tuvieron tasas más altas que las adolescentes de raza negra o afroamericana, concordando con este estudio de manera parcial.
La asociación entre las edades maternas extremas y malformaciones congénitas (MC) ya ha sido comprobada por muchos autores. (Pennan , Fisher , & Noblett, 1998). Además se ha encontrado que las edades maternas avanzadas se relacionan principalmente con MC de origen cromosómico producidas por no disyunción (Sherman , Freeman , Allen, & Lamb, 2005)
Esta asociación implica que los hábitos de las mujeres jóvenes, como alimentación, consumo de tabaco y drogas, pudieran corresponder a factores de riesgo para estos defectos. Croen y Shaw (Croen & Shaw, 1995) encontraron en una revisión de más de un millón de nacimientos, que el riesgo para malformaciones de origen cromosómico de las mujeres de menos de 20 años era comparable con las de mayor edad. Encontraron también que varias malformaciones congénitas, como gastrosquisis y estenosis pilórica presentaban frecuencias mayores que en el grupo de 25 a 29 años, lo que ya había sido comunicado anteriormente. (Nazer, Cifuentes, Águila, Ureta , & et al, 2007) La gastrosquisis se asocia con morbilidad neonatal significativa, y de vez en cuando la mortalidad. Estudios previos que buscan formas de pronosticar esta condición mediante una ecografía prenatal han mostrado resultados contradictorios. La mayoría de los parámetros de ultrasonido estándar evaluados antes del parto en gastrosquisis fetal no se asociaron significativamente con el resultado neonatal adverso, a excepción de polihidramnios, que era un fuerte predictor de complicaciones intestinales graves en el período neonatal. Esta información es importante tanto para los padres y para los profesionales de la salud que gestionan los embarazos con gastrosquisis fetal. (Japaraj & Hockey, La gastrosquisis: puede ecografía prenatal predecir el resultado neonatal., 2003)
La gastrosquisis casi siempre se puede diagnosticar en una ecografía ya en el primer trimestre del embarazo cuando se realiza en centros de experiencia. Sin embargo, debido a que el contenido abdominal se desarrolla fuera del abdomen y la pared del abdomen no se cierra normalmente hasta las 11-12 semanas, a veces no se diagnostica hasta el segundo trimestre. Los niveles elevados de alfa fetoproteína en suero materno, que se utilizan como screening para espina bífida abierta y trisomía 21, pueden ser indicadores indirectos de gastrosquisis. Por lo general, en la ecografía, se ven asas intestinales flotando libres en el líquido amniótico. La falta de membrana de tejido que las rodee la diferencia de onfalocele, así como también una inserción abdominal de cordón umbilical normal emergiendo del lado izquierdo del feto.
En raras ocasiones, el estómago, vejiga y genitales internos pueden exteriorizarse. La herniación del hígado se asocia con más frecuencia con onfalocele, pero puede observarse en 6% de gastrosquis. (Lepigeon, 2014) La Gastrosquisis fetal se asocia con varias morbilidades que pueden conducir a resultados adversos secundarios incluyendo el tiempo prolongado para iniciar la alimentación oral, el tiempo en el ventilador, el uso a largo plazo de la NPT, múltiples intervenciones quirúrgicas y complicaciones neonatales incluyendo sepsis, enterocolitis necrotizante y síndrome del intestino corto. (García, Brizot , & Liao, 2010)
A pesar de esto, todavía hay mucho discrepancia en la literatura respecto a qué predictores de ultrasonido son más sensibles y clínicamente relevante para la predicción de los resultados neonatales adversos. Futuros estudios prospectivos con suficiente potencia y tamaños de muestras adecuadas que emplean definiciones estandarizadas de resultado adverso ayudarán a generar datos confiables y válidos que se pueden utilizar para informar a la atención al paciente y en definitiva, mejorar la salud materno-fetal (Wilson , y otros, 2012)
Ghionzoli y sus colaboradores (2013) investigaron el valor predictivo de un diagnóstico prenatal de la dilatación del intestino (> 18 mm) y se encontró que la dilatación del intestino fetal tuvo 97% de sensibilidad y 37% de especificidad para detectar atresia intestinal. El alto valor predictivo negativo de la prueba (99%) lleva a los autores a concluir que la ausencia de dilatación del intestino fetal excluye prácticamente atresia intestinal. McClellan y colaboradores (2011) documentaron alta tasa de atresia de 30% en grupo de fetos con gastrosquisis sin dilatación intestinal prenatal (< 20 mm). En su serie, sin embargo, los recién nacidos en los que se diagnosticó dilatación intestinal antenatal tuvieron estadía hospitalaria significativamente más larga y mayor tasa de mortalidad.
Kuleva y sus colaboradores (Kuleva , Khen-Dunlop, Dumez , Ville, & Salomon, 2012). reportaron que dilatación del intestino delgado intra-abdominal (> 6 mm) fue predictiva de gastrosquisis compleja (necrosis, atresia, vólvulo y perforación), con odds ratio de 4,13 (IC del 95%: 1,32 a 12,9). Por otra parte, cada milímetro adicional de dilatación se asoció con un 10% más de riesgo de gastrosquisis compleja. Japaraj y sus investigadores asociados (2003) reportaron que la dilatación del intestino intra-abdominal se asoció con mayor tasa de complicaciones postnatales, pero sólo cuando múltiples asas estaban dilatadas.
Por otra parte, Ralston y colaboradores (2004) no encontraron ninguna correlación entre los hallazgos ecográficos de anomalías gastrointestinales y outcomes adversos postnatales. Finalmente, Wilson y cols concluyeron que la dilatación intestinal detectada por ultrasonografía (> 10 mm) no era predictiva de complicaciones intestinales importantes. Los estudios mencionados anteriormente son difíciles de comparar, debido a la diferencia en la definición de «dilatación intestinal».
No obstante, parece claro que la dilatación intestinal interna o externa significativa, probablemente no es un signo favorable. Su implicación exacta sin embargo, y cómo debería orientar el manejo, todavía no está claro. Hasta la fecha, ningún marcador ha mostrado una buena sensibilidad o especificidad para estos resultados adversos.
A través de los años, el uso rutinario de la ultrasonografía prenatal ha generado múltiples controversias, se han encontrado conceptos tan extremos como el de desconocer por completo el valor de dicha tecnología en la reducción de la morbilidad y mortalidad perinatal (Ewigman , Crane, Frigoletto , LeFreve, Bain,