aproximadamente por 75 billones de células y todas ellas contienen líquido y están, a su vez, bañadas en el líquido que entra y sale de los vasos sanguíneos. Estos líquidos, se distribuyen en dos grandes compartimientos:
Líquido intracelular
Líquido extracelular: compuesto por los compartimientos vascular e intersticial.
Los líquidos del organismo están formados por tres tipos de elementos: agua, electrolitos y otras sustancias.
El agua está distribuida en 40% en el líquido intracelular y 20% en el líquido extracelular. (Figura 1). En una persona sana el agua representa aproximadamente el 60% del peso corporal en varones, y el 50% en mujeres.
Funciones del agua
– Aporta el líquido para las secreciones glandulares.
– Solvente de las reacciones químicas inorgánicas del cuerpo
– Medio de transporte
– Diluente para la digestión y absorción de los alimentos
– Termorregulador
– Mantiene la volemia
– Mantiene la presión arterial
– Mantiene la función renal
– Mantiene la concentración normal de los electrolitos
Balance Hídrico
Entradas
Agua ingesta libre: 1000-1300 ml
Agua de alimentos: 700-1000 ml
Agua de oxidación: 300 ml
Total de entradas: 2000-2600 ml
Salidas
Riñones: 900.1500 ml
Piel: 600 ml
Pulmones: 350 ml
Heces: 150 ml
Total salidas: 2000-2600 ml
Las entradas de agua diarias en una persona normal proceden de:
– Ingesta libre de agua: entre 1.000-1.300 ml
– Agua contenida en alimentos: 700-1.000 ml
– Agua endógena generada por la oxidación de las grasas: 300 ml
Las pérdidas diarias de líquidos se producen por diferentes vías de eliminación, el principal seria por vía renal, es decir por la orina, 900-1.500 ml. El resto de eliminación se produce por las llamadas perdidas insensibles, las cuales son:
Piel, a través de la sudoración, entre 0 a 1.000 ml con una media de 600 ml, los pulmones, en forma de vapor de agua, entre 300-400 ml, con una media de 150 ml y finalmente por el tubo digestivo, en forma de heces, entre 100-200 ml con una media de 150 ml.
El balance hídrico se consigue cuando las pérdidas se compensan con la ingesta de alimentos y bebidas y con la producción metabólica de agua.
La deshidratación es un balance negativo de agua corporal, es decir, se pierde líquidos, y no hay una reposición adecuada de los mismos.
La gravedad de la deshidratación dependerá de la velocidad con que se pierde el agua, ya que si es brusca se produce síntomas más graves y rápidos y si la deshidratación es gradual, el organismo tiene más tiempo para activar mecanismos compensatorios.
En el polo opuesto de la deshidratación, nos encontramos el consumo excesivo de agua (por ejemplo en casos de potomanía), que también pueden acarrear graves problemas de salud.
Thompson y cols, 2008, se refiere a los grados de deshidratación por pérdida de peso corporal y menciona que hay una deshidratación subclínica o crónica, cuando se pierde 1-2% de peso corporal, con sintomatología de sed, disminución del apetito, fatiga, malestar, cefalea.
Mencionan en este estudio la creación de una cultura de ¨conciencia de hidratación¨ donde se requiere un cambio en los comportamientos habituales en relación a los hábitos de ingesta de líquidos. De igual forma, donde el trabajador al iniciar su turno, debe estar bien hidratado y mantener una apropiada ingesta de líquidos durante toda la jornada, y después, de culminada, al dirigirse a su hogar.
Kenefick RW and Sawka MN (2007), en su actualización sobre la hidratación en el lugar de trabajo, explican de la influencia de la baja ingesta de líquidos a nivel cardiovascular y cognitivo, y cómo hay fatiga y disminución de la productividad en el trabajador. Resaltan también, la problemática de un aumento de accidentes laborales en clima cálido; de ahí la importancia de establecer programas preventivos de hidratación en el trabajo.
En el estudio Sociológico 2012, sobre hábitos de hidratación y salud de la población española, se pretende conocer las percepciones y hábitos de los españoles en materia de hidratación y salud, con la finalidad de mejorar la concienciación de la población española y promover la adopción de medidas preventivas .Aunque la mayoría de los encuestados (el 94,1%) afirma no haber sufrido nunca una deshidratación, sin embargo, un tercio de ellos ha padecido alguno de sus síntomas, cansancio, somnolencia, sudoración excesiva, etc. Con éste estudio se concluye, que el 85% bebe menos cantidad de líquidos de los recomendados y el 45% sólo bebe cuando tiene sed, señal de alarma que aparece cuando ya existe cierta deshidratación
Kleiner, 1999, Señala, características de la deshidratación (dolor de cabeza, fatiga, reducción del apetito, intolerancia al calor, boca y ojos secos, ardor estomacal, orina oscura. Cuando la deshidratación es más avanzada se aprecia: dificultad para la deglución, delirios, calambres, visión oscura .Se observó que un cambio agudo del peso corporal durante la realización de esfuerzo físico generalmente se debe a pérdida de líquidos en forma de sudor. Se considera que el cambio de 1 gramo de peso representa la pérdida de 1 mililitro de agua corporal.
Es muy frecuente, tener deshidratación leve en la vida diaria, ya que se ingiere líquidos cuando aparece la sed, y esto significa que la deshidratación está en 1%. Esta situación conlleva a deterioro de salud, especialmente de órganos importantes como es el corazón, riñón y cerebro.
Por su parte, Adán (2012) hace énfasis, sobre el estado de hidratación de los trabajadores a lo largo de la jornada laboral, que repercute en fatiga y disminución de la producción.
La falta de reposición de líquidos en las actividades intelectuales, en especial, aquellas tareas cuya ejecución requiere habilidades atencionales, psicomotora y de memoria inmediata, son las perjudicadas