Inicio > Endocrinología y Nutrición > Gestión que desempeñan las estudiantes de Enfermería de la “Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado”, en los pacientes que asisten al club de diabéticos e hipertensos “Corazones que Laten por La Vida” Ambulatorio rural tipo I Los Naranjillos > Página 10

Gestión que desempeñan las estudiantes de Enfermería de la “Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado”, en los pacientes que asisten al club de diabéticos e hipertensos “Corazones que Laten por La Vida” Ambulatorio rural tipo I Los Naranjillos

puede reconocerse a cualquier edad, incluso en la 8va ó 9na década de la vida. A pesar de que estos pacientes son raras veces obesos, la presencia de obesidad no es un factor excluyente al realizar el diagnóstico.

Diabetes Mellitus tipo 2

La resistencia a la insulina según Cardozo E., Pardi G., (2003) es la anomalía que se identifica más temprano al inicio en la evolución de la diabetes tipo 2, factores adquiridos contribuyen a la resistencia a la insulina. Además, de los factores de riesgo ya señalados, cada vez es más evidente que la hiperglucemia misma produzca resistencia a la insulina, fenómeno conocido como glucotoxicidad. Presentan grados variables de déficit de secreción de insulina (pacientes delgados) y resistencia periférica a la acción de la insulina (obesos). La mayoría de los pacientes que la padecen no requieren de insulina exógena para controlar sus niveles de glucemia o evitar la cetosis, aunque pueden necesitarla para la corrección de la hiperglucemia persistente o sintomática en ayunas, o acompañada del empleo de hipoglucemiantes orales. Esta entidad constituye un grupo heterogéneo sin marcadores genéticos definidos.

Aproximadamente entre el 60 y el 90% de estos pacientes son obesos, y la obesidad en sí misma causa resistencia a la insulina, por lo que el desarrollo de este tipo de diabetes está asociado a obesidad. Además, la herencia o la presencia de la patología en ancestros, está asociado con un aumento en el riesgo de 25% y en ambos padres del 50%. La cetoacidosis ocurre en muy raras ocasiones en estos pacientes y cuando se presenta, generalmente está asociada a un componente importante de estrés, como las infecciones.

Esta forma de diabetes es diagnosticada de forma tardía, cursando de manera asintomática por muchos años, dado que los valores de hiperglucemia no son suficientemente elevados como para causar los síntomas clínicos típicos. Esto predispone a padecer las complicaciones crónicas, nefropatías y neuropatías, siendo los motivos de consulta, a los cuales se suman el dolor o ardor en los pies (neuropatía periférica), impotencia en el hombre (neuropatía autonómica), infecciones por hongos y bacterias (alteración del sistema inmunológico) o problemas cardiovasculares.

Diabetes Mellitus Gestacional

Por otro lado Cardozo E., Pardi G., (2003), se diagnostica cuando aparece por primera vez un estado de intolerancia a los carbohidratos durante el embarazo, e incluye los casos en los cuales se usa insulina para el tratamiento o si la condición persiste después del embarazo. En todas las embarazadas se debe descartar la intolerancia a la glucosa, en las primeras 24 semanas. Entre las 24 y 28 semanas se deben someter a pesquisaje con una carga oral de 50 g de glucosa y medición de la glucemia una hora después (Test de O’Sullivan).Valores superiores a 140 mg/dL requieren de una curva de tolerancia glucosada oral.

Hipertensión arterial

La hipertensión arterial (HTA) en adultos según Soca P., Sarmiento Y., (2009) se define como cifras de presión arterial sistólica y diastólica 140/90 mm Hg en reposo. Estos valores de presión arterial se deben tomar en estado de reposo (5 minutos) y el paciente no debe encontrarse en estado de excitación, ni haber tomado café o bebidas alcohólicas ni fumado por lo menos 30 minutos antes de la toma de la presión.

La presión arterial se clasifica en adultos 18 años:

  • Normal < 120/80 mm Hg.
  • Pre hipertensión 120-139/80-89 mm Hg.

Hipertensión:

  • Grado I: 140-159/90-99 mm Hg.
  • Grado II: 160-179/100-109 mm Hg.
  • Grado III: 180/120 mm Hg.

La hipertensión arterial sistólica aislada se produce cuando las cifras de presión arterial máxima o sistólica es de 140 mmHg y la presión mínima o diastólica es inferior a 90 mmHg. Es frecuente en personas ancianas con arterias escleróticas (endurecidas) y se considera un importante factor de riesgo cardiovascular. La hipertensión refractaria o resistentes aquella que no se reduce a menos de 140/90 mm Hg con un régimen terapéutico de 3 medicamentos en dosis máximas y la hipertensión maligna es la forma más grave de hipertensión, donde se produce un daño de los órganos diana como el corazón, el riñón y la retina. Algunos factores pueden dificultar el control de la presión arterial: una edad avanzada; la presencia de diabetes mellitus, de una hipertensión severa, de una enfermedad crónica renal o una obesidad marcada; la pertenencia al sexo femenino, entre otros.

Complicaciones

La hipertensión arterial (HTA), de acuerdo con Soca P., Sarmiento Y., (2009) es un enemigo interno que actúa en forma solapada, produce pocos síntomas y muchas veces cursa de manera asintomática. Entre sus complicaciones agudas, se encuentra la emergencia hipertensiva, caracterizada por aumentos bruscos de la presión arterial, casi siempre por encima de 220/130 mm Hg, acompañada de trastornos de los órganos diana. Estos pacientes se ingresan en salas de cuidados intensivos ante el grave riesgo de muerte que presentan a causa de encefalopatía hipertensiva, hemorragia cerebral, angina de pecho inestable, infarto agudo del miocardio, insuficiencia ventricular aguda con edema pulmonar, aneurisma disecante de la aorta (dilatación que puede romperse y producir una hemorragia masiva fatal) y, en mujeres embarazadas, eclampsia. La presión arterial debe bajarse en 1-2 horas con medicamentos parenterales (en vena).

La hipertensión arterial (HTA) puede afectar a largo plazo casi todos los órganos y sistemas del organismo, sus efectos sobre el corazón se encuentran entre los más peligrosos. El corazón es una bomba que envía la sangre a todos los tejidos; cuando trabaja con hipertensión arterial (HTA) se contrae con más fuerza, lo que origina dilatación e hipertrofia (aumento de tamaño). La hipertrofia cardíaca es un «arma de doble filo» que provoca, primero un aumento en la fuerza de contracción y luego una insuficiencia cardiaca al ser incapaz el corazón de suministrar los nutrientes y el oxígeno que requieren las células. Esta complicación denominada cardiopatía hipertensiva lleva irremediablemente a la muerte del paciente si no se atiende adecuadamente en sus inicios.

El daño de los riñones producido por la hipertensión arterial (HTA) (nefropatía hipertensiva) es una causa frecuente de insuficiencia renal crónica terminal cuando los riñones son incapaces de eliminar las sustancias de desecho del metabolismo y éstas aumentan en sangre; su diagnóstico ocurre cuando se detectan cifras de creatinina en sangre superiores a 132 mol/L. Una vez en esta situación, se produce un círculo vicioso porque los riñones afectados