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El cáncer colorrectal y su relación con la microbiota intestinal

El cáncer colorrectal y su relación con la microbiota intestinal

Autora principal: Claudia García Cardenal

Vol. XV; nº 10; 390

Colorectal cancer and its relationship to intestinal microbiota

Fecha de recepción: 09/03/2020

Fecha de aceptación: 22/05/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 10 –  Segunda quincena de Mayo de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 10; 390

AUTORES:

  • Claudia García Cardenal

Grado en Enfermería, Universidad de Ciencias de la Salud, Zaragoza, España.

Máster Oficial en: Nutrición y Salud en la Universidad Oberta de Cataluña, España.

Enfermera de quirófano del Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

  • Daniela Blasco Alquézar

Grado en Enfermería, Universidad de Ciencias de la Salud, Zaragoza, España.

Enfermera de plantas quirúrgicas del Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

  • Benjamín Gaya-Sancho

Grado en Enfermería, Universidad de Ciencias de la Salud, Zaragoza, España.

Doctor en Biomedicina por la Universidad de Granada, España.

PDI en Universidad San Jorge, Zaragoza, España.

  • Esther Herce Postigo

Grado en Enfermería, Universidad de Ciencias de la Salud, Zaragoza, España.

Enfermera de quirófano del Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza, España.

1.     RESUMEN

A pesar del éxito de la colonoscopia, el cáncer colorrectal (CCR) es una de las principales causas de mortalidad por cáncer en el mundo occidental. La tasa de supervivencia depende en gran parte del estadio en el que se detecte la enfermedad. Por este motivo es de vital importancia descubrir nuevas pruebas para el diagnóstico precoz que resulten menos invasivas y nos ayuden a mejorar el screening de esta enfermedad.

Por ello se ha querido realizar una revisión bibliográfica en diferentes bases de datos acerca de la estrecha relación que guarda la microbiota intestinal con el CCR y así, poder describir las diferencias encontradas en la composición bacteriana de la microbiota intestinal entre pacientes con CCR y pacientes sanos.

Después de analizar estos estudios se ha llegado a la conclusión de que innegablemente el papel de la microbiota en el CCR es cada vez más evidente y representa un nuevo enfoque hacia el descubrimiento de nuevas pruebas de detección precoz de la enfermedad.

En cuanto a nuevos tratamientos, tanto la dieta, el trasplante fecal como el tratamiento con probióticos y prebióticos son actualmente la línea de investigación para la modulación de la microbiota intestinal humana, pero es necesario realizar estudios que describan el papel de bacterias más específicas tanto en la prevención como en el desarrollo del CCR.

Palabras clave: microbiota, detección, cáncer, disbiosis, intestinal.

  1. ABSTRACT

Despite the success of the colonoscopy, colorectal cancer (CRC) is one of the main causes of mortality caused by cancer in the western world. The survival rate largely depends on the stage in which the disease is detected. For that reason, it is particularly important to discover new tests for the early diagnosis. In addition, these tests must be less invasive and must help to improve the screening for this disease.

Because of that, a bibliographic review has been carried in different databases about the close rapport between the intestinal microbiota and the CRC. In that way, the differences found in the bacterial composition of the intestinal microbiota among patients with CRC and healthy patients have been described.

After analyzing these studies, it has become clear that the role of the microbiota in the CRC is undeniably becoming ever more evident. It also represents a new approach to the discovery of new tests for early detection of the disease.

In terms of new treatments, the diet, the fecal transplant and the probiotics and prebiotics treatments are nowadays the line of research for the modulation of the human intestinal microbiota. Nevertheless, some studies are required to describe the role of more specific bacteria, both in the prevention and the CRC development.

Keywords: microbiota, detection, cancer, dysbiosis, intestinal.

2.     INTRODUCCIÓN

El cáncer colorrectal (CCR) es uno de los tres cánceres más diagnosticados (más de 1 millón de nuevos casos/año) y con mayor mortalidad en el mundo (más de 690.000 muertes/año). 1, 3-9, 13-15, 23,25

En EEUU, el CCR es la segunda causa de mortalidad por cáncer y el tercer cáncer más diagnosticado. En general, el riesgo de padecer cáncer colorrectal en el transcurso de la vida es de aproximadamente 1 en 21 (4.7%) para los hombres y de 1 en 23 (4.4%) para las mujeres. 6, 77

La tasa del CCR es mayor en los países desarrollados y a pesar del éxito de la colonoscopia, su incidencia está aumentando en algunos países en desarrollo y recién industrializados. 4, 16, 18

Según los autores Osorio et al. (2012) y Vatandoost et al. (2016), la supervivencia de esta enfermedad está directamente relacionada con la etapa en la que se encuentra el CCR en el momento del diagnóstico. Por ello es de vital importancia poder realizar un diagnóstico precoz. 22, 23

El problema radica en que las pruebas más eficaces utilizadas para su diagnóstico como la colonoscopia o la sigmoidoscopia son pruebas caras e invasivas y en algunos países no son tan empleadas. 26

Por otro lado, la prueba de sangre oculta en heces (FOBT) es la prueba estándar de cribado no invasivo pero tiene una menor sensibilidad y especificidad. 12 Por esta razón existe una necesidad urgente de descubrir nuevas técnicas que no supongan un gran coste y no resulten tan invasivas, y así poder combinarlas y realizar un screening en etapas tempranas de la enfermedad. 5,13

En los últimos años se ha observado que la composición de la microbiota intestinal está estrechamente relacionada con el desarrollo de esta enfermedad. Además, según los estudios de Wang et al. (2012), Zeller et al. (2014), Qingchao et al. (2014), Ohigashi et al. (2013), Vogtmann et al. (2016), Wu et al. (2013), Fauzi et al. (2017) y Sinha et al. (2016), se ha demostrado que la composición de la microbiota intestinal en individuos con CCR difiere de la de individuos sanos. 3, 12, 15, 17, 20, 21, 24, 27

Esta revisión proporciona un resumen sobre el papel que desempeña la microbiota intestinal en el CCR y explora su posible utilidad en el futuro a la hora de realizar un diagnóstico precoz.

3.     OBJETIVOS

3.1  Objetivo general:

  • Realizar una revisión bibliográfica acerca de la estrecha relación que guarda la microbiota intestinal con el CCR.

3.2  Objetivos específicos:

  • Describir las diferencias encontradas en la composición bacteriana de la microbiota intestinal entre pacientes con CCR y pacientes sanos.
  • Encontrar una posible utilidad clínica de estos hallazgos.

4.     METODOLOGÍA

En primer lugar, se ha realizado una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos limitando los años de publicación.

De todos los artículos encontrados se han seleccionado 27 artículos científicos revisados por expertos, los cuales han sido estudiados en profundidad.

A partir de estos, se han revisado otros 57 estudios científicos que tratan el tema que nos aborda. También se han consultado dos páginas web. 28, 77

Con toda esta información recogida se ha realizado una revisión bibliográfica sobre la incidencia del CCR a nivel mundial, su relación con la microbiota intestinal y las diferencias bacterianas que se han encontrado en pacientes con CCR y pacientes sanos.

Una vez revisados estos estudios se ha podido elaborar una tabla que resume los resultados encontrados en esta revisión y que simplifica la relación hallada entre las diferentes bacterias intestinales y el CCR. (Ver tabla nº1: Bacterias influyentes en el CCR y su relación con la microbiota intestinal).

Con este estudio se pretende conseguir un mayor conocimiento de la situación actual en la investigación del papel de la microbiota en el CCR así como encontrar una utilidad futura en la detección precoz de esta enfermedad.

5.     RESULTADOS DE LA REVISIÓN

El colon normal mantiene un continuo estado de inflamación de bajo grado en respuesta a la presencia de bacterias endógenas y antígenos dietéticos. Bajo condiciones fisiológicas normales, esta inflamación de bajo grado se mantiene por los componentes de los sistemas inmunitarios innatos y adaptativos que contribuyen a la homeostasis entre mediadores proinflamatorios y mediadores anti-inflammatorios .1

La interrupción de esta homeostasis por parte de los mediadores inflamatorios puede contribuir a la inflamación crónica y como consecuencia a un mayor riesgo de CCR.    1, 4, 6, 86

5.1. Con respecto a la dieta:

Aunque la herencia está fuertemente asociada con algunas formas de CCR, la dieta es considerada un factor de riesgo muy importante por muchos investigadores.

Esta tiene un impacto importante en la composición y actividad de las bacterias intestinales. Algunos estudios como el de Wang et al. (2012), han atribuido una incidencia de hasta un 80% de CCR a factores dietéticos en las poblaciones occidentales. 3

Un estudio de Walker et al. (2011), en el que los seres humanos fueron colocados en dietas estrictamente controladas, reveló cambios marcados y reversibles en la microbiota. 58

Existen estudios como el de Flood et al. (2000), Moradi et al. (1998), McMichael  et al. (1988) y Yavari et al. (2006), que muestran que las tasas de cáncer en inmigrantes coinciden en poco tiempo con las tasas de su país actual de residencia, incluso cuando vinieron de un país con una tasa inferior de cáncer. Por este motivo, ya que los genes no cambian en un periodo de tiempo tan corto, se piensa que la dieta, que es un factor que cambia con la migración, puede ser un contribuidor importante en el desarrollo del CCR. 29, 30, 68, 69

Hasta hace poco, el CCR era casi exclusivamente un problema de salud pública en los países industrializados, pero ahora también se ha convertido en un problema en los países emergentes debido al crecimiento económico.

La adopción de un estilo de vida occidentalizado, el aumento del consumo de carne roja, dietas altas en calorías y el aumento de la esperanza de vida en estos países han contribuido al aumento de la incidencia de la CCR. Además, estos países tienen una mayor mortalidad debido a la falta de recursos sanitarios. 4, 18

En el estudio de Schulz et al. (2014), se ha demostrado que el consumo de una dieta alta en grasas (HFD) induce a la progresión del tumor en el intestino de ratones genéticamente susceptibles, independientemente de la obesidad. 59

La relación entre dieta y el CCR puede explicarse, en parte, por las actividades de la microbiota intestinal. Los principales componentes de la dieta, hidratos de carbono, proteínas y grasas, se someten a la digestión bacteriana para generar subproductos, algunos de ellos con actividad potencialmente carcinógena. 1

Una de las principales funciones de las bacterias en el colon es la fermentación de los residuos no digeribles, como la fibra dietética.

Los resultados de Bingham et al. (2003) concluyeron que la dieta alta en fibra conduce a una reducción del 40% del riesgo de desarrollar cáncer de colon. 61

Algunas especies bacterianas que residen en el colon metabolizan sustancias fitoquímicas presentes en verduras, frutas y alimentos que contienen fibra. Estos fitoquímicos pueden regular la expresión y actividad de las enzimas que median las respuestas inflamatorias. Por ejemplo, los ácidos fenólicos inhiben la actividad de la ciclooxigenasa 2 (COX2) y reducen la inflamación intestinal. 10

 Las bacterias del colon también se encargan de la fermentación de carbohidratos tales como celulosa, almidones resistentes, pectinas y gomas. Esta fermentación conduce a la generación de ácidos grasos de cadena corta (SCFA) como el butirato, que muestra un efecto protector contra el desarrollo del CCR. 1, 6

Una dieta rica en fibra da lugar a un aumento significativo de SCFAs, con una consiguiente reducción del pH intestinal, que favorece la fermentación del colon, previene la colonización de patógenos y disminuye la absorción de carcinógenos. 67

Apoyando esta teoría, un estudio de Ohigashi et al. (2013) mostró que los niveles SCFAs estaban disminuidos y el Ph elevado en pacientes con CCR. 17

También es muy importante conocer el papel del butirato ya que promueve las funciones del intestino tales como modulación de la motilidad colónica, mayor flujo de sangre visceral y la prevención del sobrecrecimiento de patógenos potenciales. 10

Aune et al. (2011) demostraron que el consumo de almidones resistentes (RS), que promueven la producción de butirato en el colon, es un factor protector contra el desarrollo de cáncer de colon. 60

Se han hecho estudios como el de Wang et al. (2012), Zhu et al. (2014), Balamurugan et al. (2008) y Hirayama et al. (2009), (tanto en ratas como en humanos), comparando la composición microbiana del intestino de sujetos con CCR y sujetos sanos, y se ha identificado un desequilibrio estructural de la microbiota intestinal, representada por la reducción de bacterias productoras de butirato y el aumento de patógenos oportunistas, que puede ser una característica importante del CCR. 3, 15, 41, 53

Otro estudio de O’Keefe et al. (2009) comparó el contenido colónico de poblaciones saludables con alto y bajo riesgo de cáncer de colon, y demostró que el colon rico en SCFAs y butirato (producciones bacterianas anticancerosas) era mayor en poblaciones de bajo riesgo que en poblaciones de alto riesgo. 63

Muchos de los productos finales del catabolismo proteico son mutagénicos y genotóxicos y se asocian con el desarrollo del CCR a través de mutaciones genéticas.

El alto contenido de grasa animal, carne roja, carne procesada y dieta baja fibra (baja ingesta de frutas y verduras) en los países occidentales podría aumentar el riesgo de cáncer de colon, posiblemente aumentando los ácidos biliares secundarios. 1, 3, 4, 6

Según el artículo de Serban (2014), los altos niveles de ácidos biliares fecales (FBA) se han asociado con mayor riesgo de CCR en los humanos. 9

Esta correlación apoya la idea de que a largo plazo los cambios en nuestra dieta influyen en el riesgo de padecer CCR.

La mayoría de los estudios revisados sugieren que subproductos de metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas pueden contribuir a la carcinogénesis colorrectal a través de una variedad de mecanismos.

5.2. Con respecto a la microbiota intestinal:

El intestino humano es el hogar de complejas y diversas comunidades que desempeñan un papel muy importante en la salud y la enfermedad. Constituye una barrera de defensa natural a la infección. Además, la microbiota está implicada en numerosas funciones protectoras, estructurales y metabólicas en el epitelio intestinal y juega un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis intestinal. 1, 2, 11, 21

La microbiota se adquiere durante las primeras etapas de la vida y madura sobre todo durante los dos primeros años. Después de las etapas iniciales, la microbiota se estabiliza y mantiene una composición constante, a pesar de algunas fluctuaciones. En los ancianos, la composición de la microbiota cambia gradualmente, pero suele mantener funciones fisiológicas similares. 2

La adquisición temprana de una microbiota diversa y equilibrada es fundamental para el desarrollo y la maduración del sistema inmunológico. Esta microbiota difiere entre individuos.

Según el artículo de Bultman (2017), algunos estudios como el de David et al. (2014) o Faith et al. (2013) sobre el microbioma humano, catalogan la diversidad y abundancia de bacterias en muestras de heces o mediante biopsias de mucosa obtenidas por endoscopia y demuestran que el microbioma intestinal humano es relativamente estable en el tiempo en los individuos, excepto en el caso de eventos particulares como la intoxicación alimentaria, la infección o los viajes internacionales. 4, 82, 83

5.3. Relación de la microbiota con el cáncer colorrectal

La primera observación de la relación entre la microbiota intestinal y el CCR fue la de Weisburger et al. (1975), en ratas libres de gérmenes. 45

Después estos resultados han sido reproducidos en ratones predispuestos al CCR por Li et al. (2012) y  Vannucci et al. (2008). 46, 47

Dos estudios realizados por Couturier-Maillard et al. (2013) y Hu et al. (2013) en ratones, analizaron las alteraciones en las respuestas inmunes e inflamatorias y sugirieron que la disbiosis podría ser suficiente para promover el cáncer. 11, 48

Como la mayoría de los casos de CCR se cree que son de carácter esporádico más que debido a la herencia (sólo en un 5-15% están involucrados los factores genéticos), los factores de riesgo ambientales han sido investigados durante mucho tiempo, pero recientemente se han considerado los microbios del intestino como posibles promotores del cáncer. 12, 16

  • Bacterias influyentes en el CCR:

Streptococcus bovis:

Fue de las primeras bacterias asociadas indirectamente con el CCR. El estudio de Boleij et al. (2011),  ha demostrado que en particular S. Bovis de biotipo I tiene una asociación inequívoca con el CCR. 39

El hecho de que el aumento de S. bovis probablemente ocurre en una etapa temprana en la carcinogénesis colorrectal podría conducir a su uso para la detección temprana del CCR.

Helicobacter pylori:

El papel de H. pylori en la carcinogénesis colorrectal sigue siendo polémico debido a las diferencias entre los estudios con respecto a las cepas de H. pylori y sus factores de virulencia específicos. Según los artículos de Gagnière et al. (2016) y Sun et al. (2016), se ha observado un papel carcinogénico de H. pylori en una etapa temprana de la carcinogénesis. 2, 6

Bacteroides fragilis:

Hasta la fecha existen pocos datos en seres humanos que apoyen una asociación de enterotoxigénica B. fragilis (ETBF) con cáncer colorrectal.

Toprak et al. (2006) han demostrado en su estudio que el 38% de las muestras fecales de pacientes con cáncer eran positivas al gen de la ETBF mientras que sólo el 12% de las muestras de los pacientes control eran positivas. 49

Enterococcus faecalis:

Algunos estudios, como el de Wang et al. (2012) y Balamurugan et al. (2008), han encontrado una existencia significativamente mayor en poblaciones fecales de E. faecalis en pacientes con CCR en comparación con controles sanos. 3, 41

Fusobacterium nucleatum:

Es una bacteria patógena gram-negativa anaerobia que recientemente ha emergido como una candidata potencial para ser susceptible a presentar CCR. 6

Se detecta hasta en un 80% de las muestras de tumor. La mayor colonización colónica de esta especie se ha correlacionado con la etapa del CCR. 2

Un creciente número de estudios como el de Zeller et al. (2014), Marchesi et al. (2011), Kostic et al. (2012) o Castellarin et al. (2012), han demostrado una sobrerrepresentación de las secuencias de F. nucleatum en el CCR. 12, 34, 50, 51

A pesar de estos resultados, si esta asociación está involucrada en la carcinogénesis colorrectal, o simplemente es el resultado del microambiente del tumor, sigue siendo el objetivo de investigación para otros estudios.

Escherichia coli:

Son bacterias Gram-negativas que se encuentran en la flora intestinal normal. Sin embargo, varios estudios como el de Martin et al. (2004) o Arthur et al. (2012), han demostrado un vínculo claro entre la mucosa adherente a E. coli y el CCR, esto podría servir como factor pronóstico. 43, 44

Los primeros estudios de Swidsinski et al. (1998) también descubrieron una asociación entre la abundancia de Escherichia coli y el cáncer. 32

Salmonella entérica:

Es una bacteria anaerobia, gram-negativa y un patógeno intracelular para humanos y animales, planteando un problema de salud pública importante en todo el mundo.

Los estudios de Ternhag et al. (2008) y Jess et al. (2011) han encontrado que la probabilidad de un nuevo diagnóstico de EII aumenta significativamente en comparación con la población general después de un episodio de infección por Salmonella no tifoidea, particularmente dentro de los primeros 10 años. 84, 85 Aunque los datos que la vinculan directamente con el cáncer colorrectal son todavía limitados.

Kato et al. (2013) han informado que según su estudio, el anticuerpo contra la flagelina de Salmonella ha sido mayor en el CCR y en los casos de pre-cáncer que en los controles, en dos poblaciones distintas en Estados Unidos y los Países Bajos y que la ingesta dietética es uno de los factores que intervienen, apoyando un posible vínculo entre la Salmonella y el CCR. 52

Muchos estudios en humanos como el de Wang et al. (2012), Kostic et al. (2012), Shen et al. (2010), Chen et al. (2012), Feng et al. (2015) y Chen et al. (2013), han demostrado un vínculo entre las bacterias intestinales y CCR. 3, 50, 62, 64 72, 79

Esto sugiere que la composición de la microbiota fecal puede ser un marcador útil para el CCR.

Por ejemplo, según los estudios de Wu et al. (2013), Chen et al. (2012), Marchesi (2011) y Gao et al. (2015), se han observado aumentos en Fusobacterium, Enterococcaceae, Campylobacter, Erysipelotrichaceae, Collinsella, Peptostreptococcus y Anaerotruncus en muestras fecales de pacientes con CCR en comparación con individuos control sanos, frente a una disminución de Faecalibacterium prausnitzii y Roseburia (ambas bacterias productoras de butirato). 21, 64, 70, 71

Además, según Wu et al. (2009), Arthur et al. (2012) y Kostic et al. (2012), se ha demostrado que varios componentes de la microbiota intestinal potencian el desarrollo y la progresión del CCR por una variedad de mecanismos. 42, 44, 50

En los estudios analizados en esta revisión bibliográfica algunas bacterias están constantemente aumentadas en los pacientes con CCR tales como Porphyromonadaceae y sobre todo Fusobacterias, mientras que otras como Bifidobacterium, Lactobacillus, Faecalibacterium, Roseburia y Treponema, están disminuidas.

Uno de los primeros estudios que relacionó las bacterias del intestino con la neoplasia colorrectal se llevó a cabo por Moore et al. (1995). Estos encontraron a través del cultivo de la microbiota fecal humana que Bacteroides vulgatus, Eubacterium spp, Streptococcus hansenii y Faecalibacterium prausnitzii fueron significativamente mayores en las personas con alto riesgo de CCR, mientras que las especies Lactobacillus S06 y Eubacterium aerofaciens fueron significativamente más bajas. 31

Si hablamos de las bacterias que se encuentran disminuidas en el CCR, los estudios de Yusuf et al. (2017) y Gueimonde et al. (2007), también han informado de la disminución del genero Bifidobacterium en los pacientes con CCR. 24, 75

Un estudio de Sobhani et al. (2013) ha demostrado que varias especies de bacterias han sido disminuidas en pacientes con cáncer en comparación con personas sanas como el Bifidobacterium longum, Clostridium clostridioforme, Ruminococcus sp., y Ruminococcus bromii. 76

Con el fin de establecer una relación entre la disbiosis y el CCR, Sobhani et al. (2011) han realizado otra investigación con la microbiota de las heces de pacientes con colon normal y con cáncer. Se ha detectado un cambio en la composición de la microbiota intestinal en los pacientes con CCR. En particular, especies de Bacteroides y Prevotella han sido más abundantes en pacientes con cáncer que en sujetos control. 40

Infinidad de estudios como el de Vogtmann et al. (2016), Wu et al. (2013), Zackular et al. (2014), Feng et al. (2015), Yu et al. (2017), Ahn et al. (2013) y Mira-Pascual et al. (2015), han encontrado que en los casos de CCR es más probable tener niveles superiores de Fusobacterium en comparación con los controles 20, 21, 38, 72-74, 80 mientras que sólo algunos de estos estudios han detectado mayores niveles de Porphyromonas en casos de CCR en comparación con los controles. 21, 38, 72,74

Zhu et al. (2014) han realizado un experimento con ratas y estos han sido sus resultados: 15

La abundancia de Firmicutes ha sido elevada en el lumen de las ratas con CCR. No se han detectado Fusobacterias en ninguna de las ratas sanas. Mientras tanto, Prevotella, Lactobacillus y Treponema, han resultado ser significativamente más abundantes en las ratas sanas que en las ratas con CCR. Además, se ha observado un aumento significativo de Desulfovibrio, Erysipelotrichaceae y Fusobacterium y una disminución de especies de probióticos como Lactobacillus en el grupo de tumor. También han demostrado una reducción significativa de bacterias productoras de butirato como Roseburia y Eubacterium en la microbiota intestinal de las ratas con CCR.

El estudio de Sinha et al. (2016) ha comparado la microbiota fecal en pacientes con CCR y pacientes sanos y se ha asociado el CCR con niveles más bajos de Lachnospiraceae y con niveles más altos de Fusobacterium y Porphyromonas. 27

Otros estudios como el de Baxter et al. (2016) y Chen et al. (2012) también han informado de una abundancia relativa de Bacteroidetes, Streptococcaceae, Fusobacterium, Peptostreptococus, Veillonellaceae, Pasteurellaceae, Porphyromonas, Gemella, Parvimonas y Prevotella en tejidos cancerosos en comparación con el lumen intestinal normal. 26, 64

5.4 Probióticos y Prebióticos y Simbióticos:

Un número de publicaciones recientes como la de Orlando et al. (2013), Azcárate-Peril et al. (2011), Fotiadis et al. (2008), Peitsidou et al. (2012),  han revisado el papel de los probióticos (PRO), los prebióticos (PRE) y los simbióticos (SYN) en el CCR. 54, 55, 56, 57

El estudio de Appleyard et al. (2011) ha demostrado que el consumo de ciertos PRO o PRE, que se han aplicado a diversas condiciones médicas, es capaz de alterar favorablemente los factores previos a la eliminación del CCR. Esto es un enfoque prometedor para la prevención del CCR. 65

Se cree que la combinación de PRO y PRE es más eficiente en comparación con cualquiera de ellos solos, en términos de salud intestinal y su función. 9

Hasta la fecha, ha habido pocos estudios en humanos que apoyen los beneficios de la administración oral de probióticos en poblaciones de alto riesgo de CCR.

A continuación, se ha analizado más profundamente el estudio de Gao et al. (2015) por abordar específicamente el tema que nos ocupa. 16

El objetivo de este estudio ha sido evaluar si los probióticos orales perioperatorios son capaces de alterar la composición microbiana y mejorar la microecología intestinal en pacientes con CCR.

El análisis del presente estudio ha mostrado que la administración de probióticos es capaz de reducir efectivamente las poblaciones patógenas de Fusobacterium y Peptostreptococcus en pacientes con CCR.

6.     DISCUSIÓN

Numerosos estudios han demostrado una asociación entre la disbiosis bacteriana y el desarrollo de CCR. Actualmente, la microbiota del intestino humano y su papel en el CCR y en otras enfermedades es un campo activo de investigación.

Se ha realizado una tabla resumen de los estudios contrastados en esta revisión bibliográfica donde se especifica la bacteria estudiada, su localización, la relación encontrada con sujetos con CCR o sujetos sanos y el estudio de donde se sacó está información. (Anexo 4)

Estos estudios sugieren que las alteraciones que favorecen una mayor abundancia de bacterias potencialmente patógenas y la reducción de las bacterias beneficiosas, se asocian al CCR. Aunque la disbiosis bacteriana se asocia con el CCR, hay información limitada sobre la contribución de las bacterias específicas.

En muchos de estos estudios se evaluó la exposición, es decir, la presencia de bacterias en o después del diagnóstico de la enfermedad. Esto hace difícil establecer la secuencia temporal de los acontecimientos, que vino primero, las bacterias o el cáncer.

Para mostrar un efecto causal directo de disbiosis e inducción de la enfermedad, algunos estudios han inducido la enfermedad mediante la realización de trasplantes de la microbiota. Actualmente es un área de intensa investigación.

7.     CONCLUSIONES

Tras realizar esta revisión bibliográfica se han encontrado datos suficientes que demuestran las diferencias bacterianas en la microbiota intestinal de pacientes con CCR y de pacientes sanos.

Nuestros resultados indican que algunas bacterias son muy significativas ya que están constantemente aumentadas en los pacientes con CCR tales como Porphyromonadaceae y sobre todo Fusobacterias, mientras que otras como Bifidobacterium, Lactobacillus, Faecalibacterium, Roseburia y Treponema, están frecuentemente disminuidas en comparación con los sujetos sanos.

Este vínculo existente entre la microbiota intestinal y la carcinogénesis podría conducir al desarrollo de marcadores de novedoso pronóstico para la prevención del cáncer. De esta manera podrían combinarse los marcadores de la microbiota intestinal junto con la prueba de sangre oculta en heces y conseguir una mayor precisión para identificar a los pacientes que deben someterse a una colonoscopia.

 Así mismo, también hemos llegado a la conclusión de que la microbiota intestinal podría ser el blanco de estrategias terapéuticas innovadoras como por ejemplo los probióticos y prebióticos, la dieta o el trasplante fecal.

Se requiere más investigación para revelar las interacciones de la microbiota con los factores inflamatorios, la dieta y la edad, antes de que se llegue a una conclusión firme.

Conflictos de interés

La autora declara no tener conflictos de intereses financieros ni de otro aspecto.

Ver anexo

8.     BIBLIOGRAFÍA

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