5.-La igualdad de los miembros: Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) están basados en la horizontalidad de las relaciones y la igualdad entre las personas que los constituyen. Esto significa que no hay roles diferentes para sus miembros ni diferencias de jerarquías o estatus. La horizontalidad permite que las personas se sientan cómodas, entre iguales y que se rompa la dinámica aprendida de jugar el papel de persona enferma-pasiva.
FUNCIONES DE LOS GAM
- Intercambio de experiencias comunes: Una de las principales características de los Grupos de Ayuda Mutua (GAM), se encuentra el hecho de que quien provee ayuda comparte el mismo problema con quien recibe esa ayuda. Además, en estos grupos, la ayuda mutua no sólo surge de la experiencia común de un mismo problema, sino de los sentimientos similares acerca de ese problema y de las experiencias comunes de resolución de conflictos aparecidos, como consecuencia del malestar generado.
- El apoyo emocional: Por apoyo emocional se entiende el hecho de saber acompañar y entender a otro miembro del grupo que padece un problema. El apoyo emocional que se transmite puede ayudar a la persona bien a ajustarse a la situación o bien a cambia
- Intercambio de información, consejo y educación: En los grupos se da y se proporciona la información necesaria que ayuda a las personas a mejorar su capacidad de afrontamiento. Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) proporcionan esta información bien de forma directa entre los miembros del grupo, bien de forma indirecta indicándose dónde se puede acudir a recibir dicha información. En estos grupos, al estar formados por personas en distintas fases del manejo de su problema, los miembros nuevos pueden beneficiarse y obtener información de otros miembros que han superado ya los primeros pasos.
- Favorecer la reestructuración cognitiva: Por un lado, el grupo proporciona a sus miembros una razón y una lógica a sus problemas o fuentes de estrés, así como una forma para manejar esos problemas. En este sentido, en el grupo se amplía el rango de percepciones alternativas de los problemas y de las acciones disponibles para manejarlos.
- Funciones de socialización: Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) ayudan a sus miembros a superar los sentimientos de aislamiento social y les ayuda a participar en su comunidad. Además, dinamizan y consolidan el tejido asociativo, fomentando la participación ciudadana, la solidaridad, la tolerancia y la cooperación.
- Acciones de forma conjunta: La implicación personal en las actividades colectivas del grupo es una de las características más importantes de los grupos de ayuda mutua y se espera que cada miembro participe, según sus posibilidades, y no sea mero receptor pasivo.
- Promoción de sentimientos de control, autoconfianza y autoestima: Las distintas actividades que tienen lugar en los grupos de ayuda mutua mejorar la autoestima y reforzar la imagen que los miembros poseen de ellos mismos, así como a promover la responsabilidad personal, superar la pasividad e incrementar los sentimientos de control de sus miembros sobre su propia vida. Para el provisor de la ayuda mutua, supone un empoderamiento y una mejora de la autoestima a la vez que se invierten los procesos de autoestigma propios de la enfermedad mental. El desempeño de una ocupación (remunerada o no) fomenta las relaciones sociales con sus iguales y, muy especialmente, contribuye al desarrollo de habilidades de comunicación, emocionales y sociales. Para el receptor, es una oportunidad de sentirse escuchado y comprendido y recibir consejos sobre situaciones de su vida cotidiana que se ven dificultadas por la existencia de la enfermedad. Puede, además, expresarse con libertad y ganar confianza en la relación con un igual, por lo que incrementa el funcionamiento social y la autoestima. Esto ayuda a una mejora en la calidad de vida y el bienestar y a una ampliación de las redes de apoyo social.
REGLAS BÁSICAS DE FUNCIONAMIENTO DE UN GAM
Respeto: El respeto por todas las personas participantes, sus ideas, maneras de ser y experiencias de vida es la primera y más básica de las reglas de un GAM. Sin su desempeño, las dinámicas pueden convertirse en nocivas para sus miembros. En primer lugar, el respeto se refiere al uso de un trato cordial y unas maneras adecuadas de hablar. Hay que ser amable con los demás, no utilizar groserías, no levantar la voz, evitar las palabras que puedan hacer daño, etc. Igualmente, es básico respetar los turnos de palabras. Se debe permitir que todos y todas puedan expresar sus ideas y opiniones. Por tanto, hay que otorgar tiempo a todas las personas participantes. Asimismo, el respeto significa no juzgar a los demás. Cada uno tiene sus ideas, valores y formas de ser. Toda persona participante debe sentirse cómoda y segura para poder hablar con naturalidad de sus experiencias. Por último, respetar también significa no dar consejos. En un GAM no se le dice a los demás lo que deben hacer o cómo deben comportarse. Toda persona puede exponer qué le resulta válido a ella misma y cuáles son sus propias estrategias para superar las dificultades y/o lograr sus objetivos. Pero no debe intentar convencer a los demás de actuar de una manera o de otra. Cada uno deberá encontrar su camino.
Confidencialidad: Esta regla se puede resumir en una idea: “Lo que se habla dentro de un GAM se queda dentro del GAM”. Es decir, no se pueden llevar fuera las palabras escuchadas ni lo que se haya visto en una sesión grupal. Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) funcionan porque las personas pueden abrirse ante las demás, lo que presupone que se sienten seguras de que lo que han expuesto de ellas mismas no será público. Por un lado, la confidencialidad significa que en ningún caso se revelará a terceras personas ningún detalle que se haya conocido de un compañero o compañera de GAM dentro de una sesión. Por otra parte, la confidencialidad significa que no se sacarán fuera de contexto los temas que aparezcan dentro de una sesión, ni siquiera con otros compañeros/as de GAM. Todo lo que quede pendiente de hablar, se deberá tratar a próximas sesiones grupales.
Inclusión: Todas y cada una de las personas que forman parte del GAM deben poder integrarse y sentirse partícipes de sus dinámicas y funcionamiento. En caso contrario, no se vincularán al grupo. Para garantizar la inclusión, se ofrecerá la posibilidad de participar a todas las personas del GAM, invitando a exponer sus opiniones, ideas y experiencias al resto de compañeros. Asimismo, se ha de tener presente que nadie está obligado a hablar. Hay muchas formas de participar, no sólo hablando. Además, hay que tener cuidado de que nadie acapare la palabra mucho rato ni que se produzcan largos diálogos entre dos o más miembros, en detrimento del resto de compañeros/as. Igualmente, hay que asegurarse de que todos los miembros entienden el funcionamiento del GAM, con especial cuidado de las personas recién llegadas al grupo y/o que nunca han participado de un espacio de ayuda mutua. Finalmente, se deben contextualizar los temas de conversación, asegurándose de que todos y todas saben de qué se habla y a qué se hace referencia.
CONCLUSIÓN
La intervención de la educación para la salud en los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) proporcionará una visión distinta en la resolución de conflictos en salud, ya que facilitará herramientas y alternativas a los integrantes y podrán tomar decisiones apropiadas para su bienestar.
Los GAM son funcionales, siempre y cuando se manejen de manera adecuada y sirvan para el bien común, tomando en cuenta los puntos mencionados arriba sobre su funcionamiento, los tipos y la manera de formarlos.
La finalidad del grupo, en un caso, es la resolución de conflictos individuales identificados por los miembros del grupo, mientras que el objetivo por excelencia del grupo de autoayuda es proveer a los miembros apoyo, validación e información. El grupo de autoayuda pone más énfasis en las experiencias pasadas y las circunstancias vitales actuales, incluso si estas reflexiones no contribuyen a la iluminación de los procesos interpersonales dentro del grupo.
Para la creación de los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) los miembros deben definir los propósitos del grupo y los aspectos que van a ser objeto de atención, de forma que se dote de significado al grupo y a las relaciones que produzca. Dar un sentido al hecho de reunirse, unos motivos iniciales para acudir o asistir a él y una participación acorde con los objetivos que sus miembros se planteen.
Dentro de los objetivos de los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) se debe incluir no solo la reducción de síntomas, sino también el incremento de la autoestima, la integración social, la honestidad, la aceptación y el amor a uno mismo y la consecución de habilidades sociales más eficaces.
Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM) y la educación para la salud deben enfocarse en la promoción de estilos de vida saludables, fomentando el autocuidado en salud y la sensibilización a manera de empoderamiento, así como la manera de adoptar conductas saludables.
La participación de los integrantes y la manera de relacionarse entre sí formando redes de apoyo son de vital utilidad e importancia para lograr condiciones de vida equilibradas, saludables y óptimas.
La propuesta de la formación de GAM con intervención de la educación para la salud creará espacios más didácticos, estratégicos e innovadores para lograr contrarrestar padecimientos, enfermedades, dolencias o cubrir una de las tres esferas de la salud. Con lo que se aportará a lograr estados saludables en el sentido que indica la OMS, “salud es el estado de completo bienestar físico, social y emocional y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia”.
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