El rol de la imagenología en el diagnóstico y manejo del politrauma: Evaluación de las técnicas de imagenología (TAC, RMN, ecografía) en la identificación y monitoreo de lesiones en pacientes politraumatizados
Autora principal: María Celeste Díaz Obando
Vol. XX; nº 06; 220
The role of imaging in the diagnosis and management of polytrauma: Evaluation of imaging techniques (CT, MRI, ultrasound) in the identification and monitoring of injuries in polytrauma patients
Fecha de recepción: 06/02/2025
Fecha de aceptación: 18/03/2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 06 Segunda quincena de Marzo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 06; 220
Autores:
Dra. María Celeste Díaz Obando
Médico general, UNIMED URGENT CARE. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: 0009-0007-2362-9580
Código Médico 17381
Dra. Addy Samantha De francisco Agüero
Médico general, COOPESANA. San José, Costa Rica.
Orcid: 0009-0007-0390-7002
Código Médico 18317
Dra. Ana Karen Blanco Salazar
Médico general, investigadora Independiente. San José, Costa Rica.
Orcid: 0009-0006-5627-8302
Código Médico 18326
Dr. Kewdell Loria Hidalgo
Médico general, CCSS. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: 0009-0006-5205-1071
Código Médico 18134
Dr. Deiver Josué González Dinarte
Médico general, UNIMED URGENT CARE. Alajuela, Costa Rica.
Orcid: 0009-0001-3082-2801
Código Médico 19041
Dr. Juan David Giraldo Noguera
Médico general, investigador Independiente. San José, Costa Rica.
Orcid: 0009-0006-5205-1071
Código Médico 19052
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Resumen:
La imagenología juega un papel fundamental en el diagnóstico y manejo del politrauma, permitiendo una evaluación rápida y precisa de pacientes con lesiones múltiples. El politrauma se refiere a la ocurrencia simultánea de lesiones en varias regiones del cuerpo o sistemas orgánicos, lo que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. Las técnicas de imagen, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética y el ultrasonido, son esenciales para identificar y evaluar la extensión de las lesiones, contribuyendo a la toma de decisiones clínicas oportunas.
La tomografía computarizada de cuerpo completo es la herramienta estándar en el manejo del politrauma debido a su capacidad para ofrecer imágenes detalladas y rápidas, especialmente en pacientes inestables. Aunque esta técnica implica un riesgo de exposición a radiación, su eficiencia en situaciones de emergencia justifica su uso. Por otro lado, la resonancia magnética es preferida en el seguimiento de lesiones cerebrales y en casos específicos, como traumatismos neurológicos o vasculares, al no requerir radiación. El ultrasonido, por su parte, es ideal para evaluaciones iniciales y en pacientes inestables, siendo especialmente útil para detectar hemorragias internas en cavidades como la pericárdica o peritoneal.
A pesar de los avances, existen limitaciones, como la necesidad de protocolos estandarizados para mejorar la precisión diagnóstica y reducir la mortalidad. Además, el acceso desigual a tecnologías avanzadas y la exposición a radiación continúan siendo desafíos importantes. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas, como la tomografía computarizada multienergía y la integración de inteligencia artificial, ofrecen un futuro prometedor para la mejora en la precisión diagnóstica y la optimización del tratamiento en el manejo del politrauma.
Palabras clave: Lesiones traumáticas, diagnóstico por imágenes, tomografía axial computarizada, resonancia magnética, ultrasonido, trauma múltiple.
Abstract:
Imaging plays a fundamental role in the diagnosis and management of polytrauma, allowing for a rapid and accurate assessment of patients with multiple injuries. Polytrauma refers to the simultaneous occurrence of injuries in several body regions or organ systems, which requires a comprehensive diagnostic and therapeutic approach. Imaging techniques, such as computed tomography, magnetic resonance imaging, and ultrasound, are essential to identify and assess the extent of injuries, contributing to timely clinical decision-making.
Full body computed tomography is the standard tool in the management of polytrauma due to its ability to provide detailed and rapid images, especially in unstable patients. Although this technique involves a risk of radiation exposure, its efficiency in emergency situations justifies its use. On the other hand, magnetic resonance imaging is preferred in the follow-up of brain injuries and in specific cases, such as neurological or vascular trauma, as it does not require radiation. Ultrasound, on the other hand, is ideal for initial assessments and in unstable patients, and is especially useful for detecting internal bleeding in cavities such as the pericardial or peritoneal cavities.
Despite advances, there are limitations, such as the need for standardized protocols to improve diagnostic accuracy and reduce mortality. In addition, unequal access to advanced technologies and radiation exposure continues to be major challenges. However, technological innovations, such as multi-energy computed tomography and the integration of artificial intelligence, offer a promising future for improving diagnostic accuracy and optimizing treatment in the management of polytrauma.
Keywords: Traumatic injuries, diagnostic imaging, computed tomography, magnetic resonance imaging, ultrasound, multiple trauma.
Introducción:
La imagenología desempeña un papel crucial en el diagnóstico y manejo del politrauma, proporcionando información esencial para un diagnóstico temprano y preciso. El politrauma se refiere a lesiones que afectan múltiples regiones del cuerpo o sistemas de órganos, a menudo resultantes de eventos de alto impacto como accidentes automovilísticos o caídas. El diagnóstico temprano y preciso es vital en estos casos para guiar el tratamiento adecuado y mejorar los resultados en los pacientes. Las tecnologías de imagen, como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), son herramientas indispensables en el cuidado del trauma, ofreciendo información detallada sobre la extensión y naturaleza de las lesiones. (1)
El politrauma implica lesiones en más de una región del cuerpo o sistema de órganos, lo que a menudo requiere estrategias de manejo complejas. Estas lesiones pueden variar desde fracturas y daños en tejidos blandos hasta lesiones en órganos internos, lo que exige un enfoque diagnóstico integral (1; 2).
El diagnóstico temprano mediante imagenología puede reducir significativamente la morbilidad y mortalidad al permitir intervenciones quirúrgicas oportunas, especialmente en casos como lesiones intestinales y mesentéricas, que a menudo son pasadas por alto (3). Las tecnologías de imagen, como las tomografías computarizadas, son críticas para identificar lesiones complejas, incluyendo traumas maxilofaciales y fracturas pélvicas, que requieren una planificación quirúrgica precisa (1; 2). Las técnicas avanzadas de imagen, apoyadas por algoritmos de aprendizaje profundo, mejoran la detección y clasificación de lesiones traumáticas, incrementando la precisión y eficiencia diagnóstica (4). La imagenología médica proporciona a los clínicos información confiable, guiando las decisiones de tratamiento y mejorando la precisión quirúrgica, lo que finalmente conduce a mejores resultados en los pacientes (5).
Aunque la imagenología es indispensable en el cuidado del trauma, persisten desafíos, como la necesidad de mejorar la conciencia y precisión diagnóstica para ciertas lesiones. Además, la integración de tecnologías avanzadas como el aprendizaje profundo en la práctica clínica aún está evolucionando, requiriendo un mayor desarrollo y validación para asegurar una adopción generalizada y un impacto significativo en el cuidado del paciente (3; 4).
El objetivo de este artículo de revisión es analizar el papel de la imagenología en el diagnóstico y manejo del politrauma, evaluando la efectividad de la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la ecografía en la identificación y monitoreo de lesiones. Se destaca la importancia del diagnóstico temprano y preciso, la adaptación de protocolos según la estabilidad del paciente y el uso de técnicas avanzadas para mejorar los resultados clínicos en pacientes politraumatizados.
Metodología:
Este documento presenta un análisis bibliográfico descriptivo basado en una selección de 18 investigaciones que cumplen con los criterios de inclusión establecidos. Los estudios seleccionados, publicados entre 2020 y 2025, están escritos en inglés o español. La recopilación de estos trabajos se realizó a través de varias plataformas digitales, incluyendo Elsevier, PubMed y Google Scholar, e incluye artículos de revistas académicas, metaanálisis y revisiones sistemáticas. Para la búsqueda, se emplearon términos clave específicos como: Lesiones traumáticas, diagnóstico por imágenes, tomografía axial computarizada, resonancia magnética, ultrasonido, trauma múltiple.
Técnicas de imagenología en el politrauma:
Tomografía axial computarizada (TAC):
La tomografía computarizada implica la rotación de una fuente de rayos X y detectores alrededor del paciente, capturando múltiples imágenes desde diferentes ángulos. Estas imágenes se procesan utilizando algoritmos computacionales para producir vistas transversales del cuerpo, que pueden reconstruirse en imágenes tridimensionales para un análisis detallado. El uso de agentes de contraste puede mejorar la visibilidad de los vasos sanguíneos y los tejidos blandos, aunque esto incrementa la invasividad del procedimiento (6; 7).
En el contexto del politrauma, la tomografía computarizada es la técnica de imagen estándar debido a su capacidad para diagnosticar rápida y precisamente una amplia gama de lesiones, incluyendo aquellas en la cabeza, el tórax, el abdomen y la pelvis (8; 9). En casos de trauma severo, se emplean a menudo escaneos de tomografía computarizada de cuerpo entero para asegurar que no se pasen por alto lesiones, aunque esto requiere una selección cuidadosa del protocolo para equilibrar la velocidad y la exposición a la radiación. La técnica es particularmente útil en pacientes inestables, donde el diagnóstico rápido es crítico para las decisiones de tratamiento inmediato (8).
Las ventajas de la tomografía computarizada incluyen su alto rendimiento diagnóstico y velocidad, lo cual es crucial en entornos de emergencia (6; 8). Además, la tomografía computarizada permite visualizar lesiones complejas en múltiples regiones del cuerpo simultáneamente (10). Sin embargo, la tomografía computarizada también tiene limitaciones, como la alta dosis de radiación, que representa un riesgo, especialmente con escaneos repetidos. Existe la posibilidad de artefactos, que pueden mitigarse mediante la adecuada posición del paciente, como la elevación de los brazos durante los escaneos. El uso de agentes de contraste puede limitar su uso en pacientes con alergias o insuficiencia renal (6; 7).
A pesar de que la tomografía computarizada sigue siendo una herramienta vital en el manejo del politrauma, se consideran modalidades de imagen alternativas como la ecografía y la resonancia magnética en contextos específicos para reducir la exposición a la radiación y proporcionar información complementaria. Estas alternativas, sin embargo, pueden tener limitaciones en términos de disponibilidad y alcance diagnóstico en comparación con la tomografía computarizada (6).
Resonancia magnética nuclear (RMN):
La imagenología por resonancia magnética opera sobre los principios de la resonancia magnética nuclear, utilizando campos magnéticos fuertes y ondas de radio para generar imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo. Esta técnica es especialmente efectiva en la visualización de tejidos blandos, proporcionando imágenes de alta resolución sin el uso de radiación ionizante, lo cual representa una ventaja significativa sobre las tomografías computarizadas (6).
En el contexto del politrauma, la resonancia magnética se emplea principalmente en el seguimiento de los pacientes politraumatizados, especialmente para detectar lesiones biliopancreáticas y anomalías neurológicas, como lesiones de la médula espinal (6; 11). Además, se utiliza para descartar lesiones vasculares y en casos donde la tomografía computarizada está contraindicada o resulta insuficiente, proporcionando información crítica que puede modificar las estrategias terapéuticas (11).
Las ventajas de la resonancia magnética incluyen su naturaleza no invasiva, la ausencia de exposición a la radiación y un contraste superior en los tejidos blandos, lo que la hace ideal para ciertas lesiones y escenarios de seguimiento. Sin embargo, presenta limitaciones como su disponibilidad limitada, tiempos de escaneo más prolongados y contraindicaciones como la claustrofobia y la presencia de dispositivos no compatibles con la resonancia magnética. Además, la resonancia magnética no se utiliza típicamente en situaciones agudas debido a estas restricciones (6; 11).
Ecografía:
La ecografía opera emitiendo ondas sonoras de alta frecuencia que se reflejan en los tejidos, creando imágenes a partir de los ecos recibidos. Esta técnica es particularmente útil para detectar colecciones de líquidos, como hemorragias en las cavidades pericárdica, pleural y peritoneal, lo cual es crucial en entornos de trauma (12). Además, al ser no invasiva y poder realizarse junto a la cama del paciente, la ecografía es ideal para pacientes inestables que no pueden ser trasladados para realizar imágenes más exhaustivas, como las tomografías computarizadas (6).
En el manejo del politrauma, la ecografía se emplea en la evaluación de lesiones abdominales, torácicas y vasculares, y es una herramienta integral en protocolos como la Evaluación Rápida con Ecografía para Trauma (FAST, por sus siglas en inglés) y la FAST extendida (e-FAST) (8; 12). Es eficaz para detectar complicaciones derivadas de trauma torácico, como el neumotórax y el hemotórax, especialmente en escenarios de combate o emergencias donde se requiere monitoreo continuo (13). En los casos de politrauma, la ecografía ayuda a la identificación rápida de condiciones potencialmente mortales, facilitando la intervención inmediata (14).
Entre las ventajas de la ecografía se incluyen su accesibilidad, su rentabilidad y su capacidad para proporcionar resultados inmediatos sin exposición a radiación (6). Sin embargo, presenta limitaciones, como la dependencia del operador, un campo de visión limitado y la dificultad para diferenciar estructuras debido a la similitud en la ecogenicidad (12). Además, la ecografía puede no ser tan sensible como la tomografía computarizada en la detección de ciertas lesiones, lo que requiere el uso complementario de otras modalidades de imagen para una evaluación más completa (8).
Comparación de técnicas de imagenología:
La tomografía computarizada es altamente eficaz para detectar lesiones en el tórax y en el interior del tórax, como fracturas de costillas, neumotórax y hemotórax, lo que la convierte en la opción preferida para el trauma torácico (15). Además, es el estándar para la imagenología de todo el cuerpo en casos de politrauma debido a sus amplias capacidades diagnósticas (6). En comparación, la resonancia magnética es superior para identificar lesiones traumáticas en tejidos blandos intracraneales y hemorragias intracraneales, particularmente en las fases subagudas a crónicas de lesiones cerebrales traumáticas (16). Por otro lado, la ecografía, aunque menos completa que la tomografía computarizada, es útil para evaluaciones junto a la cama del paciente y se puede mejorar con agentes de contraste para mejorar su rendimiento diagnóstico (6).
En términos de tiempo de diagnóstico y accesibilidad, la tomografía computarizada ofrece imágenes rápidas, lo cual es crucial en situaciones de emergencia, aunque requiere la estabilidad del paciente y acceso a instalaciones de tomografía computarizada (8). La resonancia magnética, generalmente más lenta y menos accesible que la tomografía computarizada, tiene limitaciones en entornos de emergencia debido a los tiempos de escaneo más largos y contraindicaciones como la claustrofobia (6). La ecografía, en cambio, es altamente accesible y rápida, lo que la hace adecuada para evaluaciones iniciales, especialmente en pacientes inestables (8).
En cuanto a los costos y recursos necesarios, tanto la tomografía computarizada como la resonancia magnética son intensivas en recursos, ya que requieren infraestructura significativa y personal capacitado. La tomografía computarizada es más ampliamente disponible, mientras que la resonancia magnética es más costosa y menos accesible. Por su parte, la ecografía es rentable y portátil, lo que la hace ideal para entornos con recursos limitados (6).
Finalmente, en cuanto a la precisión y especificidad de cada técnica, la tomografía computarizada presenta una alta precisión y especificidad para una amplia gama de lesiones, especialmente en el tórax y el abdomen (8; 15). La resonancia magnética ofrece una alta especificidad para lesiones cerebrales, proporcionando un contraste detallado en los tejidos blandos (16). La ecografía, por su parte, depende del operador y presenta una precisión variable, pero es útil para aplicaciones específicas como la detección de líquido libre en el abdomen (6).
Rol de la imagenología en el manejo del politrauma:
El diagnóstico inicial y la toma de decisiones en casos de politrauma requieren herramientas de imagen altamente eficaces y rápidas, ya que la identificación temprana de lesiones potencialmente mortales es esencial para la supervivencia del paciente. La tomografía computarizada de cuerpo entero (WBCT) se considera la piedra angular en este proceso, debido a su rapidez y cobertura integral, lo que permite la identificación rápida de lesiones graves que amenazan la vida (8; 9). En pacientes inestables, cuando la tomografía computarizada no es factible, las técnicas de ecografía como el FAST y el E-FAST proporcionan una visión rápida de condiciones críticas, como hemorragias internas, permitiendo una intervención inmediata (8; 14). Aunque la resonancia magnética no es la técnica estándar para el diagnóstico inicial, puede ser crucial en casos específicos, como lesiones neurológicas o vasculares, donde su capacidad para ofrecer detalles sobre tejidos blandos puede alterar significativamente las estrategias de tratamiento (11).
El monitoreo continuo de las lesiones y la evolución del paciente es un aspecto clave en el manejo de los politraumatizados. Tanto la tomografía computarizada como la ecografía son frecuentemente utilizadas para realizar imágenes de seguimiento, permitiendo observar el progreso de las lesiones y detectar complicaciones. La tomografía computarizada sigue siendo el estándar debido a sus capacidades de imágenes detalladas, mientras que la ecografía ofrece una opción no invasiva y disponible en la cabecera del paciente (6; 14). Por su parte, la resonancia magnética está siendo cada vez más utilizada en escenarios de seguimiento, especialmente en el caso de lesiones complejas como los traumatismos biliopancreáticos, gracias a su excelente contraste en tejidos blandos (6).
Innovaciones y avances tecnológicos:
El desarrollo de nuevas técnicas y la mejora de las existentes han sido fundamentales en la evaluación y manejo de las lesiones en pacientes con politrauma. En el campo de la neuroimagen, nuevas técnicas avanzadas, como las basadas en ultrasonido, resonancia magnética y en imágenes moleculares, han demostrado un gran potencial para la evaluación de las lesiones traumáticas en el cerebro. Estas tecnologías permiten una visualización detallada de los cambios cerebrales sutiles, así como la evaluación de la perfusión cerebral y los metabolitos, lo que es crucial para una detección temprana y precisa de lesiones cerebrales traumáticas (17). A pesar de los avances, la tomografía computarizada sigue siendo el estándar en el manejo del politrauma debido a su alto rendimiento diagnóstico. Sin embargo, las modalidades como el ultrasonido y la resonancia magnética están ganando terreno, especialmente en contextos específicos y en el seguimiento de los pacientes, ofreciendo opciones menos invasivas pero con capacidades diagnósticas mejoradas (6; 8).
Innovaciones recientes, como la tomografía computarizada de doble energía y las imágenes con contraste, han mejorado la precisión y seguridad de las modalidades de imagen, al mismo tiempo que reducen la exposición a la radiación sin comprometer la exactitud diagnóstica. Estas mejoras son fundamentales para garantizar que las técnicas de imagen sean tanto efectivas como seguras para los pacientes, especialmente en situaciones de trauma (18).
El uso de algoritmos de inteligencia artificial para el análisis de imágenes también está marcando una diferencia significativa en el diagnóstico del trauma. Estos algoritmos pueden mejorar la velocidad y precisión del análisis de imágenes, lo que facilita la detección temprana, el triaje y la caracterización de las lesiones, aspectos esenciales para el manejo efectivo del paciente traumatizado (18). Además, la integración de las técnicas de imagen en los sistemas de gestión hospitalaria permite un enfoque multidisciplinario en la atención del paciente. Esta integración facilita la toma de decisiones rápidas y el esfuerzo coordinado de tratamiento, aspectos que son cruciales en la gestión de casos de trauma complejo (8; 18).
Conclusiones:
Las tecnologías de imagen, como la tomografía computarizada de cuerpo completo, el ultrasonido y la resonancia magnética, desempeñan un papel fundamental en la evaluación de pacientes con múltiples lesiones. Cada modalidad aporta ventajas específicas, como la rapidez en el diagnóstico, la capacidad de visualización de lesiones complejas y la ausencia de radiación en el caso de la resonancia magnética, lo que permite tomar decisiones clínicas más informadas y oportunas, mejorando los resultados para los pacientes.
A pesar de la efectividad de las técnicas de imagen, su uso conlleva un riesgo de exposición a radiación, lo que plantea desafíos éticos, especialmente en pacientes vulnerables. Además, el acceso desigual a tecnologías avanzadas, como la tomografía computarizada de cuerpo completo y la tomografía computarizada multienergía, limita la capacidad de algunos centros de salud para implementar protocolos diagnósticos completos, lo que puede generar disparidades en la atención del trauma.
A medida que avanzan las tecnologías, la imagenología para el politrauma se beneficia de innovaciones como la tomografía computarizada multienergía, que mejora la calidad de las imágenes y reduce la radiación, y la integración de algoritmos de inteligencia artificial, que optimizan la detección y caracterización de las lesiones. Estas innovaciones tienen el potencial de mejorar la precisión diagnóstica, reducir la mortalidad y permitir una atención más eficiente y personalizada para los pacientes con politrauma.
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