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Efectos del ruido sobre el sueño en la persona

una serie de patologías no auditivas producidas tanto directas como indirectamente por la exposición al ruido. Según los especialistas, dentro de las alteraciones psicológicas que produce el ruido se pueden citar las siguientes: irritabilidad, susceptibilidad exagerada, agresividad, entre otros trastornos de la personalidad. (9).

Trastornos del sueño:

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que para tener un buen descanso nocturno, el ruido presente debería ser de 35 dB(A). Para niveles de ruido mayores se comenzarían a producir perturbaciones en mayor o menor grado. Por ejemplo, niveles peak de ruido muy altos (como el que provocaría una motocicleta al pasar por nuestro hogar) causarían una drástica aceleración cardíaca. Este efecto puede terminar en pacientes con hipertensión crónica. (4).

El ruido produce dificultades para conciliar el sueño y despierta a quienes están dormidos. El sueño es una actividad que ocupa un tercio de nuestras vidas y nos permite descansar, ordenar y proyectar nuestro consciente. El sueño está constituido por dos tipos: el sueño clásico profundo (No REM (etapa de sueño profundo), el que a su vez se divide en cuatro fases distintas), y por otro lado está el sueño paradójico (REM). (9). Se ha demostrado que sonidos del orden de aproximadamente 60 dBA, reducen la profundidad del sueño, acrecentándose dicha disminución a medida que crece la amplitud de la banda de frecuencias, las cuales pueden despertar al individuo, dependiendo de la fase del sueño en que se encuentre y de la naturaleza del ruido. Es importante tener en cuenta que estímulos débiles sorpresivos también pueden perturbar el sueño.

Efectos del ruido sobre el sueño y la salud.

El sueño es un estado fisiológico extremadamente importante para la supervivencia de los humanos que está determinado por una serie de dimensiones: el tiempo circadiano, ciertos factores intrínsecos a la persona, las conductas que facilitan o inhiben el sueño y dónde duerme ésta (10). El ambiente de descanso es uno de estos factores que definen la duración y la estructura del sueño. Los factores extrínsecos como la temperatura, la luz, la humedad o el ruido pueden ayudar a la persona a obtener un buen descanso o, por el contrario, pueden imposibilitarle que se quede dormida o provocarle despertares nocturnos que rompen los ciclos habituales de sueño.

El ruido ambiental es seguramente uno de los factores más importantes, por su alta incidencia en las ciudades, de interrupción del sueño. Los ruidos que más han sido estudiados y citados en las investigaciones hacen referencia al ruido de tráfico, el proveniente de los vecinos y el de los aviones (11).

La exposición al ruido ambiental en las ciudades, así como las quejas de sus habitantes, están en crecimiento y aumentan con el tamaño de las ciudades, ya que las fuentes de contaminación acústica van en expansión (11), sin que las medidas legales y administrativas puedan llegar a tantos afectados. Esta exposición es inversamente proporcional a las entradas economicas de la familia; es decir, cuanto menor es la renta más probabilidad hay de que las personas sufran la exposición a contaminación acústica (12).

En los últimos treinta años, son muchos los estudios desarrollados con el objetivo de evaluar el efecto del ruido sobre el sueño y sobre la salud en general. El ruido tiene importantes repercusiones tanto en la arquitectura y microestructura del sueño, como sobre las funciones autonómicas y, más a largo plazo, sobre la salud y la calidad de vida. Los efectos primarios, las respuestas que ocurren simultánea o inmediatamente después de que ocurra el ruido, son el aumento de la actividad cerebral, de los movimientos del cuerpo y de las respuestas autónomas. Estos efectos comportan numerosos despertares y cambios a fases de sueño más superficiales, además de una percepción subjetiva de mala calidad del descanso. Los parámetros de sueño provenientes de polisomnografía (PSG) como la latencia de sueño (el tiempo que tarda la persona en quedarse dormida), los porcentajes de sueño profundo (sueño

REM, fases 3 y 4 del sueño NO-REM), la frecuencia de los despertares y el tiempo de vigilia durante la noche empeoran al aumentar los decibelios. En general, se puede decir que la capacidad de alcanzar las fases más profundas del sueño es la que resulta más perjudicada por la exposición al (13).

El ruido tiene también otros efectos inmediatos como el aumento de la frecuencia cardiaca, de la frecuencia respiratoria, de la presión sanguínea y de la vasoconstricción. Este tipo de respuestas puede ser elicitado por niveles de ruido incluso muy bajos (11). Es posible que las personas tengan la sensación de haberse acostumbrado al ruido, pero el cuerpo nunca deja de reaccionar a estos estímulos (14).

El ruido no solamente afecta a la calidad del sueño si no también al rendimiento físico y cognitivo del día siguiente (15). Los efectos secundarios del sueño interrumpido por el ruido son similares a los de los pacientes con insomnio crónico: somnolencia diurna, cansancio, necesidad de dormir siesta para compensar la falta de sueño, disminución del rendimiento en el trabajo y aumento de los accidentes de tráfico (11). Las respuestas bioquímicas del organismo también cambian a raíz de la exposición al ruido: por ejemplo, la cantidad de hormonas del estrés, como la noradrenalina, la adrenalina y el cortisol, son más elevadas al día siguiente (16).

En última instancia, el efecto de la exposición al ruido se puede entender como efecto a largo plazo sobre la salud y la calidad de vida (17). De hecho hay trabajos que evidencian que hay un mayor número de prescripciones de medicamentos (18), y de admisiones al hospital psiquiátrico (19) de personas que viven cerca de los aeropuertos. De todas formas, es difícil extraer conclusiones sobre estos datos epidemiológicos, ya que las variables de confusión son numerosas. Las consecuencias de la exposición al ruido durante el sueño dependen de muchos factores, fundamentalmente, factores dependientes del ruido y factores de la persona. El tipo de ruido (continuo o intermitente), la intensidad, el espectro, la frecuencia, la duración y la diferencia entre el nivel de ruido de fondo y la máxima amplitud del estímulo son aspectos que determinan el impacto del ruido sobre el sueño.

Por ejemplo, un ruido intermitente puede alargar la latencia de sueño hasta en veinte minutos (17). Además, los efectos son distintos según el momento del sueño que sea interrumpido por el ruido: en las horas de la mañana el ruido puede despertar fácilmente a una persona e impedirle volver a dormir. Con respecto a los factores dependientes de la persona, el significado que se atribuye al ruido en sí es muy importante en el impacto del ruido sobre el sueño; es decir, tendrá un efecto diferente oir la