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Educación para la salud bucal en las brigadas multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ). Un análisis desde la cotidianidad

En la barbarie se crearon los asentamientos poblacionales producto de la domesticación, cría de ganado y desarrollo de cultivos dependiendo de recursos naturales existentes. Las principales causas de muerte procedían de las enfermedades carenciales, guerras, alteraciones genéticas y de origen climatológico. Los recursos para curar eran desde conjuras hasta hierbas y otros productos naturales. Los hombres dedicados a las artes de curar se relacionaban con la contemplación, la filosofía y las artes mágicas. El período de la civilización se caracterizó por el comercio. Sociedades fundamentalmente agrícolas, sometidas a crisis de subsistencia con periodos de hambruna que ocasionaban la muerte. La enfermedad se consideraba un castigo divino, debido en parte, a la falta de conocimiento sobre su etiología y a la influencia de la religión. Los curanderos eran los “médicos” de las poblaciones pobres.

Con los inicios de la Revolución Industrial se segregan las clases sociales estableciéndose zonas periurbanas originando el hacinamiento, promiscuidad y falta de higiene. Las principales causas de morbi-mortalidad eran las enfermedades infectocontagiosas, carenciales y los accidentes laborales; las primeras prevalecieron hasta finales del siglo XIX, junto con la tuberculosis y las diarreas fueron las principales causas de muerte en países desarrollados en 1900. Para fines del silgo XX el panorama cambió por el SIDA, causa de muerte de jóvenes (Vargas & Palacios, 1993), aumentaron las enfermedades cardiovasculares, degenerativas y los accidentes (Calvo, 1992).

El Gobierno Federal (2007) informa que entre las principales causas de muerte en el año 2006 se encuentran las enfermedades no transmisibles y lesiones (p.25), representando más del 50% personas mayores de 65 años (p.26). Datos del 2010 afirman que en tres décadas la tasa de suicidios en México creció 300% situación agravada por las drogas, la violencia, el estrés y la falta de oportunidades, principalmente entre la población más joven. Entre los estados con alta incidencia se encuentran los del norte del país y otros con actividad migratoria y turística. (*) Otra vertiente la representan los homicidios específicamente en Ciudad Juárez, Chihuahua, México durante los primeros 3 meses del año 2010 ascendían a 536 asesinatos cometidos. (**)

(*) Desde:
http://www.jornada.unam.mx/2010/05/03/index.php?section=sociedad&article=041n1soc.
Recuperado junio 2010.
(**) Desde:
http://www.jornada.unam.mx/2010/03/20/index.php?section=politica&article=012n1pol.
Recuperado Junio 2010.

En los países en vías de desarrollo el requisito más urgente para la salud consiste en mejorar la nutrición base fundamental del equilibrio bilógico del individuo, para alcanzar este objetivo haría falta distribuir los recursos económicos de modo más equitativo y promover la educación; éstas medidas dieron buenos resultados en países como China y Sri Lanka, asegura Mckeown (1999), y agrega que en los países desarrollados el mayor avance que podría hacerse en el campo de la salud sería eliminar las grandes desigualdades; este problema es tanto económico como médico toda vez que la eliminación de las inequidades en salud exige la redistribución de la riqueza.

Especialistas de salud afirman: “el 73 por ciento de los problemas de salud de la población infantil en América Latina tiene su origen en factores que pueden modificarse, y la familia es un socio clave para la atención primaria”. La OPS asegura que un alto porcentaje de los problemas de salud tienen una vertiente social como la vivienda inadecuada, inseguridad alimentaria, subempleo o desempleo y violencia intrafamiliar. Otro factor que deben tomarse en cuenta para el desarrollo de la salud es la estructura de las familias (El Diario de Juárez, 2011, p. 16A)
En síntesis, el entorno y el momento en que cada individuo se desarrolla, condiciona de forma particular el concepto y el proceso salud-enfermedad; resultando imposible responsabilizar a cada persona de la obtención y conservación de un estado de salud óptimo.

1.3. Sistema de Salud en México

Los servicios de salud en México han experimentado modificaciones en su estructura, políticas y servicios. Actualmente se concentran en dos ejes: el Sistema Nacional de Salud (SNS) y los servicios privados de salud que básicamente proporcionan atención médica, a prevenir las enfermedades y a promover la salud individual, familiar y comunitaria. Mientras los servicios de salud estatales y privados no lleguen oportunamente a toda la población que lo demanda, no bastará una excelente organización y una buena infraestructura física para cumplir eficientemente la misión que indelegablemente deben realizar.

El acceso de la sociedad a servicios médicos públicos inició en el período de desarrollo industrial, con los seguros médicos a los obreros. En sus inicios solo cubrían al trabajador y posteriormente a su familia. Calvo (1992) sustenta que el servicio médico es un derecho al trabajador con un sentido netamente curativo o recuperador de la fuerza de trabajo. Para el ex presidente de la Republica Mexicana Vicente Fox en el Siglo XXI la atención a esta necesidad social es un derecho al alcance de todos (Secretaría de Salud, 2006).

Cuevas (2007) y Jaramillo (2007) brindan un panorama histórico del Sistema de Salud Mexicano que durante su existencia ha experimentado tres reformas básicas. En cada una se distinguen aspectos clave para lograr un objetivo central: la eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios de salud. La reforma de 1943 se destacó por la creación de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) —hoy Secretaría de Salud (Ssa) —, como resultado de la fusión de la Secretaría de Asistencia y el Departamento de Salubridad, y por el establecimiento del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

De acuerdo con Julio Frenk (2007), la seguridad social se limitaba a los trabajadores asalariados de empresas privadas o de instituciones del sector público y sus familias. Excluía a los desempleados, a los trabajadores por cuenta propia y aquellos que estaban fuera del mercado laboral formal. Con el paso de los años un sector de la población gracias a su capacidad de incrementar su poder adquisitivo resuelve su necesidad de atención con la práctica médica privada.

En el período 1979-1988 aconteció la segunda reforma llamada “el cambio estructural de la salud.” El estado asumió la responsabilidad de otorgar y vigilar el acceso a servicios médicos como se estableció en 1917, se añadió en la Constitución el derecho y fomento de la salud y se promulgó la Ley General de Salud. Más tarde se establecieron las leyes estatales. Ante la descentralización del sector salud en México cada estado tuvo que adoptar y adaptar las nuevas disposiciones legales del Gobierno Federal.

La tercera reforma acontece en la administración del presidente Vicente Fox (2000-2006). La Secretaría de Salud (Ssa) crea un programa piloto denominado Seguro Popular de Salud (SPS) dirigido a la población no derechohabiente de la seguridad social, convirtiéndose en Política de Estado. Actualmente, ofrece una cobertura a 266 intervenciones médicas descritas en el Catálogo Universal de Servicios de Salud, proporcionando acceso a los servicios médico-quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios manifiestan Cuevas (2007) y Jaramillo (2007).

Otro proyecto implementado por el Gobierno Federal es el Seguro Médico para una Nueva Generación para todos los niños y niñas nacidos a partir del primero de diciembre del 2006 (Secretaría de Salud, 2010). (*)

(*) Desde:
http://portal.salud.gob.mx/contenidos/secretaria/vision.html.
Recuperado el 13 de mayo 2010.

Jaramillo (2007) manifiesta que el propósito principal de la descentralización no se ha logrado, hasta el 2006 el 47.3 % de la población se excluía de la seguridad social. Situación que provoca segregación de clases, cuyo origen no es reciente, desde la época de los Griegos, de acuerdo con (Restrepo, 2002), las prácticas de salud fueron elitistas, las recomendaciones de vida sana eran posibles sólo para los aristócratas ricos; los esclavos no recibían información.

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2001-2006 reconoce que la educación y la salud de los mexicanos son los factores determinantes para consolidar la transformación de nuestra sociedad. En materia de seguridad social se contemplaba vincular la salud con el desarrollo económico y social (Gobierno Federal, 2001); en la agenda del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), la salud es una prioridad y plantea el fortalecimiento del Sistema de Protección Social de Salud, aspirando optimizar los servicios y brindar atención de calidad, con acciones preventivas. En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2006-2012 en el rubro de salud por un México sano: construyendo alianzas para una mejor salud, El Gobierno Federal (2007) reconoce que persisten las grandes desigualdades en la calidad de los servicios de salud; en concordancia, Julio Frenk Mora (2007), ex Secretario de Salud, reconoce que México es un país heterogéneo, de ingreso medio, con una población de más de 100 millones. Su alto grado de desigualdad social significa que en él se refleja toda la gama de problemas de salud que afectan al mundo por ejemplo las enfermedades crónicas degenerativas. Declara, además que el costo de la salud para millones de hogares representa un grave problema económico.

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2007-2012, propone avanzar hacia la universalidad en el acceso a servicios médicos de calidad a través de una integración funcional y programática de las instituciones públicas bajo la rectoría de la Secretaría de Salud (Ssa) (Gobierno Federal, 2007). Tal institución se plantea como visión para el año 2030: contar con un sistema de salud integrado e universal, predominantemente público, efectivo, eficiente y sensible, enfocado a la promoción de la salud y prevención de enfermedades, propiciando espacios para la formación de recursos humanos y la investigación. Durante el 2010 se buscó invertir cerca de 12 mil millones de pesos en actividades de prevención de enfermedades (Secretaría de Salud, 2010). (*)

(*) Cifras del Secretario de Salud, José Ángel Córdova, en la inauguración de la XIII Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, revista salud, 2007.

Actualmente la organización de los servicios de salud depende de la inserción laboral y la capacidad de pago del ciudadano; los trabajadores de la economía formal deben afiliarse a alguna institución social. Otro grupo correspondiente a la población abierta está integrado por los Servicios Estatales de Salud (SES), el IMSS oportunidades y el citado Seguro Popular. Un tercer grupo corresponde al sector privado, sin regularización y amplio en todo el país (Medina, Maupome, Ávila, Pérez, Pelcraste & Pontigo, 2006).

Las reformas en el sector salud en México, han representado un reto para los diversos Gobiernos Federales y Estatales. Sin embargo, al pasar el tiempo los rezagos en materia de salud subsisten en el país al igual que en el ámbito educativo.

Rossetti (2004) plantea las siguientes reflexiones en torno a la salud como beneficio de la comunidad: la gente aporta dinero de su trabajo para tener salud. El dinero es para estar sano, entonces no se puede dejar enfermar y luego utilizar ese dinero para curar, pues no está bien y además no alcanza. El orgullo y el objetivo del gobierno es mantenerlo sano en casa. El fracaso y la vergüenza es crear hospitales y llenarlos con enfermos o jactarse de producir un alto número de acciones para la enfermedad.

1.4. El concepto Educación.

“La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor no puede temer al debate…” (Freire, 2009, p. 92).

Diversos pensadores a través de la historia han otorgado especial importancia a la capacidad del ser humano de razonar y aprender, aspectos que lo distinguen de los demás seres vivos. Cada comunidad ha concebido la educación acorde a su desarrollo histórico obedeciendo a las condiciones de su época. Frente a los desafíos de la sociedad algunos autores proponen la educación como la esperanza para romper el círculo de la pobreza generacional y crear progreso. En oposición, se plantean posturas que evidencian la inequidad y exclusión de oportunidades en el ámbito educativo.

El concepto Educación etimológicamente proviene del lat. educatĭo, -ōnis, es la instrucción por medio de la acción docente (Real Academia Española, 2001).

Platón, filósofo idealista, concibe la educación como la luz del conocimiento que nos permite salir de la ignorancia. “Debe conducir al ignorante desde este estadio hasta el conocimiento verdadero”. (*) Planteamientos como los de Rousseau; uno de los principales ideólogos de la Revolución Francesa: “la educación ha de ser antes que la formación profesional, el instrumento por excelencia para forjar y plasmar el hombre que cada uno tiene en potencialidad”.

(*) Desde:
http://www.reflexiones.fcs.ucr.ac.cr/documentos/59/la_nueva.pdf. Recuperado Mayo 2011.
(**) Desde:
http://www.reflexiones.fcs.ucr.ac.cr/documentos/59/la_nueva.pdf. Recuperado Mayo 2011.

Mientras unos abogan por la espontaneidad del individuo, como Rousseau en su idea de educación, otros tienen una posición contraria, dando más importancia a los bienes culturales. Por ejemplo, el sociólogo francés Emilio Durkheim citado por (Usátegui, 2003) concibe la educación como “la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social” (p.183). A las plantas se les forma mediante el cultivo, y a los hombres mediante la educación, afirma Rousseau (1998, p.38).

La educación es un proceso continuo que se extiende a lo largo de la vida. Según Durán, Hernández, Díaz & Becerra (1993) se exhibe de diferente manera dentro de la sociedad; el individuo adquiere su educación en el sistema formal de enseñanza y en una variedad de formas en su experiencia de la vida, obteniendo un bagaje de conocimientos y habilidades a lo largo de su existencia. Para Solana (1999) la Educación:

Es un hecho social cuya importancia resulta indiscutible si recordamos que todos los seres humanos, en los momentos de su vida, están sujetos a ella, ya sea en el seno de la familia, la comunidad, actividades sociales y en aquellas en que intervienen las instituciones educativas ( p.11).

Perea (2004), afirma que la educación como proceso de mejoría debe ayudar a la persona a conocerse, basado en sus potencialidades y carencias, identificando lo que es realmente valioso. No obstante, lo valioso no es universal, por lo tanto la educación se vive en el contexto. Serrano (2002), sustenta que la compleja tarea de educar se produce en una sociedad con cambios culturales de enorme interés, afectando los contenidos y los métodos para llegar al objetivo.

La noción de educación que se comparte es de Bertin (citado por Barabtarlo, 2002) “… es un proceso por el cual se estimula en el alumno su potencial de vitalidad en los aspectos teóricos-prácticos de la inteligencia, la disponibilidad hacia los otros y el compromiso social” (p. 7). Barabtarlo agrega que tal proceso se dirige a la formación de un pensamiento independiente y creador, posibilitando al sujeto a tomar actitudes propias para enfrentarse a sí mismo, y a la sociedad en que vive.

Paulo Freire (citado por Barabtarlo, 2002, p.15) en su conceptualización del hombre como “ser de relaciones, que no sólo está en el mundo sino con el mundo”, propone una pedagogía basada en la concientización, con el objetivo primordial de educar para hacer crecer; el fin es superar el vínculo pedagógico basado en el principio de dependencia, desarrollando la necesidad de crear nuevos vínculos que comprendan la relación educando-educador en la perspectiva de educación liberadora. Freire (2009) afirma que la educación actual carente de libertad transforma al ser humano en un ser ajustado o acomodado a lo que se le imponga, sin derecho a discutir, sacrificando su capacidad creadora. Se le asigna un orden que él no comparte. Recibe fórmulas y simplemente las guarda. Considera al educando el objeto de manipulación de los educadores que responden a las estructuras de dominación de la sociedad actual. “Educar”, entonces, es todo lo contrario a «hacer pensar» más aún, es la negación de todas las posibilidades transformadoras del individuo.

El fenómeno educativo ha preocupado a todos los grupos humanos, particularmente a los Estados, enfatizando la interacción entre la educación y progreso (Solana 1999; Hopenhayn & Ottone, 1999). La educación es un gran motor para estimular el crecimiento económico, mejorar la competitividad e impulsar la innovación. El Gobierno Federal (2007) aspira preparar a las personas para enfrentar la vida en libertad, partiendo del valor cívico de la responsabilidad y desarrollando a plenitud las facultades humanas; planes y programas involucran Estado y sociedad a trabajar para que se cumpla esa meta.

De acuerdo con el Plan de Desarrollo (PND) 2007- 2012 la educación para considerarse completa debe abordar, junto con las habilidades para aprender aplicar y desarrollar conocimientos, el aprecio por los valores éticos, el civismo, la historia, el arte y la cultura, los idiomas y la práctica del deporte (Gobierno Federal, 2007). Para Hopenhayn & Ottone (1999), la educación debe asumir los desafíos de la emergente sociedad del conocimiento, redefiniendo la currícula y estilos de enseñanza, la gestión en el sistema educativo y la relación del sistema formal con otras fuentes del conocimiento sin olvidar la segmentación social.

En síntesis al igual que la salud, la educación desempeña un papel fundamental en la vida del ser humano. Sin embargo, no se pueden esperar resultados razonables sin analizar y actuar en las esferas de que ambos conceptos dependen. Finalmente para Hopenhayn y Ottone (1999), pese a los esfuerzos para imprimirles mayor eficacia y focalización a las políticas sociales y a las reformas en educación, salud y seguridad social, el rezago existente obstaculiza la democracia y el ejercicio ciudadano.

2. Educación para la Salud (EpS)

«Más vale prevenir que curar; pero, para prevenir, hay primero que educar».
Aforismo médico.

2.1. Antecedentes

La evolución de la noción salud en los últimos años no se ha producido a un nivel estrictamente conceptual. Este cambio ha provocado a su vez que los profesionales y la comunidad se planteen la necesidad de ampliar los diferentes niveles y ámbitos de actuación.

Los filósofos Griegos consideraban que ser saludable era un altísimo don de los dioses. Platón decía que era mejor tener poco dinero y estar sano, que estar enfermo y ser rico. Hipócrates, fue el representante máximo del pensamiento Griego sobre la vida sana como fuente de riqueza (Restrepo, 2002).

La salud es un concepto estudiado a lo largo de la evolución de la vida, Sin embargo, la Educación para la Salud (EpS) aparece hasta el último cuarto del siglo XX (Costa & López, 1996). Su antecedente fue la fundación de la Unión Internacional de Educación para la Salud (UIES) en 1950, denominado actualmente Unión Internacional de Promoción y Educación para la Salud (UIPES). La historia reciente de tal disciplina se acompaña por conferencias mundiales iniciando en 1986 con la de Otawa y la más reciente en el 2005 en Bangkok (Sanabria, 2007).

Para Frías (2000), la Educación para la Salud (EpS) actualmente es reconocida como una de las estrategias básicas de los sistemas sanitarios para lograr la salud para todos, no obstante reconoce que “es aún hoy una de las parcelas en las que menos recursos se invierten a todos los niveles del sistema” (p. 341). Durán et al. (1993) muestran que la Educación para la Salud (EpS) no ha tenido un impacto real en la población, debido a la escasa participación de la comunidad en los programas educativos. Grajeda atribuye el fracaso de programas preventivos y promocionales de salud a la espera de resultados inmediatos, olvidando que es un proceso lento. (*)

(*) Dr. José Luis Grajeda. Subdirector de medicina preventiva y comunitaria IMSS Nuevo Casas Grandes, Chihuahua. Comunicación personal. 26 Junio 2010. Ciudad Juárez.

2.2. Aproximación al concepto “Educación para la Salud”

“Hacer educación para la salud no es enseñar salud sino que se haga salud” (Rossetti, 2004, p.211).

De acuerdo con Serrano (2002), la Educación para la Salud (EpS) es cualquier combinación de actividades, información y educación para que el individuo sepa cómo alcanzar la salud, haga lo que pueda individual y colectivamente para mantenerla y busque ayuda cuando lo necesite. Por su parte, Costa & López (1996), definen la Educación para la Salud (EpS) como un proceso planificado y sistemático, de comunicación-enseñanza-aprendizaje orientado a facilitar la adquisición, elección y mantenimiento de las prácticas consideradas saludables. Perea (2004), agrega que inicia en los primeros años de vida, orientando hacia el conocimiento de sí mismo en todas sus dimensiones y también del ambiente que le rodea. La Secretaría de Salud define a la Educación para la Salud (EpS) como un “proceso de enseñanza aprendizaje que permite mediante el intercambio y análisis de la información, desarrollar habilidades y cambiar actitudes encaminadas a modificar comportamientos para cuidar la salud individual, familiar y colectiva” (Secretaría de Salud, 2008, p.4).

La OMS define la Educación para la Salud (EpS):

…como el conocimiento e interés por todas aquellas experiencias del individuo, el grupo o la comunidad que influyen en las creencias, actitudes y conductas respecto a la salud, así como a los procesos y esfuerzos para producir cambios a fin de lograr un nivel óptimo de ella. Partiendo en dos niveles: para los que no tienen los conocimientos adecuados y para quienes teniendo los conocimientos no los practican (citado por Hidashida, 2007, p.13).

Martos (2005) ampliando la noción de Educación para la Salud (EpS), enfatiza en la formación de responsabilidades del ser humano con el fin de que adquiera los conocimientos, las actitudes, los hábitos básicos y la promoción de la salud de manera individual y colectiva. Plantea como un intento de responsabilizar y preparar al individuo para que, paulatinamente, adopte un estilo de vida lo más sano posible y conductas totalmente positivas.
En oposición a las anteriores definiciones, Sanabria (2007), expresa que la monotonía de sus acciones y el desconocimiento de sus principios metodológicos reducen la Educación para la Salud (EpS) al simple acto de informar sobre salud y enfermedad. Se interpreta también como un paquete de recomendaciones para el cuidado y la higiene personal. Rechazando tal actividad como la solución ante una situación que requiere acciones engranadas. Restrepo (2002) cita la postura de un estudiante de medicina al cuestionarle sobre la promoción para la salud, eje de la Educación para la Salud (EpS).

“…Es una utopía, inútil e irrelevante para el médico que debe atender cosas más importante como tratar el trauma y las enfermedades; es una carga adicional y difícil para los médicos porque ellos no pueden hacer que la gente asuma su responsabilidad por su salud: es imposible de implantar en sociedades capitalistas; contraviene la búsqueda de la felicidad y el placer por las prohibiciones sobre comer cosas ricas, fumar un buen cigarrillo” (p.32).

Estas opiniones en futuros médicos, reflejan las tendencias de la formación médica asistencialista (*), así como el concepto tan limitado individualista y sin proyección social, únicamente orientada a lograr que la persona cambie comportamientos nocivos y la curación como su único papel. Los métodos tradicionales utilizados en la Educación para la Salud (EpS), por otra parte, llevan a inhibir la posibilidad de que las personas aclaren dudas y participen activamente durante el tiempo de la consulta, lo que produce una importante insatisfacción en las necesidades relacionadas con la Educación para la Salud (EpS) imposibilitando la participación.

(*) Actividades que generan dependencia de recursos materiales o bienes específicos y/o dependencia afectiva al promotor. “Acompañamiento perverso” concluye Armadeo (2004, p. 27). Es como darle a un individuo un tomate y no enseñarle a plantarlo.

Cuevas (2007), comparando las diferencias en acciones de Educación para la Salud (EpS) del Sistema de Salud Autónomo Zapatista (SSAZ) y el Sistema Nacional (SN), resalta de éste último que la participación en los programas no es voluntaria, sino condicionada; las principales quejas de la población radican en el mal trato a los pacientes, la falta de materiales, la ausencia de personal médico y el excesivo tiempo de espera. En el SSAZ la participación de la población inicia con el nombramiento de sus representantes, promotores y comités de salud; en contraste con el SN esa falta de oportunidad para decidir y participar responsablemente se caracteriza en el asistencialismo, condición que de acuerdo con Freire (2009) es una forma de acción que roba al hombre condiciones para el logro de una de las necesidades fundamentales de su alma – la responsabilidad-.

El gran peligro del asistencialismo está en la violencia del anti diálogo, que impone al hombre mutismo y pasividad, que no le ofrece condiciones especiales para el desarrollo o la «apertura» de su conciencia que, en las democracias auténticas, ha de ser cada vez más crítica sin esta conciencia no le será posible al hombre brasileño integrarse en su sociedad de transición, no le ofrece condiciones especiales para el desarrollo o «apertura» de su conciencia (Freire, 2009, p. 50).

De acuerdo con Sáez, Font, Pérez & Marqués (2001), las actividades y los esfuerzos de la Educación para la Salud (EpS) no deben dirigirse sólo hacia el campo asistencial, surge la necesidad de potenciar la atención primaria, los programas preventivos y, por ende la extensión, promoción y Educación para la Salud (EpS).

En síntesis la Educación para la Salud (EpS), es un proceso continuo, permanente y oportuno que pretende modificar positivamente los conocimientos y las actitudes individuales y colectivas encaminadas a la prevención de enfermedades, fomentando la salud. Sin embargo, lo descrito sobre lo que debería ser la Educación para la Salud (EpS) evidencia en la práctica diaria deficiencias; actitudes de dependencia, indiferencia, desconfianza y dudas, que se reflejan en la falta de autonomía, reprimiendo la libre voluntad de participar y tomar las propias decisiones en salud. En consecuencia, los programas no tienen continuidad pues carecen de significado con la realidad.

2.3. Objetivos de la Educación para la Salud.

La Educación para la Salud (EpS) tiene la finalidad global de influir positivamente en la salud. Éste propósito ha orientado los objetivos planteados históricamente, la prevención de la enfermedad primero, la capacitación y promoción de la salud después (Costa & López, 1996).

Para Perea (2004) la Educación para la Salud (EpS)…

…tiene como finalidad principal la mejora cualitativa de la salud humana, centrándose no en conductas aisladas, ya que éstas suponen realidades segmentadas del comportamiento y por lo tanto complejas para su modificación, sino en el desarrollo de actitudes y comportamientos positivos que configuran los estilos de vida saludable… la acción educativa debe orientarse, no solo hacia el cambio de aquellos factores nocivos del contexto sino también a los propios hábitos y tendencias (p.18).

Martos (2005), considera dos perspectivas para lograr los objetivos: preventiva, para evitar daños a su salud mediante el propio control de las situaciones de riesgo, evitando sus posibles consecuencias; y de promoción de la salud, capacitando a la población para que pueda afrontar formas de vida saludable. Enseñar a las personas a proteger, promover y restaurar la salud, es fundamental para producir bienestar personal y de la comunidad, además, da mayores posibilidades de desarrollo a cada habitante, por lo tanto promueve mejoras sociales aseguran Vargas & Palacios (1993).

El éxito de la Educación para la Salud (EpS) se identifica en el desarrollo e implementación, entre otros, de programas educativos efectivos que giren en torno a las necesidades en salud individuales, colectivas y sociales. Tales acciones requieren para lograr su meta un trabajo interdisciplinario, creativo, actualizado y comprometido, tendiente a favorecer el cuidado personal, en un ambiente que posibilite la toma de decisiones y el respeto por la dignidad de las personas. Por lo tanto, el desafío de las metas de la Educación para la Salud (EpS) es complejo, sus principios deben formar parte del eje central de los profesionales que utilizan la educación como herramienta básica en la atención en salud.

Faisal & Villa (2004) plantean que es imprescindible hacer que los programas de Educación para la Salud (EpS) tengan potencialidad suficiente para lograr un cambio de comportamiento. Iniciando con un diagnóstico de los factores predisponentes que afectan el estado de salud, identificando las características y necesidades de los usuarios para planear estrategias, agregan Durán et al. (1993). El conocimiento en salud no constituye un mecanismo que conceda al profesional el derecho a tomar decisiones por otros, por el contrario, sugiere informar en forma pertinente, clara y objetiva para que cada persona voluntariamente pueda tomar sus propias medidas.

Analizando los objetivos desde un cambio de conducta o hábitos, se concluye que no es sólo conseguir un cambio cuantitativo de conocimientos sino una transformación de tipo cualitativo en las actitudes relacionadas con la conducta. Con base a lo anterior, Saéz et al. (2001) plantean que no se trata de disponer de muchos conocimientos, sino de capacidades y habilidades que permitan comportarse de manera diferente.

2.4. La Educación para la Salud como proceso de enseñanza aprendizaje

Si la Educación para la Salud (EpS) gira en el desarrollo e implementación de programas educativos, resulta imprescindible tomar en cuenta el proceso de aprendizaje. Para Paulo Freire (2004), aprende verdaderamente el que se apropia de lo aprendido y lo reinventa o aplica a situaciones concretas. En contraste, aquel que es llenado por otro de contenidos que, inclusive, contradicen su propia forma de estar en el mundo, sin desafiarlo no aprende. Faisal & Villa (2004), enfatizan que no se puede esperar que las personas cambien su comportamiento o adopten nuevos si no perciben una base lógica para ese cambio o resultan inconvenientes con sus prioridades.

Profundizando en el complejo arte de educar, para Freire (2004), la educación no es la transferencia del saber, la tarea del educador tampoco es colocarse como sujeto cognoscente frente a un objeto cognoscible para después de conocerlo hablar sobre él a sus educandos, cuyo papel sería el de archivadores de sus comunicados. La educación es comunicación, diálogo, un encuentro de sujetos interlocutores que buscan la significación de significados. Por lo tanto, el papel del educador no es “llenar” al educando de “conocimientos” de orden técnico o no, sino lograr una relación dialógica educador-educando. Ejemplifica el autor: en el momento en que un asistente social, se reconoce como “el agente del cambio” difícilmente percibirá tal obviedad, si su empleo es realmente educativo y liberador, los hombres con quienes trabaja no pueden ser objetos de su acción son tan agentes del cambio como él. De lo contrario no hará otra cosa que conducir, manipular, domesticar. Para Durán et al. (1993) los programas verticales característicos de la Educación para la Salud (EpS) parten de un enfoque educador-educando siendo éste un receptor pasivo

En el campo de la salud se da uno de los más claros ejemplos de profesionales que deben asumir un importante rol educativo como parte de sus funciones. Justificándose en que la salud es, en primer lugar una responsabilidad del individuo, no obstante, él necesita de los medios para asumir tal responsabilidad (Durán et al., 1993). Tal rol educativo radicará en introducir a quien se educa a la realidad, de una forma sencilla, amistosa y positiva, orientando en la búsqueda de lo que cada persona quiere para sí misma evitando la imposición y manipulación.

Sanabria (2007) postula que la Educación para la Salud (EpS) presenta limitaciones. Una de ellas se refiere a la comunicación (considera una herramienta fundamental para los cambios en salud), pierde importancia al darle un enfoque reduccionista y la equiparan con repartir volantes, trípticos o hacer spots televisivos, que no se insertan de forma coherente en una estrategia de acción. Freire (2004), propone el diálogo ante un proceso de enseñanza:

Ser dialógico es no invadir, es no manipular, es no imponer consignas… es empeñarse en la transformación constante de la realidad. El diálogo, no puede contener relaciones en las cuales algunos hombres sean transformados en seres para otros (p.46).

El diálogo es fundamentalmente un proceso comunicativo mediante el cual los participantes tienen una clara intención de comprenderse mutuamente. Esta comprensión implica el reconocimiento del otro como alguien diferente, con conocimientos y posiciones distintas, sin que por esto se detenga la comunicación (Bastidas, Pérez, Torres, Escobar, Arango & Peñaranda, 2009).

Otro concepto de análisis en las actividades de la Educación para la Salud (EpS) es el contexto, según Martos (2005), para que tengan el efecto esperado es necesario partir del contexto a desarrollar, determinar la influencia de los actores, cuáles son sus intereses y qué papel están dispuestos a ejercer teniendo claro que es una actividad educativa. Es una necesitad situar a la persona en su ambiente social, para comprender las influencias que determinan su estilo de vida.

Durán et al. (1993) concretan las etapas del proceso Educación para la Salud (EpS) en planeación, ejecución y evaluación basada en una metodología participativa con la intervención de la comunidad en todas sus fases; en concordancia Jáuregui & Suarez (2004) admiten la participación activa, vivencial y cognitiva.

En suma, la Educación para la Salud (EpS) debe ser una combinación de experiencias de aprendizaje planificadas, destinadas a facilitar cambios voluntarios en comportamientos saludables. No obstante, impera la escasa cultura de promoción de la salud, control de riesgos y prevención de enfermedades; la descontextualización en la formación de los recursos humanos para la salud con las necesidades epidemiológicas del país y dentro de cada comunidad. La carencia de educación continua en las instituciones de salud, resulta en altas incidencias y prevalencias de tratamientos curativos.

En otra vertiente, disminuyen las aspiraciones de lograr una población saludable con autonomía y capacidad de tomar sus propias elecciones. Por lo tanto, el papel del educador para la salud no se limita a instruir o transmitir conocimientos de salud, sino motivar a los individuos produciendo o manteniendo cambios favorables en sus comportamientos; evitando asumir un papel autoritario proporcionando información que no siempre pueden poner en práctica por sus condiciones de vida.

2.5. Escuelas de Educación para la Salud.

En la literatura revisada se encuentran dos escuelas o enfoques de la Educación para la Salud. Respaldadas por teorías y métodos de actuación heterogéneos, como se presenta a continuación:

Paradigma:

Escuela Anglosajona: Positivista
Escuela de Perugia: Crítico

Objetivo de conocimiento:

Escuela Anglosajona: Objetivo
Escuela de Perugia: Dialéctico

Fin:

Escuela Anglosajona: Leyes universales
Escuela de Perugia: Emancipatorio

Método:

Escuela Anglosajona: Cuantitativa
Escuela de Perugia: Cualitativa

Teorías del aprendizaje:

Escuela Anglosajona: Transmisión del conocimiento
Escuela de Perugia: Interaccionismo social

Modelos:

Escuela Anglosajona: Conductista, Cognositivista, Comunicación persuasiva precede, creencias de salud, etc.
Escuela de Perugia: Investigación acción participativa

Autores representativos:

Escuela Anglosajona: Bandura, Fishbein, Green, Matarazzo, Costa, Greene, Polaino, Rochon, etc.
Escuela de Perugia: Freire, Lather, Kemmis, Modolo, Vuori, Minkler, Serrano, Fernández, Sierra, Kelly, etc.

Papel del sujeto:

Escuela Anglosajona: Receptor del conocimiento y constructores del mismo
Escuela de Perugia: Fundamentalmente utilizador del conocimiento para la interacción con las demás tareas sociales

Papel de la comunidad:

Escuela Anglosajona: Cliente y contexto
Escuela de Perugia: Protagonista

Papel de la Educación para la salud.

Escuela Anglosajona: Autoridad
Escuela de Perugia: Organizadora de proyectos participativos de grupo en la comunidad

Cuadro #1. Representa las características de dos enfoques de Educación para la Salud (EpS), según Saéz et al. (2001).

Saéz et al. (2001) presenta tres métodos para impartir Educación para la Salud (EpS): el individual, por grupos y colectivos; sus actividades incluyen pláticas personales, volantes, visitas a domicilio, conferencias, mesas de discusión, juntas de vecinos, campañas de salud, formación de comités y la información masiva. Los medios de comunicación interfieren de manera constante introduciendo hábitos de vida generalizados a los que evidentemente no toda la población tiene acceso.

3. Acciones en fomento a la salud

3.1. Organización Mundial de la Salud: eje rector de las acciones en Salud.

La Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la autoridad directiva y coordinadora entró en vigor el 7 de abril de 1948. (*) Los expertos de la OMS elaboran directrices y normas sanitarias, ayudan a los países a abordar las cuestiones de salud pública. Actúa como organismo mediador para que los gobiernos puedan afrontar conjuntamente los problemas sanitarios mundiales y mejorar el bienestar de las personas. (**) Supone además que para lograr el nivel de salud más alto posible, es necesaria la aplicación de programas para combatir y erradicar las enfermedades (OMS, 2009).

(*) Desde:
http://www.who.int/about/history/es/index.html.
Recuperado octubre 2010.
(**) Desde:
http://www.who.int/about/brochure_es.pdf.
Recuperado octubre 2010.

Las Metas del Milenio para el Desarrollo (MDM) adoptadas en la 55ª Asamblea General de la ONU representan un compromiso en la lucha por reducir la pobreza y la inequidad en la distribución del ingreso dentro y entre los estados miembros. En este compromiso, el sector salud está implicado directamente en el logro de las metas y, tiene la gran responsabilidad de colaborar con otros sectores como el educativo (OPS, 2003). El Banco Mundial realizó un análisis de la probabilidad de logro de las (MDM) en América Latina, en el cual concluyó que es muy baja en la mayoría de los casos y enfatiza que las intervenciones en salud tienen una altísima prioridad. En el caso de México, el Banco Mundial plantea lo siguiente:

Una adaptación de la iniciativa también se está llevando a gran escala en el programa de Comunidades Educativas Saludables de la Secretaría de Salud, donde además el programa Progresa, consiste en el mejoramiento de la alimentación, el acceso a servicios de salud y el aumento de la asistencia escolar, resulta en lecciones importantes para el mejoramiento del desarrollo humano y social. Progresa ha logrado aumentar el uso de servicios de atención primaria para los menores de cinco años y también ha disminuido la deserción escolar, inclusive en los municipios con mayores índices de pobreza (OPS, 2003, p.vii).

De acuerdo con la OPS, por décadas existieron programas de salud escolar en América Latina y el Caribe, hasta los ochentas y principios de los noventas; se caracterizaron por una tendencia a la concentración de esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de higiene y saneamiento ambiental, la prevención de las enfermedades transmisibles, el tratamiento de enfermedades específicas y la realización periódica e indiscriminada de exámenes médicos. La OPS refiere que las reformas de los sectores salud y educación en la mayoría de los países en las Américas han fortalecido la promoción de la salud, se flexibilizan los currículos escolares y aumenta la autonomía de las instituciones educativas creando oportunidades y espacios para la aplicación de programas de salud escolar con enfoque integral. Estas reformas, han significado entre otras cosas un mayor consenso sobre la relación estrecha entre salud y desarrollo (OPS, 2003).

En el ámbito de la salud bucal, la OMS como autoridad directiva y coordinadora de las labores sanitarias en el mundo, con la participación de las instituciones involucradas crea y modifica las normas para la prevención y control de enfermedades bucales, con el fin de proporcionar un eficiente servicio en materia de salud y optimizar los resultados; según la Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2-2006, para la prevención y control de enfermedades bucales, la promoción de la salud debe llevarse a cabo encausando la participación social, en actividades de Educación para la Salud (EpS) y comunicación educativa. En el rubro de Educación para la Salud (EpS) el personal de salud debe enseñar la importancia de la salud bucal como parte del bienestar integral, orientar con un lenguaje claro y sencillo sobre los padecimientos y factores de riesgo más frecuentes para su prevención, control y secuelas e informar padecimientos bucales que son factores de riesgo para el control de enfermedades sistémicas (enfatizando en los escolares), para desarrollar hábitos, conductas y prácticas que favorezcan la salud bucal.

Sobre la comunicación educativa, el personal de salud debe llevar a cabo comunicación individual y grupal mediante la orientación en los consultorios, salas de espera y la comunidad con pláticas, demostraciones y diferentes auxiliares didácticos según la norma. La comunicación masiva debe ser a través de radio, prensa, televisión, Internet y otros medios similares. Por último, en materia de participación social se promoverá la participación de la comunidad, instituciones y Gobierno (Gobierno Federal, 2008b).