El método empleado consistió en una búsqueda de artículos científicos y libros sobre la intervención psicológica en catástrofes. Las fuentes consultadas, por tanto, fueron físicas y online, preferentemente de habla en castellano.
Se seleccionó artículos online referente a los objetivos anteriormente comentados, que estuvieran basados en una bibliografía de peso (mínimo más de 5 fuentes consultadas, descartando las que no tuvieran o fueran inferiores) y un carácter científico. Se utilizaron fundamentalmente artículos online pertenecientes a organismos oficiales o relacionados al ámbito académico universitario.
Para los libros consultados se utilizaron editoriales de renombre o adscritas a universidades.
¿Qué se entiende en la actualidad por un desastre o catástrofe?
Una de las problemáticas con la cual se enfrentan los profesionales, es la diferenciación entre los términos catástrofe y desastre. Los términos en sí reflejan claramente su significado, pero a pesar de ello es muy difícil encontrar una definición para cada uno de ellos. Por ello, es que existe una discusión en torno de cuáles son los fenómenos a los que se debe denominar catástrofe y cuáles los que deben llamarse desastre.
Según Benyakar (2003), “desastre” remite a las características del evento, mientras que “catástrofe” se refiere a la acción desestructurante del evento en cualquier orden: individual, colectivo y material. Es de destacar que estos términos se suelen utilizar como sinónimos en la literatura profesional. Sin embargo, los autores utilizan con más preponderancia uno u otro término, de acuerdo a los países o culturas a que pertenecen, utilizando el otro como sinónimo del término preponderante. Así, en Estados Unidos es más frecuente la palabra «desastre» mientras que en Francia se usa como término principal el de «catástrofe».
Tierney (1986) definió el término “desastre” como estrés colectivo en un área geográfica particular que interfiere el movimiento o la marcha de la vida social de una comunidad, con un comienzo repentino, algún grado de pérdida y sujeto al comportamiento humano.
Enfermería en la Intervención psicológica.
La formación de los profesionales de Enfermería prepara y capacita para dar respuestas propias dirigidas a un objetivo común: la resolución de problemas de salud del usuario. Se hace así evidente su presencia necesaria en la mayoría de contextos sociosanitarios.
Los Diagnósticos enfermeros resultan fundamentales para brindar cuidados enfermeros de alta calidad, y sus beneficios son tan numerosos que parece obvio que su desarrollo y puesta en marcha tendrían que ser una prioridad. La implementación de los diagnósticos enfermeros comporta una planificación de cuidados mejor y más consciente, una mejora de la comunicación Enfermería-paciente, Enfermería-médico y entre enfermeras y un mejor conocimiento de los fenómenos que pueden resultar más difíciles de valorar y describir (aspectos psicológicos, espirituales y sexuales).
Desde el punto de vista organizativo, los diagnósticos enfermeros ayudan a mejorar la organización clínica y el manejo del riesgo, y demuestran claramente el compromiso de aunar la teoría, práctica y educación enfermera. La Enfermería se basa así en la evidencia.
La valoración y el diagnóstico de las personas, familias y comunidades permiten al profesional de Enfermería desarrollar un razonamiento hipotético y un pensamiento crítico. Quienes acuden a las enfermeras en solicitud de cuidados, esperan alcanzar objetivos de mejora en la salud de los que las enfermeras son cada vez más responsables.
Tanto los resultados como la selección de intervenciones se apoyan en unos diagnósticos enfermeros exactos y válidos. Estos resultados guían la selección de intervenciones que buscan producir el efecto terapéutico deseado.
Los Planes de cuidados enfermeros son la expresión escrita de la aplicación del proceso enfermero. Son un instrumento para documentar y comunicar la situación del paciente.
- Valoración enfermera de las necesidades de salud en catástrofes
Las enfermeras pueden participar en la definición de las necesidades de salud durante todas las etapas de un desastre. Además de valorar el estado de cada persona ellas deben participar en la evaluación de la comunidad en general y también en encuestas o supervisiones especificas. Necesitan información confiable para identificar necesidades, formular planes y asignar recursos.
- Valoración inicial de la comunidad en general
Las valoraciones iniciales de la comunidad se utilizan para tener una idea panorámica de esta última y situar a los problemas en un marco amplio. La información de las valoraciones mencionadas suele provenir de múltiples disciplinas y es utilizada por una gran variedad de organizaciones y profesionales.
Esta valoración debe incluir un inventario de los recursos médicos y sociales existentes, un cálculo de la vulnerabilidad de la comunidad al desastre y un estudio de las opciones para cubrir y satisfacer las posibles necesidades médicas.
- Valoraciones de Emergencia
Después de una tragedia muy grave, suele llevarse a cabo una valoración inicial rápida por medio de una observación aérea. Los militares con frecuencia son los encargados de dicha tarea. Sus informes pueden ser utilizados por instituciones u organizaciones externas para la movilización de las actividades de socorro.
La valoración multidisciplinaria más detallada que normalmente se efectúa después, incluye a grupos móviles de reconocimiento. Para este fin se necesita designar a personal y medios de transporte adecuados, como helicópteros para que laboren en equipos. A tales equipos se asignarán los profesionales sanitarios más cualificados puesto que sus hallazgos serán los que sirvan de base para los principales planes de auxilio. Las enfermeras que intervienen en los equipos de reconocimiento pueden experimentar algunos conflictos entre sus responsabilidades en esta tarea y su deseo de brindar atención clínica a los damnificados.
La información deseable debe incluir los siguientes aspectos:
- Extensión geográfica del área de desastre.
- número de personas afectadas.
- principales problemas preexistentes.
- estado de los albergues y edificaciones para refugio.
- localización y estado de las instalaciones médicas.
- estado y magnitud