la educación universitaria, debe proporcionar al joven los medios necesarios para conformar sus modos de pensar y actuar para ser socialmente útil, ya que es en esta etapa de formación donde se fijan y asimilan internamente los significados positivos, en forma de convicciones personales.
De esta forma se deben crear una serie de condiciones que permitan al estudiante asimilar una escala de valores de alta significación social, que favorezcan el desarrollo de capacidades asociadas a garantizar un profesional de excelencia y se materialice en la actividad docente-educativa en sus diferentes modalidades.
En el proceso docente educativo se concretan las posibilidades para que los estudiantes asuman un determinado sistema de valores, en consecuencia, para que constituya en sí una vía efectiva, se debe tener presente:
– Que el estudiante sea el centro del mismo.
– Una adecuada comunicación docente- estudiante, estudiante- estudiante.
– Conjugar lo social y lo personal, lo individual y lo grupal.
– Debe proporcionar los medios para que el estudiante se haga consciente de sus propios valores y los de los demás.
– Hacer uso del contenido disciplinar para el desarrollo de habilidades de razonamiento, de acuerdo con los límites y alcance de la materia en cuestión.
Teniendo en cuenta que la propia concepción de los valores y su significado puede constituir una poderosa herramienta para educar en valores a través del proceso docente educativo cabe preguntarse:
¿Qué son los valores?
¿Cómo se alcanza un valor? ¿Se aprenden? ¿Se forman?
¿Qué hay detrás de un valor? ¿Son los mismos componentes que hay en un concepto o en una habilidad?
El docente reconocerá rápidamente la existencia del componente cognoscitivo, que por supuesto existe respecto a cada valor, que define qué es la responsabilidad, el patriotismo, la solidaridad y el respecto a cada uno de ellos, pero además estará seguro que no es suficiente, y que incluso habrá alumnos que no sepan definir bien que su comportamiento sea contrario a lo dicho.
Por supuesto, que ese componente hay que hacerlo evidente, lograr claridad en cuanto a lo que es y sus formas de manifestación. Desde el punto de vista pedagógico es lograr no sólo que el alumno pueda identificar el contenido, sino ir más allá. Es ir a la valoración personal, la cual tendrá aristas positivas y negativas, pero esto aún no sería suficiente. Se trata de la formación de acciones valorativas dirigidas a enjuiciar el valor de lo que se estudia, la utilidad, el significado, el sentido para sí, el para qué, así como de lo que se hace en la actividad docente en cada asignatura.
Esta necesidad de enjuiciamiento ha de ser tenida en cuenta respecto a todo lo que se aprende. Todo hecho, fenómeno, proceso, todo lo que existe tiene un valor, que está en la razón de ser de su existencia, en su esencia. Vinculado a ello, la acción pedagógica que conduce al sujeto a realizar la valoración positiva o negativa, o ambas de aquello que es objeto de aprendizaje.
Esta formación de acciones valorativas es la base para la autovaloración permanente de la persona, para el cuestionamiento de lo que aprende y lo que hace, resulta otro momento necesario en el accionar pedagógico. Un alumno que se cuestiona el por qué y el para qué de lo que aprende y logra formarse un juicio valorativo, ofrece seguramente mayores posibilidades de interactuar con él y de estimular el desarrollo de estas acciones, que aquel que poco analiza y debate, y que sale con pobres ideas de aquello que estudia.
Esta proyección del alumno, qué piensa y por qué, permite a los otros estudiantes y al docente interactuar, y es muy importante, precisamente porque contribuye al desarrollo de una actitud crítica ante el conocimiento, así como lo es la autovaloración respecto a uno mismo, y de la actividad colectiva.
Ahora bien, se parte de que el Valor es la significación socialmente positiva que adquieren los fenómenos y objetos de la realidad, al ser incluidos en la actividad práctica humana 10
Esa significación está dada en que:
1. El valor implica significación positiva para quien lo asume.
2. Integra el componente afectivo, cognitivo e instrumental.
3. Se asumen en forma de sistema.
4. Incentivan la libertad creadora del hombre porque lo atraen a una forma de pensar y actuar socialmente.
5. Asumir un valor indica darle vida, realizarlo en la propia existencia.
Seguidamente, se hace referencia a algunos valores de gran significación y relevancia en la educación universitaria, aunque de todos es conocido, que la formación de valores no es la transmisión aislada de algunos de ellos, sino que constituyen un sistema como tal. Se analizarán cinco de ellos, con su definición más acertada, así como las posibilidades que ofrece el proceso docente educativo para que los estudiantes asuman sus propios valores.
Se ha llevado al plano del profesional de la salud que se forma, independientemente que a través de la asignatura de Ética y Bioética que se le imparte en el cuarto año de la carrera se dan nociones de estos valores, pero consideramos importante que desde el ingreso mismo a la enseñanza superior, se continúen fortaleciendo, y se consoliden en los modos de actuación, en las aspiraciones que la sociedad ha depositado en ellos, en su moral, en su ética y conducta ciudadana.
Los cinco valores a trabajar por su connotación son:
RESPONSABILIDAD: Actuación consecuente y oportuna del individuo en el cumplimiento de sus deberes y derechos, manifestación del sentido del deber, de las obligaciones contraídas y el comprometimiento con las actividades con las que se siente responsable.
Oposición al descuido en el cumplimiento del deber contraído, al oportunismo, enfrentamiento al facilismo y la superficialidad (11)
¿Por qué educar en la responsabilidad?
– Porque implica la autoconducción de la propia vida.
– Porque solo si el estudiante es responsable puede mostrar una actitud de constante disposición a responder positivamente a la apelación de los valores
– Porque la autonomía y la obligación por decisión propia indica un alto grado de madurez personal.
¿Y cómo educar en la responsabilidad?
– Organizando adecuadamente el trabajo colectivo, logrando la participación efectiva de todos los miembros.
– Otorgando tareas concretas a corto, mediano y largo plazo en la medida que descubran los valores que encierran las mismas.