Embarazo y actividad física. Revisión bibliográfica
Autora principal: María Guarga Montori
Vol. XVI; nº 7; 361
Pregnancy and physical exercise. Review
Fecha de recepción: 17/02/2021
Fecha de aceptación: 06/04/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 7 – Primera quincena de Abril de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 7; 361
AUTORES:
Guarga Montori M, Álvarez Martínez A, Luna Álvarez C, Serrano Ibáñez C, Azcarate Pardos C, González Cintora M, Badel Rubio C.
- María Guarga Montori: Médico Interno Residente en Obstetricia y Ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Alicia Álvarez Martínez: Médico Interno Residente en Obstetricia y Ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Cristina Luna Álvarez: Médico Interno Residente en Obstetricia y Ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Carmen Serrano Ibáñez: Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Cristina Azcarate Pardos: Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Miren González Cintora: Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
- Cristina Badel Rubio: Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), España
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
PALABRAS CLAVE: embarazo, ejercicio físico, diabetes gestacional, preeclampsia
RESUMEN: El ejercicio físico durante el embarazo es recomendable y parece disminuir la aparición de complicaciones gestacionales como trastornos hipertensivos del embarazo, diabetes gestacional o ganancia excesiva de peso materno. Los estudios sugieren que su práctica no influencia negativamente al peso del recién nacido ni altera la hemodinámica fetal. También su práctica parece disminuir la tasa de parto por cesárea, la necesidad de analgesia intraparto y la realización de episiotomías. En contra de las antiguas creencias, no aumenta la tasa de abortos ni de partos prematuros. Por ello, el ejercicio físico debería ser recomendado de manera activa desde las consultas de Obstetricia, incitando a su práctica a las madres sedentarias y animando a continuar a las madres deportistas.
KEYWORDS: pregnancy, physical activity, gestational diabetes preeclampsia
ABSTRACT: Physical exercise during pregnancy is recommended and seems to reduce the appearance of hypertensive disorders, gestational diabetes, or excessive maternal weight gain. Studies suggest that physical exercise does not alter the fetal weigh gain or fetal hemodynamics. Its practice also seems to decrease cesarean delivery, the need for intrapartum analgesia and the performance of episiotomies. It does not increase the rate of miscarriage or preterm delivery.Therefore, Obstetricians should recommend physical exercise during pregnancy.
INTRODUCCIÓN
Es indiscutible que el ejercicio físico origina beneficios en la salud de hombres y mujeres en todas las etapas de la vida. Mantiene y mejora la función cardiorrespiratoria, reduce la obesidad y prolonga la esperanza de vida. Sus beneficios en mujeres embarazadas no se quedan atrás (1). Debido a la falta de información en épocas pasadas, desde las consultas de Obstetricia se recomendaba la reducción o no realización de actividad física y deporte en gestantes (2). La errónea creencia y el miedo a abortos, partos prematuros y otras condiciones negativas, propiciaban que el embarazo fuese una temporada sedentaria para la mayoría de las mujeres.
Es frecuente que durante el embarazo se produzcan complicaciones como diabetes gestacional, aumento desmesurado de peso o problemas hipertensivos entre otros, que pueden originar resultados materno-fetales adversos y que podrían disminuir su aparición o incluso no producirse con la realización del ejercicio físico adecuado durante el embarazo (3). Sin embargo, condiciones propias del embarazo como la astenia, y náuseas y vómitos del primer trimestre pueden dificultar el inicio o el mantenimiento de la práctica.
A pesar de los múltiples estudios que demuestran mejorías en la salud de mujeres embarazadas gracias a la práctica de ejercicio físico durante la gestación, las pacientes siguen recibiendo información contradictoria en las consultas por parte de profesionales sanitarios. En muchas ocasiones el ejercicio no es un tema abordado en la consulta, no se recomienda o se hace en intensidad más conservadora de la que podría ser apropiada. Las mujeres que inician su embarazo de manera saludable con la práctica de ejercicio deben ser orientadas para mantener esos hábitos, y las que lo inician o lo preparan de manera sedentaria deben ser motivadas para el cambio. Por ello, con el objetivo de ampliar conocimiento y mejorar la calidad asistencial y el control gestacional, se ha realizado esta revisión bibliográfica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Para realizar este artículo se ha realizado una revisión bibliográfica exhaustiva en las siguientes bases de datos: Cochrane, Pubmed y ScienceDirect. También se han consultado guías de práctica clínica como The American College of Obstetricians and Gynecologist (ACOG).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El embarazo es vivido por la mujer como un momento único y puede ser el origen de un cambio en el estilo de vida, propiciando modificaciones en la conducta como cese de consumo de tabaco o inicio de dieta sana. Incluir la práctica de ejercicio en la vida de la mujer embarazada es otro de los cambios que los Obstetras debemos fomentar.
Se han reportado numerosos beneficios de su realización en el embarazo. En cuanto a la hemodinámica fetal, esta parece no verse afectada por su práctica. Varios estudios reportan aumentos no significativos en la frecuencia cardiaca fetal después o durante la práctica de ejercicio(2), que pueden alcanzar los 20-30 latidos por encima de la línea de base (1).Otros reportan una breve disminución en el flujo uteroplacentario en el momento de la práctica sin alteraciones en el flujo de la arteria umbilical, por lo tanto sin implicaciones negativas para el feto(2)(3).
El peso fetal también parece estar sujeto a cambios. En mujeres que practican ejercicio intenso puede estar disminuido en comparación con madres sedentarias, por una disminución en el tejido graso fetal, sin que esto ocasione riesgos ni perjuicio en el recién nacido. En cambio, parece que cuando el ejercicio es moderado en lugar de intenso o cuando disminuye al final del embarazo, el peso fetal no cambia o tiende al aumento por un mayor volumen placentario que garantiza un mayor aporte nutricional y de flujo sanguíneo, sin que esto origine perjuicio fetal(4).
La ganancia excesiva de peso materna y la inactividad física se consideran factores de riesgo independientes para el desarrollo de obesidad materna y diabetes gestacional durante el embarazo (1), situaciones que pueden originar alteraciones a nivel fetal como crecimiento intrauterino excesivo. Ambas, diabetes gestacional y sobrepeso, son entidades muy preocupantes por el aumento de su incidencia en los últimos años, y ambos se consideran un problema de salud pública a nivel mundial. El ejercicio en el embarazo contribuye a mantener el peso y a reducir los niveles de glucosa, reduciendo el riesgo de desarrollar diabetes durante el embarazo (5). A su vez, algunos reportes informan que mujeres deportistas con test de tolerancia oral a glucosa en segundo trimestre patológicos, son menos propensas a precisar insulina durante la gestación, controlan mejor el propio peso y el riesgo de macrosomía es menor (2).
Los datos en cuanto a hipertensión durante la gestación muestran que el ejercicio parece tener un efecto protector y preventivo. La preeclampsia también parece disminuir. Incluso algunos estudios mostraron que el riesgo de desarrollar preeclampsia era inversamente proporcional al ejercicio realizado por la madre(2)(3). Esto parece deberse a que la práctica de ejercicio estimula el crecimiento y vascularización placentaria reduciendo el estrés oxidativo y la disfunción endotelial (4).
En la fase del parto, los beneficios del ejercicio se reflejan en un fortalecimiento de la musculatura pélvica y una mejora de la flexibilidad de los ligamentos, reduciendo el dolor y el esfuerzo asociados al parto. Estas condiciones parecen también reducir la necesidad de realización de episiotomía(6)(1). Los ejercicios recomendados para cumplir estos propósitos se centran en el suelo pélvico y entre los más habituales encontramos las contracciones de Kegel (4) . Las mujeres que realizan ejercicio presentan un mejor control del dolor, requiriendo menor administración de analgesia epidural. También parece mejorarse la tasa de parto instrumental o por cesárea, aumentando el número de partos eutócicos. Sin embargo, la literatura aporta información contradictoria, con estudios que no pueden mostrar esta mejoría en cuanto a vía de parto (7).
El dolor lumbar es un síntoma muy frecuente en las gestantes, que se exacerba conforme aumenta la edad gestacional, principalmente a partir del segundo trimestre. El aumento inevitable de peso que acontece durante el embarazo es una causa originaria de este dolor, que se multiplica si la ganancia materna de peso es desmesurada. La práctica de ejercicio ayuda a controlar esta ganancia de peso y a su vez el deporte puede ayudar en el alivio del dolor, reforzando los músculos de la región lumbo abdominal. Otras causas del dolor lumbar son las malas posturas adquiridas por los cambios morfológicos del embarazo. Su corrección también permite mejorar la calidad de vida de la mujer embarazada. (4)
Diferentes estudios observan es que el riesgo de parto prematuro no se ve incrementado por la práctica regular de ejercicio en el embarazo, no habiendo diferencias significativas en la edad gestacional al parto (3).La natación es un deporte que parece especialmente beneficioso, e incluso varios estudios sugieren que podría disminuir la incidencia de esta complicación (3).
El ejercicio también parece esencial en la prevención de trastornos adaptativos y depresivos en el postparto (1), ayudando a las pacientes a mejorar su estado de ánimo.
Sin embargo, la práctica de ejercicio en el embarazo debe ser adaptada al momento, debido a los cambios fisiopatológicos en el cuerpo materno, como el aumento de peso, cambio en el punto de gravedad, la lordosis lumbar que se acentúa conforme avanza el embarazo y modificaciones en la función respiratoria y cardiaca (1).
Aunque la prescripción de ejercicio en este periodo no difiere de manera significativa con el resto de la población, se recomienda realizar una evaluación clínica previa para evitar su recomendación en pacientes en las que se desaconseje por otros motivos médicos no conocidos. Así, a las pacientes sedentarias se les debe recomendar la realización de ejercicio de manera progresiva hasta alcanzar una intensidad moderada, que sea bien tolerada por las mismas. En cambio, a las embarazadas que ya practicaban ejercicio de intensidad elevada previo a la gestación, que son sanas y que su embarazo es de bajo riesgo, se debe recomendar ejercicio manteniendo la misma intensidad. Para evitar complicaciones derivadas de la práctica de ejercicio se recomienda a todas las embarazadas una ingesta calórica adecuada previa y una hidratación abundante, sobre todo si la práctica es de intensidad elevada o prolongada en el tiempo (1).
A su vez, no todos los deportes son recomendados de la misma manera. Las actividades en el medio acuático se consideran especialmente óptimas para su realización durante la gestación. Sin embargo, se debe evitar la práctica de deportes de impacto o de contacto como el baloncesto o futbol ya que pueden aumentar el riesgo de traumatismo. También el esquí o montar a caballo. Se debe evitar el ejercicio físico extenuante que supera los 140 latidos por minuto materno ya que puede propiciar una disminución de aporte de oxígeno fetal como el atletismo. El buceo recreativo debería estar contraindicado por el cambio de presiones que afectan a madre y feto (3)(4).
También, es importante recordar que el ante el inicio de signos y síntomas de alarma como sangrado o dolor abdominal, el ejercicio debe suspenderse hasta la valoración adecuada de un médico especialista.
CONCLUSIONES
El ejercicio físico moderado y de alta intensidad durante el embarazo es una práctica segura, que debe recomendarse de manera personalizada desde la consulta de Obstetricia (salvo en casos contraindicados) y que, bajo un correcto control gestacional, permite mejorar y evitar la aparición de complicaciones gestacionales como diabetes gestacional, trastornos hipertensivos, ganancia de peso materna excesiva o parto por cesárea. El ejercicio físico no produce alteraciones perjudiciales en el peso fetal ni altera su hemodinámica.
BIBLIOGRAFÍA
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