Frutos secos: efectos sobre la salud cardiovascular: revisión bibliográfica
Autora principal: Susana Blanco Veiras
Vol. XIX; nº 8; 232
Nuts: effects on cardiovascular health: literature review
Fecha de recepción: 10/03/2024
Fecha de aceptación: 22/04/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 8 Segunda quincena de Abril de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 8; 232
AUTORES:
- Susana Blanco Veiras, Dietista-Nutricionista en Centro de salud Fonsagrada-Becerreá, Lugo, Galicia, España
- Susana García Rodríguez. Dietista-Nutricionista, Lugo, España
- Verónica Antonia Méndez Vilabrille, Dietista-Nutricionista y Técnico de Laboratorio clínico en Hospital de Jarrio, Asturias, España
RESUMEN
Los frutos secos tienen una excelente composición nutricional, son ricos en grasa, proteínas etc. En un principio podríamos pensar en un alimento poco saludable por tener grasa, pero se ha analizado y se ha visto que esa grasa es vegetal por lo que los hacen saludables. Son muy ricos en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados muy beneficiosos para la salud. Los principales ácidos grasos de los frutos secos son el ácido oleico (C18:1), el ácido linoleico (C18:2) y el ácido α-linoleico (C18:3) (ALA). Los frutos secos también aportan una cantidad importante de fibra especialmente insoluble, alimento necesario para nuestras bacterias intestinales beneficiosas. Vitaminas, minerales como el magnesio y el potasio, fitoesteroles, flavonoides, tocoferoles, polifenoles y otros antioxidantes. Existen herramientas de evaluación dietética para medir el consumo de alimentos. Entre ellas están, los cuestionarios de frecuencia alimentaria, los diarios de alimentos y los recordatorios dietéticos de 24 horas. Como herramienta complementaria surgen los biomarcadores de la ingesta alimentaria. Con estos marcadores evitamos los sesgos de memoria, las limitaciones de las bases de datos de composición de alimentos y también mejoramos las mediciones de la ingesta, con esto podemos hacer una mejor estimación entre la dieta ingerida y los resultados obtenidos. Estudios epidemiológicos sobre los efectos de los frutos secos en la salud han demostrado que el consumo de frutos secos se asocia con una menor incidencia de enfermedad coronaria tanto en hombres como en mujeres
Palabras clave
Frutos secos, nueces, urolitina, ácido α-linoleico, estudio predimed
ABSTRACT
Nuts have an excellent nutritional composition, they are rich in fat, proteins, etc. At first, we might think of it as an unhealthy food because it has fat, but it has been analyzed and it has been seen that this fat is vegetable, which makes it healthy. They are very rich in monounsaturated and polyunsaturated fatty acids that are very beneficial for health. The main fatty acids in nuts are oleic acid (C18:1), linoleic acid (C18:2) and α-linoleic acid (C18:3) (ALA). Nuts also provide a significant amount of especially insoluble fiber, necessary food for our beneficial intestinal bacteria. Vitamins, minerals such as magnesium and potassium, phytosterols, flavonoids, tocopherols, polyphenols and other antioxidants. Dietary assessment tools exist to measure food consumption. These include food frequency questionnaires, food diaries, and 24-hour dietary recalls. Biomarkers of food intake emerge as a complementary tool. With these markers we avoid memory biases, the limitations of food composition databases and we also improve intake measurements, with this we can make a better estimate between the diet ingested and the results obtained. Epidemiological studies on the health effects of nuts have shown that nut consumption is associated with a lower incidence of coronary heart disease in both men and women.
Keywords
Dried fruits, walnuts, urolithin, α-linoleic acid, predimed study
DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
INTRODUCCIÓN
Los frutos secos son alimentos muy energéticos, ricos en grasas y proteínas, fibra insoluble, así como en oligoelementos. Según el tipo de fruto seco, también pueden aportar buenas cantidades de vitaminas (sobre todo del grupo B) o ácidos grasos omega (1).
Forman parte de nuestra alimentación desde hace muchos años. Hace unos años, investigadores de Harvard descubrieron que durante el Mesolítico los frutos secos ya formaban parte de la alimentación (2).
En los países occidentales, las nueces se consumen crudas o tostadas como parte de las comidas, como refrigerios o como postres. Se comen enteros (frescos o asados), en ensaladas, para untar (tanto dulces como salados), como aceites o en productos como salsas, lácteos, pasteles y productos horneados(3).
Los frutos secos tienen una excelente composición nutricional, son ricos en grasa, proteínas etc. En un principio podríamos pensar en un alimento poco saludable por tener grasa, pero se ha analizado y se ha visto que esa grasa es vegetal por lo que los hacen saludables. Son muy ricos en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados muy beneficiosos para la salud. Los principales ácidos grasos de los frutos secos son el ácido oleico (C18:1), el ácido linoleico (C18:2) y el ácido α-linoleico (C18:3) (ALA). Aquí debemos destacar las nueces por su aporte de grasa polinsaturada, al igual que la grasa su proteína también es vegetal aportando aminoácidos esenciales a nuestro organismo. Los frutos secos también aportan una cantidad importante de fibra especialmente insoluble, alimento necesario para nuestras bacterias intestinales beneficiosas. Vitaminas, minerales como el magnesio y el potasio, fitoesteroles, flavonoides, tocoferoles, polifenoles y otros antioxidantes (2) (3) (4).
Herramientas para evaluar la ingesta dietética
Existen herramientas de evaluación dietética para medir el consumo de alimentos. Entre ellas están, los cuestionarios de frecuencia alimentaria, los diarios de alimentos y los recordatorios dietéticos de 24 horas. Estas herramientas se basan en frecuencia y ración. Tienen el inconveniente de que la información que aporta el sujeto depende de la memoria de este y a veces puede provocar omisión de información útil. En cuanto a los diarios de alimentos podrían provocar cambios en la conducta alimentaria (3).
Este tipo de herramientas se centran en el tipo, la frecuencia y el tamaño de las porciones, pero no tienen en cuenta información sobre las fuentes de alimentos, el procesamiento de los alimentos o las condiciones de almacenamiento. Aquí surge la necesidad de buscar un método más objetivo en la medición de la ingesta dietética, los biomarcadores de la ingesta alimentaria (3). Con estos marcadores evitamos los sesgos de memoria, las limitaciones de las bases de datos de composición de alimentos y también mejoramos las mediciones de la ingesta, con esto podemos hacer una mejor estimación entre la dieta ingerida y los resultados obtenidos (3). Eu uso de estos marcadores como herramienta complementaria a los tradicionales es uno de las futuras líneas investigaciones en este campo (3).
Nueces
Los ácidos grasos de las nueces son el ácido oleico (C18:1), el ácido linoleico (C18:2) y el ácido α-linolénico (C18:3, ALA)(3). El ácido α-linolénico (ALA) es un miembro del grupo de ácidos grasos esenciales omega-3, no se pueden producir dentro del organismo y deben ser adquiridos a través de la dieta(5). Las nueces lo posee en mayor cantidad en comparación con otros frutos secos (3). Otro componente y metabolito de las nueces es la urolitina, se pueden encontrar 3 tipos A, B y C. Algunos alimentos vegetales como la granada, las fresas, las frambuesas, las castañas y las nueces son ricas en unos compuestos fenólicos o micronutrientes llamados elagitaninos. La microbiota de nuestro intestino convierte los elagitaninos en urolitinas, las cuales son absorbidas en el colon y alcanzan distintos órganos en los que pueden ejercer su efecto protector (3) (6). Actualmente se ha producido un creciente interés por estos últimos compuestos debido a sus propiedades antioxidantes y a sus efectos beneficiosos en la salud humana, tales como en el tratamiento y prevención del cáncer, de enfermedades cardiovasculares y de otras patologías de carácter inflamatorio y neurodegenerativas. Concretamente, a las urolitinas se les atribuyen diversas actividades relacionadas con la mejora de la función muscular y la reducción del riesgo cardiovascular (6).
el consumo de nueces también se ha asociado con un aumento en los niveles de ácido 5-hidroxiindol-3-acético (5-HIAA), este es un metabolito de la vía de la serotonina. Las nueces poseen un mayor contenido de serotonina que otros alimentos(3). Las nueces de Brasil a mayores tienen selenio en su composición (3).
Avellana y almendra Las almendras y las avellanas tienen las concentraciones más altas de α-tocoferol entre el resto de los frutos secos (3). El α-Tocopherol es un tipo de vitamina E.
Pistachos
Entre los frutos secos, los pistachos contienen los niveles más altos de potasio, γ-tocoferol, vitamina K, fitoesteroles (principalmente β-sitosterol) y carotenoides xantofila (luteína y zeaxantina)(3).
Ingesta de frutos secos diaria recomendada
En cuanto a consumo de nueces diarias, el documento de consenso SEA/SEMERGEN 2019 recomienda un consumo de frutos secos y cacahuetes de unos 30 a 45g crudos, como las nueces, y los tostados se recomiendan 3 veces por semana. Lo que se desaconsejan son los salados (7).
Enfermedades cardiovasculares: factores de riesgo
Las enfermedades cardiovasculares del sistema circulatorio son la primera causa de muerte en España. Los principales factores de riesgo se pueden clasificar en modificables y no modificables. Los modificables son el tabaquismo, la diabetes mellitus (DM), la hipertensión arterial (HTA), obesidad, la dislipemia, el sedentarismo y el estrés. En cuanto a los no modificables están la edad, el sexo y la herencia genética. Se debe tener en cuenta que los factores modificables están muy relacionados entre sí, ya que algunos causan la aparición de otros y tienen un nexo común que los relaciona, los hábitos de vida, en los que se incluyen los hábitos alimentarios como factor principal junto con la actividad física y el absentismo tabáquico (5).
Estudio PREDIMED
El estudio PREDIMED realizado en España en individuos de alto riesgo cardiovascular, pero sin antecedentes de enfermedad vascular isquémica, demostró que una dieta de tipo mediterráneo suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos (avellanas, almendras y nueces) conseguía una reducción del 30% en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Esta dieta presenta un contenido graso que supera el 35% de la ingesta calórica total a expensas fundamentalmente de la grasa insaturada aportada por los frutos secos y el aceite de oliva virgen extra, en contraposición a la dieta baja en grasa recomendada tradicionalmente y utilizada en el grupo control (7).
Otros estudios
Estudios epidemiológicos sobre los efectos de los frutos secos en la salud han demostrado que el consumo de frutos secos se asocia con una menor incidencia de enfermedad coronaria tanto en hombres como en mujeres (3) (6).
Además, los estudios de intervención han demostrado que el consumo de frutos secos, por sus propiedades antioxidantes, y en especial las nueces, está asociado con la disminución del colesterol total y colesterol LDL, manteniendo los valores de HDL y los triglicéridos, produciendo un efecto cardioprotector contra enfermedades cardiovasculares (3) (7). El consumo de nueces dio un mejor resultado del perfil lipídico en comparación con los demás frutos secos utilizados (8).
Se han hecho también estudios de cohortes prospectivos y se ha concluido que en personas con diabetes un consumo frecuente de frutos secos, especialmente nueces, se asocia con un menor riesgo de incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad (4).
Otro estudio concluye que el consumo de nueces puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, enfermedad cardiovascular, cáncer total y mortalidad por todas las causas, y posiblemente mortalidad por diabetes, enfermedades respiratorias y enfermedades infecciosas(9).
OBJETIVO
El objetivo de esta revisión es obtener todo el conocimiento sobre la ingesta de frutos secos y su efecto en la salud cardiovascular en cuanto a colesterol total, LDL, triglicéridos, HTA y síndrome metabólico. Recomendaciones nutricionales de los frutos secos en la alimentación humana.
METODOLOGÍA
Para cumplir con los objetivos planteados en este trabajo se ha desarrollado una revisión bibliográfica en diferentes bases de datos como Google Scholar®, PubMed®, SciELO® y ScienceDirect®, siendo PubMed® el principal recurso de búsqueda ya que permitió la realización de una búsqueda más exacta y relacionada con el tema de estudio. Se desarrollaron diferentes estrategias de búsqueda utilizando y combinando los términos: “frutos secos”, “nueces”, “urolitina”, “ácido α-linoleico”, “estudio predimed”. La búsqueda se ha realizado principalmente en inglés. Como criterios de inclusión se utilizó artículos publicados en los últimos 15 años para obtener información más actual, trabajos con disponibilidad de texto completo gratis y trabajos con resultados concluyentes.
CONCLUSIONES
Estudios epidemiológicos sobre los efectos de los frutos secos en la salud han demostrado que el consumo de frutos secos se asocia con una menor incidencia de enfermedad cardiovascular tanto en hombres como en mujeres. Los biomarcadores de la ingesta alimentaria como herramienta complementaria junto con los cuestionarios de frecuencia alimentaria, los diarios de alimentos y los recordatorios dietéticos de 24 horas han permitido saber con mayor precisión la ingesta real de frutos secos de los sujetos a estudio, permitiendo llegar a las concusiones de que los frutos secos reducen el colesterol total, el colesterol LDL, mantienen el HDL y los triglicéridos. Con esto podemos concluir que el consumo de frutos secos, especialmente nueces, reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular al igual que enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.
BIBLIOGRAFÍA
- Fruto seco. En: Wikipedia, la enciclopedia libre [Internet]. 2023 [citado 18 de enero de 2024]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Fruto_seco&oldid=156457331
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- Ácido alfa-linolénico. En: Wikipedia, la enciclopedia libre [Internet]. 2021 [citado 8 de febrero de 2024]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=%C3%81cido_alfa-linol%C3%A9nico&oldid=132503779
- Fundación Séneca [Internet]. [citado 9 de febrero de 2024]. Los beneficios de las urolitinas. Disponible en: https://fseneca.es/los-beneficios-de-las-urolitinas
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- Aune D, Keum N, Giovannucci E, Fadnes LT, Boffetta P, Greenwood DC, et al. Nut consumption and risk of cardiovascular disease, total cancer, all-cause and cause-specific mortality: a systematic review and dose-response meta-analysis of prospective studies. BMC Med. 5 de diciembre de 2016;14(1):207.