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Detrás de la pizarra venezolana. Estilo de enseñanza, evaluación del aprendizaje y comportamiento agresivo en el salón de clases

de los objetivos logrados en el curso. Su función es explorar el aprendizaje en los contenidos incluidos, localizando el nivel individual de logro. Y es utilizado al finalizar el acto educativo. Presenta a las pruebas objetivas como los instrumentos más idóneos para este tipo de evaluación. Toda actividad escolar debe ser evaluada en cada uno de los momentos del proceso de enseñanza -aprendizaje, al inicio, durante el desarrollo y al final del proceso.

Para ello, es necesario realizar los siguientes tipos de evaluación: diagnóstica, formativa cualitativa o cuantitativa. Este tipo de evaluación, es la que se realiza durante el desarrollo del proceso enseñanza – aprendizaje. Tiene como finalidad determinar el progreso del estudiante, detectar dificultades y reorientar el aprendizaje .A través de esta evaluación, el docente adquiere información, que le permite modificar las estrategias metodológicas. Mejorar los recursos utilizados y preparar actividades de recuperación tanto individuales como grupales, que orienten al logro de los objetivos, por otra parte, el estudiante conoce sus logros y las deficiencias que necesitan ser separadas. La planificación y realización de la evaluación formativa debe hacerse fundamentalmente en función de objetivos establecidos, ya que estos son los que determinan qué cómo, con que evaluar y en qué condiciones. Puede hacerse a través de pruebas elaboradas por el docente, trabajos prácticos, observación, entrevista con el estudiante, trabajos de investigación y otros. El docente debe seleccionar la técnica puede ser apropiada para evaluar todos los objetivos. Una técnica puede ser apropiada para evaluar una conducta, pero inapropiado para otra.

ESTILO DE APRENDIZAJE

En este interés en el presente ensayo es de describir cómo aprenden los estudiantes, cuáles son sus características individuales, que conlleva en favorecer y mejorar sus procesos de aprendizaje, subyace, desde hace unos años, la inquietud por el modo en que los sujetos procesan la información por los distintos canales perceptivos, afrontan, y resuelven problemas. Se está hablando de lo que se denomina «Estilos», que es la propia identidad cognitiva, afectiva y, fruto de la interacción socio cognitiva que hacen a cada persona única e irrepetible por encima de las «aptitudes» comunes al género humano y que son uno de los pilares de la atención individualizada del estudiante que llena nuestras aulas.

Sin embargo, a efectos de cualquier programa de enseñanza, se agrupa de forma artificial según determinados rasgos comunes, lo que facilita la acción didáctica, pero reduce la potenciación de las posibilidades individuales, favoreciendo aquellos perfiles de estudiantes más afines a la perspectiva adoptada por el docente. Intentar modificar esta acción docente homogeneizadora en el proceso de enseñanza, apoyándose en el diagnóstico de los Estilos de aprendizaje, es un largo camino que está empezando a dar sus frutos en nuestro país y que reclama, ante la dificultad de la tarea de flexibilizar la acción docente, una perspectiva crítica por parte del docente y el desarrollo de modelos de intervención que les facilite un marco de reflexión y apoyo para su acción educativa.

Tradicionalmente, la influencia de los factores personales en el aprendizaje ha sido explicada a partir de la existencia de diferencias individuales, entendidas como características personales, que existen al margen del contexto del aula. Así, se establecía que un estudiante (por extensión podríamos decir también un maestro) es más inteligente que otro, como rasgo estable; que cada estudiante o maestro posee unas características de personalidad o atributos psicológicos determinados que facilitan o dificultan el aprendizaje; que existen estudiantes más motivados que otros hacia las tareas escolares; etc. En cualquier caso, se explicaba el éxito y el fracaso en el aprendizaje a partir de unas diferencias individuales estables y determinantes, llegando incluso acierto fatalismo pedagógico, relacionado con una concepción estática de la inteligencia, compartida por profesores y estudiantes.

Esta perspectiva, vinculada a una tradición de investigación psicológica, experimentalista por una parte y psicométrica por otra, pierde peso en el momento en que se percibe la necesidad de situar las explicaciones de éxito y fracaso escolar en el entorno real de aprendizaje. La necesidad de “preguntar a la persona” que aprende qué siente, averiguar cuáles son sus experiencias emocionales, qué razones tiene para aprender, es imprescindible. Aceptando el papel relevante de las variables personales, ante todo debemos distinguir, de acuerdo con Nisbet y Shucksmith (1986) que“ El conocimiento de las variables de la persona (o atributos personales) tiene dos facetas; a saber, el conocimiento de las capacidades y cualidades permanentes de uno mismo (…) y el conocimiento de procesos y estados transitorios”.

Estos dos tipos de conocimiento acerca de las variables personales afecta por igual al docente y al estudiante, aunque, tradicionalmente, el énfasis haya sido puesto en el segundo. Si entendemos que la enseñanza-aprendizaje de estrategias implica atribuir, como mínimo, el mismo grado de importancia al profesor como enseñante estratégico que al estudiante como aprendiz estratégico, y al profesor estratégico ante todo como aprendiz estratégico, el análisis de estas variables personales estará, pues, referido a ambos.

En la mayoría de los estudios recientes se acepta el papel determinante que juegan las variables personales en la utilización de estrategias de aprendizaje (autoconcepto, autoestima, ansiedad, intereses, motivación, etc.). Sin embargo, aún es necesario profundizar en la relación directa entre el uso estratégico de los procedimientos de aprendizaje y las variables personales citadas.

P. Honey y A. Mumford (1986) consideran el aprendizaje como un proceso circular de cuatro etapas que corresponden a su vez con los cuatro Estilos de Aprendizaje:

1- Estilo Activo: Son personas abiertas, entusiastas, sin prejuicios ante las nuevas experiencias, incluso aumenta su motivación ante los retos. 2-Estilo Reflexivo: Son individuos que observan y analizan detenidamente. Consideran todas las opciones antes de tomar una decisión. Les gusta observar y escuchar, se muestran cautos, discretos e incluso a veces quizá distantes. 3-Estilo Teórico: Presentan un pensamiento lógico e integran sus observaciones dentro de teorías lógicas y complejas. Buscan la racionalidad, la objetividad, la precisión y la exactitud. 4-Estilo Pragmático: Son personas que intentan poner en práctica las ideas. Buscan la rapidez y eficacia en sus acciones y decisiones. Se muestran seguros cuando se enfrentan a los proyectos que les ilusionan.

COMPORTAMIENTO ESCOLAR

Tabla 1. Resultados encontrados en un grupo de estudiantes de secundaria

comportamiento-escolar
Comportamiento escolar