El papel de la inflamación en la aterosclerosis: Mecanismos y tratamientos
Autor principal: Dr. Andrey Hidalgo Molina
Vol. XX; nº 08; 334
The role of inflammation in atherosclerosis: Mechanisms and treatments
Fecha de recepción: 10 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 4 de abril de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 334
Autores:
Dr. Andrey Hidalgo Molina
Médico general, profesor de fisiología, UCIMED. San José, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0001-7505-4172
Código Medico 18330
Dr. Kevin Vargas Tenorio
Médico general, investigador Independiente. San José, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0009-8360-8452
Código Medico 18955
Dra. Ariana Ramírez Zumbado
Médico general, investigadora Independiente. San José, Costa Rica.
Orcid: 0000-0003-1518-6867
Código Medico 14588
Dr. Johan Eduardo Lobo Rodríguez.
Médico general, investigador Independiente. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: 0009-0001-4294-8364
Código Medico 14653
Dra. Nicole Mora Zúñiga
Médico general, investigadora Independiente. Limón, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0007-0185-2685
Código Medico 16516
Dra. Alison Cristina Jiménez Ordóñez
Médico general, investigadora Independiente. Limón, Costa Rica.
Orcid: https://orcid.org/0009-0003-3477-1567
Código Medico 18248
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Palabras clave: Aterosclerosis, inflamación, endotelio, lipoproteínas, citoquinas, biomarcadores.
Keywords: Atherosclerosis, inflammation, endothelium, lipoproteins, cytokines, biomarkers.
Resumen:
La aterosclerosis es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la acumulación de lípidos, colesterol y células inflamatorias en las paredes arteriales, lo que da lugar a la formación de placas. Esta condición representa una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca, que se encuentran entre las principales causas de mortalidad a nivel mundial.
La inflamación crónica desempeña un papel crucial en la progresión y desestabilización de las placas ateroscleróticas, lo que aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares adversos. Entre los mecanismos implicados destaca el inflamasoma NLRP3, cuya activación desencadena la producción de interleucina-1 beta, un mediador clave de la respuesta inflamatoria.
Diversos estudios han señalado la importancia de biomarcadores inflamatorios como la proteína C reactiva de alta sensibilidad, la interleucina-6 y el factor de necrosis tumoral alfa en la detección del riesgo cardiovascular. Su medición permite identificar a pacientes con un alto riesgo de complicaciones y orientar estrategias terapéuticas personalizadas.
El tratamiento de la aterosclerosis ha evolucionado con el desarrollo de terapias dirigidas a la inflamación. Fármacos como el canakinumab y la colchicina han mostrado beneficios en la reducción del riesgo cardiovascular, aunque su aplicación clínica sigue enfrentando desafíos en términos de seguridad y selección de pacientes. En este contexto, es esencial continuar investigando estrategias innovadoras que permitan un control efectivo de la inflamación, con el objetivo de mejorar los resultados clínicos en pacientes con enfermedad cardiovascular.
Abstract:
Atherosclerosis is a chronic inflammatory disease characterized by the accumulation of lipids, cholesterol and inflammatory cells in arterial walls, leading to the formation of plaques. This condition represents one of the main causes of cardiovascular diseases, such as coronary heart disease and heart failure, which are among the leading causes of mortality worldwide.
Chronic inflammation plays a crucial role in the progression and destabilization of atherosclerotic plaques, increasing the risk of adverse cardiovascular events. Among the mechanisms involved is the NLRP3 inflammasome, whose activation triggers the production of interleukin-1 beta, a key mediator of the inflammatory response.
Various studies have pointed out the importance of inflammatory biomarkers such as high-sensitivity C-reactive protein, interleukin-6 and tumor necrosis factor alpha in the detection of cardiovascular risk. Their measurement allows the identification of patients with a high risk of complications and guides personalized therapeutic strategies.
The treatment of atherosclerosis has evolved with the development of therapies targeting inflammation. Drugs such as canakinumab and colchicine have shown benefits in reducing cardiovascular risk, although their clinical application continues to face challenges in terms of safety and patient selection. In this context, it is essential to continue researching innovative strategies that allow effective control of inflammation, with the aim of improving clinical outcomes in patients with cardiovascular disease.
Introducción:
La aterosclerosis es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la acumulación de lípidos, colesterol y restos celulares dentro de las paredes arteriales, lo que conlleva a la formación de placas. Esta condición representa un problema de gran relevancia en salud pública, ya que es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares (ECV), tales como la enfermedad de las arterias coronarias y la insuficiencia cardíaca, las cuales figuran entre las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial (1; 2). La inflamación crónica desempeña un papel determinante en la patogénesis de la aterosclerosis, ya que favorece la progresión e inestabilidad de las placas ateroscleróticas, lo que incrementa el riesgo de eventos cardiovasculares adversos (1; 3).
El proceso inflamatorio es un componente esencial en el desarrollo y la progresión de la aterosclerosis. Los macrófagos y otros leucocitos desempeñan un papel crucial en este proceso, promoviendo la inflamación de la placa mediante respuestas proinflamatorias que agravan la patología (1). Entre las vías inflamatorias más relevantes se ha identificado el inflamasoma NLRP3, cuya activación conlleva la producción de interleucina-1 beta (IL-1β), un mediador clave en la respuesta inflamatoria. En este sentido, ciertos fármacos como la colchicina han demostrado capacidad para modular estas vías inflamatorias, lo que abre nuevas posibilidades en la prevención secundaria de la aterosclerosis (4).
Dado que la aterosclerosis es un problema de salud pública de gran impacto, su papel en la enfermedad cardiovascular sigue siendo motivo de preocupación. A pesar de los avances en las terapias hipolipemiantes, la ECV continúa siendo una de las principales causas de muerte a nivel global (2). En este contexto, la naturaleza inflamatoria crónica de la aterosclerosis requiere de una intervención temprana y del desarrollo de estrategias terapéuticas innovadoras que permitan controlar el riesgo inflamatorio residual y, en consecuencia, mejorar los resultados clínicos de los pacientes (2; 5).
El enfoque terapéutico de la aterosclerosis ha evolucionado con la inclusión de tratamientos antiinflamatorios como el canakinumab y la colchicina. Estos fármacos han mostrado resultados prometedores en la reducción de episodios cardiovasculares, aunque su implementación clínica presenta diversos desafíos. Entre estos se encuentran aspectos relacionados con la seguridad, la eficacia y la adecuada selección de los pacientes que se beneficiarían de estas terapias (4). Además, el hecho de que la inflamación se haya convertido en un objetivo terapéutico ha impulsado la exploración de biomarcadores específicos, como la proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP, por sus siglas en inglés), la cual permite identificar a los pacientes con mayor riesgo de eventos cardiovasculares y ajustar los tratamientos de manera personalizada (2).
El objetivo de este artículo es analizar el papel de la inflamación en la fisiopatología de la aterosclerosis, destacando los mecanismos celulares y moleculares involucrados en su desarrollo y progresión. Además, se busca examinar el impacto de esta enfermedad en la salud pública y evaluar las estrategias terapéuticas actuales, con énfasis en los tratamientos antiinflamatorios y su eficacia en la reducción del riesgo cardiovascular. A través de esta revisión, se pretende proporcionar una visión integral que contribuya a una mejor comprensión de la relación entre inflamación y aterosclerosis, así como a la identificación de enfoques innovadores para su prevención y tratamiento.
Metodología:
Para el desarrollo de esta investigación sobre la relación entre la inflamación y la aterosclerosis, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el objetivo de analizar el papel de los biomarcadores inflamatorios en la progresión de la enfermedad, evaluar las estrategias terapéuticas actuales y explorar nuevos enfoques en el manejo de la inflamación cardiovascular. Esta revisión abarcó aspectos clave como los mecanismos inflamatorios subyacentes en la aterosclerosis, la utilidad clínica de biomarcadores inflamatorios, la efectividad de las terapias antiinflamatorias y las perspectivas futuras en la medicina personalizada y la inmunomodulación.
Para garantizar la calidad y relevancia de la información seleccionada, se consultaron bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web of Science, debido a su prestigio y cobertura en áreas de cardiología, inmunología y biomedicina. Se establecieron criterios rigurosos de inclusión y exclusión para la selección de estudios. Se incluyeron investigaciones publicadas entre 2020 y 2025, en inglés o español, que abordaran la relación entre inflamación y aterosclerosis, el papel de biomarcadores como la hsCRP, interleucinas y el inflamasoma NLRP3, así como estudios sobre terapias emergentes dirigidas a la inflamación. Se excluyeron publicaciones con datos incompletos, estudios duplicados o aquellos sin revisión por pares. Para la búsqueda, se utilizaron palabras clave como:
La búsqueda inicial identificó 21 fuentes relevantes, entre las cuales se incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas, estudios clínicos y documentos de organismos especializados en cardiología y enfermedades inflamatorias. A partir de estas fuentes, se realizó un análisis detallado para extraer información sobre la relación entre inflamación y aterosclerosis, la utilidad de los biomarcadores inflamatorios en el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad, y la efectividad de diferentes enfoques terapéuticos, como el uso de canakinumab, estatinas, inhibidores de la PCSK9 y nuevas estrategias inmunomoduladoras.
El análisis se llevó a cabo utilizando enfoques cualitativos y comparativos. Se sintetizaron los hallazgos y se organizaron en categorías temáticas, lo que permitió identificar patrones inflamatorios en la aterosclerosis, correlaciones entre la inflamación y la progresión de la enfermedad, así como el impacto de las terapias antiinflamatorias en la reducción del riesgo cardiovascular. Este enfoque integral proporciona una visión estructurada del estado actual del conocimiento sobre la inflamación en la aterosclerosis y sus implicaciones clínicas, destacando oportunidades para futuras investigaciones y el desarrollo de estrategias terapéuticas más precisas en el manejo de enfermedades cardiovasculares.
Fisiopatología de la aterosclerosis y el rol de la inflamación:
La aterosclerosis es un proceso patológico complejo en el que la inflamación crónica desempeña un papel central en la formación y progresión de la placa ateromatosa. Uno de los primeros eventos en este proceso es la disfunción endotelial, un fenómeno crítico que se ve agravado por factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la dislipidemia. Estos factores contribuyen al aumento de la permeabilidad del endotelio, facilitando la entrada de lipoproteínas en la pared arterial y promoviendo la acumulación de lípidos (1; 6).
Una vez dentro de la pared arterial, las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés) sufren oxidación, convirtiéndose en LDL oxidadas (oxLDL, , por sus siglas en inglés), las cuales poseen una alta capacidad aterogénica. La presencia de oxLDL activa la respuesta inmune, atrayendo monocitos al sitio de la lesión. Este reclutamiento de células inflamatorias marca el inicio de una respuesta inflamatoria que acelera el desarrollo de la aterosclerosis (7; 8).
El proceso inflamatorio en la aterosclerosis está mediado por una compleja red de células y moléculas inflamatorias. Los monocitos que han migrado al endotelio se diferencian en macrófagos, los cuales fagocitan las oxLDL y se transforman en células espumosas. La acumulación de estas células dentro de la pared arterial es un sello distintivo de las lesiones ateroscleróticas tempranas y contribuye significativamente al crecimiento de la placa (9; 10). Además, la producción de citocinas proinflamatorias, como la interleucina-1 beta (IL-1β), el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina-6 (IL-6), perpetúa el estado inflamatorio dentro de la placa, promoviendo la activación de más células inmunitarias y la progresión de la enfermedad (1; 2).
En este proceso, los linfocitos T y B también desempeñan un papel clave. Los linfocitos T pueden modular la actividad de los macrófagos mediante la liberación de citocinas que favorecen o atenúan la inflamación, mientras que los linfocitos B contribuyen a la respuesta inmunitaria mediante la producción de anticuerpos y la secreción de moléculas inflamatorias (9; 10). A su vez, los inflamasomas, complejos proteicos intracelulares, amplifican la respuesta inflamatoria mediante la activación de citocinas proinflamatorias. Su activación está estrechamente relacionada con la disfunción endotelial y la formación de células espumosas, lo que agrava aún más la progresión de la aterosclerosis (11).
A medida que la placa aterosclerótica progresa, la inestabilidad de la misma se convierte en un factor determinante para la aparición de eventos cardiovasculares agudos. La apoptosis de las células vasculares y el estrés oxidativo debilitan la capa fibrosa de la placa, aumentando su vulnerabilidad a la ruptura (1; 7). Cuando esto ocurre, el material trombogénico expuesto desencadena la formación de trombos, lo que puede llevar a la obstrucción de la arteria y provocar eventos graves como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular (6; 12).
Biomarcadores inflamatorios en la aterosclerosis:
Los biomarcadores inflamatorios desempeñan un papel fundamental en la detección y progresión de la aterosclerosis, ya que permiten evaluar el grado de inflamación subyacente y predecir el riesgo cardiovascular. Uno de los biomarcadores más estudiados en este contexto es la hsCRP, la cual es un indicador bien establecido de inflamación sistémica. Diversos estudios han demostrado que niveles elevados de hsCRP se asocian con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos, incluso en individuos con un adecuado control de los factores de riesgo tradicionales. Esto resalta su utilidad en la identificación de personas con un riesgo inflamatorio residual, lo que sugiere la necesidad de enfoques terapéuticos más allá del control lipídico convencional (2).
Además de la hsCRP, las citocinas proinflamatorias como la IL-6 y elTNF-α desempeñan un papel clave en la patogénesis de la aterosclerosis. Estas moléculas promueven la disfunción endotelial, facilitan la adhesión de células inflamatorias a la pared arterial y contribuyen a la progresión de la placa aterosclerótica. Se ha observado que concentraciones elevadas de IL-6 y TNF-α están estrechamente relacionadas con un mayor riesgo cardiovascular, lo que refuerza la hipótesis de que la inflamación es un factor central en la evolución de esta enfermedad (1; 13).
El sistema inmunológico innato también juega un papel crucial en el proceso aterosclerótico, en el que los neutrófilos y los monocitos actúan como mediadores inflamatorios. Los neutrófilos contribuyen al entorno inflamatorio mediante la liberación de enzimas proteolíticas y especies reactivas de oxígeno, las cuales generan daño endotelial y favorecen la disfunción vascular. Por su parte, los monocitos migran hacia la íntima arterial, donde se diferencian en macrófagos y desempeñan una función clave en la formación y progresión de la placa aterosclerótica. Estos macrófagos liberan citocinas proinflamatorias y participan en la transformación de oxLDL en células espumosas, lo que contribuye al crecimiento de la lesión aterosclerótica (1).
En términos clínicos, los biomarcadores inflamatorios han demostrado ser herramientas valiosas tanto para el diagnóstico como para el pronóstico de la aterosclerosis. Marcadores como la hsCRP y la interleucina-8 (IL-8) pueden servir como indicadores tempranos de aterosclerosis subclínica, permitiendo la identificación de individuos en riesgo antes de la manifestación de síntomas clínicos. Esto es especialmente relevante en la prevención primaria, donde la detección precoz de la inflamación vascular podría orientar estrategias terapéuticas más eficaces (13).
Además de su papel en la identificación del riesgo, los biomarcadores inflamatorios también han cobrado relevancia en la orientación terapéutica. La evidencia derivada de ensayos clínicos como el CANTOS ha demostrado que los tratamientos antiinflamatorios dirigidos a estos biomarcadores pueden reducir el riesgo cardiovascular de manera independiente a los niveles de lípidos. Esto respalda la necesidad de considerar enfoques terapéuticos más allá de la reducción del colesterol, enfocándose en el control de la inflamación como un objetivo clave en la prevención y tratamiento de la aterosclerosis (14).
Estrategias terapéuticas dirigidas a la inflamación:
Uno de los fármacos más prometedores en este ámbito es el canakinumab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra la IL-1β, una citocina clave en la patogénesis de la aterosclerosis. Los ensayos clínicos han demostrado que el bloqueo de la vía del inflamasoma NLRP3/IL-1β mediante canakinumab puede reducir de manera significativa los episodios cardiovasculares, lo que refuerza su potencial como estrategia en la prevención secundaria de enfermedades cardiovasculares (4; 15).
Otro fármaco con propiedades antiinflamatorias es el metotrexato, tradicionalmente utilizado como tratamiento para enfermedades reumáticas. Su capacidad para reducir la inflamación sistémica ha generado interés en su posible aplicación en la prevención cardiovascular. Sin embargo, los resultados obtenidos en diferentes estudios han sido inconsistentes, lo que indica la necesidad de continuar investigando su verdadero impacto en la reducción del riesgo cardiovascular (16).
Las estatinas, ampliamente utilizadas para el control de la dislipidemia, también han mostrado efectos pleiotrópicos que van más allá de la reducción del colesterol. Estas incluyen propiedades antiinflamatorias, como la disminución de los niveles de proteína C reactiva (PCR) y otros marcadores inflamatorios, lo que contribuye a sus efectos protectores en la enfermedad cardiovascular (16). De manera similar, los inhibidores de la PCSK9, diseñados para disminuir los niveles de colesterol LDL, también han mostrado un impacto en la reducción de la inflamación, aunque esta área aún se encuentra en investigación (2).
Por otro lado, la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas ha llevado a la exploración de fármacos antioxidantes y antiinflamatorios con potencial para mitigar el estrés oxidativo y la inflamación en la aterosclerosis. Entre ellos destaca la colchicina, un fármaco aprobado para la enfermedad arterial coronaria debido a sus efectos antiinflamatorios, lo que lo convierte en una opción emergente para el tratamiento de la inflamación vascular crónica (3; 17).
Además de la terapia farmacológica, las modificaciones en el estilo de vida desempeñan un papel fundamental en la prevención y el manejo de la aterosclerosis. La adopción de una dieta antiinflamatoria, como la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras y grasas saludables, ha demostrado reducir la inflamación sistémica. Asimismo, la disminución del consumo de grasas saturadas y azúcares refinados puede contribuir a la reducción de los marcadores inflamatorios, lo que sugiere que la alimentación es un componente esencial en la prevención de enfermedades cardiovasculares (18).
El ejercicio físico también representa una estrategia clave en la reducción del riesgo cardiovascular, ya que el entrenamiento regular contribuye a mejorar la función endotelial, disminuir el estrés oxidativo y reducir la inflamación sistémica. Se ha observado que la actividad física no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también puede ralentizar la progresión de la aterosclerosis. De manera similar, el manejo del estrés es otro aspecto crucial, ya que el estrés crónico se ha relacionado con un aumento en la inflamación sistémica. Estrategias como la atención plena y los ejercicios de relajación han demostrado ser útiles para reducir la respuesta inflamatoria asociada al estrés (17).
En el ámbito de la investigación, se han desarrollado nuevas estrategias terapéuticas con un gran potencial para la prevención y el tratamiento de la aterosclerosis. El uso de nanopartículas se ha explorado como una opción para la administración selectiva de fármacos antiinflamatorios, lo que permite una terapia más dirigida y con menos efectos secundarios. Este enfoque busca mejorar la eficacia de los tratamientos actuales al reducir la exposición sistémica de los medicamentos y aumentar su efectividad en las áreas afectadas (19).
Otra línea de investigación innovadora es la inmunomodulación y el desarrollo de vacunas contra la aterosclerosis, cuyo objetivo es modificar la respuesta inmunitaria para prevenir la progresión de la enfermedad. Se han llevado a cabo estudios sobre terapias inmunomoduladoras que podrían modificar la inflamación crónica asociada a la aterosclerosis, aunque esta área aún se encuentra en fases preliminares de investigación (20).
Finalmente, la tecnología de edición genética CRISPR ha emergido como una posible herramienta para futuras intervenciones terapéuticas al permitir la modificación de genes específicos involucrados en las vías inflamatorias de la aterosclerosis. Aunque esta tecnología aún se encuentra en etapa experimental, su potencial para modificar la progresión de la enfermedad cardiovascular podría representar una revolución en la medicina personalizada (20).
Perspectivas futuras y desafíos en la terapia antiinflamatoria:
A pesar de los avances en la terapia antiinflamatoria para el tratamiento de la aterosclerosis, persisten diversas limitaciones que deben ser consideradas. La colchicina, actualmente el único agente antiinflamatorio aprobado para la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD), ha demostrado una eficacia limitada en ensayos recientes, lo que genera incertidumbre sobre su papel en el tratamiento a largo plazo (5). Además, muchos de los fármacos antiinflamatorios utilizados en la actualidad presentan vías de señalización molecular indefinidas, lo que plantea desafíos en términos de seguridad y eficacia. La falta de claridad sobre sus mecanismos de acción puede derivar en efectos adversos inesperados y en una variabilidad en los resultados clínicos (4).
Otro aspecto importante a considerar es que, si bien la inflamación se ha identificado como un factor de riesgo residual en la aterosclerosis, un enfoque exclusivo en su modulación podría desviar la atención de estrategias de intervención temprana que podrían ser más efectivas. La prevención primaria, a través de la modificación del estilo de vida y el tratamiento precoz de los factores de riesgo tradicionales, sigue siendo una herramienta fundamental en la reducción de la carga de la enfermedad cardiovascular (5).
En este contexto, se hace evidente la necesidad de estudios clínicos a largo plazo que permitan validar los beneficios de las terapias antiinflamatorias en la reducción de eventos cardiovasculares y la progresión de la aterosclerosis. Ensayos clínicos aleatorizados, como CANTOS y COLCOT, han demostrado resultados prometedores en la modulación de la inflamación y la reducción de eventos cardiovasculares adversos. Sin embargo, la heterogeneidad en los diseños de los estudios y en sus resultados subraya la necesidad de continuar investigando para consolidar la eficacia y seguridad de estas intervenciones (21).
Paralelamente, los avances en la medicina personalizada y las terapias dirigidas han abierto nuevas posibilidades para optimizar el tratamiento de la aterosclerosis. El uso de biomarcadores como la hsCRP ha mostrado potencial en la identificación de pacientes que podrían beneficiarse en mayor medida de las terapias antiinflamatorias. Este enfoque permitiría una selección más precisa de los tratamientos, evitando la administración innecesaria de fármacos en pacientes que no responderían de manera óptima a estas intervenciones (2).
En la misma línea, se han desarrollado estrategias terapéuticas dirigidas a vías inflamatorias específicas, como el inflamasoma NLRP3, con el objetivo de mejorar los resultados del tratamiento y minimizar los efectos adversos asociados a las terapias antiinflamatorias de amplio espectro (4).
Asimismo, las innovaciones en las tecnologías de diagnóstico por imágenes están revolucionando la detección y el diagnóstico de la aterosclerosis. Estas herramientas avanzadas permiten una evaluación más precisa de la inflamación vascular y de la progresión de la enfermedad, facilitando la implementación de intervenciones personalizadas y oportunas (5).
Conclusiones:
La aterosclerosis no solo es una enfermedad de acumulación lipídica, sino un proceso inflamatorio crónico en el que la activación del sistema inmunológico desempeña un papel fundamental. La disfunción endotelial, la acumulación de lipoproteínas oxidadas y la activación de células inflamatorias generan un entorno que favorece la progresión de la enfermedad y la inestabilidad de la placa, lo que aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares graves.
Los biomarcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva de alta sensibilidad y las interleucinas, permiten una evaluación más precisa del riesgo cardiovascular, incluso en pacientes con niveles normales de colesterol. El desarrollo de terapias dirigidas a la inflamación, como el canakinumab y la colchicina, ha demostrado ser una estrategia prometedora en la reducción del riesgo cardiovascular, aunque su implementación clínica aún enfrenta desafíos en términos de seguridad y selección de pacientes.
A pesar de los avances en terapias antiinflamatorias, la prevención primaria mediante modificaciones en el estilo de vida sigue siendo una estrategia clave en la reducción de la carga de la aterosclerosis. La investigación en inmunomodulación, terapia génica y administración selectiva de fármacos abre nuevas posibilidades para tratamientos más efectivos y personalizados. Sin embargo, es necesario continuar con estudios a largo plazo para validar la eficacia y seguridad de estas estrategias en la práctica clínica.
Referencias:
- Ajoolabady A, Pratico D, Lin L, Mantzoros CS, Bahijri S, Tuomilehto J, et al. Inflammation in atherosclerosis: pathophysiology and mechanisms. Cell Death And Disease [Internet]. 11 de noviembre de 2024;15(11). Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41419-024-07166-8
- Zubirán R, Neufeld EB, Dasseux A, Remaley AT, Sorokin AV. Recent Advances in Targeted Management of Inflammation In Atherosclerosis: A Narrative Review. Cardiology And Therapy [Internet]. 20 de julio de 2024;13(3):465-91. Disponible en: https://doi.org/10.1007/s40119-024-00376-3
- Cheng WH, Wang Y. Inflammatory Pathways in Coronary Artery Disease: Which Ones to Target for Secondary Prevention? Cells [Internet]. 21 de enero de 2025;14(3):153. Disponible en: https://doi.org/10.3390/cells14030153
- Potere N, Bonaventura A, Abbate A. Novel Therapeutics and Upcoming Clinical Trials Targeting Inflammation in Cardiovascular Diseases. Arteriosclerosis Thrombosis And Vascular Biology [Internet]. 10 de octubre de 2024;44(12):2371-95. Disponible en: https://doi.org/10.1161/atvbaha.124.319980
- Williams KJ. Inflammation in atherosclerosis: a Big Idea that has underperformed so far. Current Opinion In Lipidology [Internet]. 23 de enero de 2025; Disponible en: https://doi.org/10.1097/mol.0000000000000973
- Madaudo C, Coppola G, Parlati ALM, Corrado E. Discovering Inflammation in Atherosclerosis: Insights from Pathogenic Pathways to Clinical Practice. International Journal Of Molecular Sciences [Internet]. 30 de mayo de 2024;25(11):6016. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ijms25116016
- Triglia LT, Gurgoglione FL, Barocelli F, Bianconcini M, Niccoli G. Lipids and Inflammation: Novel Molecular Targets and Therapeutic Implications. Current Medicinal Chemistry [Internet]. 16 de septiembre de 2024;31. Disponible en: https://doi.org/10.2174/0109298673311105240902053715
- Kotlyarov S. Involvement of Lipids and Lipid Mediators in Inflammation and Atherogenesis. Current Medicinal Chemistry [Internet]. 19 de marzo de 2024;31. Disponible en: https://doi.org/10.2174/0109298673303369240312092913
- Pi H, Wang G, Wang Y, Zhang M, He Q, Zheng X, et al. Immunological perspectives on atherosclerotic plaque formation and progression. Frontiers In Immunology [Internet]. 27 de septiembre de 2024;15. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fimmu.2024.1437821
- Libby P. Inflammation and the pathogenesis of atherosclerosis. Vascular Pharmacology [Internet]. 28 de diciembre de 2023;154:107255. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.vph.2023.107255
- Theofilis P, Oikonomou E, Chasikidis C, Tsioufis K, Tousoulis D. Inflammasomes in Atherosclerosis—From Pathophysiology to Treatment. Pharmaceuticals [Internet]. 28 de agosto de 2023;16(9):1211. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ph16091211
- Sharma H, Mossman K, Austin RC. Fatal attractions that trigger inflammation and drive atherosclerotic disease. European Journal Of Clinical Investigation [Internet]. 29 de enero de 2024;54(5). Disponible en: https://doi.org/10.1111/eci.14169
- Nyárády B, Dósa E, Kőhidai L, Pállinger É, Gubán R, Szőnyi Á, et al. Associations between Various Inflammatory Markers and Carotid Findings in a Voluntary Asymptomatic Population Sample. International Journal Of Molecular Sciences [Internet]. 6 de septiembre de 2024;25(17):9656. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ijms25179656
- D’Aiello A, Filomia S, Brecciaroli M, Sanna T, Pedicino D, Liuzzo G. Targeting Inflammatory Pathways in Atherosclerosis: Exploring New Opportunities for Treatment. Current Atherosclerosis Reports [Internet]. 15 de octubre de 2024;26(12):707-19. Disponible en: https://doi.org/10.1007/s11883-024-01241-3
- Del Buono MG, Bonaventura A, Vecchié A, Moroni F, Golino M, Bressi E, et al. Pathogenic pathways and therapeutic targets of inflammation in heart diseases: A focus on Interleukin‐ European Journal Of Clinical Investigation [Internet]. 14 de octubre de 2023;54(2). Disponible en: https://doi.org/10.1111/eci.14110
- Attiq A, Afzal S, Ahmad W, Kandeel M. Hegemony of inflammation in atherosclerosis and coronary artery disease. European Journal Of Pharmacology [Internet]. 17 de enero de 2024;966:176338. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ejphar.2024.176338
- Fan D, Wang L, Chakraborty A, Zhang CL, Yang FH. Editorial: Novel treatments for cardiovascular diseases by targeting inflammation, oxidative stress, and cell death. Frontiers In Cardiovascular Medicine [Internet]. 7 de enero de 2025a;11. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fcvm.2024.1538222
- Zhao K, Zeng Z, He Y, Zhao R, Niu J, Sun H, et al. Recent advances in targeted therapy for inflammatory vascular diseases. Journal Of Controlled Release [Internet]. 3 de julio de 2024c;372:730-50. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.jconrel.2024.06.063
- Waksman R, Merdler I, Case BC, Waksman O, Porto I. Targeting inflammation in atherosclerosis: overview, strategy and directions. EuroIntervention [Internet]. 29 de diciembre de 2023;20(1):32-44. Disponible en: https://doi.org/10.4244/eij-d-23-00606
- Asare Y, Georgakis MK. Translating Anti-Inflammatory Strategies for Atherosclerosis: Deep Phenotyping, Next-Generation Drug Targets, and Precision Medicine. Cells [Internet]. 5 de agosto de 2024;13(15):1306. Disponible en: https://doi.org/10.3390/cells13151306
- Malik H, Harmouch W, Mai S, Salehin S, Gilani S. Abstract 4147319: Anti-inflammatory Agents and their Effect on Cardiovascular Disease: A Comprehensive Review of Literature. Circulation [Internet]. 12 de noviembre de 2024;150(Suppl_1). Disponible en: https://doi.org/10.1161/circ.150.suppl_1.4147319