Un problema actual: estrés laboral y Síndrome de burnout
El estrés laboral y el síndrome de estar quemado o de burnout es una de las condiciones más frecuentes que afectan al trabajador en su vida laboral. Esta condición puede empeorar el estado de salud del trabajador sino se realiza una intervención profesional adecuada y a tiempo. En este trabajo recogemos los aspectos más destacados del estrés laboral y el síndrome de burnout.
1ª Autora – Carolina Azcona Cidraque. Graduada en Enfermería. Urgencias 061 Aragón.
2ª Autora – Paula Hernández Arranz. Diplomada Universitaria en Enfermería. Consulta Alergología Pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
3ª Autora – Noelia Estefanía Pavón Tercero. Diplomada Universitaria en Enfermería. UCI Quirúrgica. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
4ª Autora – Jennifer Barrado Jiménez. Diplomada Universitaria en Enfermería. Consulta Trasplante Renal. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
Servicio Aragonés de Salud.
Palabras clave: salud mental, estrés, estar quemado, empleo, cuidados.
Resumen:
1 Estrés en el trabajo y Síndrome de burnout
2 Etapas del síndrome de burn-out (SQT)
3 Factores causales del síndrome de burn-out (SQT)
4 Valoración del síndrome de burn-out (SQT): Características
5 Consecuencias del síndrome de burn-out (SQT)
6 Estrategias de afrontamiento
7 Prevención en el tratamiento del síndrome de burn-out (SQT)
8 Bibliografía
9 Anexo 1 Escala de Maslach
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Estrés en el trabajo y Síndrome de burnout [1][2]
La actividad laboral es generadora de estrés, si bien el estrés es necesario en una determinada medida, y ayuda al individuo en la resolución de tareas y desafíos, cuando el nivel de estrés se mantiene y/o aumenta hasta un grado no manejable, las técnicas de afrontamiento utilizadas, son ineficaces y se produce el síndrome de burn-out (SQT). Un conjunto de signos y síntomas que padece el individuo en el ámbito laboral.
Desde la perspectiva de la psicología social, el síndrome de estar quemado no se identifica como un estrés psicológico, es definida como una respuesta a fuentes de estrés crónico, como producto de las relaciones entre los intervinientes que proveen los servicios y sus demandantes.
En la evaluación del sujeto, es importante encontrar las diferencias entre un individuo con estrés y burnout, en la tabla adjunta se hace una comparación para observar sus diferencias. (ver tabla 1 Diferencias entre el estrés y el burnout )
La triada de síntomas definitorios utilizadas por Maslach para diagnosticar el Síndrome de Burnout es la siguiente: (ver Anexo I)
1- Cansancio emocional con manifestación física y psíquica es la sensación de no poder dar más atención a las demandas de los demás.
2- Una despersonalización en el trato con el paciente y el simultaneo desarrollo de sentimientos y conductas negativas, evitativas y distantes hacia los demás.
3- Deficit, y/o ausencia de realización personal que cursa con disforia y desilusión crónica y problema de autorregulación más sentimientos de fracaso y baja autoestima
Estos síntomas se miden por medio de la escala de Maslach de 1986 que es el instrumento más utilizado en todo el mundo, Esta escala tiene una alta consistencia interna y una fiabilidad cercana al 90%, está constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones, sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes y su función es medir el desgaste profesional.
El cuestionario Maslach se realiza en 10 a 15 minutos y mide los 3 aspectos del síndrome:
Cansancio emocional, despersonalización, realización personal. Con respecto a las puntaciones se consideran bajas por debajo de 34, altas puntuaciones en las dos primeras subescalas y bajas en la tercera permiten diagnosticar el trastorno.
En el momento en que la demanda de trabajo supera las capacidades y recursos de gestión de la persona se produce el desbordamiento emocional y disminuye la capacidad de respuesta del trabajador. Ningún trabajador está exento de padecer esta situación, la incidencia es mayor en los trabajadores asistenciales y en los trabajadores dedicados a servicios que interactúan con el usuario/paciente/cliente. Una baja motivación laboral, debilitada por una baja remuneración económica, futuro laboral incierto, turnicidad, déficit de conciliación con la vida personal, presión asistencial y acoso laboral son los principales desencadenantes.
La manifestación del burnout se objetiva en la calidad de los cuidados, en la salud mental del equipo asistencial y en el tratamiento social y sanitario que reciben los pacientes.
Los cargos intermedios de mando, son el grupo de riesgo de mayor riesgo, este grupo de trabajadores, recibe demandas de alta dificultad de resolución por el eslabón superior y debe afrontar situaciones de negociación y mando con los subordinados. A este entorno difícil y en ocasiones hostil, se debe añadir la falta de formación de las personas implicadas en la gestión de estas situaciones.
Esta falta de formación en los cuadros medios tiene en los sistemas de elección y promoción profesional uno de los factores causales más determinantes, se elige para la promoción el mejor perfil técnico y experimentado, dando poca relevancia a la formación y experiencia en la dirección de equipos y gestión optima y adecuada de los recursos humanos y habilidades sociales.
La prevalencia del síndrome de burnout es variable, por ejemplo en España, Díaz-Muñoz en un hospital de cardiología, encontró una prevalencia del 8% de un alto grado de cansancio emocional y fueron las mujeres quienes mostraron niveles más altos en esta dimensión; en las auxiliares de Enfermería se detectaron puntuaciones más altos en despersonalización con 31% y 38.5% presentó bajo grado de realización personal; sin embargo, las enfermeras de áreas de cuidados críticos presentaron puntuaciones elevados en esta dimensión.
Pera y Serra-Prat, realizaron un estudio con el personal de un hospital de segundo nivel y encontraron que el síndrome de burnout, estuvo presente más en hombres que en mujeres, 13.9% presentó un grado elevado en la dimensión de cansancio emocional, 11.1% en despersonalización y 6.6% en baja realización personal; el 27% mostró un grado alto del síndrome de burnout por lo menos en una de las tres dimensiones.
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Etapas del síndrome de burn-out (SQT) [4]
En el modelo Brodsky y Edelwich se plantean las cuatro fases que identifican al individuo con burnout.
2.1. Etapa de idealismo y entusiasmo.
En la primera etapa la persona contiene una alta motivación y energía para el trabajo, alberga expectativas ilusionantes por la actividad laboral y los retos de la jornada contienen un elemento motivacional .La involucración es máxima y la actividad de trabajo voluntario es notable.
No se reconocen los límites internos y externos, y esto repercute en la actividad laboral. El incumplimiento provoca una disminución de las expectativas que lleva a la persona a una fase llamada de estancamiento.
2.2 Etapa de burnout propiamente dicho. Supone una disminución de las actividades desarrolladas cuando el individuo constata la irrealidad de sus expectativas, ocurriendo la pérdida del idealismo y del entusiasmo. La percepción que recibe el individuo de la relación entre la cantidad de compromiso entregada y la recompensa no es equilibrada, el rendimiento comienza a descender.
2.3 Etapa de apatía. Comenzada esta fase, la frustración condiciona al individuo en la desatención de sus actividades, afectándole la apatía y la falta de interés. La salud empeora y comienzan los problemas emocionales, de conducta y físicos. El absentismo laboral se incrementa e incluso se produce un cambio de profesión o una baja laboral si la situación económica lo permite. La evitación de contacto con los compañeros también se manifiesta, descendiendo a una comunicación mínima para alcanzar los objetivos de la actividad laboral, o incluso ni esta.
2.4 Etapa de distanciamiento. El sentimiento crónico de frustración ocasiona un sentimiento de vacío que puede manifestarse en el distanciamiento emocional o la desvalorizaron personal.
Se evitan los desafíos y retos profesionales de forma bastante frecuente y no se aleja de la zona de confort que ofrece la seguridad del puesto de trabajo que se obtiene como compensación que justifica la permanencia en el lugar.
Estas fases son cíclicas y repetitivas y pueden ser experimentadas a lo largo de la vida laboral o en diferentes ambientes o profesiones.
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Factores causales del síndrome de burn-out (SQT) [3] [5]
Existen una multiplicidad de factores desencadenantes del estrés laboral crónico, que tiene como respuesta el fenómeno del síndrome de burn-out (SQT).