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Efectividad de la homeopatía en el inicio del trabajo de parto

Otro de los motivos de controversia es que la homeopatía, como ya hemos dicho, carece de base fisiopatológica específica, y se evita dar una explicación concreta sobre causa-efecto, pues cada persona posee unos mecanismos distintos para restablecer su propio equilibrio11. Los posibles mecanismos de acción de la homeopatía son de momento, teorías intangibles y difíciles de demostrar, pero irremediablemente será necesaria su demostración a largo plazo para poder dar fundamento a este tipo de medicina y verificar sus efectos clínicos16. Sin embargo, para el presente y futuro inmediato, el principal problema de la homeopatía es que existe muy poca evidencia científica convincente y sólida de sus efectos terapéuticos, en contraste con la positiva experiencia individual y colectiva de los médicos especializados en homeopatía16.

Algunos homeópatas sostienen la afirmación de que si por su propia experiencia clínica saben que la homeopatía funciona “¿por qué investigar para comprobarlo?”16. Sin embargo, si la homeopatía permite realmente a las personas lograr la curación o un mejor estado de salud, entonces es fundamental lograr demostrar su efectividad siguiendo las “reglas del juego” de la investigación, es decir, demostrar sus efectos por rigurosa evidencia científica16. Así se conseguirá el respeto de la comunidad científica y de los profesionales más escépticos16.

 

  1. HOMEOPATÍA Y EVIDENCIA CIENTÍFICA

La homeopatía es un tipo de terapia cuya evaluación con criterios de medicina basada en la evidencia se ha iniciado en los últimos años. Teniendo en cuenta las revisiones sistemáticas publicadas, apenas se pueden emitir recomendaciones basadas en la evidencia sobre su utilización clínica2,15,17.

Aun así, indagando en varias revisiones sistemáticas se han encontrado varios trabajos prometedores aunque la mayoría no son lo suficientemente sólidos debido sobre todo a sesgos metodológicos12,16,18-20.

En resumen, se han publicado conclusiones iniciales positivas, o al menos resultados prometedores que alientan a seguir investigando, en varios estudios sobre patologías específicas, por ejemplo:

– La gripe y los síndromes gripales21,22.

– La osteoartritis y enfermedades reumáticas23,24.

– Alergias, rinitis e infecciones respiratorias altas20,25-27.

– Diarreas infantiles28.

– Fibromialgia29-31.

 

  1. INDUCCIÓN Y MÉTODOS DE INDUCCIÓN

Las mujeres, desde el momento de la concepción y a lo largo de todo el embarazo, tienden a crearse unas expectativas sobre cómo será el momento del nacimiento. Pero a medida que la gestación llega a la recta final es posible que sus expectativas no se vean cumplidas. Una de las experiencias que peor viven las embarazadas es la inducción del trabajo de parto, ya que la perciben como una intervención en el proceso natural del embarazo, además de ser, generalmente, un proceso largo, tedioso y agotador. Si bien es cierto que también existe un pequeño número de gestantes que no tienen esta percepción y sólo desean dar la bienvenida al nuevo miembro de la familia13,32.

En los embarazos de bajo riesgo, las principales causas de inducción del parto son la gestación cronológicamente prolongada y la rotura prematura de membranas a término. Por este motivo, muchas mujeres se interesan por el uso de tratamientos complementarios para la maduración del cuello uterino  o la inducción del trabajo de parto con el fin de conseguir un parto a término13.

Por acuerdo, se define el embarazo a término como “aquella gestación comprendida entre las 37 (259 días) y las 42 semanas (294 días) y embarazo prolongado aquel que dura más de 42 semanas (>294 días) o 14 días después de la fecha probable de parto (FPP)”. Esta definición está avalada por el Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras (ACOG), la OMS y la FIGO33-36.

Los principales riesgos y complicaciones asociadas al embarazo prolongado son la macrosomía, el aumento de la pérdida de bienestar fetal intraparto, los partos instrumentados, la cesárea, una menor puntuación en el test de Apgar, la aspiración meconial y alteración de los pH de cordón umbilical36,37.

En la literatura mundial la frecuencia de embarazos postérmino varía entre el 4 y el 14%. Aunque se estima que con el uso sistemático de la ecografía se reduciría ese porcentaje a alrededor de un 3%33.

Se estima que entre la 40-41 semana de gestación existe un aumento del 1‰ de la mortalidad perinatal y entre la 41-42 un aumento del 1,2-1,27‰37. Si la gestación se prolonga más allá de la semana 42, se observa que aumenta la mortalidad perinatal en 1,3-1,9‰, y en aquellos casos que el embarazo va más allá de la semana 43 la mortalidad aumenta de un 1,6 a un 6,3‰37. Todo ello ha llevado a iniciar los controles de bienestar fetal por embarazo prolongado a partir de la semana 4137.

Las matronas a lo largo de la historia han utilizado remedios a base de plantas y hierbas para ayudar a las mujeres durante todo su ciclo reproductivo14. En la actualidad, las matronas recomiendan cada vez más el uso de la homeopatía durante el embarazo, el parto y el posparto38.

 El Royal College of Midwives de Reino Unido reconoció en 2007 que muchas mujeres encuentran útil el uso de terapias complementarias y alternativas a nivel emocional y también físico y, tanto con fines curativos como para hacer el parto más fácil y llevadero14.

En la actualidad existen multitud de métodos que se utilizan para conseguir un parto a término, unos han demostrado su eficacia y otros no tanto. El método más antiguo de inducción del trabajo de parto son las relaciones sexuales39. Se desconoce el mecanismo exacto por el que las relaciones sexuales estimulan el trabajo de parto, pero se ha demostrado que tres días consecutivos de relaciones sexuales con penetración pueden provocar contracciones de parto en las siguientes 48 horas39. Por una parte, el semen humano es una de las sustancias con mayor cantidad de prostaglandinas y quizá puede por sí mismo  desencadenar el parto39. Por otra parte, con la penetración se estimula el segmento inferior del útero y se libera oxitocina endógena durante el orgasmo y también con la estimulación del pezón39. La simple estimulación de las mamas también es un método en sí mismo para inducir el parto40. Aumenta los niveles de oxitocina, lo que hace que la matriz se contraiga, pero el mecanismo por el cual provoca modificaciones cervicales sigue siendo poco claro40. Se cree que unas 72 horas tras la estimulación, la gestante podría iniciar el trabajo de parto40. Sin embargo, no se ha demostrado directamente una relación entre los niveles de oxitocina y respuesta uterina intraparto con la estimulación de los pezones40.

Otro de los métodos que se utiliza en la actualidad para conseguir un parto a término es la maniobra de Hamilton. Mediante tacto vaginal, el explorador introduce un dedo a través del orificio cervical y realiza un movimiento circular con el fin de despegar las membranas ovulares del segmento inferior uterino41. La inducción del parto se consigue mediante la producción local de prostaglandinas. Su práctica en mujeres a término se ha asociado con una reducción de la duración del embarazo, disminuyendo así la necesidad de una inducción del parto y sin aumentar con ello el riesgo de infección41. La principal complicación de esta técnica es la rotura prematura de las membranas, y a pesar de que se trata de un método seguro, las gestantes suelen sentir incómodo y molesto el procedimiento42.

En ocasiones es necesario iniciar el trabajo de parto de forma artificial e inmediata por motivos de seguridad materna o fetal. El método más utilizado actualmente para madurar el cuello uterino e iniciar el trabajo de parto son los preparados vaginales o intracervicales de liberación lenta de análogos de la prostaglandina E2 (PGE2), que logran dicha maduración mediante la modificación del colágeno cervical y la alteración de la concentración de glucosaminoglicanos relacionados con el cuello uterino43,44. Es un método muy efectivo, pero los preparados comerciales son caros y necesitan refrigeración, con lo que limita la disponibilidad en muchos hospitales43,44. Los principales efectos secundarios son el trabajo de parto disfuncional, la actividad uterina excesiva, los síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea), fiebre y en ocasiones el riesgo de pérdida del bienestar fetal43,44. Otro de los métodos farmacológicos es la inducción con oxitocina, pero se asocia con una elevada tasa de fracaso cuando el cuello uterino es inmaduro, así como a un gran malestar materno45. Otro método es la rotura artificial de membranas, que en presencia de un cuello uterino no favorable posee una baja efectividad y puede resultar muy difícil e incluso imposible de realizar46.

Métodos menos frecuentes que también se utilizan para intentar una inducción del parto son las infusiones de frambuesa, de canela, la acupuntura y la digitopuntura. Cada uno de ellos actúa por mecanismos diversos y todos intentan conseguir una reducción de la duración de la gestación, pero no se han encontrado estudios concluyentes al respecto.

 

ACTAEA RACEMOSA- CAULOPHYLLUM THALICTROIDES  

La Actaea racemosa (black cohosh o Cimicifuga racemosa) es una planta nativa de Norteamérica, en concreto de Canadá y el Este de los Estados Unidos. Las raíces y los rizomas fueron utilizados originalmente por los pueblos indígenas americanos en el tratamiento de muchas enfermedades, especialmente en problemas ginecológicos, irregularidades menstruales47,48 y para la preparación e inducción del parto49, pero también en otros muchos casos como alteración de la función renal, dolor de garganta, reumatismo  y malestar general47,48.

El rizoma de la Actaea racemosa contiene varios componentes biológicamente activos (glicósidos de terpeno, ácidos grasos, resinas, alcaloides, flavonoides, y taninos,)48,50,51. Las opiniones varían en cuanto a la acción fisiológica de la planta, unos dicen que se une a receptores estrogénicos, otros que disminuyen la hormona luteinizante (LH) y otros que tiene que ver con cambios en los niveles de prolactina o dopamina51. Actualmente, el uso principal del extracto de Actaea racemosa es para el alivio de los síntomas menopáusicos51. El Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología en sus directrices sobre el uso de las plantas medicinales para el tratamiento de los síntomas menopáusicos apoya el tratamiento con Actaea racemosa durante un máximo de seis meses, sobre todo en el tratamiento de los síntomas de sueño y estado de ánimo, y en los sofocos51.

El Caulophyllum thalictroides (blue cohosh o raíz india) también es una pequeña planta originaria del noreste americano. Los efectos medicinales del mismo también derivan de su raíz y rizomas52. El nombre «root papoose» o «raíz india» refleja el uso de esta planta por parte de las mujeres nativas americanas que elaboraban una infusión para aliviar los cólicos menstruales y también para los dolores asociados al parto52.

Entre 1882 y 1905, el Caulophyllum thalictroides aparecía en la Farmacopea de Estados Unidos como un inductor del trabajo de parto52. Según la literatura médica de la época formaba parte de una combinación de hierbas medicinales que se utilizaban tradicionalmente en el tercer trimestre para preparar a la mujer para el parto52.

En la actualidad, el Caulophyllum thalictroides se utiliza para inducir el parto, para ayudar a acelerar el mismo, y, en general, para ayudar a que el trabajo de parto sea rápido y llevadero, en la medida de lo posible52. En una encuesta realizada a parteras de EEUU en 1999, el 64% afirmó utilizar Caulophyllum thalictroides durante el parto52.

Por todo lo expuesto anteriormente, este estudio se centra en la homeopatía como favorecedora del inicio del trabajo de parto. Unos de los remedios homeopáticos más utilizados al final del embarazo y durante el parto son Caulophyllum thalictroides13 y Actaea racemosa48.

En cuanto al Caulophyllum thalictroides, su efecto se basa en que activa la contracción del músculo liso, y por extensión, las contracciones uterinas y por esto se utiliza para inducir el trabajo de parto cuando  las contracciones son cortas e irregulares o cuando éstas se detienen13,14. Algunos homeópatas sugieren empezar su administración días antes del inicio del trabajo de parto, con la finalidad de conseguir un parto a término13,14.

Durante el parto estaría indicado cuando las contracciones son de corta duración e irregulares, cuando se centran en el segmento inferior uterino, o cuando la dinámica uterina es incoordinada, poco eficaz y muy dolorosa14,52.

Usado en forma de tintura madre, las complicaciones asociadas al Caulophyllum thalictroides incluyen náuseas, elevación de la tensión arterial materna, aumento de líquido amniótico meconial, taquicardia fetal transitoria y tetania uterina14,52. En esta forma de administración (tintura madre) se ha descrito un caso de infarto agudo de miocardio neonatal, un caso de fallo multiorgánico neonatal y un caso de derrame cerebral perinatal, pero todos ellos sucedieron en mujeres a las que se les administraron dosis muy superiores a la ventana terapéutica del Caulophyllum thalictroides, y en ningún caso se han descrito cuando se utiliza en dilución homeopática52.

Por otro lado, Actaea racemosa se ha asociado con un efecto estrogénico y de reducción de los niveles de la hormona luteinizante hipofisaria, lo que disminuye la producción de progesterona en los ovarios14. Al disminuir el efecto relajante de la progesterona sobre el músculo uterino se favorece el inicio de las contracciones14. Está indicada para las contracciones uterinas disfuncionales, ayudando a iniciar un patrón de contracción coordinada y eficaz14. También es útil para aliviar la tensión del parto en mujeres con antecedentes obstétricos desfavorables (parto traumático, abortos, etc.)14. Administrada como tintura madre, Actaea racemosa tiene un efecto hipotensor y puede provocar malestar gástrico,  pero en ningún caso se han descrito estos efectos cuando se administra en dilución homeopática14.

Los efectos adversos de la homeopatía son raros y no se han descrito en los preparados que se recomiendan en el embarazo14.