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Gastrosquisis. Revisión actual

en ventilación mecánica, más días con nutrición parenteral total, más días para alcanzar la dieta enteral completa y mayor estancia hospitalaria. (Alfonso Espinoza , Rodríguez Juárez , & Rodríguez Valderrama , 2005) (Glasser, 2001)

Es evidente el aumento de la incidencia de Gastrosquisis, el cual puede ser explicado por varios factores, entre ellos los vinculados a un aumento en la exposición de gestantes a diversos factores de riesgo. Es imprescindible realizar el diagnóstico en etapa prenatal, para lo cual el ultrasonido como técnica de tamizaje es una de las herramientas más valiosas al respecto. Existe controversia sobre el momento y tipo de parto de un feto con Gastrosquisis. Cada vez más son los estudios que no demuestran diferencias entre el parto vaginal o la cesárea, si bien se considera como fundamental que el mismo suceda en un centro hospitalario con equipo quirúrgico pediátrico especializado.

No se debe olvidar que se encuentra sobreestimado el diagnóstico de restricción de crecimiento intrauterino en estos casos, ya que la circunferencia abdominal del feto es menor a la esperada debido al pasaje de vísceras al líquido amniótico. Sin embargo, existe una pérdida de proteínas a través de la pared del intestino herniado hacia el líquido amniótico, lo que conllevaría a una hipoproteinemia fetal.

Aunque la cirugía pediátrica ha logrado disminuir esta tasa de morbimortalidad gracias a propuestas innovadoras como el estiramiento manual de la cavidad abdominal de Izant, la sutura de mallas de teflón a la pared abdominal de Schuste, la utilización de prótesis de silicón, silastic, dacron, prolene, (Zani & et al, 2008); (Ceriani, 2009); (Bax , y otros, 2005)), la alimentación parenteral y el monitoreo mediante catéteres centrales ( (Estrada & et al, 2008)), aún quedan inquietudes por develarse.

Entre los elementos que se asocian con una mayor morbilidad y mortalidad se encuentra el desarrollo de restricción de crecimiento intrauterino (Conde & et al, 2013).

El pronóstico es más desfavorable aun si se asocia a la gastrosquisis, el engrosamiento de la pared intestinal, dilatación de las asas intestinales o presentar otros órganos herniados. Estas asociaciones llevan a un mayor porcentaje de atresias, perforaciones, vólvulo o segmentos de intestino corto, pudiendo afectar a uno de cada cuatro fetos.

La prematurez no demuestra beneficio en cuanto a la alimentación enteral total, y los pacientes presentan mayores complicaciones respiratorias vinculadas a la prematurez. (Walker, Holland, Halliday, & Badawi, 2012)), refiere que varios estudios apoyan la interrupción temprana de la gestación, justificando esta conducta en el desarrollo de isquemia intestinal, complicación de la gastrosquisis o hasta llegar a las 38 semanas de gestación.

El período posterior al nacimiento, es la etapa más vulnerable de la vida del ser humano, y es donde ocurren los mayores riesgos para su supervivencia, de presentar enfermedades y muchas veces dejen serias secuelas, especialmente neurológica. (Aguinaga Rios, 2007) Es evidente que para reducir esta morbilidad y mortalidad, se necesita elevada preparación tanto de médicos como del personal de Enfermería, que sin dudas reducirían las graves consecuencias de haber nacido con una malformación congénita de esta magnitud, claro está y como se comentó antes, existen un grupo de factores de riesgo independientemente de la buena atención sanitaria. La diferencia de los resultados encontrados en la literatura consultada muestra que el aumento se acompaña de forma proporcional al incremento en la tasa de mortalidad infantil asociada a malformaciones congénitas debido a la asociación con problemas inmediatos, mediatos o tardíos.

La falta de conocimientos sobre los factores que están incidiendo en la presentación de este tipo de malformación no permite realizar intervenciones para prevenir la presentación cada vez más frecuente de esta malformación que pone en riesgo la vida de los niños que nacen con gastrosquisis. Este grave problema de salud afecta de forma directa al Recién Nacido y a su familia, también, representa un incremento en el presupuesto en salud, ya que los gastos que demanda el diagnóstico, tratamiento y cuidado de este tipo de malformación congénita se incrementa, y más aún, si la condición de salud del neonato se agrava por las complicaciones que se derivan de la Gastrosquisis.

Otro aspecto que se debe considerar es el impacto en la economía familiar, donde el cuidado posterior a la reparación quirúrgica puede ser muy elevado, en especial si hay secuelas relacionadas con la patología o las derivadas del periodo trans-operatorio y post-operatorio, pudiendo incluso incidir negativamente en la calidad de vida del neonato o en su supervivencia global.

Es importante identificar los factores que están presentes en la presentación de la Gastrosquisis con la finalidad de establecer intervenciones tempranas para educar a las madres de estos neonatos y prevenir la presentación de esta malformación o de otras malformaciones en otros embarazos futuros.

Carmen Fernández Calderón y colaboradores (2007) en su trabajo “Onfalocele y gastrosquisis”. Cuatro años de experiencia” expusieron que los niños con gastrosquisis pesaron al nacer 2,177 ± 539 gr la edad de gestación fue similar, pero ocho de los 14 tuvieron peso bajo al nacer. Concluyendo que los factores asociados a estas enfermedades fueron similares a lo informado por otros. La mortalidad es aún alta por lo que se hacen cambios en el manejo de estos enfermos.

El logro de la realización de este estudio constituirá un paso de avance en la calidad de vida de estos enfermos, pudiéndose constituir acciones de salud encaminadas a pautas de conductas en la vida prenatal y postnatal. Las mayores tasas de mortalidad y morbilidad asociadas con las malformaciones congénitas, afectan negativamente a los sistemas de salud y son causa de gran preocupación, no solo por los recursos que consumen, sino también por las afectaciones sociales que ocasionan, en especial a la madre y a las personas cercanas a ella.

En la literatura expuso Williams (Williams, Kucik, Alverson, Olney , & Correa, 2005) que la edad más joven, principalmente las madres adolescentes presentaban más probabilidad de tener un bebé con gastrosquisis que las de mayor edad y las adolescentes de raza blanca