Resultados
Tras el análisis de las encuestas, comprobamos que el 67.1% de los adolescentes resultó ser inactivo en cuanto a la actividad física. Tras la aplicación del test chi-cuadrado, encontramos diferencias significativas en cuanto al sexo, donde los varones resultaron ser significativamente más activos que las mujeres (p < 0,001).
El 10.75% de los adolescentes consume tabaco de forma habitual, el 23.12% ingiere alcohol de manera periódica, siendo en ambos casos la muestra de sexo femenino más representativa. El 36.36% de los fumadores consumían alcohol de forma habitual. Tras analizar estos datos, volvimos a encontrar diferencias significativas entre varones y mujeres en el consumo de tabaco y alcohol durante la adolescencia (P<0,05). Destacar que, los varones y las mujeres adolescentes que realizan alguna práctica deportiva manifiestan un menor consumo de tabaco y alcohol que aquellos inactivos físicamente.
Existen diferencias significativas en el consumo de tabaco y alcohol, y la práctica deportiva según el sexo y la edad (P<0,001), de forma que los varones y las mujeres de mayor edad presentan un menor nivel de actividad física y a su vez, un mayor consumo de tabaco y alcohol.
En la población estudiada, la puntuación media del índice de Kidmed obtenida ha sido de 6.28, por lo que según la clasificación del referido índice se ubica a nuestra población en una dieta de calidad media. Al realizar una diferencia entre patrones de sexo, se ponen de manifiesto diferencias estadísticas importantes entre ambos (p<0.05). Así el sexo masculino presenta puntuaciones superiores (6.63) al sexo femenino (5.93), pero todos mantendrían su patrón de dieta de calidad mediterránea media.
No sólo hemos encontrado diferencias en relación al género sino también en cuanto a porcentajes de cada una de las categorías, que el caso del porcentaje de dieta óptima el valor obtenido por los adolescentes es superior al de las mujeres. Continuando con el análisis de datos, obtenemos que el 13,4% de la totalidad de la muestra, tenían un valor del Índice de Kidmed muy bajo, un 52,4% medio y el 34,2% alto. (Tabla 2). El 75,3% de los consumidores de hábitos tóxicos presentaban una adherencia media-baja a la dieta mediterránea.
Índice de Kidmed – Hombres (%) – Mujeres (%) – Total (%)
0 a 3 – 8,6 – 18,1 – 13,4
4 a 7 – 53,9 – 51 – 52,4
8 a 12 – 37,5 – 31 – 34,2
Tabla 2. Adherencia a la Dieta mediterránea
Conclusiones
Los resultados obtenidos en cuanto a la práctica deportiva, nos muestran a un 32.9% de los adolescentes como activos físicamente, existiendo diferencias significativas entre ambos sexos, coincidiendo con diversos estudios tanto nacionales como en Estados Unidos, en los que se presentan porcentajes similares a los obtenidos en nuestro estudio.
En cuanto al consumo de tabaco y alcohol, el 10.75% de los adolescentes son fumadores habituales, y el 23.12% ingieren alcohol asiduamente; en ambas situaciones, con más frecuencia las chicas que los chicos. Según la Encuesta Nacional de Salud 2014, Las mujeres del grupo de 15 a 24 años han pasado de fumar el 21% en 2011 al 15,5% en 2014, mientras que en los hombres de este grupo ha descendido también, pero solo un punto porcentual (de 22,5% a 21,6%).
En cuanto al consumo de alcohol, los resultados por sexo para aquella población que ha consumido alcohol de manera intensiva al menos una vez durante el último mes se establecen que en varones entre 15 y 24 años, el consumo mensual está en torno al 20%, y en mujeres casi alcanza el 10% en la misma franja de edad, y bajando de forma escalonada a partir de ella.
Cuando relacionamos la práctica deportiva y el consumo de tabaco y alcohol, observamos una menor propensión al consumo de drogas legales o incluso a no tomarlas por parte de aquellos adolescentes que realizaban deporte. Un 82.17% de los adolescentes deportistas, refirieron no fumar frente al 59.71% de los sedentarios. Estos datos, reflejan la existencia de una relación estadísticamente significativa entre la práctica deportiva y el consumo de tabaco y alcohol, coincidiendo con otros estudios nacionales.
Para la valoración de calidad de la dieta mediterránea actualmente, disponemos del Test de Kidmed, cuestionario de fácil cumplimentación por parte del encuestado e interpretación por parte del encuestador; pudiendo así elaborar los grupos mencionados anteriormente de los principios que sustentan el patrón de la Dieta Mediterránea.
Se trata de un cuestionario muy útil, porque por un lado nos permite, de forma inmediata conocer los hábitos alimentarios poco saludables de la población que estudiemos y por otro lado, porque según indican los estudios, a mayor puntuación, nos garantizamos un aporte de nutrientes en cantidades y proporciones correctas.
De la población total encuestada, el 34,2% muestra una calidad alimentaria compatible con la Dieta Mediterránea, presentando una alta adherencia a la misma. Por lo tanto, más del 65% de los estudiantes de ESO y Bachillerato estudiados, presentaba una adherencia media o baja a la dieta mediterránea, por lo tanto, sería necesario, mejorar sus hábitos alimentarios para asemejarlos más a la Dieta Mediterránea.
Todos estos resultados, manifiestan la necesidad de adoptar medidas para promocionar hábitos de vida saludables, Para ello sería necesario la integración de programas de educación nutricional que teniendo en cuenta el contexto social del adolescente, pudieran conseguir que llevaran a cabo una alimentación saludable, intentando mantener unos hábitos dietéticos tradicionales, haciéndolos compatibles con los nuevos estilos de vida.
A su vez, promoviendo el consejo dietético desde Atención Primaria y desarrollando programas de nutrición para integrarlos como educación reglada en los centros, para de tal forma, cuando los adolescentes acabaran sus estudios, tuvieran en sus manos la posibilidad de promover la salud en sus entorno. Promocionar la actividad física a la vez que erradicar el consumo de tabaco y alcohol, ya que se ha demostrado que la práctica de ejercicio, la dieta y el consumo de tabaco y alcohol están relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la obesidad, diabetes, enfermedad coronaria, osteoporosis y cáncer.
Se deben incluir programas de educación sanitaria que informen de los peligros del consumo de drogas, y fomentar el ejercicio físico, contribuyendo así a mejorar su autoestima y formar su personalidad. Hacer un mayor hincapié en las chicas por al ser el grupo con un mayor consumo de tabaco y alcohol a la vez que menos activo físicamente.
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