Inicio > Gastroenterología > Enfermedad intestinal inflamatoria: Avances en diagnóstico, tratamiento y perspectivas futuras

Enfermedad intestinal inflamatoria: Avances en diagnóstico, tratamiento y perspectivas futuras

Enfermedad intestinal inflamatoria: Avances en diagnóstico, tratamiento y perspectivas futuras

Autor principal: Dr. Edgar Fabricio Rojas Herrera

Vol. XX; nº 07; 290

Inflammatory bowel disease: Advances in diagnosis, treatment and future prospects

Fecha de recepción: 27 de febrero de 2025

Fecha de aceptación: 2 de abril de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 07 Primera quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 07; 290

Autores:

Dr. Edgar Fabricio Rojas Herrera, Médico general, Área de Salud Esparza, Puntarenas. Código: 13644. ORCID: 0009-0006-7352-5010

Dr. Paulo Rubí Madrigal, Médico general, Servicio de Gastroenterología, Hospital San Juan de Dios. San José, Costa Rica. Código: 13345. ORCID: 0009-0009-1326-8368

Dr. Olman Eduardo Marin Arguedas, Médico general, Hospital Monseñor Sanabria. Puntarenas, Costa Rica. Código: 18618. ORCID: 0009-0003-0933-6395

Dr. Enrique Evans Rodríguez, Médico general, Hospital San Juan de Dios, servicio de gastroenterología, CCSS. San José Costa Rica. Código: 12672. ORCID: 0009-0007-0472-6844

Dra. Lola-Victoria Dive, Investigadora independiente. San José, Costa Rica. Código: 18610. ORCID: 0009-0001-1187-3566

 

Resumen

La enfermedad intestinal inflamatoria es un trastorno inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal que engloba la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Su origen es multifactorial, involucrando factores genéticos, inmunológicos y ambientales. La prevalencia de esta enfermedad ha aumentado en todo el mundo, afectando a millones de personas y representando un desafío en gastroenterología debido a su curso clínico impredecible y su impacto en la calidad de vida.

La enfermedad de Crohn puede comprometer cualquier parte del tracto digestivo, con inflamación transmural y afectación segmentaria, mientras que la colitis ulcerosa se limita al colon, presentando inflamación continua en la mucosa. Ambas enfermedades comparten síntomas como dolor abdominal y diarrea, aunque difieren en su fisiopatología y complicaciones. La disbiosis intestinal y la activación desregulada del sistema inmunológico, con la participación de citocinas como el factor de necrosis tumoral alfa y la interleucina veintitrés, desempeñan un papel clave en su desarrollo.

El diagnóstico se basa en la evaluación clínica, biomarcadores y estudios de imagen, siendo la colonoscopia el procedimiento de referencia. En cuanto al tratamiento, los aminosalicilatos y corticosteroides son opciones convencionales, mientras que las terapias biológicas, como los inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa y de interleucinas, han revolucionado su manejo.

El enfoque integral del paciente incluye soporte nutricional, atención psicológica y estrategias personalizadas para mejorar su bienestar. Dado el impacto significativo de la enfermedad intestinal inflamatoria en la calidad de vida, es esencial continuar investigando nuevos tratamientos y optimizar las estrategias de manejo multidisciplinario.

Palabras clave

Enfermedad intestinal inflamatoria, inflamación, microbiota, genética, inmunología, terapia biológica

Keywords

Inflammatory bowel disease, inflammation, microbiota, genetics, immunology, biological therapy

 

Introducción:

 La enfermedad intestinal inflamatoria (EII) es una afección inflamatoria crónica del tracto gastrointestinal que incluye principalmente la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). Se caracteriza por un curso impredecible de brotes y remisiones, lo que impacta significativamente la calidad de vida de los pacientes. El estudio de la EII es fundamental en gastroenterología debido a su patogénesis compleja, que involucra factores genéticos, inmunológicos y ambientales, así como a su creciente prevalencia mundial. Comprender la epidemiología y las tendencias globales de la EII es esencial para desarrollar estrategias de manejo efectivas y mejorar los resultados clínicos (1; 2)

La EII incluye dos tipos principales: la EC, que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, y la CU, que se limita al colon y recto (1; 2). Su característica principal es la inflamación crónica mediada por la disrregulación del sistema inmunológico, con la participación de citoquinas proinflamatorias como IL-6, TNF-α e IL-23 (3).

La EII afecta considerablemente la calidad de vida de los pacientes debido a su naturaleza crónica y al estigma asociado con los síntomas gastrointestinales (2). Además, se asocia con diversas comorbilidades, como trastornos metabólicos y enfermedades cardiovasculares, lo que complica su manejo y requiere un enfoque integral en la atención del paciente (4). La comprensión de su patogénesis, incluyendo el papel de la microbiota intestinal y los factores dietéticos, es clave para el desarrollo de estrategias terapéuticas personalizadas y la mejora de los resultados clínicos (1; 5).

La prevalencia de la EII está en aumento a nivel global, con aproximadamente 4.9 millones de casos reportados en 2019. Este incremento se observa tanto en países industrializados como en aquellos en desarrollo, lo que convierte a la EII en un problema de salud pública relevante (3). Entre los factores de riesgo se incluyen la predisposición genética, la exposición a contaminantes ambientales, el uso de antibióticos y ciertos hábitos de vida, como el patrón dietético occidental. Además, infecciones como el citomegalovirus humano han sido identificadas como factores de riesgo significativos (6). La EII es más prevalente en regiones urbanizadas, posiblemente debido a factores ambientales y de estilo de vida, y presenta una asociación notable con otros trastornos inflamatorios mediados por el sistema inmunológico (7).

El objetivo de este artículo es revisar de manera integral la EII, abordando su definición, relevancia en gastroenterología, epidemiología y tendencias globales. Se analizarán los factores implicados en su patogénesis, incluyendo aspectos genéticos, inmunológicos y ambientales, así como su impacto en la calidad de vida de los pacientes. Además, se discutirán los desafíos actuales en su manejo y la importancia de desarrollar estrategias terapéuticas personalizadas basadas en la comprensión de sus mecanismos fisiopatológicos.

Metodología:

Para el diseño de esta investigación sobre la EII, con un enfoque en su epidemiología, patogénesis, manifestaciones clínicas, diagnóstico y estrategias terapéuticas, se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva. Esta revisión incluyó aspectos clave como la definición y relevancia de la enfermedad en el contexto de la gastroenterología, la identificación de los factores genéticos, inmunológicos y ambientales implicados en su desarrollo, las características clínicas de la enfermedad y las estrategias terapéuticas actuales. Se consultaron bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web ofScience, debido a su alta calidad y relevancia en temas de gastroenterología, inmunología y medicina interna.

Se aplicaron rigurosos criterios de inclusión y exclusión para garantizar la calidad y pertinencia de la información seleccionada. Los criterios de inclusión consideraron estudios publicados entre 2020 y 2025, escritos en inglés o español, que abordaran aspectos epidemiológicos, fisiopatológicos, clínicos y terapéuticos de la EII. Se excluyeron estudios con datos incompletos, publicaciones duplicadas o aquellas que no contaran con revisión por pares. Las palabras clave utilizadas incluyeron: Enfermedad intestinal inflamatoria, inflamación, microbiota, genética, inmunología, terapia biológica.

La búsqueda inicial arrojó 27 fuentes relevantes, que incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas, estudios epidemiológicos y guías clínicas de sociedades internacionales de gastroenterología. A partir de estas fuentes, se realizó un análisis exhaustivo para extraer datos sobre la incidencia y tendencias globales de la EII, los mecanismos inmunológicos implicados, las manifestaciones clínicas predominantes, los avances en el diagnóstico y las opciones terapéuticas más recientes.

El análisis se llevó a cabo utilizando enfoques cualitativos y comparativos. Los hallazgos clave fueron sintetizados y organizados en categorías temáticas, lo que permitió identificar patrones epidemiológicos, factores predisponentes, manifestaciones clínicas características y avances en el tratamiento de la EII. Este enfoque integral proporciona una visión estructurada del estado actual del conocimiento sobre la enfermedad y las oportunidades para mejorar su manejo y calidad de vida en los pacientes afectados.

Clasificación y características clínicas:

La EC puede afectar cualquier segmento del tracto gastrointestinal, aunque se presenta con mayor frecuencia en el íleon terminal y el colon. Su característica distintiva es la inflamación transmural, que se manifiesta de manera discontinua, generando lesiones en parches a lo largo del tubo digestivo (8; 9). La afectación del tracto digestivo superior, aunque menos frecuente, se asocia con una mayor actividad de la enfermedad y con complicaciones como estenosis y fístulas (10).

Los síntomas predominantes incluyen dolor abdominal, diarrea y pérdida de peso, reflejando la naturaleza inflamatoria y obstructiva de la enfermedad. Entre las complicaciones más relevantes se encuentran las estenosis, fístulas y abscesos, cuyo riesgo aumenta cuando la enfermedad compromete el tracto digestivo superior (10).

Por otro lado, la CU se limita al colon y al recto, presentando una inflamación continua que se extiende de manera ascendente desde el recto. Sus manifestaciones clínicas incluyen diarrea sanguinolenta, urgencia defecatoria y dolor abdominal. La gravedad varía entre formas leves y severas, con complicaciones potenciales como el megacolon tóxico y un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal (11).

A pesar de sus diferencias, ambas enfermedades comparten algunas características que pueden dificultar el diagnóstico diferencial. Mientras que la EC se distingue por su inflamación transmural y su capacidad de afectar cualquier parte del tubo digestivo, la CU se limita al colon y compromete solo la mucosa superficial (8; 9). Sin embargo, la afectación colónica en la EC puede imitar el comportamiento clínico de la CU, lo que subraya la importancia de contar con criterios diagnósticos precisos (9).

Además del compromiso intestinal, ambas enfermedades pueden presentar manifestaciones extraintestinales que afectan otros órganos y sistemas. Entre ellas destacan la artritis, lesiones cutáneas y afecciones oculares, las cuales pueden deteriorar significativamente la calidad de vida de los pacientes (12).

Fisiopatología y factores de riesgo:

Los estudios de asociación del genoma completo han identificado múltiples variantes genéticas asociadas con la EII, lo que subraya el papel de la predisposición hereditaria en su desarrollo. La contribución genética a la enfermedad se ha evaluado a través de puntajes de riesgo poligénico, los cuales sugieren que la variabilidad genética influye en la expresión de genes alterados en los pacientes, aunque estos efectos se comparten entre los individuos afectados (13).

Además del componente genético, la disfunción del sistema inmunológico desempeña un papel clave en la fisiopatología de la enfermedad. Las citocinas proinflamatorias, en particular aquellas relacionadas con la activación de Th17, son fundamentales en la disregulación inmune observada en la EII. Asimismo, los mecanismos autoinmunes, como la polarización de macrófagos, contribuyen a la inflamación crónica característica de la enfermedad, promoviendo un estado de hiperreactividad inmunitaria sostenida (1).

Más allá de los factores genéticos e inmunológicos, las influencias ambientales y el estilo de vida también desempeñan un papel determinante en la susceptibilidad a la EII. La dieta y la microbiota intestinal son factores críticos, ya que la disbiosis ha sido identificada como un elemento clave en la perpetuación de la inflamación intestinal. El uso de antibióticos, especialmente en etapas tempranas de la vida, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, probablemente debido a mecanismos mediados por alteraciones en la composición de la microbiota intestinal (1).

Por otro lado, factores como el estrés y los aspectos psicosociales también han sido reconocidos como contribuyentes en la evolución de la EII. La exposición a situaciones de estrés puede agravar los síntomas y modificar la progresión de la enfermedad, lo que sugiere una interacción entre el eje intestino-cerebro y la inflamación intestinal crónica (6).

Diagnóstico y métodos de evaluación:

La evaluación clínica de la EII requiere una historia detallada del paciente y un examen físico exhaustivo con el objetivo de identificar síntomas como dolor abdominal, diarrea y pérdida de peso, los cuales son característicos de la enfermedad (14). La anamnesis desempeña un papel fundamental en la identificación de antecedentes médicos personales y familiares, así como en la exposición a factores ambientales que podrían contribuir al desarrollo de la enfermedad (15).

Además de la evaluación clínica, los biomarcadores sanguíneos y fecales son herramientas clave en la valoración de la inflamación. La proteína C reactiva es un marcador de inflamación sistémica, mientras que la calprotectina fecal es específica de la inflamación intestinal y se emplea ampliamente en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad. Otros biomarcadores, como los perfiles microbianos intestinales, han mostrado utilidad para diferenciar pacientes con EII de individuos sanos, con modelos de aprendizaje automático que han logrado una alta precisión diagnóstica (16).

Las técnicas de imagen son fundamentales en el diagnóstico y la evaluación de la enfermedad. La endoscopia y la colonoscopia son consideradas el estándar de oro para visualizar lesiones mucosas en CU y determinar la extensión de la enfermedad. Por otro lado, la resonancia magnética y la tomografía computarizada ofrecen opciones no invasivas para evaluar complicaciones y la gravedad de la enfermedad, siendo la primera especialmente útil en EC (17; 18).

Dado que la EII comparte síntomas con otras patologías gastrointestinales, es esencial un diagnóstico diferencial preciso. La diferenciación con trastornos como el síndrome de intestino irritable o infecciones gastrointestinales requiere la integración de datos clínicos, serológicos e imagenológicos, lo que permite descartar otras posibles causas y confirmar el diagnóstico con mayor certeza (18).

Tratamientos actuales y nuevas estrategias terapéuticas:

El tratamiento farmacológico convencional de la EII incluye diversas estrategias terapéuticas diseñadas para controlar la inflamación y mantener la remisión. Dentro de estas opciones, los aminosalicilatos representan la primera línea en el manejo de CU leve a moderada, ya que reducen la inflamación en la mucosa intestinal mediante la inhibición de la síntesis de leucotrienos y la eliminación de radicales libres (19). En casos de mayor gravedad, los corticosteroides se emplean por su potente efecto antiinflamatorio, siendo eficaces en la inducción de la remisión en formas moderadas a severas de la enfermedad. Sin embargo, su uso prolongado se ve limitado por efectos adversos significativos, como osteoporosis y mayor susceptibilidad a infecciones. Para reducir la dependencia de los esteroides y mantener la remisión, los inmunomoduladores como la azatioprina y el metotrexato se utilizan con frecuencia, aunque requieren un monitoreo constante debido a su potencial toxicidad (19).

En los últimos años, las terapias biológicas han revolucionado el tratamiento de la enfermedad al dirigirse específicamente a mediadores clave de la inflamación. Los anticuerpos monoclonales anti-TNF, como infliximab y adalimumab, han demostrado gran eficacia en el manejo de formas moderadas a severas de la enfermedad al neutralizar el factor de necrosis tumoral alfa (19; 20). Por otro lado, las terapias anti-integrinas, como vedolizumab, actúan bloqueando integrinas específicas del intestino, reduciendo la inflamación sin afectar la inmunidad sistémica (19; 20). Adicionalmente, los inhibidores de interleucinas representan una alternativa terapéutica dirigida a interleucinas clave en la inflamación, como IL-12 e IL-23, con resultados prometedores en la regulación de la respuesta inmunitaria (20).

Más allá de las terapias biológicas, se han desarrollado estrategias emergentes que ofrecen nuevas alternativas para el manejo de la enfermedad. Los inhibidores de JAK, pequeñas moléculas que interfieren en la señalización de diversas citocinas inflamatorias, han surgido como una opción terapéutica oral efectiva para pacientes con enfermedad moderada a severa (21). Asimismo, la modulación de la microbiota intestinal mediante probióticos, prebióticos o trasplante de microbiota fecal se investiga como una estrategia para restaurar el equilibrio del ecosistema intestinal y reducir la inflamación (22).

Cuando el tratamiento médico no es suficiente, la cirugía se convierte en una opción necesaria, especialmente ante complicaciones como estenosis, fístulas o un mayor riesgo de cáncer. En CU, la colectomía puede representar una solución curativa, mientras que en EC, la cirugía suele ser paliativa, abordando complicaciones específicas sin erradicar la enfermedad subyacente. Tras la intervención quirúrgica, el manejo postoperatorio es fundamental, frecuentemente incluyendo el uso de biológicos o inmunomoduladores para prevenir la recurrencia, especialmente en EC (23).

Impacto en la calidad de vida y manejo integral del paciente:

El manejo integral de la EII requiere estrategias terapéuticas que aborden tanto el control de la inflamación como los aspectos nutricionales, emocionales y psicosociales de los pacientes. Dentro de estas estrategias, el soporte nutricional desempeña un papel clave en la mejora de la calidad de vida relacionada con la alimentación y la autoconfianza dietética. La implementación de clínicas especializadas en nutrición ha demostrado un impacto positivo en estos aspectos, permitiendo una mejor adaptación de los pacientes a restricciones dietéticas y promoviendo una alimentación adecuada para el control de síntomas. En este sentido, los planes nutricionales personalizados son fundamentales, ya que facilitan la identificación de necesidades específicas y mejoran los resultados generales en salud (24).

Además de la nutrición, el manejo del estrés y la salud mental constituye otro pilar esencial en el tratamiento de la enfermedad. La EII se asocia con un alto impacto psicosocial, ya que el estrés y los trastornos emocionales pueden exacerbar la sintomatología y afectar la calidad de vida (25). Abordar estos factores mediante estrategias de empoderamiento y educación en autocuidado ha demostrado mejorar el bienestar emocional y el control de la enfermedad, reduciendo la necesidad de hospitalizaciones y optimizando la evolución clínica de los pacientes (26). Asimismo, la integración de apoyo psicológico en el tratamiento permite mejorar la estabilidad emocional, disminuyendo los efectos adversos del estrés en la enfermedad y contribuyendo a un mejor pronóstico (27).

Dado el carácter multifactorial de la EII, un enfoque multidisciplinario es esencial para un manejo efectivo. La combinación de avances en terapias biológicas, medicina personalizada y modificaciones en el estilo de vida permite un abordaje integral que responde tanto a las necesidades médicas como psicosociales de los pacientes (21; 27). La colaboración entre distintos profesionales de la salud, incluyendo dietistas, especialistas en salud mental y gastroenterólogos, es crucial para garantizar un tratamiento holístico que optimice la calidad de vida y los resultados clínicos en la EII (24).

Conclusiones:

La enfermedad intestinal inflamatoria es una afección crónica con una etiología compleja que involucra factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Su manejo requiere un enfoque multidisciplinario que combine tratamientos farmacológicos, estrategias nutricionales y apoyo psicológico para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

El diagnóstico de la enfermedad intestinal inflamatoria ha mejorado con el uso de biomarcadores y estudios de imagen avanzados, permitiendo una identificación más precisa. Además, el desarrollo de terapias biológicas e inhibidores de moléculas inflamatorias ha revolucionado el tratamiento, ofreciendo opciones más efectivas para controlar la inflamación y reducir las complicaciones.

Dado el aumento de la prevalencia de la enfermedad intestinal inflamatoria a nivel mundial, es fundamental continuar investigando su fisiopatología y factores de riesgo. La medicina personalizada, basada en el perfil genético, inmunológico y microbiológico de cada paciente, representa una oportunidad clave para mejorar los resultados clínicos y optimizar las estrategias terapéuticas.

Referencias:

  1. Calvez V, Puca P, Di Vincenzo F, Del Gaudio A, Bartocci B, Murgiano M, et al. Novel Insights into the Pathogenesis of Inflammatory Bowel Diseases. Biomedicines [Internet]. 26 de enero de 2025;13(2):305. Disponible en: https://doi.org/10.3390/biomedicines13020305
  2. eBioMedicine N. Inflammatory bowel disease: invisible and unpredictable. EBioMedicine [Internet]. 1 de diciembre de 2024;110:105499. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2024.105499
  3. Aebisher D, Bartusik-Aebisher D, Przygórzewska A, Oleś P, Woźnicki P, Kawczyk-Krupka A. Key Interleukins in Inflammatory Bowel Disease—A Review of Recent Studies. International JournalOf Molecular Sciences [Internet]. 26 de diciembre de 2024;26(1):121. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ijms26010121
  4. Hyun HK, Cheon JH. Metabolic Disorders and Inflammatory Bowel Diseases. Gut And Liver [Internet]. 8 de enero de 2025; Disponible en: https://doi.org/10.5009/gnl240316
  5. Zhang Y, Xun L, Qiao R, Jin S, Zhang B, Luo M, et al. Advances in research on the role of high carbohydrate diet in the process of inflammatory bowel disease (IBD). Frontiers In Immunology [Internet]. 11 de noviembre de 2024;15. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fimmu.2024.1478374
  6. Wu T, Cheng H, Zhuang J, Liu X, Ouyang Z, Qian R. Risk factors for inflammatory bowel disease: an umbrella review. Frontiers In Cellular And Infection Microbiology [Internet]. 24 de enero de 2025;14. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fcimb.2024.1410506
  7. Mosli M, Osman B, Ruckn A, Alsharif A, Alghamdi J, Aldeen R, et al. P0301 The Prevalence and Association Between Immune-Mediated Inflammatory Disorders and Inflammatory Bowel Disease. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i752-3. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.0475
  8. Kamal S, Parkash N, Beattie W, Christensen B, Segal JP. Are We Ready to Reclassify Crohn’s Disease Using Molecular Classification? JournalOfClinical Medicine [Internet]. 5 de septiembre de 2023;12(18):5786. Disponible en: https://doi.org/10.3390/jcm12185786
  9. Atreya R, Siegmund B. Location is important: differentiation between ileal and colonic Crohn’s disease. NatureReviewsGastroenterology&Hepatology [Internet]. 12 de marzo de 2021;18(8):544-58. Disponible en: https://doi.org/10.1038/s41575-021-00424-6
  10. Hsu W, Le PH, Kuo CJ, Yeh PJ, Lai MW, Wu RC, et al. P341 Clinical Characteristics and Outcomes of Crohn’s Disease with Upper Gastrointestinal Involvement: A Comprehensive Retrospective Cohort Study. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2024;18(Supplement_1):i734-6. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjad212.0471
  11. Berger T, Lee HM, Padmanaban LR, Wine E, Yerushalmy-Feler A, Hojsak I, et al. CLINICAL FEATURES AND OUTCOMES OF PAEDIATRIC PATIENTS WITH ISOLATED COLONIC CROHN’S DISEASE: a MULTICENTRE STUDY FROM THE PAEDIATRIC IBD PORTO GROUP OF ESPGHAN. InflammatoryBowelDiseases [Internet]. 22 de enero de 2022;28(Supplement_1):S71-2. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ibd/izac015.116
  12. Tavakoli P, Vollmer-Conna U, Hadzi-Pavlovic D, Grimm MC. A Review of Inflammatory Bowel Disease: A Model of Microbial, Immune and Neuropsychological Integration. PublicHealthReviews [Internet]. 5 de mayo de 2021;42. Disponible en: https://doi.org/10.3389/phrs.2021.1603990
  13. Mateos B, González JAM, Gaite-Reguero A, Rodríguez-Lago I, Marigorta UM. DOP129 Integrating genetic risk and omics insights to characterize the molecular alterations in inflammatory bowel disease. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i318-9. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.0168
  14. Alsararatee H, Ojo O. Assessment, diagnosis and management of inflammatory bowel disease emergencies. Gastrointestinal Nursing [Internet]. 1 de diciembre de 2024;22(Sup10):S37-46. Disponible en: https://doi.org/10.12968/gasn.2024.0017
  15. Saleem H, Jaffry SHBM, Ullah NZ, Marwat ZI, Nawaz NS, Jadoon NA. Examining the Autoimmune, Genetic, Environmental, and Microbial Aspects of the Complex Etiology of Inflammatory Bowel Diseases: A Comprehensive Review and Comparative Analysis. Journal Of Women Medical And Dental College [Internet]. 9 de septiembre de 2024;2(4). Disponible en: https://doi.org/10.56600/jwmdc.v2i3.88
  16. Choi J, Kim J, Lee JY, Yoo JH, Oh SJ, Park SK, et al. OP18 Multi-analytical Approaches Reveal Robust Gut Microbial Biomarkers for Inflammatory Bowel Disease Diagnosis: A Large-scale Cohort Study. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i36-7. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.0018
  17. Younis MY, Khan MU, Khan U, Khan TL, Mukarram H, Jain K, et al. The Current Role of Imaging in the Diagnosis of Inflammatory Bowel Disease and Detection of Its Complications: A Systematic Review. Cureus [Internet]. 6 de noviembre de 2024; Disponible en: https://doi.org/10.7759/cureus.73134
  18. Cicerone C, D’Amico F, Allocca M, Zilli A, Parigi TL, Danese S, et al. A Comprehensive Multidisciplinary Approach to Diagnosing Chronic Inflammatory Bowel Diseases: Integration of Clinical, Endoscopic, and Imaging Modalities. Diagnostics [Internet]. 16 de julio de 2024;14(14):1530. Disponible en: https://doi.org/10.3390/diagnostics14141530
  19. Xue JC, Hou XT, Zhao YW, Yuan S. Biological agents as attractive targets for inflammatory bowel disease therapeutics. Biochimica Et Biophysica Acta (BBA) – Molecular Basis OfDisease [Internet]. 1 de diciembre de 2024;167648. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.bbadis.2024.167648
  20. Suarez-Trujillo F, Orejudo M, Soleto I, Ramírez C, Baldán-Martín M, Martínez PJ, et al. P0220 Anti-TNFα, anti-integrin α4β7 and anti-IL23p19 biologic treatment dose optimization in a dextran sodium sulphate (DSS)-induced colitis mouse model. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i631-3. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.0394
  21. Purnak T, Ertan A. Optimal Management of Patients with Moderate-to-Severe Inflammatory Bowel Disease. JournalOfClinical Medicine [Internet]. 21 de noviembre de 2024;13(23):7026. Disponible en: https://doi.org/10.3390/jcm13237026
  22. Zhang SY. Navigating new horizons in inflammatory bowel disease: Integrative approaches and innovations. WorldJournalOfGastroenterology [Internet]. 23 de octubre de 2024;30(41):4411-6. Disponible en: https://doi.org/10.3748/wjg.v30.i41.4411
  23. Di Rienzo A, Marinelli L, Dimmito MP, Toto EC, Di Stefano A, Cacciatore I. Advancements in Inflammatory Bowel Disease Management: From Traditional Treatments to Monoclonal Antibodies and Future Drug Delivery Systems. Pharmaceutics [Internet]. 7 de septiembre de 2024;16(9):1185. Disponible en: https://doi.org/10.3390/pharmaceutics16091185
  24. Day A, Chu M, Scinto T, Han S, Vinci I, Hatzi M, et al. P0823 Access to an integrated Inflammatory Bowel Disease diet clinic improves patient-reported outcomes and dietary self-confidence in a tertiary service previously without dietetic services. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i1575. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.0997
  25. Nardone OM, Calabrese G, La Mantia A, Caso R, Testa A, Castiglione F. Insights into disability and psycho-social care of patients with inflammatory bowel disease. Frontiers In Medicine [Internet]. 28 de mayo de 2024;11. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fmed.2024.1416054
  26. Expósito CL, Assakali AB, Pardo AMS, Romero VR, Ramirez CC, Delgado AMC, et al. N05 Empowerment of patients with Inflammatory Bowel Disease: Effect on quality of life and disease control. Journal Of Crohn S And Colitis [Internet]. 1 de enero de 2025;19(Supplement_1):i2452. Disponible en: https://doi.org/10.1093/ecco-jcc/jjae190.1537
  27. Zhang SY. Navigating new horizons in inflammatory bowel disease: Integrative approaches and innovations. WorldJournalOfGastroenterology [Internet]. 23 de octubre de 2024b;30(41):4411-6. Disponible en: https://doi.org/10.3748/wjg.v30.i41.4411

 

Declaración de buenas prácticas

Todos los autores han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el CIOMS y la OMS.

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.