9. El condón femenino: Este método de barrera evita que el esperma se introduzca al cuerpo de la mujer. Está hecho de poliuretano, viene lubricado y puede insertarse hasta 8 horas antes del contacto sexual. Protege de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), incluyendo el VIH, y tiene una eficacia del 79% al 95% en la prevención del embarazo.
10. Implante: Este sistema consiste de pequeños dispositivos tipo bastón, o “bastoncillos” que se colocan debajo de la piel. El bastoncillo libera un nivel constante y muy reducido de esteroides que evitan el embarazo hasta cinco años. Al retirarse los bastoncillos la mujer podrá quedar embarazada de nuevo. La eficacia de los bastoncillos frente a la prevención del embarazo es del 99.9%, pero no protege de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
11. Depo-Provera: Las mujeres reciben inyecciones de la hormona progestina, en los glúteos o el brazo, cada 3 meses. No protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH. Tienen una eficacia del 99.7% en la prevención del embarazo.
12. Diafragma o capuchón cervical: Estos son métodos anticonceptivos de barrera en los que se bloquea al esperma para evitar que llegue al óvulo. El diafragma tiene la forma de una taza poca profunda y es de látex. El capuchón cervical es una taza de látex con forma de dedal. Ambos vienen en tamaños diferentes y se precisa la intervención de un médico que aconseje el tamaño idóneo.
Debe colocarse antes del contacto sexual y se utilizar junto con un espermicida (para bloquear o matar el esperma). El diafragma tiene una eficacia del 80 al 94% en la prevención del embarazo. El capuchón cervical tiene una efectividad del 80% al 90% en la prevención del embarazo, en mujeres que no han tenido hijos, y del 60% al 80% en mujeres que sí los han tenido. Ninguno de los dos protege contra todas las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH.
- El parche: es un parche para la piel que se coloca en la parte baja del abdomen, los glúteos o la parte superior del cuerpo. Libera las hormonas progestina y estrógeno en el torrente sanguíneo. El parche tiene una eficacia del 99% en la prevención del embarazo, pero al parecer es menos efectivo en mujeres que pesan más de 90 kg. No le protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH
- El anillo vaginal hormonal anticonceptivo: Es un anillo que libera las hormonas progestina y estrógeno. El anillo se introduce en la vagina, alrededor del cuello del útero (la abertura del útero.) Éste se usa durante tres semanas y se extrae durante una semana para que la mujer pueda tener el período. El anillo que se introduzca debe de ser siempre nuevo. A pesar de tener una eficacia del 98% al 99% en la prevención del embarazo, no protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH.
- Esterilización quirúrgica (Ligadura de trompas o vasectomía): Estos métodos quirúrgicos son para personas que desean un método anticonceptivo permanente. La ligadura de trompas se practica en las mujeres para evitar que los óvulos bajen al útero, en donde pueden ser fertilizados. El hombre puede someterse a la vasectomía para evitar que el esperma llegue al pene; de este modo su eyaculación nunca contendrá esperma. Estos métodos tienen una eficacia del 99 al 99.5% en la prevención del embarazo. No protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH.
- Esterilización sin el uso de cirugía (Sistemas anticonceptivos permanentes Essure): Este es el primer método de esterilización sin cirugía para la mujer. Se utiliza un tubo pequeño para pasar un diminuto dispositivo con forma de resorte a través de la vagina y el útero, hasta cada trompa de Falopio. Unas espirales flexibles lo anclan temporalmente dentro de las trompas. Un material de malla se encuentra incrustado en las espirales, irritará el revestimiento de las trompas de Falopio para provocar el crecimiento del tejido cicatrizal y finalmente tapar las trompas de forma permanente. Este proceso puede tomar hasta tres meses, por lo que es importante utilizar otro método anticonceptivo durante este tiempo.
Posteriormente deberá visitar al médico para que hagan una prueba y determinen si el tejido cicatrizal ha obstruido completamente las trompas. En estudios practicados después de un año en más de 600 mujeres, hasta esa fecha no se habían reportado embarazos en aquellas a quienes se les implantaron exitosamente los dispositivos. No le protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH.
- Anticoncepción de emergencia: Este NO es un método anticonceptivo convencional, y nunca deberá usarse como tal. La anticoncepción de emergencia o los anticonceptivos de emergencia se utilizan para evitar que la mujer quede embarazada después que ha tenido relaciones sexuales sin protección o si el método que usa no ha sido efectivo.
La anticoncepción de emergencia consiste en tomar dos dosis de píldoras hormonales a intervalos de 12 horas cada una, a más tardar tres días después de haber tenido relaciones sin protección. A estas píldoras algunas veces las llaman equivocadamente la “píldora del día siguiente.” Tienen una eficacia del 75% al 89% en la prevención del embarazo. Ningún método de anticoncepción de emergencia protege contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) o el VIH.
EDUCACIÓN SEXUAL Y SU EFICACIA
La educación sexual es el término que se usa para describir el conjunto de aprendizajes que comprenden todas las acciones, directas e indirectas, conscientes o no, ejercidas sobre un individuo que le permiten situarse en el ámbito de la sexualidad. Estos conocimientos permiten el buen desarrollo de las capacidades sexuales y su coordinación con las demás facultades ya que abarca aspectos muy amplios como pueden ser el sexo en todas las etapas del desarrollo humano, la orientación sexual, fisiología de los aparatos reproductores masculino y femenino, enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, planificación familiar y sexo seguro, entre otras muchas cosas.
El trato de todos estos puntos consiste en la enseñanza física, mental, emocional, social, económica y psicológica de las relaciones humanas en la medida que afecten a las relaciones entre hombre y mujer, o personas del mismo sexo. Su objetivo básico es lograr la identificación e integración sexual del individuo para capacitarlo y se cree sus propios valores que le permitan realizarse y vivir su sexualidad en una manera sana y positiva dentro de su época, cultura y sociedad.
La eficacia de los programas de educación sexual, no solamente vienen determinados en conceptos teóricos que les brindan información sobre puntos morales y sexuales, sino que intentan cambiar la conducta de los jóvenes a partir de la dramatización, los juegos, y los ejercicios que refuercen su habilidad de socialización, mostrando así niveles de efectividad más altos en los casos en los que hay dinamismo e interacción entre docentes y alumnos.
Hay diversos tabús en la sociedad en la que vivimos que crean una especie de controversia sobre el mensaje que se debe dar a los niños, limitando así los programas de educación sexual en las escuelas, sobretodo significados religiosos como el no poder tener relaciones sexuales hasta el matrimonio o no informarles a no ser que tengan pareja estable. ¿Acaso deberíamos hacer todo lo posible por suprimir la conducta sexual de los jóvenes o deberíamos reconocer que muchos jóvenes son sexualmente activos para así prepararlos a enfrentar las consecuencias negativas?
Los argumentos dictados por la emoción pueden representar un obstáculo para lograr evaluar los efectos de la educación sexual. Así vemos que las primeras relaciones sexuales se empiezan a una media de los 15 años de edad, haciendo necesaria la información de los jóvenes sobre comportamientos saludables que deben adquirir y los posibles riesgos que comporta no hacerlo.
La educación sexual que se les debe enseñar se basa en los siguientes elementos: una política que favorece explícitamente a la educación sexual, una apertura hacia el sexo; mensajes consistentes a la sociedad; y el acceso a los anticonceptivos.
Muy a menudo el currículum de educación sexual empieza en la secundaria, una vez que muchos de los estudiantes han comenzado a experimentar la sexualidad. Los estudios han demostrado empezar la educación sexual antes de que los jóvenes se vuelvan sexualmente activos, les ayuda a mantener la abstinencia y a que se protejan en caso de que se vuelvan sexualmente activos. Cuanto más pronto se inicie la educación sexual, mejor; quizás sería interesante plantearse introducirla en los estudios primarios.
Enfermedades de transmisión sexual (emt)
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) también conocidas como infecciones de transmisión sexual (ITS) en el caso que no produzcan síntomas desagradables en la persona portadora, o enfermedades venéreas, son aquellas enfermedades infecciosas que se transmiten de persona a persona por contacto íntimo. Estas enfermedades pueden diseminarse mediante sexo vaginal, anal y oral.
A veces puede tener una de estas enfermedades aunque no presente ningún síntoma. En otras ocasiones, los síntomas pueden desaparecer por sí mismos, pero la enfermedad no se cura si no se recibe tratamiento. Es necesario recordar que el contacto social, y no solo el sexual pueden permitir la diseminación de estas enfermedades; ya que no solo se transmiten a través de la vagina o por el ano, sino también por el sexo oral, así también a través de agujas infectadas, de madre al hijo durante el parto o por transfusión sanguínea, estas últimas en el caso de la hepatitis y SIDA. Aunque algunas Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son incurables, la mayoría se pueden curar.
Los agentes productores de las enfermedades de transmisión sexual incluyen bacterias, virus (como el del herpes), hongos e incluso parásitos, como el ácaro llamado «Arador de la sarna» (Sarcoptes scabiei) o los piojos llamados ladillas (Pedículus pubis). Aunque casi todas tienen tratamiento, algunas de ellas, como las producidas por virus, nunca curan de manera definitiva, sino que el agente causal permanece en estado latente, sin manifestarse, dentro del organismo al que ha infectado, reapareciendo cíclicamente. Este tipo de relación entre el organismo y el agente infeccioso facilita la transmisión de éste, es decir, su infectividad.
Las armas más importantes contra las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son la prevención, tomando las medidas oportunas por medio del uso del condón y la higiene adecuada, elementos imprescindibles para una sexualidad responsable y que reducen considerablemente el riesgo de contagio de estas enfermedades. Aunque la eficiencia del uso del preservativo ha sido puesta en duda en diversas ocasiones, dado que muchas de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) se contagian por vía cutánea o por medio de fluidos no directamente vinculados al coito, no deja de ser una línea de defensa fundamental y su uso es indispensable en cualquier relación no monógama o en la que la pareja no se haya realizado los análisis pertinentes.
Enfermedades de transmisión sexual más comunes
A continuación, encontramos las descripciones de varias de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más comunes, así como información acerca de la incidencia, síntomas y tratamiento.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se notificó por primera en los Estados Unidos en 1981. Es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un virus que destruye la capacidad del cuerpo para luchar contra la infección.
Las personas que tienen el SIDA son muy susceptibles a muchas enfermedades potencialmente mortales llamadas, infecciones oportunistas y a ciertas formas de cáncer. La transmisión del virus principalmente ocurre durante las relaciones sexuales sin protección y al compartir las agujas usadas para inyectar drogas intravenosas.
Las ladillas o piojos púbicos son pequeños parásitos en forma de cangrejo que cavan en la piel para alimentarse de sangre. Viven en el vello corporal áspero, predominantemente en el vello púbico, pero también pueden encontrarse en el vello axilar, vello facial e incluso en las pestañas. Los piojos son de color amarillo-gris y usan sus pinzas de cangrejo para agarrarse a las hebras de cabello. A veces pueden ser detectados moviéndose sobre la piel.
Las ladillas se contagian fácilmente durante el sexo, pero también se pueden pasar compartiendo ropas, toallas o ropa de cama con alguien que las tiene. El tratamiento es fácil, y consiste en el uso de un champú especial, loción y cremas que maten los piojos y los huevos.
Los síntomas normalmente se notan cerca de 5 días a 7 semanas después de la infección e incluyen picazón e inflamación local, puntos de sangre y, ocasionalmente, piojos y huevos visibles.