pequeños (de 0 a 5 años) que presentan sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 42 millones en 2013; al igual que para el 2013, a nivel mundial, 161,5 millones de niños menores de 5 años sufrían retraso del crecimiento y 50,8 millones presentaban un peso bajo para su talla. (OMS, 2014).
En Latinoamérica, cerca de 4 millones de niños y niñas presentan bajo peso y 9 millones sufren de desnutrición crónica o retardo del crecimiento, mientras que la obesidad se encuentra con una prevalencia alrededor del 15%. (Zayas & Herrera, 2002). Mientras que ENSANUT reporto durante el 2012, en el Ecuador la desnutrición, con un 25.2% en menores de 5 años, y en la Zona 7 es del 22.8%, la obesidad y el sobrepeso representan cerca del 8.6% en la Zona 7. (Freire et al, 2014).
Por otro lado al fijarnos detenidamente en los datos estadísticos evidenciamos el alto porcentaje en Ecuador de desnutrición crónica encontrando que casi 371.000 niños menores de cinco años en el Ecuador están con desnutrición crónica; y de ese total, unos 90 mil la tienen grave. Los niños indígenas, siendo únicamente el 10% de la población, constituyen el 20% de los niños con desnutrición crónica y el 28% de los niños con desnutrición crónica grave. Los niños mestizos representan, respectivamente, el 72% y el 5% del total. El 60% de los niños con desnutrición crónica y el 71 % de los niños con desnutrición crónica grave, habitan en las áreas rurales (aunque la población rural es tan solo el 45 % del total poblacional del Ecuador). También se da una concentración muy elevada en las áreas de la Sierra, que tiene el 60 % de los niños con desnutrición crónica y el 63 % con desnutrición crónica extrema. El 71 % de los niños con desnutrición crónica provienen de hogares clasificados como pobres, lo cual se aplica también al 81% de los niños con desnutrición crónica extrema (Freire et al, 2014).
La Malnutrición Crónica, es decir, una deficiencia en la talla/edad es la desnutrición más grave que padecen los niños en Ecuador. Para el año 2008 la curva de la desnutrición general coincide ampliamente con la distribución normal, mientras la curva de la desnutrición crónica tiene una marcada tendencia a situarse hacia la izquierda. Así, 371.856 niños (26,0% de los niños ecuatorianos menores de cinco años) tienen desnutrición crónica comparada con los estándares internacionales de referencia. Peor aún, 90.692 niños de este total (6,35% de los niños menores de 5 años) tiene una desnutrición extrema es decir, baja talla/edad extrema.
En la población escolar de 5 a 11 años, las prevalencias de retardo en talla (desnutrición crónica) están alrededor del 15%, mientras que el sobrepeso llega al 32%. Con relación a los adolescentes (12 a 19 años), en quienes persiste el retado en talla, presentan obesidad en un 26% y en los adultos, el 63% de ellos presenta problemas de sobrepeso (Freire et al, 2014).
En la presente tabla se denotan los datos estadísticos en nuestro país sobre los problemas del estado nutricional.
Tabla 1
Retardo en talla (desnutrición crónica)
Grupo etario: Menores de cinco años
Nº de personas: 413.913
Grupo etario: De 5 a 11 años
Nº de personas: 340 000
Sobrepeso u obesidad
Grupo etario: Menores de cinco años
Nº de personas: 148 023
Grupo etario: De 5 a 11 años
Nº de personas: 678 000
Grupo etario: De 12 a 19 años
Nº de personas: 413 064
Grupo etario: Adultos
Nº de personas: 4 876 076
Fuente: ENSANUT 2012
En diversos estudios a nivel Mundial se ha determinado que los países en vías de desarrollo enfrentan realidades muy diferentes a la de los países desarrollados. Algunos de estos países disponen de recursos naturales conocidos y no utilizados, mientras que las condiciones de pobreza y desnutrición entre la población van en aumento a pesar de los recursos disponibles, siendo los niños/as los más afectados (González & Nápoles 2007).
Existen varios factores que se relacionan dialécticamente con el estado nutricional pudiendo influir positivamente o negativamente sobre él; dentro de estos tenemos:
El proceso alimentario.-Estrechamente relacionado con el estado nutricional, con las variables macroeconómicas, socioculturales y geográficas que prevalecen con el contexto nacional, se caracteriza por la interdependencia y heterogeneidad de las fases que lo conforman (producción, distribución, comercialización), y presenta a la fecha un desarrollo desigual, que se manifiesta en marcadas dualidades en los ámbitos de producción, disponibilidad y acceso a los alimentos (Sandoval-Montes, et al 2010).
Cuando existe ineficiencia en el proceso alimentario se afecta gravemente el estado nutricional sobre todo de los grupos vulnerables como los escolares, produciendo inseguridad alimentaria, poco acceso de la población a la alimentación por la falta de disponibilidad de alimentos y el alto costo de la canasta básica, la suma de estos factores desencadenan problemas nutricionales.
Otro factor que incide positiva o negativamente sobre la nutrición del escolar son los hábitos alimentarios o nutricionales de las poblaciones, estos son la expresión de las creencias y tradiciones, ligados al medio geográfico, a la disponibilidad alimentaria.
Los hábitos alimentarios del mundo occidental se caracterizan, cuantitativamente, por un consumo excesivo de alimentos, superior, en términos generales, a las ingestas recomendadas en cuanto a energía y nutrientes para el conjunto de la población y cualitativamente, por un tipo de dieta rica en proteínas y grasa de origen animal. (Flores & Sánchez 2012)
Los hábitos alimentarios nacen en la familia, pueden reforzarse en el medio escolar y se contrastan en la comunidad en contacto con el medio social. Sufren las presiones del marketing y la publicidad ejercida por las empresas agroalimentarias.
La alimentación es una necesidad fisiológica necesaria para la vida que tiene una importante dimensión social y cultural. Comer está vinculado por un lado a saciar el hambre (para vivir) y por el buen gusto, y la combinación de ambos factores puede llegar a generar placer. En el acto de comer entran en juego los sentidos (unos de forma evidente, vista, olfato, gusto y tacto, y por último, el oído puede invertir al recibir mensajes publicitarios sobre alimentos) (Alba 2012).
La alimentación es fundamental para el bienestar de las personas, sin embargo es frecuente encontrar desequilibrios alimenticios tanto en países desarrollados como subdesarrollados relacionados con los hábitos alimenticios, los sectores rurales son los más vulnerables a estos desequilibrios por ser los herederos de las condiciones socioeconómicas desfavorables que se reproducen de generación en generación (Vargas 2010).
La evolución del comportamiento alimentario se ha producido como consecuencia de diferentes factores, por ejemplo: paso de una economía de autoconsumo a una economía de mercado, el trabajo de la mujer fuera del hogar, los nuevos hábitos nutricionales como el ingreso a la dieta familiar de comidas chatarras como el Hot dogs, hamburguesas, papas fritas, pizza, snack.
El estado nutricional está determinado por el consumo de alimentos que está condicionado por factores como la disponibilidad de alimentos, la capacidad de compra, aprovechamiento biológico, factores sociales, económicos, culturales como: religión, raza, educación, procedencia, factores psicológicos; también se suma el hecho de que las costumbres alimentarias pueden ser influenciadas por los medios de comunicación escritos y hablados.
Existe un factor elemental que es el cambio de hábitos alimentarios producto de la a culturización resultante de la migración, de la globalización que ha transformado el entorno en una “aldea global” que sumado a la presión de las multinacionales de comunicación han hecho de la publicidad un instrumento de convicción, para crear uniformidad mundial en los hábitos alimentarios, especialmente entre los más jóvenes (Cortés & Avilés 2011).
Cuando los factores citados anteriormente influyen negativamente se producen los problemas nutricionales como desnutrición, bajo peso, sobrepeso y obesidad.
La desnutrición en el ámbito mundial ha venido causando estragos en la salud del hombre, debido a la falta de alimentos suficientes y necesarios para obtener una salud adecuada lo que ha generado que las dos terceras partes de los habitantes en el mundo presenten problemas nutricionales.