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El autocuidado de los estudiantes universitarios y el consumo de azúcar

El autocuidado de los estudiantes universitarios y el consumo de azúcar

Autora principal: Elizabeth Verde Flota

Vol. XVII; nº 23; 918

Self-care of university students and sugar consumption

Fecha de recepción: 06/11/2022

Fecha de aceptación: 05/12/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 23 Primera quincena de Diciembre de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 23; 918

Autores:

Elizabeth Verde Flota*

Enrique Cerón Ferrer**

Angélica María Gaona Rivera***

* Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad-Xochimilco, Ciudad de México, México.

** Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad-Xochimilco, Ciudad de México, México.

*** Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad-Xochimilco, Ciudad de México, México.

Resumen

El autocuidado constituye, en gran medida, una estrategia para conservar la salud, que contribuye a que la persona sea en gestor de su propio cuidado. Se ha visto que los adultos jóvenes universitarios, tienden a tener un comportamiento alimentario inadecuado, y generalmente este asociado a una ganancia de peso, pero por otro lado a largo plazo puede contribuir como factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles. Es por ello que este trabajo se planteó como objetivo identificar el hábito de consumo de azúcar que realizan los estudiantes universitarios para establecer intervenciones educativas que permitan incidir en su autocuidado. Como metodología se realizó un estudio cuantitativo descriptivo y transversal, con una muestra de n= 1402 alumnos. Aplicación de un instrumento de análisis de 25 preguntas cerradas, validado con una alfa de Cronbach 0.96, para identificar los hábitos de consumo de los estudiantes. Como resultado la mayoría de los participantes tenían entre 19 y 20 años (29.2%). Existió predominio de participantes del sexo femenino (56%) en relación con el masculino (44%). Se identificó que, a pesar de no tener hambre, piensan en comer azúcar o postres en un 31.9% algunas veces,11.9% casi siempre y 6.1% siempre. Respecto al consumo de bebidas azucaradas 20.5% mencionó casi siempre y 7.3%   siempre. Conclusión, los resultados permitirán orientar la intervención educativa relacionada con la prevención de enfermedades crónicas no trasmisibles que se abordan desde la consultoría de enfermería y que coadyuven a mejorar su autocuidado de los universitarios.

Palabras clave: consuno de azúcar, autocuidado, estudiantes, enfermedades crónicas no transmisibles, intervención educativa.

Summary

Self-care constitutes, to a large extent, a strategy to preserve health, which helps the person to be the manager of their own care. It has been seen that young university adults tend to have inadequate eating behavior, and it is generally associated with weight gain, but on the other hand, in the long term, it can contribute as a risk factor for the development of chronic non-communicable diseases. That is why this work was proposed as an objective to identify the habit of sugar consumption carried out by university students to establish educational interventions that allow influencing their self-care. As a methodology, a descriptive and cross-sectional quantitative study was carried out, with a sample of n= 1402 students. Application of an analysis instrument of 25 closed questions, validated with a Cronbach’s alpha 0.96, to identify the consumption habits of the students. As a result, most of the participants were between 19 and 20 years old (29.2%). There was a predominance of female participants (56%) in relation to the male (44%). It was identified that, despite not being hungry, they think about eating sugar or desserts in 31.9% sometimes, 11.9% almost always and 6.1% always. Regarding the consumption of sugary drinks, 20.5% mentioned almost always and 7.3% always. Conclusion, the results will guide the educational intervention related to the prevention of chronic non-communicable diseases that are addressed from the nursing consultancy and that help improve self-care of university students.

Keywords: sugar consumption, self-care, students, chronic noncommunicable diseases, educational intervention.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses

La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

El autocuidado constituye, en gran medida, una estrategia para conservar la salud, propiciando que la persona sea en gestor de su propio cuidado. Lo anterior puede ser llevado a cabo desde la promoción de la salud y la prevención de conductas no saludables, de tal manera que la persona adquiera control de sí misma, además Cancio-Bello et al. (2020) mencionan que los jóvenes universitarios asocian el autocuidado con una decisión ética, destacando la pertinencia de que los profesionales de la salud formen competencias para el acompañamiento de las personas en la toma de decisiones y no solo en aplicar conocimientos especializados (Galdames et al. 2019) considerando que el cuidado va a depender en cierto grado de la madurez de la persona.

Los hábitos de autocuidado que suelen verse más afectados son los asociados con el comportamiento alimentario de los estudiantes (Sánchez et al., 2020), y generalmente se encuentra asociado a una ganancia de peso, lo que puede ocasionar que se generen factores de riesgo para enfermedades metabólicas entre otras en la edad adulta (Escobar et al., 2018). Los universitarios se encuentran en una etapa donde suelen consolidar sus hábitos alimentarios, ya que estos pueden estar influenciados por la moda, basados en la alimentación iniciada en su infancia y adolescencia, o suelen realizar cambios para mejorar su salud y apariencias (De Piero et al., 2015).

En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre COVID-19, se reportó de forma general que predominaba el consumo de alimentos no recomendables con baja calidad nutricional, más de nueve de cada 10 adolescentes consumió bebidas endulzadas, prefiriendo ésta sobre el consumo de agua simple. Además, se señala el consumo de botanas, dulces y postres, cereales dulces y comida rápida con porcentajes similares de consumo lácteos y verduras o huevo; situación que no es deseable ni compatible con un estado de salud adecuado. Por otro lado, para el consumo de grupos no recomendados en personas mayores de 20 años se encontraron las bebidas endulzadas (86.7%), seguido del grupo de cereales dulces (35.9%) y el grupo de botanas, dulces y postres (29.8%) (Shamah-Levy et al., 2021).

De acuerdo a lo anterior es importante identificar la frecuencia de consumo de alimentos no recomendados por su baja calidad nutricional (azúcar) en los jóvenes universitarios con la finalidad de realizar intervenciones educativas que coadyuven a mejorar su autocuidado desde el proyecto de Consultoría de enfermería para el autocuidado del alumno que se realiza en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X)

Objetivo

Identificar el hábito de consumo de azúcar que realizan los estudiantes universitarios para elaborar intervenciones educativas que permitan mejorar su autocuidado.

Metodología

Se trata de un estudio cuantitativo descriptivo y transversal. El universo de trabajo fue 14,007 alumnos inscritos en las divisiones de la universidad: Ciencias Biológicas y de la Salud, Sociales y Humanidades y Artes para el Diseño en el trimestre otoño del año 2020 y seleccionando una muestra a conveniencia de las 18 licenciaturas que ofrece la universidad, n= 1402, con un nivel de confianza de 95% y un margen de error 3%,

A la muestra se le aplicó un instrumento validado con una alfa de Cronbach 0.96, consta de 2 apartados y 25 ítems. El primero son datos sociodemográficos como 1. Licenciatura a la que pertenecen, 2. Edad y 3. Sexo; el segundo consta de 22 ítems con opción de respuesta en escala tipo Likert donde 1= Nunca, 2= Casi nunca, 3= Algunas veces, 4= Casi siempre y 5= Siempre. Como criterios de inclusión se seleccionaron aquellos instrumentos que incluyeran la autorización mediante el consentimiento informado.

Resultados

Se contó con la participación de las 18 licenciaturas pertenecientes a las tres divisiones de la (UAM-X), donde colaboraron los estudiantes de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud (45.2%), seguido por Ciencias y Artes para el Diseño (31.7%) y Ciencias Sociales y Humanidades (23.1%) Ver gráfica 1 y 2. (Al final del artículo).

La mayoría de los participantes contaban al momento de encuestarlos con los siguientes porcentajes de edades: 19 y 20 años (29.2%), 21 y 22 (28.5%) y 20.9%, 23 y 24 años, 17.9% mayores de 25 y 3.5% entre 17 y 18 años. Ver gráfica 3. (Al final del artículo).

Para el segundo apartado se tomaron en consideración 10 ítem para la investigación, por ello, se reportan los siguientes resultados. El consumo de carbohidratos como pan o galletas le hacía sentir mejor 30.1% comentó que algunas veces, seguido del 25.4% que casi nunca, un 19.4 % informó que nunca le hizo sentir mejor el consumo de carbohidratos, un 16.2% anotó que casi siempre y un 8.9% señaló que siempre el consumir carbohidratos le hizo sentir mejor. Ver gráfica 4. (al final del artículo).

Referente a reducir la cantidad de azúcar que ingieren sin lograrlo., 28.5% comentó que algunas veces lo intentó y un 21.6% que nunca lo intentó. Ver gráfica 5 (al final del artículo).

 Respecto al consumo de azúcar o postres incluso cuando no tiene hambre, el 31.9% comentó que algunas veces lo piensa, 25.3% indicó que casi nunca, 24.8% nunca piensa en consumirlos. Y el 6.1% indicó que siempre piensa en comer azúcar o postres cuando no tenía hambre. Ver gráfica 6 (al final del artículo).

Relacionado con la frecuencia de consumo de postres después de cada comida, 52.1% indicó que casi nunca, 27.3% algunas veces, 10.9% nunca. Ver gráfica 7 (Al final del artículo)

En relación a la ingesta de dulces entre comidas, 37.7% de los alumnos mencionaron que casi nunca los comen, 35.7% algunas veces, 13.1% señaló que casi siempre, 10.7% nunca y el 2.8% indicó que siempre come dulces entre comidas Ver gráfica 8. (Al final del artículo)

El resultado de la pregunta ¿Ingieres azúcar durante las clases? El 35.4% los consume algunas veces, 30.2% casi nunca, 18.2% casi siempre y 10.6% nunca consumen dulces durante las clases, 5.6% siempre lo realiza. Ver gráfica 9 (al final del artículo).

Con respecto al porcentaje de consumo de bebidas azucaradas tales como jugos, zumos y refrescos, es el siguiente: 35.4% refirió consumirlo algunas veces, 28.3% casi nunca, 20.5% casi siempre, 8.5% consumen bebidas azucaradas y 7.3% respondió que siempre las consumen. Ver gráfica 10 (al final del artículo)

De acuerdo a los porcentajes, no consumo y ansiedad, 47.6% mencionó que no existe una relación entre no consumir productos azucarados y la ansiedad, 27.6% casi nunca, 16% algunas veces no consumirlos le producen ansiedad, 6% casi siempre y 2.8% siempre le generan ansiedad. Ver gráfica 11 (al final del artículo)

En cuanto a la ingesta de azúcar en la niñez muestra lo siguiente, si no se le proporcionaban postre, 48.4% indicó que esto nunca ocurrió, 26.6% casi nunca, 14.9% algunas veces, 6.5% señaló que casi siempre se irritaba y 3.6% siempre se enojaba cuando no se le proporcionaba postre Ver gráfica 12 (al final del artículo).

Utilizas sustituto de azúcar, 59% nunca, 18.2% señaló casi nunca, 12.8% algunas veces utilizarlo, 6.1% respondió que casi siempre y 3.9% comentó siempre utilizar sustituto de azúcar Ver gráfica 13 (al final del artículo)

Discusión

Más del 25% de los participantes indicaron que el consumir carbohidratos como pan y galletas les hacen sentir mejor, lo que puede estar relacionado con lo señalado por Muñoz-Viquillón et al. (2022) donde se reportó que el 69.8 % de los hombres frente al 41.9 % de las mujeres consumen más alimentos azucarados cuando están estresados, ansiosos, en temporada de exámenes o cuando tienen exceso de trabajo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir la ingesta de azúcar, indicando que no es necesaria desde un punto de vista nutricional, por lo que si se opta por ingerir azúcar libre (glucosa, fructosa, o azúcar de mesa) deben aportar menos del 10% de las necesidades energéticas diarias (OMS, 2016). A pesar de lo anterior, casi el 30% de los participantes siempre o casi siempre intentaron reducir la cantidad de azúcar ingerida sin lograrlo, lo que puede estar asociado a lo mencionado por Abadía et al. (2016), donde señalan que el azúcar estimula áreas del cerebro involucradas en la adicción, por lo que un consumo excesivo puede provocar cambios en el funcionamiento cerebral o signos de abstinencia al eliminar su consumo, lo que podría ocasionar dificultad de reducir la cantidad de alimentos con contenido azucarado (Abadía y García, 2017).

Respecto a consumir alimentos azucarados o postres aun cuando no se tiene hambre, un 18% representó el siempre y casi siempre, lo que puede estar relacionado con lo señalado por Galdames et al. (2019) en 14 adultos jóvenes de distintos ámbitos laborales, señalando que cuando se enfrentan a situaciones de presión académica se “tienen más ganas de comer calorías” sumado a que los jóvenes no consideran el desarrollo de la formación del autocuidado como parte de sus estudios profesionales, justificando y normalizando el tener una alimentación insana.

Cerca del 10% de los participantes señaló consumir postre después de cada comida, caso contrario a lo señalado en una investigación realizada a una muestra de 300 universitarios, donde el 60.3 % indicó consumir postres en cualquier hora del día y con relación a la frecuencia de consumo semanal 1.7% mencionó hacerlo siempre, 7.7% casi siempre y 57.7% lo hace ocasionalmente (Tec A, 2017).

En correspondencia con el consumo de dulces entre comidas, 2.8% indicó que siempre y 13.1% casi siempre lo consume, en contraste con lo mencionado por Oliveira et al. (2021), donde identifica que el 6.3% lo realiza todos los días y 32.03% de 2 a 4 veces por semana.

Con respecto a la información obtenida sobre la ingesta de dulces durante las clases, 5.6% siempre y 18.2% casi siempre, lo que difiere con lo reportado en el estudio, el comportamiento de los estudiantes universitarios ante el consumo de azúcar por Muñoz-Viquillón et al. (2022), donde indica un aumento del consumo de azúcar, sobre todo cuando estudian, 66.9% hombres y 51.1% las mujeres.

De acuerdo al consumo de bebidas azucaradas, 7.3% respondió que siempre las ingieren y 20.5% casi siempre, en comparación con una muestra de 1138 jóvenes universitarios donde señala Gómez-Miranda et al. (2015), la frecuencia de consumo de jugo de frutas 59% y refrescos 57% más de una vez a la semana. Situación que sugiere de intervención educativa pues como menciona Cabezas-Zabala et al. (2016), el consumo ocasional de bebidas azucaradas como refrescos por parte de los adultos aumenta en un 15% la probabilidad de padecer sobrepeso y obesidad; si el consumo corresponde a más porciones diarias, la cifra aumenta a 27%.

La relación de no consumir dulces y si esto ocasiona ansiedad, 2.8% respondió que siempre y 6% casi siempre, lo cual puede relacionarse con lo reportado por Ramón et al. (2019), donde señala que el consumo excesivo de dulces se asoció a un mayor riesgo de sufrir ansiedad, estrés, depresión e insomnio.

Los datos obtenidos revelan que en la niñez el 3.6 de los encuestados siempre se disgustaban si no se le proporcionaba postre y 6.5% casi siempre. Lo cual va en relación con lo reportado en un estudio presentado en 2018 que aborda el consumo de grupos de alimentos y factores sociodemográficos en población mexicana, donde estiman que desde la infancia se expone al consumo de alimentos no recomendados, señalados para la población preescolar de 1 a 4 años y escolar de 5 a 11, 62.5% de los preescolares y 61.9% de los escolares consumían botanas, dulces y postres, que están asociados con el incremento de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades crónicas (Gaona-Pineda et al., 2018).

Respecto a utilizar algún sustituto de azúcar 3.9% comentó siempre y 6.1% casi siempre, caso contrario a lo obtenido de una muestra conformada por 1224 estudiantes universitarios de Latinoamérica de distintas carreras, como derecho, ingenierías, educación y salud; indicando que más del 80% de los estudiantes consumen al menos un producto con edulcorante diariamente (Durán et al., 2015). Situación que puede reflejar que en México este sector de población no considera el consumo de edulcorantes por el coste del mismo.

Conclusiones

Conocer el hábito de consumo de azúcar que realizan los estudiantes universitarios, permite realizar una intervención educativa (IE) basada en las áreas de oportunidad detectadas, ya que los datos forman parte del diagnóstico de necesidades para la construcción de la IE. Como se ha descrito la alimentación es uno de los principales factores de riesgos relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, la importancia de incidir en los adultos jóvenes para que a la par de su desarrollo profesional puedan realizar actividades que coadyuven a desarrollar capacidades de autocuidado tanto en su alimentación como en las líneas que se abordan desde la consultoría de enfermería para el autocuidado del alumno (salud sexual y reproductiva, y  prevención de consumo excesivo de alcohol).

Ver anexo

Referencias Bibliográficas

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Electrónicas

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