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Impacto de la microbiota urinaria en las infecciones del tracto urinario recurrentes: Mecanismos, factores de riesgo y estrategias terapéuticas

Impacto de la microbiota urinaria en las infecciones del tracto urinario recurrentes: Mecanismos, factores de riesgo y estrategias terapéuticas

Autora principal: Dra. Ana Gabriela Salazar Sánchez

Vol. XX; nº 08; 396

Impact of urinary microbiota on recurrent urinary tract infections: Mechanisms, risk factors and therapeutic strategies

Fecha de recepción: 19 de marzo de 2025
Fecha de aceptación: 15 de abril de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 08 Segunda quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 08; 396

 

Autores:

 

Dra. Ana Gabriela Salazar Sánchez

Médico general, investigador independiente, San José, Costa Rica

Orcid: https://orcid.org/0009-0009-8699-0909

Código médico MED 14967

 

Dr. Manuel Antonio Ríos Duarte

Médico General, investigador independiente, San José Costa Rica

Orcid: https://orcid.org/0009-0000-7213-4962

Código Medico MED 14263

 

Dra. Ingrid Troz Parra,

Medico Asistente General,  Investigador independiente,  Heredia,  Costa Rica

Orcid: https://orcid.org/0000-0002-6084-1413

Codigo Medico MED 13624

 

Dra. Carolina Bolaños Parajeles

Medico Asistente General, investigador independiente. San José, Costa Rica

Orcid: https://orcid.org/0000-0002-7749-7268

Código Medico MED 15613

 

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

Palabras clave: Microbioma urinario, disbiosis urinaria, tracto urinario, infecciones urinarias, homeostasis microbiana, urobioma.

 

Key words: Urinary microbiome, urinary dysbiosis, urinary tract, urinary infections, microbial homeostasis, urobiome.

 

Resumen:

 

Durante mucho tiempo, se consideró que el tracto urinario era un sistema estéril en individuos sanos. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado la presencia de una microbiota urinaria diversa, cuya composición varía según la edad, el sexo y el estado hormonal. Este hallazgo ha impulsado el estudio del microbioma urinario en el desarrollo y progresión de enfermedades como las infecciones urinarias recurrentes y el cáncer de vejiga. Se ha observado que una microbiota equilibrada contribuye a la protección contra patógenos oportunistas mediante la competencia bacteriana, la producción de compuestos antimicrobianos y la modulación del sistema inmunológico.

 

Las alteraciones en la microbiota urinaria, o disbiosis, pueden estar influenciadas por factores como el uso prolongado de antibióticos, cambios hormonales y predisposición genética, lo que aumenta la susceptibilidad a las infecciones urinarias recurrentes. En este contexto, han surgido nuevas estrategias terapéuticas, como el uso de probióticos y prebióticos para restaurar el equilibrio microbiano y reducir la recurrencia de infecciones. Además, el trasplante de microbiota urinaria y las terapias antimicrobianas selectivas representan enfoques prometedores, aunque aún en fase de investigación.

 

Por otro lado, la dieta y los hábitos saludables desempeñan un papel clave en la regulación del ecosistema urinario. Se ha observado que una alimentación basada en plantas y una hidratación adecuada pueden influir positivamente en la microbiota urinaria, sugiriendo que la combinación de estrategias nutricionales y terapias dirigidas al microbioma podría mejorar la prevención y el tratamiento de enfermedades urológicas.

 

Abstract:

 

For a long time, the urinary tract was considered a sterile system in healthy individuals. However, recent research has demonstrated the presence of a diverse urinary microbiota, the composition of which varies according to age, sex, and hormonal status. This finding has prompted the study of the urinary microbiome in the development and progression of diseases such as recurrent urinary tract infections and bladder cancer. A balanced microbiota has been observed to contribute to protection against opportunistic pathogens through bacterial competition, production of antimicrobial compounds, and modulation of the immune system.

 

Alterations in the urinary microbiota, or dysbiosis, can be influenced by factors such as prolonged use of antibiotics, hormonal changes, and genetic predisposition, increasing susceptibility to recurrent urinary tract infections. In this context, new therapeutic strategies have emerged, such as the use of probiotics and prebiotics to restore microbial balance and reduce the recurrence of infections. Furthermore, urinary microbiota transplantation and selective antimicrobial therapies represent promising approaches, although still in the research phase.

 

On the other hand, diet and healthy habits play a key role in regulating the urinary ecosystem. It has been observed that a plant-based diet and adequate hydration can positively influence the urinary microbiota, suggesting that the combination of nutritional strategies and therapies targeting the microbiome could improve the prevention and treatment of urological diseases.

 

Introducción:

 

Las infecciones urinarias recurrentes (ITUR) representan un problema de salud significativo, especialmente en mujeres, y se caracterizan por episodios repetidos de infección en las vías urinarias. En los últimos años, el estudio de la microbiota urinaria ha cobrado relevancia, ya que permite comprender mejor la patogénesis de estas infecciones y explorar nuevas estrategias de tratamiento. Tradicionalmente, se consideraba que la orina era estéril en individuos sanos; sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el tracto urinario alberga una comunidad microbiana diversa que interactúa con otros microbiomas del cuerpo, como el intestinal y el vaginal. Estas interacciones influyen en la susceptibilidad a las infecciones urinarias y sugieren nuevas oportunidades para desarrollar intervenciones terapéuticas no antibióticas, una necesidad urgente en el contexto del aumento de la resistencia antimicrobiana (1; 2).

 

Las infecciones urinarias recurrentes se definen como la aparición de al menos dos episodios en un período de seis meses o tres o más episodios en un año (1). Su alta prevalencia representa una carga significativa para los sistemas de salud debido a los costos asociados con su tratamiento y manejo (2). La recurrencia de estas infecciones se debe, en muchos casos, a la persistencia de uropatógenos en el tracto urinario y al fracaso de los tratamientos antibióticos convencionales, lo que subraya la necesidad de desarrollar enfoques terapéuticos alternativos (1).

 

El microbioma urinario desempeña un papel crucial en la patogénesis de las infecciones urinarias, ya que sus interacciones con los patógenos y la respuesta inmunitaria del huésped pueden determinar el desarrollo y la recurrencia de estas infecciones (3). La identificación de la composición y función de la microbiota urinaria ha abierto nuevas posibilidades para el diseño de terapias basadas en el microbioma, tales como el uso de probióticos o el trasplante de microbiota fecal. Estas estrategias pueden contribuir a reducir la frecuencia de las infecciones urinarias y combatir la resistencia a los antibióticos (1; 4). Además, se ha demostrado que la composición del microbioma urinario varía según la edad, el sexo y el estado hormonal, lo que refuerza su potencial como objetivo terapéutico en la medicina personalizada (4).

 

El objetivo de esta revisión es analizar el impacto de la microbiota urinaria en las infecciones del ITUR, evaluando su composición, funciones y su interacción con los patógenos uropatógenos. Además, se pretende explorar el papel del microbioma urinario en la modulación de la respuesta inmunitaria, así como su potencial en el desarrollo de estrategias terapéuticas innovadoras, incluyendo el uso de probióticos y enfoques basados en la manipulación de la microbiota, con el fin de reducir la frecuencia de las ITUR y disminuir la dependencia de los antibióticos.

 

Metodología:

 

Para el desarrollo de esta investigación sobre el impacto del microbioma urinario en enfermedades del tracto urinario, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el objetivo de analizar la relación entre la microbiota urinaria, el sistema inmunológico y la homeostasis del tracto urinario, así como evaluar las estrategias terapéuticas basadas en la modulación del microbioma. Esta revisión incluyó aspectos clave como la composición del microbioma urinario, su papel en la salud del sistema urinario, los desequilibrios microbianos asociados con diversas patologías y las intervenciones terapéuticas emergentes.

 

Para garantizar la calidad y relevancia de la información seleccionada, se consultaron bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web of Science, debido a su prestigio y amplia cobertura en temas de microbiología, urología e inmunología. Se establecieron rigurosos criterios de inclusión y exclusión. Se incluyeron estudios publicados entre 2020 y 2025, en inglés o español, que abordaran la composición del microbioma urinario, sus variaciones en diferentes patologías urológicas y los avances en terapias microbioma-dirigidas. Se excluyeron investigaciones con datos incompletos, publicaciones duplicadas o aquellas sin revisión por pares. Para la búsqueda, se utilizaron palabras clave como: Microbioma urinario, disbiosis urinaria, tracto urinario, infecciones urinarias, homeostasis microbiana, urobioma.

 

La búsqueda inicial identificó 16 fuentes relevantes, entre las cuales se incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas, estudios clínicos y documentos de organismos especializados en urología y microbiología. A partir de estas fuentes, se realizó un análisis detallado para extraer información sobre la diversidad microbiana en el tracto urinario sano y enfermo, los mecanismos de interacción entre la microbiota y el sistema inmunológico, así como los efectos de los tratamientos dirigidos a modular el microbioma en distintas afecciones urológicas.

 

El análisis se llevó a cabo utilizando enfoques cualitativos y comparativos. Se sintetizaron los hallazgos y se organizaron en categorías temáticas, lo que permitió identificar patrones microbianos en enfermedades específicas, correlaciones con la inflamación urinaria y el impacto de terapias innovadoras. Este enfoque integral ofrece una visión estructurada del estado actual del conocimiento sobre el microbioma urinario y sus implicaciones clínicas, destacando oportunidades para futuras investigaciones y el desarrollo de estrategias terapéuticas más precisas en urología.

 

Microbiota urinaria; composición y función:

 

Durante mucho tiempo, se creyó que el tracto urinario era un sistema estéril en individuos sanos. Sin embargo, esta visión ha sido refutada en la última década, gracias a estudios que han evidenciado la presencia de un microbioma urinario complejo y dinámico en personas sin infecciones evidentes. Este hallazgo ha transformado la comprensión de la fisiología del tracto urinario, permitiendo el reconocimiento de la microbiota urinaria como un factor clave en la salud urogenital y en la susceptibilidad a diversas patologías (4).

 

Actualmente, se considera que el microbioma urinario desempeña un papel fundamental en el desarrollo y la progresión de múltiples enfermedades urológicas, incluidas las infecciones del tracto urinario (ITU) y el cáncer de vejiga. Además, su composición no es estática, sino que varía en función de factores como la edad, el sexo y el estado hormonal, lo que sugiere una interacción constante con otros microbiomas del organismo y con el sistema inmunológico. Estos descubrimientos han impulsado el interés en la microbiota urinaria como un posible objetivo terapéutico para el manejo de las ITU recurrentes, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo de tratamientos innovadores que reduzcan la dependencia de los antibióticos (4).

 

La composición del microbioma urinario en individuos sanos se caracteriza por una notable diversidad bacteriana, en la que predominan ciertos grupos taxonómicos como Firmicutes spp., Actinobacteria spp., Fusobacteria spp. y Bacteroidetes spp. Este equilibrio microbiano parece desempeñar un papel protector al mantener un entorno inhóspito para los patógenos oportunistas y al modular la respuesta inmunitaria del huésped (5).

 

En contraste, en individuos con infecciones urinarias recurrentes, se observa una alteración en la composición de la microbiota urinaria, con una reducción de la diversidad bacteriana y un aumento de especies patógenas o inflamatorias. En el caso del cáncer de vejiga, ciertos microorganismos como Fusobacterium nucleatum y Ralstonia spp. han mostrado una mayor prevalencia, lo que sugiere una posible relación entre la disbiosis urinaria y la progresión de la enfermedad (5). Estas variaciones en la comunidad microbiana pueden estar influenciadas por factores como la edad, el historial de infecciones y el uso recurrente de antibióticos, lo que subraya la necesidad de enfoques terapéuticos personalizados para el tratamiento de las ITUR (4).

 

El microbioma urinario no solo desempeña un papel en la protección contra infecciones, sino que también contribuye activamente a la homeostasis del tracto urinario mediante la regulación de las respuestas inmunitarias e inflamatorias (6). Se ha demostrado que la composición microbiana influye en la activación de mecanismos de defensa locales, modulando la respuesta inmune innata y adaptativa para prevenir la colonización por patógenos. En este contexto, su impacto no se limita a las infecciones urinarias, sino que también puede influir en la eficacia de determinados tratamientos. En el caso del cáncer de vejiga, por ejemplo, la microbiota urinaria parece jugar un papel relevante en la respuesta a la terapia con bacilo de Calmette-Guérin, utilizada en el tratamiento intravesical de esta patología (6; 7).

 

La implicación del microbioma urinario en la fisiopatología del tracto urinario podría estar relacionada con procesos como la deglucuronidación y el daño del ADN, mecanismos que han sido vinculados a la progresión de enfermedades como el cáncer y las infecciones crónicas. Estos hallazgos refuerzan la necesidad de continuar explorando el papel de la microbiota urinaria en la salud y la enfermedad, con el fin de desarrollar estrategias terapéuticas dirigidas que permitan restaurar el equilibrio microbiano y mejorar los resultados clínicos en pacientes con ITUR (3).

 

Mecanismos de Interacción entre la microbiota urinaria y las ITUR:

 

La competencia bacteriana dentro del microbioma urinario desempeña un papel crucial en la exclusión de patógenos, lo que influye directamente en la prevención y progresión de las infecciones del tracto urinario. Uno de los mecanismos mediante los cuales se logra esta competencia es la formación de biopelículas, una estrategia en la que distintas especies bacterianas cooperan para crear comunidades microbianas adheridas a superficies, como los catéteres urinarios. Se ha demostrado que la interacción metabólica entre Proteus mirabilis y Enterococcus faecalis favorece la formación de biopelículas, lo que aumenta la resistencia a los antibióticos y contribuye a la gravedad de las infecciones del tracto urinario asociadas al uso de catéteres. Este proceso representa un desafío clínico significativo, ya que las biopelículas ofrecen un entorno protector para los patógenos, dificultando su erradicación mediante tratamientos convencionales (8).

Además de la formación de biopelículas, la diversidad del microbioma urinario es un factor clave en la exclusión competitiva de microorganismos patógenos. Un ecosistema microbiano equilibrado y diverso puede impedir la colonización de patógenos al ocupar nichos ecológicos específicos y al producir compuestos antimicrobianos que limitan el crecimiento de bacterias invasoras. De esta manera, la microbiota urinaria actúa como una barrera biológica natural, contribuyendo a la homeostasis del tracto urinario y reduciendo el riesgo de infecciones recurrentes (4).

El impacto del microbioma urinario no se limita únicamente a la competencia bacteriana, sino que también desempeña un papel fundamental en la regulación del sistema inmunológico local. La modulación inmunológica mediada por la microbiota influye en la respuesta inflamatoria y en la vigilancia inmunitaria, afectando así la susceptibilidad a distintas patologías. En situaciones de disbiosis, se ha observado un entorno inflamatorio exacerbado, lo que puede contribuir a enfermedades como el cáncer de vejiga. En estos casos, se han detectado niveles elevados de citocinas proinflamatorias, como la interleucina-6, lo que sugiere una relación directa entre los cambios en la microbiota y la inflamación crónica (9).

Además de la microbiota urinaria, la microbiota intestinal también influye en la salud del tracto urinario a través del eje intestino-vejiga. Se ha identificado que ciertos taxones bacterianos intestinales están relacionados con afecciones como la cistitis intersticial, lo que sugiere que la modulación inmunológica no es exclusivamente local, sino que puede responder a interacciones sistémicas entre distintos microbiomas del organismo. Esta conexión pone de manifiesto la importancia de considerar el equilibrio microbiano de manera integral para comprender mejor la patogénesis de las enfermedades urológicas y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas basadas en la restauración del microbioma (10).

La disbiosis urinaria, definida como un desequilibrio en la composición y función del microbioma urinario, se ha asociado con una mayor susceptibilidad a infecciones del tracto urinario recurrentes y a otras patologías, como el cáncer de vejiga. Los cambios en la comunidad microbiana pueden generar un estado proinflamatorio persistente y alterar diversas vías metabólicas, entre ellas el metabolismo de los ácidos grasos, que desempeña un papel clave en la patogénesis de estas enfermedades. Estos hallazgos sugieren que la restauración del equilibrio microbiano podría representar una estrategia prometedora para la prevención y el tratamiento de las infecciones urinarias recurrentes (9, 11).

Asimismo, se ha demostrado que la composición del microbioma urinario varía con la edad y el estado hormonal, lo que influye directamente en la susceptibilidad a las infecciones del tracto urinario y otras afecciones urológicas. Factores como la menopausia y los cambios en los niveles de estrógenos han sido asociados con modificaciones en la microbiota urinaria, lo que podría explicar el aumento en la incidencia de infecciones urinarias en mujeres posmenopáusicas. En este contexto, comprender la relación entre la microbiota urinaria, el envejecimiento y la regulación hormonal es fundamental para desarrollar tratamientos más personalizados y efectivos en la prevención de infecciones urinarias recurrentes (4).

Factores de riesgo asociados a la disbiosis urinaria y las ITUR:

El uso de antibióticos es una estrategia terapéutica común en el tratamiento de las infecciones urinarias, sin embargo, su impacto en la microbiota urinaria ha generado preocupaciones debido a su potencial para inducir disbiosis. La alteración del equilibrio microbiano en las vías urinarias puede favorecer la proliferación de organismos patógenos oportunistas, aumentando el riesgo de infecciones recurrentes (12). Además, la prescripción frecuente y prolongada de antibióticos se ha relacionado con el desarrollo de resistencia antimicrobiana, lo que complica el manejo de las ITUR y limita las opciones terapéuticas disponibles (13). Como respuesta a estos desafíos, se han comenzado a explorar terapias no antibióticas, entre ellas los tratamientos dirigidos al microbioma, con el objetivo de restaurar la homeostasis microbiana y reducir la recurrencia de las infecciones urinarias sin fomentar la resistencia a los antibióticos (1).

 

Además del uso de antibióticos, los cambios hormonales representan otro factor clave en la modulación del microbioma urinario y en la susceptibilidad a las infecciones urinarias. Las fluctuaciones hormonales, particularmente en las mujeres, pueden alterar la composición microbiana de las vías urinarias y aumentar la probabilidad de desarrollar infecciones urinarias. Se ha identificado que el microbioma vaginal, influenciado por las variaciones en los niveles de estrógenos, desempeña un papel importante en la patogénesis de las ITU. La reducción de estrógenos, como ocurre en la menopausia, puede afectar la estabilidad del microbioma vaginal y urinario, favoreciendo la colonización por uropatógenos. Estos hallazgos sugieren que el mantenimiento del equilibrio hormonal es fundamental para preservar la salud del tracto urinario y prevenir episodios recurrentes de infección (1).

 

Por otra parte, los factores genéticos también pueden influir en la predisposición a desarrollar infecciones urinarias recurrentes. Se ha documentado que ciertas variantes genéticas relacionadas con la respuesta inmunitaria pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones urinarias y condicionar su recurrencia (13). La identificación de marcadores genéticos específicos ha permitido determinar que algunas personas presentan una mayor vulnerabilidad ante cepas bacterianas resistentes a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento y agrava el problema de la recurrencia (14).

 

Además de los aspectos genéticos y hormonales, el estilo de vida y los hábitos cotidianos pueden influir en la microbiota urinaria y en el riesgo de infecciones urinarias. Factores como la hidratación, las prácticas de higiene y la actividad sexual han sido señalados como determinantes en la incidencia de las ITU (1). Se ha recomendado la implementación de intervenciones conductuales, como el aumento de la ingesta de líquidos y la adopción de hábitos de higiene adecuados, con el fin de reducir la colonización bacteriana y disminuir la frecuencia de las infecciones urinarias (12).

 

Estrategias terapéuticas basadas en la modulación de la microbiota urinaria:

El uso de probióticos y prebióticos ha emergido como una estrategia prometedora en la prevención y el tratamiento de las infecciones urinarias recurrentes, ya que pueden contribuir a restaurar el equilibrio microbiano del tracto urinario. Dentro de estos, Lactobacillus spp. ha demostrado un efecto beneficioso al reducir el pH urinario y producir bacteriocinas, compuestos antimicrobianos que inhiben el crecimiento de patógenos y favorecen un ambiente menos propicio para su proliferación. Además, los prebióticos, que actúan como sustrato para el crecimiento de microorganismos beneficiosos, han mostrado la capacidad de potenciar la acción de los probióticos al mejorar su supervivencia y actividad en el tracto urinario. La combinación de ambos en forma de simbióticos representa una alternativa terapéutica con beneficios adicionales, ya que promueve el mantenimiento de una microbiota saludable y refuerza la respuesta inmunitaria local, lo que podría reducir la incidencia de infecciones urinarias recurrentes (15).

En paralelo, el trasplante de microbiota urinaria se perfila como una posible estrategia terapéutica innovadora, aunque su desarrollo aún se encuentra en etapas preliminares. Esta técnica, inspirada en el trasplante de microbiota fecal utilizado para el tratamiento de infecciones intestinales recurrentes, busca restaurar la composición microbiana del tracto urinario mediante la introducción de microbiota proveniente de donantes saludables. Sin embargo, para que esta intervención se convierta en una opción clínica viable, es necesario profundizar en su eficacia y seguridad, así como en los mecanismos mediante los cuales podría modular la respuesta inmunitaria y prevenir la colonización por patógenos uropatógenos. Las investigaciones actuales enfatizan la importancia de desarrollar modelos experimentales precisos y ensayos clínicos bien diseñados que permitan evaluar el impacto del trasplante de microbiota urinaria en la salud del tracto urinario (4).

Otro enfoque en desarrollo es la aplicación de terapias antimicrobianas selectivas, cuyo objetivo es eliminar específicamente las bacterias patógenas sin afectar a la microbiota comensal. A diferencia de los antibióticos convencionales, que suelen provocar disbiosis y favorecer la resistencia bacteriana, estas terapias buscan preservar la microbiota beneficiosa mientras atacan selectivamente los microorganismos responsables de la infección. Para lograr este propósito, la investigación en el microbioma ha resultado crucial, ya que ha permitido identificar dianas terapéuticas y desarrollar estrategias innovadoras, como los fagoterapéuticos y los péptidos antimicrobianos, que podrían representar una alternativa más efectiva y segura en el tratamiento de enfermedades urológicas (4).

Además de estas intervenciones terapéuticas, la dieta y los hábitos saludables juegan un papel fundamental en la regulación del ecosistema urinario y en la prevención de infecciones recurrentes. Se ha observado que las dietas ricas en alimentos de origen vegetal pueden modular favorablemente la microbiota intestinal, lo que a su vez influye de manera indirecta en la composición del microbioma urinario. Este efecto podría explicarse por la interconexión entre el microbioma intestinal y el urinario a través de mecanismos inmunológicos y metabólicos. Asimismo, factores como la actividad física regular y una hidratación adecuada han sido asociados con un microbioma urinario más equilibrado, lo que sugiere que el mantenimiento de hábitos de vida saludables puede desempeñar un rol protector frente a la disbiosis y la susceptibilidad a infecciones urinarias (15).

Conclusiones:

 

La microbiota urinaria desempeña un papel clave en la salud del tracto urinario, contribuyendo a la prevención de infecciones y modulando la respuesta inmunitaria. Su composición varía según factores como la edad, el sexo y el estado hormonal, lo que influye en la susceptibilidad a diversas patologías urológicas, incluidas las infecciones urinarias recurrentes y el cáncer de vejiga.

 

La disbiosis urinaria está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades del tracto urinario, siendo influenciada por el uso de antibióticos, cambios hormonales y predisposición genética. El estudio de estos factores ha impulsado el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, como el uso de probióticos, prebióticos y terapias antimicrobianas selectivas, que buscan restaurar el equilibrio microbiano sin fomentar la resistencia antibiótica.

 

La modulación del microbioma urinario representa un enfoque innovador en la prevención y tratamiento de enfermedades urológicas, con potenciales aplicaciones en terapias dirigidas, como el trasplante de microbiota urinaria. Además, factores como la dieta y los hábitos saludables pueden influir en la estabilidad del microbioma, destacando la importancia de una perspectiva integral para el manejo de las infecciones urinarias recurrentes y otras afecciones urológicas.

 

Referencias:

 

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