casos (5.67%), seguido por 6 casos de endometritis crónica inespecífica (4.86%), atrofia endometrial en 3 casos (2.43%), endometritis aguda 1 caso (0.81%), cáncer uterino 1 caso (0.81%). (Figura 9)
La principal localización de los miomas fue intramurales en un 48% (50 casos), suberosos en 19% (20 casos) submucosos 16% (17 casos), la combinación de intramurales y subserosos 8% (8 casos) intramurales y submucosos 3% (3 casos), difusos 4% (4 casos), intraligamentarios 2% (2 casos). (Figura 10)
En 19 casos (15%) no se confirmo por anatomía patológica el diagnóstico de Miomatosis uterina, en donde la adenomiosis fue la patología más frecuente con 7 casos (5.6%), adenomiosis con pólipo endometrial en 4 casos (3.2%), hipertrofia miometrial 2 casos (1.6%), atrofia endometrial simple 2 casos (1.6%), atrofia endometrial quística 1 caso (0.8%), hiperplasia endometrial compleja 1 caso (0.8%), sarcoma del estroma endometrial 1 caso (0.8%). (Figura 11)
DISCUSIÓN
Los leiomiomas o miomas uterinos constituyen la principal indicación para la histerectomía y causan morbilidad significativa, desde sangrado menstrual profuso y molestias pelvianas, hasta problemas reproductivos. (11) Son tumores benignos, monoclonales de las células musculares lisas que se encuentran en el útero humano. (12) A pesar de que su causa es desconocida, hay evidencia de que los estrógenos y progestágenos participan en la proliferación o crecimiento del tumor (13), esto lo apoya el hecho que rara vez aparecen antes de la menarca y su regresión después de la menopausia. (14) En la actualidad la histerectomía continúa siendo la cirugía ginecológica más realizada. En la mayoría de las series internacionales, la principal indicación para realizar esta intervención es la presencia de leiomiomas. (15)
En el presente estudio se encontró que el grupo etario mayor afectado con miomas uterinos estuvo comprendido entre los 41-45 años con el 32% de los casos, encontrándose una media de 45.45 años ± 6.08 años. La literatura internacional reporta una mayor incidencia de miomatosis uterina en mujeres con edad comprendida entre los 31-50 años. (16) En un estudio realizado por Canales Eduardo y colaboradores (17) el 54.3% del rango de edad estuvo entre los 30-40 años y en el de Wilson Mejía (18) el 54.3% entre los 40-49 años. De acuerdo a nuestros resultados se puede determinar que existe similitud entre el presente estudio y la literatura internacional. Esto es debido probablemente a que la actividad mitótica es más alta en mujeres jóvenes, de edades comprendidas entre los 30 y 45 años. (19) De igual manera esta distribución etaria se puede explicar por la presencia de patología sintomática, que depende de la producción hormonal, sobre todo en pacientes que han completado su paridad y que prefieren un manejo definitivo.
En el presente estudio la edad de la menarca más frecuente fue a los 12 años de edad en un 38% (47 casos), seguido por edad a los 11 años con un 15%, con una edad media de menarca de 12.4 años, ± 1.55 años. En la literatura se menciona la menarca temprana menor a 10 años como factor de riesgo de aparición de Miomatosis uterina con un riesgo relativo de 1.24; la menarca tardía después de los 16 años como un factor protector con un riesgo relativo de 0.68. En nuestro estudio la menarca temprana se presento en un 7% para la edad de 10 años y un 2% para la edad de 9 años, así como un 2% para la menarca a los 16 años. Contrastando con lo reportado en la literatura.
Además de la edad de menarca se han estudiado otros factores de riesgo para el desarrollo de esta entidad. Wise y colaboradores mencionan como factores de riesgo la edad de la menarca temprana, paridad, edad del primer embarazo, índice de masa corporal, uso de progestágenos solos inyectables, consumo de alcohol y tabaco. (20) El efecto de la raza sobre incidencia y severidad de la Miomatosis uterina es particularmente notable. Después de controlar o llevar el índice de masa corporal a un rango de normalidad y otros factores de riesgo, las mujeres de raza negras experimentan una mayor incidencia y riesgo relativo de miomatosis que otros grupos raciales y étnicos, incluyendo mujeres de raza blanca, hispana y asiática. (21)
La decisión de realizar una histerectomía en la mayoría de los contextos clínicos, las razones se basan en opiniones de expertos más que estudios bien diseñados, avalada para tratamiento de miomatosis uterina, lesiones pre malignas del útero como la hiperplasia endometrial con atipias; lesiones malignas de endometrio, cuello uterino, ovario y trompas. (22)
La sintomatología referida por las mujeres estudiadas más frecuente fue la hiperpolimenorrea en el 41% (50 casos), dolor pélvico 16% (20 casos), la combinación de hiperpolimenorrea y dolor pélvico en 33% (40 casos), 7% refirió síntomas compresivos, en 4 casos (3.2%) refirieron síntomas urinarios. En relación con la literatura la principal causa por la cual la mayor parte de pacientes consultan es por sangrados uterinos anormales (69%) y dolor pélvico (27.3%). (23) En algunas series se menciona que la miomatosis uterina se manifiesta en forma sintomática en hasta 25% de las mujeres en edad reproductiva y son diagnosticados en el 70 a 80% de las histerectomías. (24) Anne Zimmermann reporta que las mujeres con diagnóstico de miomas uterinos presentan síntomas de sangrado con mayor frecuencia que las mujeres sin diagnóstico de miomas: hemorragias intensas (59,8% vs 37,4%), hemorragias prolongadas (37,3% vs 15,6%), sangrado intermestrual (33,3% vs 13,5%), periodos menstruales irregulares (36,3% vs 23,9%). Informa además que estas mujeres presentan más a menudo síntomas como presión vesical (32,6% vs 15,0%); dolor pélvico crónico (14,5% vs 2,9%). (25) Estos síntomas al presentarse tiene un impacto negativo en su vida diaria, vida sexual, desempeño laboral y relación familiar.
La correlación clínica de miomatosis uterina y confirmada por estudio de ultrasonografía transvaginal se llevo a cabo en el 100% de las pacientes. En 104 casos (84.55%) se efectuó una correlación directa con diagnóstico histopatológico de miomatosis uterina y en el 14.44% restante (19 casos) no se confirmo dicho diagnóstico. La literatura reporta que el ultrasonido representa el estudio no invasivo para confirmar el diagnóstico, ya que ha mostrado que tiene una sensibilidad del 99%, especificidad del 91%, valor predictivo positivo del 96%, las dificultades surgen en la diferenciación entre el mioma pediculado y el tumor ovárico sólido. (26) Los miomas se observan en la ultrasonografía como defectos ecodensos dentro del miometrio, típicamente tan densos que provocan una sombra distal.
Existen diversos reportes acerca de la sensibilidad en el diagnóstico y/o confirmación de miomatosis uterina a través del ultrasonido transvaginal. Guerra de la Garza reporta que del total de las pacientes con diagnóstico clínico de leiomiomatosis uterina el 80.28% fueron confirmadas por ultrasonido transvaginal. (27) Urrea Rivas y col. encontraron que el 67% de pacientes con miomatosis uterina fueron confirmadas por ultrasonido transvaginal. (28) Los leiomiomas uterinos en series internacionales son diagnosticados en el 70 a 80% de las piezas quirúrgicas de histerectomía. (29) En el estudio realizado por Canales Eduardo encontró que el 62% de pacientes diagnosticadas por ultrasonografía transvaginal de miomas uterinos se confirmó por anatomía patológica. (21)