El rol de la microbiota vaginal en la salud ginecológica: Impacto, desafíos y avances terapéuticos
Autora principal: Dra. Verónica Andrea Barrientos Valerio
Vol. XX; nº 08; 352
The role of vaginal microbiota in gynecological health: Impact, challenges and therapeutic advances
Fecha de recepción: 10 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 7 de abril de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 352
Autores:
Dra. Verónica Andrea Barrientos Valerio
Médico general en Hospital San Carlos, Alajuela, Costa Rica.
Código: 18500
Orcid: https://orcid.org/0009-0002-2450-568X
Dra. Kirlay Flores Fonseca.
Médico General, investigadora independiente, Limón, Costa Rica.
Código: 7696
Orcid: https://orcid.org/0009-0002-0600-4734
Dr. Ronald Chavarría Álvarez.
Médico General asistente del HMS, Puntarenas, Costa Rica.
Código: 17364
Orcid: https://orcid.org/0009-0006-5191-8745
Dr. Fabián Quirós Villalobos.
Médico General, investigador independiente, Limón, Costa Rica.
Código:13161
Ocid: https://orcid.org/0009-0008-0312-9607
Dr. Julio Adrián Ducca Castillo
Médico general, médico de Empresa, Heredia, Costa Rica.
Código: 17202
Orcid: https://orcid.org/0009-0003-0184-0773
Dr. José Agustín Matamoros Bustamante
Médico general, médicos asistente general, Hospital San Juan de Dios, San José.
Código: 3058
Orcid: https://orcid.org/0009-0008-9777-5297
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Palabras clave:
Key words:
Resumen:
La microbiota vaginal es un ecosistema complejo dominado por especies del género Lactobacillus spp, como L. crispatus, L. iners y L. gasseri, que contribuyen al mantenimiento de un pH ácido, protegiendo contra patógenos. Factores como la dieta, la edad, la etnia y el uso de anticonceptivos influyen en su composición, afectando la salud ginecológica.
El equilibrio de la microbiota vaginal es crucial para la prevención de infecciones y enfermedades ginecológicas. Su disrupción puede provocar vaginosis bacteriana, candidiasis vulvovaginal e incrementar la susceptibilidad a infecciones de transmisión sexual. Alteraciones en la microbiota también se han relacionado con endometriosis y cáncer cervical, lo que sugiere su influencia en la inflamación y la progresión de enfermedades.
Además, la microbiota vaginal desempeña un papel clave en la fertilidad. Un predominio de Lactobacillus se asocia con mejores resultados reproductivos, mientras que su disminución puede afectar la concepción y aumentar el riesgo de complicaciones en el embarazo. La microbiota endometrial también influye en la implantación del embrión y el éxito de la fecundación in vitro.
Las estrategias terapéuticas incluyen probióticos, prebióticos y simbióticos, que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas. Asimismo, alternativas como los caldos de fermentación de Lactobacillus han mostrado efectos antiinflamatorios y antimicrobianos, sugiriendo su potencial para tratar infecciones recurrentes y restaurar el equilibrio de la microbiota vaginal.
Abstract:
The vaginal microbiota is a complex ecosystem dominated by species of the genus Lactobacillus spp, such as L. crispatus, L. iners and L. gasseri, which contribute to maintaining an acidic pH, protecting against pathogens. Factors such as diet, age, ethnicity and contraceptive use influence its composition, affecting gynecological health.
The balance of the vaginal microbiota is crucial for the prevention of gynecological infections and diseases. Its disruption can lead to bacterial vaginosis, vulvovaginal candidiasis and increase susceptibility to sexually transmitted infections. Alterations in the microbiota have also been linked to endometriosis and cervical cancer, suggesting its influence on inflammation and disease progression.
Furthermore, the vaginal microbiota plays a key role in fertility. A predominance of Lactobacillus is associated with better reproductive outcomes, while its decrease can affect conception and increase the risk of pregnancy complications. The endometrial microbiota also influences embryo implantation and the success of in vitro fertilization.
Therapeutic strategies include probiotics, prebiotics and synbiotics, which promote the growth of beneficial bacteria. Furthermore, alternatives such as Lactobacillus fermentation broths have shown anti-inflammatory and antimicrobial effects, suggesting their potential to treat recurrent infections and restore the balance of the vaginal microbiota.
Introducción:
La microbiota vaginal desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud ginecológica, ya que influye en diversos aspectos de la salud femenina, como los resultados reproductivos, la protección contra infecciones y la posible relación con enfermedades crónicas. Este ecosistema microbiano es complejo y está dominado principalmente por especies de Lactobacillus spp, que son esenciales para mantener un entorno vaginal saludable al contribuir a un pH bajo. Este ambiente ácido impide la colonización de bacterias patógenas y, por tanto, protege al tracto vaginal de infecciones. La composición y diversidad de la microbiota vaginal pueden tener efectos significativos sobre la fertilidad, la susceptibilidad a infecciones y el dolor pélvico crónico (1; 2).
La microbiota vaginal se refiere a una comunidad dinámica de microorganismos que habitan el tracto vaginal, compuesta principalmente por especies de Lactobacillus. Estos lactobacilos son esenciales para mantener un entorno vaginal saludable, ya que generan un ambiente ácido mediante la producción de ácido láctico, lo cual previene la proliferación de microorganismos patógenos (1; 2). Además de Lactobacillus, la microbiota vaginal también incluye otras especies bacterianas como Gardnerella spp, Prevotella spp y Streptococcus spp, las cuales, en ciertas condiciones patológicas, pueden volverse más prevalentes, alterando el equilibrio microbiano y contribuyendo al desarrollo de infecciones y otros trastornos ginecológicos (1).
La microbiota vaginal no solo juega un papel fundamental en la protección contra infecciones, sino que también influye directamente en la salud reproductiva. Un ejemplo clave es su impacto en los resultados de la fertilización in vitro (FIV). Se ha observado que una mayor abundancia de Lactobacillus iners y Pseudomonas spp. está asociada con resultados adversos en la FIV, sugiriendo que un desequilibrio en la microbiota vaginal podría influir negativamente en los procesos reproductivos (3). Además, las alteraciones en la microbiota vaginal están relacionadas con afecciones como el síndrome de ovario poliquístico, que afecta al microbioma del tracto reproductivo y, a su vez, puede tener un impacto negativo en la fertilidad de las mujeres (2).
Una microbiota vaginal sana actúa como una barrera protectora frente a diversas infecciones, incluida la vaginosis bacteriana y las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH). La vaginosis bacteriana, que es una alteración del equilibrio bacteriano vaginal, está asociada con complicaciones en el embarazo, como el parto prematuro y el bajo peso al nacer (4). La presencia de Lactobacillus en la microbiota vaginal ha mostrado una relación inversa con el riesgo de infección por el VPH y la progresión hacia el cáncer cervical, lo que subraya su función protectora frente a la oncogénesis en el cuello uterino. Estos hallazgos destacan la importancia de mantener un equilibrio saludable de microorganismos en la vagina, no solo para prevenir infecciones, sino también para proteger la salud reproductiva a largo plazo (1).
Más allá de las infecciones y la fertilidad, la microbiota vaginal también está asociada con enfermedades crónicas como el dolor pélvico crónico. En estudios recientes, se ha observado que un aumento en la diversidad de la microbiota vaginal y la presencia de bacterias específicas pueden estar correlacionados con la sensibilidad y la intensidad del dolor pélvico crónico, una afección debilitante que afecta a muchas mujeres. Este hallazgo sugiere que los cambios en la composición de la microbiota vaginal podrían influir en la patogénesis de enfermedades crónicas, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de condiciones ginecológicas complejas (5).
El objetivo de este artículo es revisar y analizar el papel fundamental de la microbiota vaginal en la salud ginecológica, enfocándose en su influencia sobre la fertilidad, la protección contra infecciones y su relación con enfermedades crónicas. A través de una revisión exhaustiva de la literatura actual, se pretende profundizar en la composición, funciones y alteraciones de la microbiota vaginal, así como su impacto en diversas condiciones ginecológicas, con el fin de proporcionar una comprensión más clara de su relevancia en la salud femenina y señalar posibles direcciones para futuras investigaciones y enfoques terapéuticos.
Metodología:
Para el desarrollo de esta investigación sobre la influencia de la microbiota vaginal en la salud ginecológica y reproductiva, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el objetivo de analizar la composición y función del microbioma vaginal, su relación con diversas patologías y la efectividad de las estrategias terapéuticas basadas en probióticos y prebióticos. Esta revisión abordó aspectos clave como el mantenimiento del equilibrio ácido-base vaginal, el papel de la microbiota en la prevención de infecciones, su influencia en la fertilidad y embarazo, y el impacto de las terapias dirigidas a modular su composición.
Para garantizar la calidad y relevancia de la información analizada, se consultaron bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web of Science, debido a su amplia cobertura en microbiología, ginecología y salud reproductiva. Se establecieron criterios de inclusión y exclusión rigurosos. Se incluyeron estudios publicados entre 2020 y 2025, en inglés o español, que examinaran la composición del microbioma vaginal, su papel en la homeostasis del tracto genital femenino y su relación con patologías como la vaginosis bacteriana, candidiasis, infecciones de transmisión sexual y complicaciones reproductivas. También se consideraron investigaciones sobre el impacto de probióticos, prebióticos y simbióticos en la microbiota vaginal. Se excluyeron publicaciones con datos incompletos, estudios duplicados o aquellos sin revisión por pares. Para la búsqueda, se utilizaron palabras clave como:
La búsqueda inicial identificó 23 fuentes relevantes, incluyendo artículos originales, revisiones sistemáticas, estudios clínicos y documentos de organismos especializados en microbiología y ginecología. A partir de estas fuentes, se realizó un análisis detallado para extraer información sobre la diversidad bacteriana en la microbiota vaginal sana y enferma, los mecanismos de interacción entre las comunidades microbianas y el sistema inmunológico, y el impacto de las intervenciones terapéuticas dirigidas a modular el microbioma vaginal.
El análisis se llevó a cabo utilizando enfoques cualitativos y comparativos. Se sintetizaron los hallazgos y se organizaron en categorías temáticas, lo que permitió identificar patrones microbianos asociados con diversas condiciones ginecológicas, correlaciones con la inflamación vaginal y efectos de las terapias basadas en probióticos y prebióticos. Este enfoque integral proporciona una visión estructurada del estado actual del conocimiento sobre la microbiota vaginal y sus implicaciones clínicas, destacando oportunidades para futuras investigaciones y el desarrollo de estrategias terapéuticas más eficaces en ginecología y salud reproductiva.
Composición de la microbiota vaginal:
La microbiota vaginal está compuesta por una variedad de especies bacterianas que desempeñan un papel crucial en la salud ginecológica, destacando especialmente las especies del género Lactobacillus spp, como L. crispatus, L. iners y L. gasseri. Estas especies se asocian predominantemente con un entorno vaginal saludable, contribuyendo a mantener un pH bajo que impide la proliferación de patógenos. L. crispatus es particularmente relevante debido a su capacidad para producir compuestos antiinflamatorios, lo que favorece un entorno vaginal equilibrado (6; 7). Sin embargo, existen otras especies bacterianas que, aunque menos predominantes, también tienen implicaciones importantes en la salud vaginal. Entre ellas se encuentra Gardnerella vaginalis, una bacteria frecuentemente relacionada con la vaginosis bacteriana. Esta especie interactúa tanto con receptores proinflamatorios como antiinflamatorios, lo que puede afectar el equilibrio de la microbiota y promover estados patológicos (6).
Diversos factores influyen en la composición de la microbiota vaginal, lo que puede alterar su equilibrio y, en consecuencia, afectar la salud ginecológica. La dieta juega un papel significativo, ya que una ingesta alta de carbohidratos se ha asociado con un aumento de L. crispatus, mientras que una ingesta más baja de estos nutrientes parece favorecer la proliferación de L. iners y especies anaeróbicas. Además, los aminoácidos y otros macronutrientes también tienen un impacto considerable sobre la diversidad de la microbiota vaginal, influyendo en su composición y, por ende, en el estado de salud vaginal (8; 9). Otro factor relevante es la edad y la etnia, ya que se ha observado que diferentes grupos étnicos presentan variaciones en la abundancia de especies de Lactobacillus, lo que podría tener implicaciones en la susceptibilidad a enfermedades y en la respuesta a tratamientos (8).
El uso de anticonceptivos y los hábitos de higiene íntima también afectan la microbiota vaginal, aunque los estudios específicos en estos contextos son aún limitados. Es sabido que ciertos métodos anticonceptivos pueden alterar el equilibrio bacteriano vaginal, pero los mecanismos exactos y los efectos a largo plazo requieren mayor investigación. De manera similar, las prácticas de higiene vaginal, especialmente aquellas que implican el uso de productos que alteran el pH o la flora bacteriana, también pueden influir en la composición de la microbiota (9).
Para estudiar y comprender mejor la microbiota vaginal, se emplean métodos avanzados de análisis como la secuenciación del microbioma. La secuenciación de amplicones del rRNA 16S y la secuenciación metagenómica automática son herramientas esenciales que permiten identificar las especies bacterianas presentes y determinar su abundancia en el tracto vaginal (8; 9). Además, la metatranscriptómica se ha convertido en una técnica útil para examinar las actividades funcionales de la microbiota, ayudando a distinguir entre los estados saludables y patológicos del microbioma vaginal (10).
Función protectora de la microbiota vaginal:
El mantenimiento del equilibrio ácido-base vaginal es fundamental para la salud ginecológica, y uno de los principales responsables de esta regulación son los lactobacilos, particularmente Lactobacillus crispatus. Estas bacterias producen ácido láctico, que contribuye a la acidificación del entorno vaginal, lo que a su vez genera un pH bajo. Este ambiente ácido es altamente desfavorable para muchos patógenos, lo que previene la proliferación de microorganismos nocivos y protege contra infecciones (11; 12).
Los probióticos, al fomentar el crecimiento de lactobacilos beneficiosos, pueden mejorar esta función protectora. La suplementación con estos microorganismos favorece un ambiente vaginal saludable, promoviendo la proliferación de las especies de lactobacilos que ayudan a mantener un pH vaginal óptimo. Esto refuerza las barreras naturales contra infecciones y contribuye a un mejor estado de salud ginecológica (13).
Una de las formas en que los lactobacilos protegen contra las infecciones es mediante la producción de compuestos antimicrobianos, como el peróxido de hidrógeno y las bacteriocinas. Estos compuestos inhiben el crecimiento de bacterias y hongos patógenos, reduciendo el riesgo de infecciones comunes, como la vaginosis bacteriana y las infecciones del tracto urinario. Además, la producción de estos compuestos antimicrobianos refuerza las defensas naturales del tracto genital al actuar como barreras químicas contra los microorganismos dañinos (12; 13).
La microbiota vaginal también desempeña un papel esencial en la defensa contra las infecciones de transmisión sexual (ITS). Al modular la respuesta inmunitaria local, la microbiota vaginal contribuye a reducir la infectividad viral, disminuyendo el riesgo de transmisión de ITS. Este proceso de modulación inmunitaria se logra mediante la interacción entre los microorganismos de la microbiota y las células inmunitarias locales, lo que mejora la capacidad del organismo para responder a los patógenos (11). Además, la diversidad funcional del microbioma vaginal, representada por diferentes tipos de estados comunitarios metagenómicos, tiene un papel crucial en la protección contra las enfermedades del tracto genital, al fortalecer la respuesta inmunológica y garantizar un entorno vaginal saludable (14).
Alteraciones en la microbiota vaginal y su impacto en la salud ginecológica:
La vaginosis bacteriana es una condición caracterizada por un cambio en la microbiota vaginal, que pasa de estar dominada por los lactobacilos a estar dominada por bacterias anaeróbicas, como Gardnerella vaginalis. Este cambio en la composición bacteriana compromete la barrera epitelial vaginal, lo que favorece la inflamación y aumenta la vulnerabilidad a diversas infecciones, como la infección por el virus del herpes simple tipo 2. La alteración de la microbiota vaginal en vaginosis bacteriana no solo genera una respuesta inflamatoria local, sino que también puede alterar la función del epitelio vaginal, haciendo que las personas afectadas sean más susceptibles a patógenos (15).
El análisis funcional de las bacterias asociadas con la vaginosis bacteriana ha revelado que estas emplean estrategias para resistir las defensas del huésped y perturbar la integridad epitelial. Estos mecanismos permiten la formación y persistencia de biopelículas, lo que dificulta la eliminación de las bacterias y contribuye a la cronicidad de la infección. Las biopelículas, al actuar como una barrera protectora, permiten que las bacterias permanezcan en el tracto vaginal, resistiendo la respuesta inmunitaria del huésped y dificultando el tratamiento (10).
En cuanto a las infecciones por hongos, la candidiasis vulvovaginal se asocia con una disminución de los lactobacilos en la microbiota vaginal y un aumento en la presencia de Candida albicans. Este desequilibrio favorece el crecimiento del hongo, que provoca infecciones recurrentes. Tratamientos como VAGINNE®, que buscan restaurar el dominio de los lactobacilos en la microbiota vaginal, han mostrado eficacia para reducir la inflamación, mantener la integridad epitelial y ofrecer una alternativa a los antifúngicos convencionales (16). La candidiasis vulvovaginal recurrente también está asociada con perfiles microbianos y metabólicos específicos, como el aumento del metabolismo del glucógeno y la activación de las vías de síntesis de peptidoglicanos. Estos cambios metabólicos podrían estar contribuyendo a la recidiva de la infección (17).
La disbiosis vaginal, particularmente la presencia de Gardnerella vaginalis, también aumenta la susceptibilidad a las ITS. Esta alteración de la microbiota vaginal puede comprometer la barrera de protección del tracto genital y alterar la respuesta inmunitaria local, lo que se refleja en el aumento de las tasas de infección por el virus del herpes simple tipo 2 (15). Además, la presencia de hongos en la microbiota vaginal, junto con las bacterias, puede influir en la susceptibilidad a las ITS. Este fenómeno podría deberse a la inflamación crónica que generan los patógenos y a la modulación de la respuesta inmunológica, que facilita la entrada y proliferación de los agentes infecciosos (16).
En cuanto a la relación entre la microbiota vaginal y la endometriosis, se ha encontrado una correlación positiva entre la disbiosis vaginal y la presencia de esta enfermedad. Aunque los mecanismos aún no se comprenden completamente, se postula que la disbiosis podría contribuir al entorno inflamatorio que caracteriza a la endometriosis, favoreciendo la persistencia de la enfermedad. Esta alteración en la microbiota vaginal podría influir en la inflamación y la progresión de la endometriosis, complicando aún más el manejo de esta condición (17)
Por último, el cáncer de cuello uterino también está asociado con cambios en la microbiota vaginal. Se han observado alteraciones significativas, como el agotamiento de lactobacilos y el enriquecimiento de Prevotella spp, tanto en el cáncer de cuello uterino como en las afecciones precancerosas. Estos cambios en la microbiota pueden influir en la progresión de la enfermedad al afectar la respuesta inmunitaria local y alterar la integridad epitelial del cuello uterino. El desequilibrio bacteriano podría, por tanto, contribuir al desarrollo y la progresión de lesiones precancerosas y cáncer cervical (18).
Microbiota vaginal y fertilidad:
La microbiota vaginal desempeña un papel fundamental en la fertilidad femenina, siendo crucial para mantener un entorno reproductivo saludable. En particular, la presencia de especies de Lactobacillus es esencial para el equilibrio microbiano vaginal. El predominio de estos lactobacilos se asocia generalmente con resultados reproductivos positivos, dado que estas bacterias son capaces de mantener un ambiente vaginal ácido que favorece la salud ginecológica. Por otro lado, la abundancia de otras bacterias, como las especies de Pseudomonas, puede afectar negativamente la fertilidad. La presencia de estas bacterias patógenas altera el equilibrio de la microbiota y puede interferir con la concepción (3).
Además, el microbioma intestinal también juega un papel importante en la fertilidad femenina. A través del eje intestino-cerebro, el microbioma intestinal puede afectar el equilibrio hormonal y la inflamación sistémica, factores clave en la salud reproductiva. Los desequilibrios en este microbioma pueden tener implicaciones más amplias, influyendo en la regulación hormonal y en la respuesta inmune, ambos esenciales para un entorno favorable a la concepción (20).
Un desequilibrio en la microbiota vaginal, como la disminución del predominio de los lactobacilos, no solo afecta la fertilidad, sino que también está relacionado con complicaciones en el embarazo. Las alteraciones en la microbiota vaginal se asocian con resultados adversos, tales como el aborto espontáneo y el parto prematuro. El desequilibrio microbiano altera la barrera protectora de la vagina, creando un ambiente inflamatorio que puede desencadenar complicaciones en el embarazo. Esta relación entre la microbiota vaginal y los resultados reproductivos resalta la importancia de mantener un microbioma vaginal equilibrado para prevenir complicaciones durante la gestación (21).
El microbioma endometrial, que es más diverso que el vaginal, también tiene un impacto en los resultados reproductivos. Un microbioma endometrial que no está dominado por Lactobacillus se asocia con peores resultados en tratamientos de FIV. La diversidad microbiana en el endometrio puede influir en la receptividad del útero, afectando la implantación del embrión y, por lo tanto, el éxito de la FIV . Esta conexión entre la microbiota endometrial y la fertilidad subraya la importancia de evaluar tanto la microbiota vaginal como la endometrial en mujeres que buscan concebir (21).
La composición de la microbiota vaginal también influye en el éxito de los tratamientos de fertilización asistida, como la FIV. Se ha encontrado que una mayor abundancia de Lactobacillus iners y Pseudomonas spp. está asociada con menores tasas de embarazo tras la transferencia embrionaria. Este hallazgo sugiere que los desequilibrios microbianos pueden interferir con el proceso de implantación y con el éxito del tratamiento. En este contexto, evaluar la microbiota vaginal antes de la transferencia de embriones podría ser una herramienta útil para optimizar los tiempos y personalizar los tratamientos de fertilización asistida. Al ajustar el equilibrio microbiano vaginal, se podría mejorar la receptividad uterina y, potencialmente, las tasas de éxito de la FIV (3).
Intervenciones terapéuticas y estrategias para modificar la microbiota vaginal:
Los probióticos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de la microbiota vaginal, ya que ayudan a conservar un pH ácido mediante la producción de ácido láctico, lo que genera un entorno hostil para los microorganismos patógenos. Además, estos microorganismos beneficiosos tienen la capacidad de producir compuestos antimicrobianos y de modular la respuesta inmunológica, lo que contribuye a la prevención de infecciones vaginales y urinarias. Entre los probióticos más estudiados se encuentran las especies de Lactobacillus spp, que han demostrado ser clave en la protección contra diversas afecciones ginecológicas (11; 13)
En complemento a los probióticos, los prebióticos también cumplen una función esencial en la salud vaginal. Estos compuestos, que consisten en oligosacáridos no digeribles, favorecen el crecimiento de los lactobacilos y potencian su eficacia en la restauración del equilibrio microbiano. Al servir como sustrato para el crecimiento de bacterias beneficiosas, los prebióticos contribuyen a mantener una microbiota vaginal saludable y a prevenir alteraciones que podrían derivar en infecciones (13).
Por otra parte, los simbióticos, que combinan probióticos y prebióticos, representan una estrategia terapéutica con beneficios adicionales. La combinación de ambos elementos no solo apoya el crecimiento de bacterias beneficiosas, sino que también potencia su actividad, lo que puede mejorar significativamente la estabilidad del ecosistema microbiano vaginal y su resistencia a las alteraciones (13).
La efectividad de los lactobacilos en la salud vaginal ha sido ampliamente estudiada, y diversos productos basados en estos microorganismos han demostrado beneficios en la prevención y el tratamiento de infecciones ginecológicas. Por ejemplo, los caldos de fermentación de lactobacilos, como VAGINNE®, han mostrado propiedades antiinflamatorias y actividad contra Candida albicans, reduciendo las citocinas proinflamatorias y preservando la integridad del tejido vaginal en modelos de candidiasis vulvovaginal. Estos efectos sugieren que los probióticos pueden ser una alternativa eficaz para el manejo de infecciones recurrentes, particularmente en pacientes con resistencia a tratamientos antifúngicos convencionales (16).
Además, ciertas cepas probióticas específicas han mostrado eficacia en mejorar la salud vaginal en distintas etapas de la vida. Especies como Lactiplantibacillus plantarum y Lacticaseibacillus rhamnosus han demostrado beneficios en mujeres posmenopáusicas, logrando reducir marcadores inflamatorios y aumentar la abundancia de lactobacilos en la microbiota vaginal. Esto es particularmente relevante, dado que las alteraciones en la microbiota vaginal durante la menopausia pueden predisponer a infecciones y disbiosis (21).
En cuanto al impacto de las terapias con antibióticos, si bien estos fármacos son efectivos para el control de infecciones vaginales, su uso puede generar disbiosis al alterar el equilibrio microbiano. Esto puede comprometer la efectividad del tratamiento y favorecer la recurrencia de infecciones. Por esta razón, el uso concomitante de probióticos y prebióticos podría ser una estrategia útil para mitigar los efectos adversos de los antibióticos en la microbiota vaginal y promover una recuperación más rápida del equilibrio microbiano (23).
Un problema adicional relacionado con el uso de antibióticos y antifúngicos es la creciente resistencia de ciertas especies patógenas, como Candida albicans, a estos tratamientos. La aparición de cepas resistentes resalta la necesidad de desarrollar estrategias terapéuticas alternativas, en las que los probióticos y los prebióticos pueden jugar un papel clave en el control y prevención de infecciones vaginales recurrentes (23).
Conclusiones:
La microbiota vaginal está compuesta por una diversidad de microorganismos, entre los cuales las especies del género Lactobacillus spp. desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de un entorno vaginal saludable. Estas bacterias contribuyen a la regulación del pH vaginal mediante la producción de ácido láctico, lo que previene la proliferación de patógenos. Sin embargo, diversos factores pueden alterar este equilibrio, incluyendo la dieta, la edad, los hábitos de higiene y el uso de anticonceptivos, lo que puede predisponer a disbiosis y favorecer el desarrollo de enfermedades como la vaginosis bacteriana y la candidiasis. La investigación sobre la composición y funciones de la microbiota vaginal es clave para comprender su rol en la prevención de enfermedades ginecológicas y desarrollar estrategias para preservar su estabilidad.
La alteración de la microbiota vaginal no solo está relacionada con infecciones comunes como la vaginosis bacteriana y la candidiasis vulvovaginal, sino también con enfermedades de mayor impacto, como las infecciones de transmisión sexual, la endometriosis y el cáncer cervical. En particular, la disbiosis vaginal puede comprometer la respuesta inmunitaria local y la integridad epitelial, aumentando la susceptibilidad a patógenos y favoreciendo la inflamación crónica. Además, su influencia en la fertilidad femenina es cada vez más evidente, dado que el predominio de Lactobacillus spp. se asocia con mejores resultados en tratamientos de reproducción asistida, mientras que la presencia de bacterias patógenas puede afectar la implantación embrionaria y el éxito de la FIV. Por lo tanto, mantener un equilibrio adecuado en la microbiota vaginal no solo es esencial para la salud ginecológica, sino también para optimizar los resultados reproductivos.
La investigación en terapias basadas en la microbiota ha permitido el desarrollo de estrategias para restaurar el equilibrio vaginal y prevenir enfermedades ginecológicas. Los probióticos, principalmente aquellos que contienen cepas de Lactobacillus spp., han demostrado ser eficaces en la regulación del pH vaginal y la inhibición del crecimiento de microorganismos patógenos. Asimismo, el uso de prebióticos y simbióticos ha mostrado beneficios adicionales al favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas y reforzar la estabilidad del ecosistema vaginal. Sin embargo, el uso indiscriminado de antibióticos y antifúngicos puede provocar disbiosis y contribuir a la resistencia antimicrobiana, por lo que su combinación con probióticos podría ser una alternativa más segura y efectiva a largo plazo. A medida que se profundiza en el conocimiento del microbioma vaginal, nuevas estrategias terapéuticas pueden surgir, ofreciendo tratamientos más personalizados y eficaces para mejorar la salud ginecológica y reproductiva de las mujeres.
Referencias:
- Li Y, Wu X. Vaginal microbiome distinction in women with HPV+, cervical intraepithelial neoplasia, and cervical cancer, a retrospective study. Frontiers In Cellular And Infection Microbiology [Internet]. 17 de enero de 2025;14. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fcimb.2024.1483544
- Lee S, Aasmets O, Arffman RK, Laru J, Rossi HR, Salumets A, et al. The reproductive tract microbiome in women with polycystic ovary syndrome and across different menstrual cycle phases. Human Reproduction [Internet]. 10 de enero de 2025; Disponible en: https://doi.org/10.1093/humrep/deae270
- Zhao H, Wang C, Rao MPN, Rafiq M, Luo G, Li S, et al. Effects of vaginal microbiota on in vitro fertilization outcomes in women with different infertility causes. Microbiology Spectrum [Internet]. 27 de enero de 2025; Disponible en: https://doi.org/10.1128/spectrum.01255-24
- Sethi N, Narayanan V, Saaid R, Adlan ASA, Ngoi ST, Teh CSJ, et al. Prevalence, risk factors, and adverse outcomes of bacterial vaginosis among pregnant women: a systematic review. BMC Pregnancy And Childbirth [Internet]. 20 de enero de 2025;25(1). Disponible en: https://doi.org/10.1186/s12884-025-07144-8
- Cardaillac C, Trottier C, Brochard C, Aubert P, Bordron P, Perrouin-Verbe MA, et al. GUT, VAGINAL AND URINARY MICROBIOTA AS POTENTIAL BIOMARKERS OF SENSITIZATION IN WOMEN WITH CHRONIC PELVIC PAIN. American Journal Of Obstetrics And Gynecology [Internet]. 1 de enero de 2025; Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ajog.2025.01.013
- Decout A, Krasias I, Roberts L, Molina BG, Charenton C, Romero DB, et al. Lactobacillus crispatus S-layer proteins modulate innate immune response and inflammation in the lower female reproductive tract. Nature Communications [Internet]. 30 de diciembre de 2024;15(1). Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41467-024-55233-7
- Glick V, Webber CA, Simmons LE, Martin MC, Ahmad M, Kim CH, et al. Vaginal lactobacilli produce anti-inflammatory β-carboline compounds. Cell Host & Microbe [Internet]. 17 de octubre de 2024;32(11):1897-1909.e7. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.chom.2024.09.014
- Miller C, Morikawa K, Benny P, Riel J, Fialkowski MK, Qin Y, et al. Effects of Dietary Quality on Vaginal Microbiome Composition Throughout Pregnancy in a Multi-Ethnic Cohort. Nutrients [Internet]. 8 de octubre de 2024;16(19):3405. Disponible en: https://doi.org/10.3390/nu16193405
- Corbett GA, Moore R, Feehily C, Killeen SL, O’Brien E, Van Sinderen D, et al. Dietary amino acids, macronutrients, vaginal birth, and breastfeeding are associated with the vaginal microbiome in early pregnancy. Microbiology Spectrum [Internet]. 4 de octubre de 2024;12(11). Disponible en: https://doi.org/10.1128/spectrum.01130-24
- Santos S, Copeland C, Macklaim JM, Reid G, Gloor GB. Vaginal metatranscriptome meta-analysis reveals functional BV subgroups and novel colonisation strategies. Microbiome [Internet]. 21 de diciembre de 2024b;12(1). Disponible en: https://doi.org/10.1186/s40168-024-01992-w
- Avitabile E, Menotti L, Croatti V, Giordani B, Parolin C, Vitali B. Protective Mechanisms of Vaginal Lactobacilli against Sexually Transmitted Viral Infections. International Journal Of Molecular Sciences [Internet]. 23 de agosto de 2024;25(17):9168. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ijms25179168
- Al K, Parris J, Engelbrecht K, Reid G, Burton JP. Interconnected microbiomes—insights and innovations in female urogenital health. FEBS Journal [Internet]. 30 de julio de 2024; Disponible en: https://doi.org/10.1111/febs.17235
- Pagar R, Deshkar S, Mahore J, Patole V, Deshpande H, Gandham N, et al. The microbial revolution: Unveiling the benefits of vaginal probiotics and prebiotics. Microbiological Research [Internet]. 31 de mayo de 2024;286:127787. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.micres.2024.127787
- Holm JB, France MT, Gajer P, Ma B, Brotman RM, Shardell M, et al. Integrating compositional and functional content to describe vaginal microbiomes in health and disease. Microbiome [Internet]. 30 de noviembre de 2023;11(1). Disponible en: https://doi.org/10.1186/s40168-023-01692-x
- Rahman N, Mian MF, Hayes CL, Nazli A, Kaushic C. G. vaginalis increases HSV-2 infection by decreasing vaginal barrier integrity and increasing inflammation in vivo. Frontiers In Immunology [Internet]. 22 de noviembre de 2024;15. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fimmu.2024.1487726
- Horng H, Xu JW, Kuo YS, Chen YS, Chiu YH, Tsui KH, et al. Dual Mechanisms of Action: Anti-Candida and Anti-Inflammatory Potential of Lactobacillus Fermentation Broth in Treating Vulvovaginal Candidiasis. Journal Of Fungi [Internet]. 30 de diciembre de 2024;11(1):18. Disponible en: https://doi.org/10.3390/jof11010018
- Liang Y, Huang Z, Fan S, Li C, Huang L, Huang C, et al. Highlight signatures of vaginal microbiota and metabolome contributed to the occurrence and recurrence of vulvovaginal candidiasis. Microbiology Spectrum [Internet]. 30 de octubre de 2024b;. Disponible en: https://doi.org/10.1128/spectrum.01521-24
- Qing X, Xie M, Liu P, Feng O, Leng H, Guo H, et al. Correlation between dysbiosis of vaginal microecology and endometriosis: A systematic review and meta-analysis. PLoS ONE [Internet]. 8 de julio de 2024;19(7):e0306780. Disponible en: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0306780
- Zhou Z, Feng Y, Xie L, Ma S, Cai Z, Ma Y. Alterations in gut and genital microbiota associated with gynecological diseases: a systematic review and meta-analysis. Reproductive Biology And Endocrinology [Internet]. 18 de enero de 2024;22(1). Disponible en: https://doi.org/10.1186/s12958-024-01184-z
- Ahmad F, Ahmed SH, Choucair F, Chouliaras S, Awwad J, Terranegra A, et al. A disturbed communication between hypothalamic-pituitary-ovary axis and gut microbiota in female infertility: is diet to blame? Journal Of Translational Medicine [Internet]. 21 de enero de 2025;23(1). Disponible en: https://doi.org/10.1186/s12967-025-06117-x
- Polifke A, Von Schwedler A, Gulba R, Bensmann R, Dilthey A, Nassar NNR, et al. Differential characteristics of vaginal versus endometrial microbiota in IVF patients. Scientific Reports [Internet]. 16 de diciembre de 2024;14(1). Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41598-024-82466-9
- Vicariotto F, Malfa P, Viciani E, Dell’Atti F, Squarzanti DF, Marcante A, et al. Efficacy of Lactiplantibacillus plantarum PBS067, Bifidobacterium animalis subsp. lactis BL050, and Lacticaseibacillus rhamnosus LRH020 in the Amelioration of Vaginal Microbiota in Post-Menopausal Women: A Prospective Observational Clinical Trial. Nutrients [Internet]. 30 de enero de 2024;16(3):402. Disponible en: https://doi.org/10.3390/nu16030402
- Wang Y, Liu Z, Chen T. Vaginal microbiota: Potential targets for vulvovaginal candidiasis infection. Heliyon [Internet]. 1 de marzo de 2024d;10(5):e27239. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2024.e27239