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El control de la diabetes y su impacto en la Economía familiar: percepciones de personas diagnosticadas con este padecimiento

El control de la diabetes y su impacto en la Economía familiar: percepciones de personas diagnosticadas con este padecimiento

Autora principal: Flor Ivett Reyes Guillén

Vol. XVII; nº 20; 811

Diabetes control and its impact on the family economy: perceptions of people diagnosed with this condition

Fecha de recepción: 28/09/2022

Fecha de aceptación: 27/10/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 20 Segunda quincena de Octubre de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 20; 811

Autores:

Flor Ivett Reyes Guillén. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Chiapas. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Socorro Fonseca Córdoba. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Chiapas. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Jesús Miguel Leyva Cervantes. Hospital de la Mujer. Instituto de Salud del Estado de Chiapas. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Declaración de buenas prácticas. Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

Resumen

Objetivo: analizar el impacto del control de diabetes mellitus (DM) desde las percepciones de personas diagnosticadas con este padecimiento. Metodología: La investigación se realizó en Chiapas, México, es exploratoria, descriptiva y transversal. Se utilizó, una encuesta dirigida a pacientes diabéticos, para conocer sus percepciones sobre el gasto personal y familiar en pesos mexicanos, dirigido al tratamiento y control de la DM, así como respecto al acompañamiento y apoyo económico familiar. Resultados: Dentro de los principales hallazgos puede verse el gasto mensual que implica el control por pago directo del peciente ya que, el 34% no cuenta con seguridad social. Así también, la mayoría no tiene acompañamiento (55%) ni apoyo económico familiar (44%). Limitaciones: una revisión más detallada de la adherencia a tratamiento y la economía familiar. Conclusiones: Desde la percepción de personas diagonosticadas con DM2, existe alta vulnerabilidad, económica y de acompañamiento familiar, lo que impacta en el control y prevención de complicaciones.

Palabras clave: Diabetes Mellitus, economía familiar, salud, Chiapas.

Abstract

Objective: to analyze the impact of diabetes mellitus (DM) control from the perceptions of diagnosed people. Methodology: The research was carried out in Chiapas, Mexico, it is exploratory, descriptive, cross-sectional. A survey aimed at diabetic patients was used to find out their perceptions about personal and family spending, in Mexican pesos, aimed at the treatment and control of DM, as well as regarding family financial support and accompaniment. Results: Among the main findings is the monthly expense that implies the control by direct payment of the patient since 34% do not have social security. Likewise, the majority do not have accompaniment (55%) or family economic support (44%). Limitations: A more detailed review of treatment adherence and family finances. Conclusions: From the perception of people diagnosed with DM2, there is high vulnerability, economic and family support, which impacts the control and prevention of complications.

Keywords: Diabetes Mellitus, family economy, health, Chiapas

Introducción

A nivel mundial, la diabetes mellitus (DM) representa una de las enfermedades con mayor impacto socioeconómico, debido a su alta prevalencia, las frecuentes y difíciles complicaciones, así como la disminución de la calidad de vida de quienes la padecen, misma que puede llegar a situaciones de discapacidad parcial o total para la realización de sus actividades cotidianas e incluso la muerte (WHO, 2022). En el mundo, 422 millones de personas tienen diabetes mellitus; la cifra para América es de aproximadamente 62 millones de personas. Este padecimiento causa alrededor de 244.084 muertes al año; es así como tanto el número de casos como la prevalencia de DM ha incrementado de forma constante durante las últimas décadas (OPS/OMS, 2022).

La DM es una enfermedad que se origina por varios factores combinados entre los cuales encontramos a la edad, la obesidad, el sedentarismo, una alimentación inadecuada, y factores genéticos. La diabetes es un padecimiento crónico que se presenta cuando el páncreas no genera suficiente insulina, o bien, cuando el organismo no utiliza de forma adecuada la insulina producida (OPS, 2021).

En cuanto a las complicaciones de esta enfermedad, tenemos que, hace mayor el riesgo de patologías cardiacas, accidentes cerebrovasculares y algunas otras dificultades en la salud como son (INSP, 2020):

  • Ceguera: generada por lesiones en vasos sanguíneos de ojos
  • Insuficiencia Renal: por daño a tejido renal
  • Impotencia sexual: por daño a sistema nervioso
  • Amputaciones: por lesiones ocasionadas en extremidades, principalmente en los pies.

Cuando se presentan estas complicaciones, el impacto en la calidad de vida de los pacientes es grave; pero también lo es en el costo económico de los servicios de salud para su tratamiento y en específico para las familias a las que pertenecen los pacientes (López-Bastida et al., 2002). No obstante, logrando un buen seguimiento en el tratamiento y control, se pueden evitar o disminuir estas y otras complicaciones (INSP, 2020; WHO, 2022), incluso en el plano emocional de los pacientes con diabetes, ya que la mayoría de los pacientes diagnosticados con DM, la asumen como una sentencia de muerte aunque la realidad sea distinta, al respecto, es necesaria la investigación en esta área, que permita manejar de modo integral el tratamiento y control de los pacientes.

Evitar llegar a las complicaciones por DM, y la muerte por estas complicaciones (en 5% de los casos hay muerte prematura por diabetes) se logra en alto porcentaje por un buen control del padecimiento desde su detección, siendo esta una necesidad de atención temprana (OPS, 2022). El control de DM va desde el aspecto puramente clínico y farmacológico, hasta el psicológico y cambio de hábitos de vida de los pacientes que mejoren su calidad en salud. Todo esto implica también, necesidades económicas para el paciente y sus familias. La OPS/OMS (2022) afirma que contar con una dieta saludable, actividad física regular, mantener el peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco son algunas de las formas de prevenir la aparición de la diabetes mellitus, o bien, disminuir los riesgos de complicarse cuando ya se padece.

De esta manera, tanto la prevención como la promoción, son las herramientas que permitirán al sistema de salud y a la sociedad, llevar un mejor control de esta patología, considerada en la actualidad como una epidemia del siglo XXI (Barba, 2018). Es necesario entonces contar con programas de trabajo preventivo que impacten de manera positiva en el conocimiento del padecimiento, las formas de prevención y las necesidades de cambios de hábitos de vida para el control de este. Así también, mejorar la adherencia al tratamiento de la diabetes.

Al respecto, en el año 2020 y en el marco del Día Mundial de la Diabetes, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo un llamado a la necesidad de trabajar para la creación de estrategias que fueran encaminadas a la prevención, seguimiento y control de la diabetes mellitus, haciendo énfasis en que son desafíos a la par de la emergencia sanitaria por COVID-19 (OPS/OMS, 2020).

Método.

La presente investigación se realizó en Chiapas, México, a través de un estudio exploratorio, descriptivo, transversal en 2021. El diseño metodológico tuvo tres momentos:

  1. Selección de la muestra. Se utilizó información recabada mediante una encuesta, misma que fue levantada durante un período de dos meses buscando a pacientes con DM mediante la técnica bola de nieve (Atkinson y Flint, 2001), la cual consistió en encontrar, en población abierta, a pacientes diagnosticados con DM por señalamiento de uno a otro; el primero dio el nombre y ubicación del segundo y éste del tercero y así sucesivamente. Una vez localizados, se comprobó el diagnóstico solicitando evidencia de laboratorio reciente que el paciente tuviera en su archivo personal, o bien su última receta médica.
  2. Diseño de instrumento. Para el diseño del instrumento, cuestionario con preguntas cerradas y abiertas, en total 25 ítems que consideraron variables relacionadas con datos generales, tipo de diabetes que padecen, fecha de diagnóstico, seguridad social, gastos propios aproximados por tratamiento y control de la diabetes y apoyo familiar.
  3. Aplicación de prueba piloto. Se aplicaron 20 cuestionarios a personas voluntarias identificadas como personas con diabetes mellitus (DM tipo 2). Al término de ésta se analizaron los elementos de mejora en la redacción de los ítems y la claridad del cuestionario.
  4. Aplicación del cuestionario. El procedimiento se realizó mediante el consentimiento informado de los pacientes. La muestra, a quienes se aplicó el cuestionario, lograda con finitud de tamaño por el tiempo de exposición de la técnica bola de nieve fue de n=135 personas con DM.
  5. Organización y manejo de los datos. Se creó una base de datos Excel para la organización de los datos y el manejo estadístico descriptivo. Para el análisis estadístico descriptivo, se emigró a la paquetería SPSS v.20.
  6. Análisis: El análisis se realizó contrastando la información empírica recabada y la información documental respecto a la diabetes mellitus, permitiendo un enfoque cuali-cuantitativo, lo que permite tanto exponer los resultados cuantificables de las variables consideradas, como realizar una exposición conversacional debidamente fundamentada.

Durante el desarrollo de esta investigación, se solicitó a los sujetos del estudio su participación voluntaria, respetando los principios de bioética de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia, explicando el objetivo de la investigación, así como la confidencialidad de los datos y la libertad de aceptar o no participar en esta investigación, manteniendo en todo momento el anonimato de los participantes.

Desarrollo

Hablar de la DM, es hablar de una de las enfermedades crónico-degenerativas mayormente presentes en la sociedad mundial actual. Es también, lamentablemente, una de las cinco primeras causas de mortalidad. Esta enfermedad se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o bien, no la utiliza adecuadamente. La insulina es una hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre. La falta de esta hormona o la incapacidad de que las células respondan a ella genera altos niveles de glucosa en sangre, es decir, hiperglucemia, lo cual es indicador clínico de la diabetes. Es entonces que un déficit de insulina puede causar daño a muchas funciones del cuerpo humano, de sus órganos, y esta situación lo puede llevar a la discapacidad poniendo en riesgo su calidad de vida e incluso a la vida misma (Sun et al., 2021).

Existen tres principales tipos de DM: DM tipo 1, DM tipo 2 y DM gestacional (WHO, 2022).

  • DM tipo 1 (DM1): se caracteriza por una insuficiente producción de insulina y requiere de su administración diaria. La DM1, es causada por un proceso autoinmune; el sistema inmunitario del cuerpo ataca a las células beta del páncreas productoras de insulina dando como resultado la poca o nula producción de insulina. Las causas de la DM1 no se conocen completamente; pero se ha tratado de entender en cuanto a un proceso genético. Aunque este tipo de DM puede presentarse a cualquier edad, la mayoría de los casos ocurren en niños y adultos jóvenes (WHO, 2022).

Las personas con este tipo de diabetes requieren de la administración diaria de insulina con el objetivo de mantener el nivel adecuado de glucosa en sangre. Este tipo de diabetes sin el suministro de insulina conduciría a la muerte. En familias económicamente desfavorecidas, la educación y el acompañamiento para el control de esta enfermedad puede resultar limitado y causar complicaciones graves, discapacidades y muerte prematura por acumulación de cetonas, sustancias nocivas para el cuerpo ya que conducen a la cetoacidosis diabética (IDF, 2021).

  • DM tipo 2 (DM2): se presenta por una ineficiente utilización de la insulina por parte del organismo y es altamente frecuente, ya que el 95% de las personas con diabetes pertenecen a este grupo. Este tipo de diabetes es el resultado de la incapacidad de las células para responder a la insulina (WHO, 2022).

Con el inicio de la resistencia a la insulina, ésta es menos eficaz y al transcurso del tiempo provoca un aumento en su producción. La DM2 frecuentemente es asintomática, por lo que su detección oportuna se complica resultando prácticamente imposible de definir el inicio de esta. El retraso en el diagnóstico incide la aparición de complicaciones severas como es la pérdida de la capacidad visual, úlceras en miembros inferiores, cardiopatías o accidentes cerebrovasculares, llevando al paciente a búsqueda de ayuda médica y diagnosticar a la DM en grado avanzado. Si bien las causas específicas de la diabetes se desconocen, si se afirma una asociación con el sobrepeso y la obesidad, edad avanzada, origen étnico y antecedentes familiares (IDF, 2021).

  • DM gestacional: aparece en mujeres durante período de embarazo y generalmente desaparece después del nacimiento del bebé; sin embargo, incrementa el riesgo de padecer DM2 más adelante en la vida de la madre e incluso, en el bebé es factible la presencia de obesidad y el riesgo de padecer DM en su estado adulto (WHO, 2022).

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2013) y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (Hod et al., 2015), la diabetes gestacional se puede clasificar como pregestacional, gestacional (DMG) o diabetes en el embarazo (DIP). La pregestacional incluye a mujeres con DM1 y DM2 o formas raras de DM antes del embarazo. La gestacional puede ocurrir en cualquier momento durante el período prenatal y no persiste después del parto y 75-90% de los casos se presentan en este tipo.

La OMS, recientemente, mención a casos considerados como otros tipos de diabetes. En este grupo incluye a la diabetes monogénica y a lo que fuera considerada como diabetes secundaria o monogénica; esta última es poco común y representa a 1.5 – 2% de los casos de diabetes en el mundo (WHO, 2019).

Como dato relevante, la diabetes presenta un crecimiento exponencial. Según las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2021) existen 422 millones de personas afectadas con esta enfermedad. Por otra parte, la Federación Internacional de Diabetes (IDF, 2021), reporta una cifra de 537 millones de personas adultas (20 – 79 años) con diabetes en 2021 y estima que para el año 2030, esta cifra habrá crecido aproximadamente a 643 millones y para el año 2045, está calculada en 783 millones.

En cuanto a la mortalidad por esta enfermedad, las cifras se muestran complicadas, la OPS (2021) reporta 1.5 millones de muertes por esta causa en el mundo. El IDF (2021) reporta 6.7 millones de muertes; para América del Norte y El Caribe la cifra de muertes por esta causa es de 931 mil y para América del Sur y Centro 410 mil muertes. Ahora bien, si lo anterior ya es alarmante, es altamente preocupante que 541 millones de adultos muestras intolerancia a la glucosa (IGT) lo que los coloca en alto riesgo de DM2.

A nivel mundial, para 2021 hubo un crecimiento del 16% en lo esperado en cuanto a prevalencia de la diabetes, dentro de su análisis considera que este fenómeno obedece al envejecimiento de la población (Sun et al, 2021). Ahora bien, dentro de sus estimaciones en prospectiva, el mayor incremento porcentual de 2021 a 2045 en esta prevalencia se estima que acontecerá en países de ingresos medios. Así también se calcula que, en 2045, para estos países de ingresos medios e ingresos bajos, el incremento de personas con diabetes será del 94%, considerando un crecimiento demográfico mayor que en los países de ingresos altos (IDF, 2021).

En cuanto a los grupos de edad afectados, se considera que el incremento de prevalencia de diabetes es directamente proporcional a la edad. La prevalencia es más baja en grupos de edad de 20-24 años (2.2%), comparada con el grupo de 75-79 años que tuvo un incremento del 24%. En cuanto a género, a nivel mundial, el incremento en la prevalencia de diabetes es ligeramente menor en mujeres que en hombres, con una diferencia de seis décimas porcentuales; pero al hablar de número de casos, son 17.7 millones más de hombres que de mujeres que viven con este padecimiento (IDF, 2021). Sin duda, el envejecimiento de la población a nivel mundial genera un impacto en la salud de esta, en varios aspectos, en varias enfermedades; pero es claro el incremento exponencial para la prevalencia de la diabetes mellitus.

Un tema por demás importante para el caso de la diabetes mellitus es el no diagnóstico. En 2021, cerca de uno de cada dos adultos, de entre 20 y 79 años, que viven con diabetes desconocían tener esta enfermedad (Dall et al, 2014). La importancia y preocupación por este caso radica en que la diabetes debe ser diagnosticada lo antes posible para lograr controlarla y evitar complicaciones y afecciones a órganos directamente. Lo anterior, nos lleva a elevar la calidad de vida de un paciente diabético y a evitar la muerte. En este sentido es relevante mencionar que esta falta de diagnóstico obedece a un déficit en los resultados de acceso a los servicios de salud, que, no solo resulta de la falta de cobertura geográfica sino también, de factores culturales relacionados con la búsqueda voluntaria de atención médica, factor que se enfatiza en países latinoamericanos, requiriéndose para su comprensión un modelo psicosocial, económico y sociológico (Arredondo y Meléndez, 2003).

En el caso específico de México el contexto epidemiológico presenta nuevos desafíos para el sistema de salud (Soto, 2016), ya que el país experimenta una transición epidemiológica que manifiesta nuevas complejidades en cuanto a la morbilidad, las complicaciones, discapacidades y la muerte.

Para 2020, en México se observó un incremento en el número de casos diagnosticados, mismo que incrementa de directamente proporcional a la edad. A nivel nacional, más de una cuarta parte de la población del grupo de edad de 60-69 años, afirma estar diagnosticados con esta enfermedad (2.23 millones de personas), y son las mujeres las que representan al mayor número casos diagnosticados, 1.4 millones (INEGI, 2021).

La tasa de mortalidad por diabetes, que muestra el número de muertes más alto por esta causa específica por cada 10 mil habitantes (INEGI, s/a) tuvo un comportamiento al alza durante el período 2011-2016, posteriormente una caída hacia 2019 y nuevamente incrementó en 2020 (INEGI, 2021). Esto explica un creciente impacto de la diabetes para la sociedad y, por ende, para la economía de la salud.

En Chiapas, aun cuando estadísticamente el INEGI (2021) reporta ser uno de los estados con menor prevalencia de DM, ésta puede explicarse no solamente con la información epidemiológica y clínica de la enfermedad. En este estado de la República Mexicana se concentran una serie de factores sociales, económicos, culturales, políticos y religiosos que tejen un entramado difícil de transitar y que influyen fuertemente en el diagnóstico, tratamiento y control de muchas enfermedades, dentro de ellas la DM (Guerrero, 2021)

Economía de la Salud. La economía como ciencia, ha ido cobrando interés en cuanto a sus aportes dentro del área de la salud. Esta ciencia tiene como objetivo principal estudiar la asignación y distribución de recursos escasos, y, por tanto, atiende las vías de lograr mayores beneficios con el buen uso de estos. Satisfacer las necesidades de una sociedad han sido los principales motivos de su vinculación con distintas áreas, como es de la salud pública y lograr oportunidades de equidad en la distribución y manejo de los recursos sanitarios (Del Prete, 2000). De esta manera, la economía de la salud busca, a través de la aplicación de sus teorías económicas, sociales, clínicas y epidemiológicas, encontrar las vías para lograr dinámicas saludables en el plano de la producción, consumo y financiamiento de los servicios de salud (Arredondo,1999).

A nivel mundial se han realizado varios estudios económicos de la DM, todos ellos varían de acuerdo con los cálculos de costos directos e indirectos; también varían con relación a los países en que se han realizado, debido principalmente a los recursos del Sistema de Salud destinados a este padecimiento (Olsson et al., 1994; Hart et al., 1997; Gray et al, 1995; ADA, 1998; Herman y Eastman, 1998; López-Bastida et al., 2002; Crespo et al., 2013; Ramírez-Hinojosa et al., 2017; Salas-Zapata et al., 2018; Ayala et al., 2020). Por estudios como los anteriormente citados, podemos afirmar que, en las últimas décadas la DM se ha hecho altamente presente en la sociedad a nivel mundial generando diversos escenarios. Por una parte, consecuencias del orden de la salud pública, como son el incremento en la morbilidad y la mortalidad, las secuelas e incapacidades por complicaciones en el control y las necesidades de atención psicoemocional. Por otra parte, el impacto de orden económico ha sido alto y continúa sin solución. Por último, en el orden social, existen factores que dificultan el control de la DM, tanto por la disfunción familiar para el manejo adecuado del paciente, como por la falta de conciencia en las necesidades de cambio de hábitos de vida que garanticen la salud y la calidad de ésta.

Respecto al impacto económico en las instancias de salud, es el resultado de la necesidad de cubrir los gastos de atención intrahospitalaria y ambulatoria; este impacto puede medirse en término de costos directos e indirectos. Dentro de los gastos directos se contabilizan los gastos por atención primaria. Para el caso de México estos gastos llegan a ser de 242 dólares; pero no incluyen los gastos por complicaciones clínicas y solo considera la atención en instituciones públicas de salud, lo que hace que la cifra se quede demasiado corta para la realidad de los gastos por complicaciones. Para el caso de Estados Unidos de Norte América esta cifra, de atención a pacientes diabéticos llega a ser de 11.917 dólares. Es así como las afectaciones al PIB, la carga económica es mayor para los países de ingresos medios que para los países con mayores ingresos (Bommer et al., 2017; Aguilar-Salinas et al., 2015 y Ley General de Salud, reforma del 1 de junio del 2016).

Pero, al hablar del impacto económico no se habla solamente de los gastos que los servicios de salud deben realizar para la detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes con diabetes mellitus, sino también del impacto económico por las complicaciones que estos pacientes llegan a tener. Los costos que generan estas complicaciones se suman al impacto económico generados por las incapacidades laborales de los pacientes económicamente activos, que en muchas de las ocasiones implican la pérdida de empleo, la pensión por incapacidad laboral y pensión a los deudos por muerte (Hodgson y Meiners, 1982; Robinson,1986; Max et al.,1990).

En el mundo, el 60% del costo global de la DM es resuelto por países de ingresos bajos y medios, no obstante, no es un gasto que solamente los servicios de salud cubran, sino que el paciente y su familia se ven sustancialmente afectados en sus finanzas (NCD-RisC, 2016) y algunos estudios como el de Aguilar-Salinas y colaboradores (2015), muestran que el 50% del costo de tratamiento es cubierto por el propio paciente, con o sin apoyo familiar.

La economía de la salud, instrumento indispensable para la gestión sanitaria y la asignación de recursos, permite orientar la toma de decisiones para buscar alternativas eficientes y racionales dentro del conjunto de actividades de los servicios y las diferentes tecnologías del sistema nacional de salud (Collazo-Herrera et al., 2002). Pero ¿cuál es el impacto percibido por las familias y los pacientes mismos para poder atender este problema de salud cuando lo padecen?, son pocos o nulos los estudios que nos demuestren las percepciones de los pacientes al respecto. Un estudio realizado por Gallegos (2017) afirma que los costos directos generalmente incluyen gastos asociados a los tratamientos médicos, diagnóstico, emergencias, hospitalizaciones, visitas médicas periódicas, atención y tratamiento de complicaciones, medicamentos, insumos y suministros de por vida, y dentro de los gastos indirectos se enlistan todos los que impactan directamente a la economía del paciente y sus familias.

En resumen, la DM, sus complicaciones y decesos, generan grandes pérdidas económicas para las familias, los sistemas de salud y las economías nacionales, tanto por gastos directos, como indirectos por la pérdida de empleo e ingresos del paciente (Seuring et al., 2015). Si bien es cierto que la hospitalización y la atención ambulatoria cobran altos costos (WHO, 1999), también es cierto que los costos de fármacos y de equipo para el control del paciente en casa también representan gastos fuertes, en su mayoría cubiertos por el propio paciente y sus familias. Las pérdidas del PIB a escala mundial entre 2011 y 2030, tomando en cuenta los costos médicos de la DM, llegará a costar 1,7 billones de dólares, siendo las pérdidas equiparables entre países de altos ingresos vs los países de ingresos bajos o medianos (Bloom et al., 2011).

El salario mínimo en México para 2021 fue de 213,39 pesos en la zona libre de la frontera norte y de 141,40 pesos para el resto del país, como el caso de Chiapas (Gobierno de México, 2021). Para 2022, el salario mínimo tuvo un incremento del 22%, pasando de 141,20 a 172,87 pesos (Gobierno de México, 2022). En contexto, México cierra el 2021 con una inflación de 7,36% en diciembre dejando al país en semáforo de inflación nacional en rojo (INEGI, 2022a).

Las familias en México cuentan con un ingreso trimestral que va de 9.938 pesos a 163.282 pesos para las familias más favorecidas, de estos ingresos, invierten 1.266 pesos trimestrales a la salud familiar, que, en promedio para Chiapas, las familias cuentan con 4 integrantes (INEGI, 2022b).

Familia y DM. La estructura familiar es el conjunto de demandas funcionales que organizan las formas en que interactúan los miembros de una familia. Es entonces que la familia, es un sistema que depende de una serie de acciones, alternativas y flexibilidad, que favorezcan a sus integrantes. Uno de los objetivos cruciales es la protección y supervivencia de cada integrante considerando en todo momento el contexto social, cultural y económico en el que se desenvuelve la familia en general o bien, cada uno de sus miembros (Pinto, 2006).

Algunas familias con enfermos crónicos logran manejar de la mejor forma esta situación, se adaptan a los cambios, dan seguimiento a las indicaciones médicas, se organizan, se ayudan y aprovechan dinámicas armoniosas en la familia, con la finalidad de llevar adelante el tratamiento y control del padecimiento. No obstante, existe un amplio porcentaje de familias que no logran adaptarse, resolver problemas económicos, resolver dinámicas de nuevos estilos de vida y entonces el paciente se enfrenta a la soledad ante la enfermedad y reacciona con actitudes negativas y opuestas a las necesarias para lograr el control de su salud (Horwitz, 1985).

La DM por si sola y más aún en presencia de complicaciones, necesita del acompañamiento familiar al paciente diagnosticado. Lo anterior, debido a que la DM exige para un control adecuado el cambio de hábitos, para mejorar la calidad de vida y una atención cuidadosa en la dieta, el ejercicio y prevención de accidentes. Así también, requiere de atención y cuidados extremos al presentarse complicaciones, mismas que incluso pueden llevar al paciente a condiciones de capacidades disminuidas de desplazamiento. Esta realidad en un contexto de familia normal se ve alterado y se requiere de compromiso, lealtad y aporte económico para el cuidado del paciente. Ahora bien, en un contexto disfuncional, la familia ignora, desatiende o incluso abandona al paciente dejándolo en condiciones de vulnerabilidad profunda (Méndez, 2004).

Lo anterior, es crucial de comprender ya que el paciente percibe a la enfermedad como un factor que atenta con la estabilidad familiar y contar con su apoyo favorecerá o no en la adherencia al tratamiento y cambio de hábitos por parte del paciente diabético. Además de lo anterior, es importante mencionar que en el control del paciente con DM intervienen variables psicosociales que influyen en las fluctuaciones de la glucemia (López, 2013).

Es entonces que, el paciente que cuenta con el apoyo familiar mejora su calidad de vida. La DM en una familia siempre es una situación inesperada que conlleva cierta carga emocional, manejo de medidas terapéuticas, cambio de estilos de vida afectando no solo al paciente diabético sino a la familia en general (García, 2014). Según González-Castro (2011) los tipos de apoyo que una familia, como principal agente motivador, necesita brindar a un paciente diabético son:

  • Apoyo emocional, mismo que refuerza las sensaciones de seguridad, bienestar y autoestima.
  • Apoyo cognoscitivo, proporcionar información, conocimientos o consejos que puedan ayudar al paciente a resolver situaciones que le permitan adaptarse a sus nuevos estilos de vida.
  • Apoyo material, es decir, facilitar el acceso a objetos, servicios y gastos que logren resolver problemas prácticos.

El apoyo interpersonal, en específico de la familia, es determinante para el tratamiento y control adecuados del paciente con DM, debido a que ellos están en la posibilidad, por su cercanía física y emocional, de acompañar al paciente y mejorar las condiciones de control y vigilancia del padecimiento (Lira, 2020). Este tipo de padecimientos crónico-degenerativos, requieren de cuidados constantes y acompañamiento al paciente para lograr manejar los cambios y demandas relativas a la DM. Percibir que no cuentan con apoyo de la familia para llevar a cabo estos cuidados es una dificultad más para la condición del enfermo. Explorar esta área mediante proyectos de investigación e intervención es necesaria para mejorar los procesos de atención integral a los pacientes con DM como problema de salud pública, que requiere esfuerzos multidisciplinarios e interdisciplinarios, y desde lo local hasta lo internacional.

Cabe mencionar de manera específica, que la familia en su conjunto se beneficia del cambio de hábitos de vida, ya que un paciente diabético y sus cuidados conducen al cumplimiento de mecanismos preventivos de la diabetes y de sus complicaciones, como son (ISPN, 2020):

  • Alimentación alta en fibra.
  • Moderado o nulo consumo de alimentos con alto contenido calórico y de carbohidratos.
  • Actividad física regular.
  • Mantenimiento del peso corporal.
  • Moderado o nulo consumo de alcohol.
  • Moderado o nulo consumo de alimentos altos en grasas saturadas y grasas trans.
  • Moderado o nulo consumo de bebidas azucaradas o refrescos.
  • No fumar.
  • Revisiones médicas periódicas.

Ahora bien, ¿qué es lo que los pacientes con DM perciben como gasto personal y familiar, en pesos mexicanos, dirigido al tratamiento y control de la enfermedad que padecen, y, ¿consideran contar con acompañamiento familiar para atender este problema de salud de la mejor manera? Fue a partir de estos cuestionamientos que se realizó el presente estudio y arrojó importantes hallazgos que se discutirán en adelante.

Resultados

  • Datos generales: De la muestra n=135 el 42% corresponde a personas del sexo masculino y 58% al femenino. La edad promedio es de 59 años, con una mediana de 56 (min 18; máx. 78). El 62% de los encuestados son casados; 14% viudos y 24% solteros.
  • Respecto a la escolaridad, el 8% analfabetas sin escolaridad, 7% alfabetas pero sin escolaridad, 53% nivel básico, 14% nivel medio superior, 18% universidad. De ellos, con empleo 48%, sin empleo 43%. Como pensionados se encuentra el 9% de la muestra.
  • Tipo de diabetes: el 7% presenta diabetes tipo 1 y 93% restante diabetes tipo 2.
  • Tiempo de diagnóstico: en promedio el tiempo transcurrido desde que fueron diagnosticados con diabetes mellitus es de 32 años, con un mínimo de 1 año de ser y un máximo de 57 años de haberlo sido.
  • Complicaciones: 75% de los encuestados han presentado algún tipo de complicación durante el tiempo que llevan con este padecimiento, solo el 25% no ha presentado alguna complicación.
  • Seguridad social: Cuentan con seguridad social 34%, de ellos 11% son derechohabientes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 14% al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y 9% al Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Chiapas (ISSTECH). El 66% no cuenta con seguridad social.

Con relación a la percepción de los gastos realizados para tratamiento y control:

  • El paciente compra los medicamentos para su control: 78% si compra sus medicamentos para control de la diabetes mellitus, sea porque no tienen filiación alguna de seguridad social o bien, porque no siempre cuentan con el medicamento en la farmacia de la instancia a la que están afiliados.
  • Gasto mensual aproximado en medicamentos o estudios clínicos para su control: 34% de 50-100 pesos (2,45-4,90 dólares); 14% gasta de 500 – 1.000 pesos (24,51-49,03 dólares); 12% gasta más de 1.000 pesos al mes. 40% de la muestra gasta menos de 100 pesos al mes o bien, no gastan extra porque se les provee en la instancia a la que están afiliados, debiendo gastar únicamente para su traslado a la institución que les provee.
  • Periodicidad de visita médica para control (ir a los servicios de salud): 19% acude a control cada seis meses; 52% visita mensual; 12% atención médica diaria (por complicación renal) y el porcentaje restante (17%) no identificó alguna periodicidad de visitas médicas para control de la diabetes que padecen.
  • Gasto mensual por realizar exámenes de control: 58% tiene un gasto de 100 – 500 pesos mensuales (4,90-24,51 dólares); 12% gasta de 500-1.000 (24,51-49,03 dólares) en el mismo período; 5% más de 1.000 pesos y 25% menos de 100 o gratuito por uso de servicios de salud pública.

Respecto al apoyo familiar:

  • Apoyo económico familiar: únicamente el 51% afirma contar con apoyo económico de la familia para atender el problema de salud que padece; el porcentaje restante, 49% no cuenta con apoyo económico familiar.
  • Apoyo económico de la familia con gastos de tratamiento o dieta: el 22% cuenta con apoyo familiar total; 34% cuenta con apoyo parcial; y un 44% no cuentan con apoyo económico familiar para estos gastos.
  • La Diabetes Mellitus como un padecimiento costoso: 94% de los participantes en este estudio considera a la DM como un padecimiento de alto costo, tanto por el tratamiento farmacéutico y dieta diaria, como por los exámenes de control periódicos, en algunas ocasiones requiriendo un control diario autoaplicado mediante un glucómetro, aparato que tiene un costo que va de los 500 a los 1.000 pesos (24,51-49,03 dólares), más las tiras reactivas que utilizan que van desde los 300 a los 400 pesos (14.71-19.61 dólares) su costo en cajas de 50 unidades; es necesario aclarar que estas 50 unidades de tiras reactivas pueden ser consumidas en 15 días en los casos complicados y un mes en los casos menos complejos. El porcentaje restante (6%) no considera a la DM como un padecimiento costoso.
  • Específicamente respecto a los costos de la dieta, los encuestados perciben que es un proceso costoso (88%) y de este porcentaje, al 35% no les ayudan a llevar adecuadamente la dieta que un diabético debe cuidar para mejorar su aporte calórico y tener un control glucémico. Del porcentaje restante, 47% reciben ayuda en su dieta algunas veces y solo 18% afirma contar la mayor parte del tiempo con ayuda en esta necesidad alimentaria.
  • Porcentaje aproximado de los ingresos familiares que son usados para el tratamiento y control de la diabetes que presentan: 59% considera que más del 10% de los ingresos mensuales son utilizados para el control de la diabetes; 37% considera que menos del 10%.
  • Familiares acompañan cuando va a consulta médica o análisis clínicos: 55% de los encuestados afirman no ser acompañados cuanto van a visitas médicas o a realización de estudios clínicos; 21% siempre son acompañados y 12% en algunas ocasiones son acompañados.
  • Percepción de la relación familiar: 46% considera que cuentan con una relación familiar medianamente buena, 11% la considera un poco mala, 2% afirma tener una muy mala relación familiar. Únicamente el 41% considera tener una buena relación familiar y perciben el acompañamiento.

Conclusiones

Los pacientes con DM que participaron en este estudio, en su mayoría tienen bajo nivel de escolaridad, llegando a presentarse casos de pacientes analfabetas o sin escolaridad alguna. Este resultado se convierte en un importante elemento a tomar en cuenta dentro de la planeación de programas de educación para la salud. En específico la educación para la salud en pacientes diabéticos es un proceso continuo para facilitar conocimientos, habilidades y capacidades necesarias para el autocuidado en personas con este diagnóstico (Funell et al., 2010). Se requiere entonces de atender a un grupo de pacientes, adultos, con necesidades especiales de atención también en cuanto a mecanismos educativos, es decir a los que utilizan los servicios de salud en sus programas de prevención y control de la diabetes para personas analfabetas o sin ningún grado de escolaridad.

Coincidiendo con la literatura, es altamente mayor el porcentaje de pacientes con diabetes tipo 2 (WHO, 2022) y la media de tiempo transcurrido desde el diagnóstico (32 años) con relación a la edad promedio (59 años) de este grupo de pacientes, nos deja claro que desarrollaron el padecimiento a temprana edad. Dentro de las explicaciones a esta situación, está el hecho de que en la población actual el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios son una constante (Owen et al., 2010; Dunstan et al., 2012), se insiste entonces en trabajo de sensibilización y educación para la salud que favorezca al cambio de hábitos y mejora en la calidad de vida de las poblaciones.

Así también, coincidiendo con la literatura (INSP, 2020) es alto el porcentaje de pacientes que han presentado complicaciones de la diabetes y los deja en situación de vulnerabilidad y de necesidades especiales para su cuidado. Desafortunadamente solo el 34% cuenta con seguridad social y el resto representa un grupo de riesgo para complicaciones mayores y falta de adherencia al tratamiento por los costos que implica la auto adquisición de estos.

Para 2020, la principal causa de muerte en México fueron las enfermedades del corazón, seguido del COVID-19 y en tercer lugar la diabetes mellitus, pero para el caso de la mortalidad en mujeres, la DM ocupó el segundo lugar como causa de muerte (INEGI, 2021). Estas cifras cambiaron un poco para 2021, ya que, si bien, la primera y segunda causa de muerte para ese año fueron el COVID-19, y las enfermedades del corazón respectivamente; en la tercera posición está la DM en igualdad de circunstancias tanto para hombres y como para mujeres (INEGI, 2022a).

En cuanto a los gastos mensuales aproximados para el control de la diabetes, el paciente y familia invierte una cantidad entre 500 y 1.000 (24.51-49.03 dólares) pesos mensuales en una proporción considerable y menos de la mitad de los pacientes obtienen el tratamiento en los servicios públicos. Este último dato cambia al hablar de los gastos por estudios de laboratorio para control, del 40% que obtiene los medicamentos en servicios público, baja a un 25% que adquiere estos servicios públicos; otro porcentaje, alto, paga de 100 a 500 pesos mensuales en estos estudios de control mensual (58%), el 17% restante llega a gastar incluso más de 1.000 pesos mensuales. En dólares, estamos hablando de que el gasto mensual, individual o familiar, por este padecimiento es de 25-49 dólares mensuales, 300-588 dólares anuales.

Tomando en cuenta los datos de INEGI (2021), las familias en México destinan en promedio 1.266 pesos trimestrales (62.07 dólares), es decir, 422 pesos mensuales (20.69 dólares). Por lo atendido en el párrafo anterior, es claro que esta cifra queda completamente rebasada para los casos de DM y los casos con complicaciones por esta enfermedad. Lo anterior, tomando en cuenta que aun con seguridad social, los pacientes calculan su gasto mensual de esta manera (500 a 1.000 pesos mensuales, 1.500 – 3.000 pesos trimestrales).

Confirmando lo anterior, casi la totalidad de pacientes encuestados (94%), considera que la Diabetes Mellitus es un padecimiento que requiere de un tratamiento y control costoso. Aunado a esto, cerca de la mitad de los casos no cuenta con apoyo económico familiar y llegan a invertir más del 10% de sus ingresos mensuales, en la mayoría de los casos.

Así también, la mayoría de los pacientes diabéticos que participaron en este estudio, afirman no contar con el acompañamiento familiar durante sus visitas médicas o estudios de control y 49% tampoco cuenta con el apoyo económico familiar. De la misma manera es alto el porcentaje que afirmó contar con una relación familiar que va de muy mala a medianamente buena. Estas características dejan a prácticamente la mitad de los casos en circunstancias de mayor vulnerabilidad.

Esta realidad es lamentable y contraria a lo que se requiere para el control de la DM y la reducción en el número de casos con complicaciones y en el número de muertes por esta enfermedad. Lo anterior, se puede afirmar ya que la constante atención y seguimiento por parte del personal de salud, familiares y el propio paciente, si se trabajara en equipo hacia el logro de los indicadores que intervienen en el tratamiento y control de la DM, se arrojaría como resultado la adopción de hábitos salutogénicos impactando significativamente en la calidad de vida del paciente y el equilibrio en las dinámicas familiares; así como en la disminución de los costos de atención por parte de los servicios de salud y de los propios pacientes y sus familias.

La Organización Mundial de la Salud, dentro de sus principales objetivos, promueve un esfuerzo en atender la salud universal, bajo la comprensión de que la salud es un derecho humano fundamental (WHO, 2019).  A partir de este enunciado y tomando en cuenta el análisis realizado en este artículo, nos lleva a reflexionar sobre la necesidad vigente de que los distintos países, y en específico México, se ocupen de buscar la cobertura universal, es decir, que todas las personas reciban los servicios de salud que necesitan sin pasar por dificultades económicas, mismas que han impedido tanto la correcta atención de la DM por parte de los servicios de salud, como el desgaste económico familiar y el abandono de las buenas prácticas de control de esta enfermedad.

Es clara también la imperante necesidad de hacer llegar a las poblaciones programas preventivos de salud y promoción para el mejoramiento de los hábitos de vida de las familias. Para ello, se requiere de mucho trabajo de investigación, disciplinar e interdisciplinar, que aporte elementos para la mejora en la planeación de planes, programas operativos y en las políticas públicas encaminadas al control de la diabetes mellitus.

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