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Impacto de las infecciones vulvovaginales y cervicouterinas en el microbioma materno-fetal durante el embarazo

Impacto de las infecciones vulvovaginales y cervicouterinas en el microbioma materno-fetal durante el embarazo

Autora principal: Kamila Barrantes Arrieta

Vol. XX; nº 07; 252

Impact of vulvovaginal and cervical infections on the maternal-fetal microbiome during pregnancy

Fecha de recepción: 23 de enero de 2025

Fecha de aceptación: 26 de marzo de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 07 Primera quincena de abril de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 07; 252

Autores:

Kamila Barrantes Arrieta, Médico General, CCSS, San José, Costa Rica

Fabiola Meza Cordero, Médico General, Investigadora independiente, Cartago, Costa Rica

Paulina Morales Berdugo, Médico General, CCSS, San José, Costa Rica

Francesa Wright Molina, Médico general, Investigadora independiente, San José, Costa Rica

Sofía Castaing Corella, Médico General, Investigadora independiente, Alajuela, Costa Rica

María Rebeca Ulate Arguedas, Médico General, ParMedica, San José, Costa Rica

Steven Todd Supuy, Médico General, Investigador independiente, San José, Costa Rica

Resumen

La salud de la madre gestante es de suma importancia para un periodo gestacional adecuado y sin complicaciones tanto maternas como fetales. Las infecciones genitales representan un riesgo ya que pueden tener consecuencias graves en el periodo gestacional como un parto pretérmino, bajo peso fetal, transmisión vertical, aumentando morbilidad y mortalidad fetal. Dentro de las infecciones vaginales que más riesgo podrían representar se encuentran la vaginosis bacteriana y enfermedades de transmisión sexual, las cuales incluso podrían llegar a ser cuadros asintomáticos.
El microbioma fetal se encuentra constituido en su mayoría por Lactobacillus, los cuales son fundamentales para mantener un ambiente favorable para el desarrollo fetal y salud materna. Es por esto, que se desarrollaran los factores que pueden generar una disbiosis durante el embarazo, los efectos negativos que esto podría representar y medidas de prevención para evitar posibles complicaciones materno-fetales debido a desequilibrios de la microbiota vaginal.

Palabras clave

Microbioma vaginal, Microbioma fetal, embarazo, Infecciones vulvovaginales, infecciones cervicouterinas, Riesgo fetal

Abstract

Maternal health is of utmost importance for an adequate gestational period without complications, both maternal and fetal. Genital infections represent a risk since they can have serious consequences in the gestational period such as preterm birth, low fetal weight, vertical transmission, increasing fetal morbidity and mortality. Among the vaginal infections that could represent the greatest risk are bacterial vaginosis and sexually transmitted diseases, which could even become asymptomatic.
The fetal microbiome is made up mostly of Lactobacillus, which are essential to maintain a favorable environment for fetal development and maternal health. This is why the factors that can generate dysbiosis during pregnancy, the negative effects that this could represent and prevention will be developed to avoid possible maternal-fetal complications due to imbalances in the vaginal microbiota.

Keywords

Vaginal microbiome, Fetal microbiome, Pregnancy, Vulvovaginal infections, Cervical infections, Fetal risk

 

Introducción

En el ser humano habita gran cantidad de microorganismos que forman parte de él. La microbiota se refiere a los microorganismos que  se encuentran en diferentes partes del cuerpo, sin causar ninguna afección, como vagina, piel, boca, entre otros. Por otro lado, el término de microbioma hace alusión a los microorganismos vivos en un parte específica del cuerpo pero que incluye el material genético y cómo estos microorganismos se desarrollan en su hábitat, es decir, la microbiota forma parte del microbioma. Estos mismos se mantienen en un cambio constante debido a diferentes factores. Los microorganismos de la microbiota aportan un impacto positivo, ya que nos ayuda a prevenir infecciones, sin embargo, un desequilibrio del mismo nos puede generar un estado patológico, el cual podría generar un impacto negativo, es por esto, que se debe procurar mantener la microbiota en equilibrio.

Metodología

Para el presente trabajo se realizó una revisión bibliográfica con diferentes motores de búsqueda como Elsevier, Pubmed, MDPI, Scielo y Google Scholar. Se utilizaron palabras claves como microbioma vaginal, microbiota fetal,  infecciones vulvovaginales e infecciones cervicouterinas, incluyendo los artículos que se ajustaban al objetivo de la discusión.

Discusión

Microbioma de una mujer embarazada

 El cuerpo de la mujer en el embarazo se encuentra en un estado de estrés debido a que se presentan múltiples  cambios fisiológicos con el fin de lograr  un desarrollo fetal saludable, dentro de estos cambios el que genera mayor impacto en el microbioma fetal es la regulación hormonal. A pesar de que los cambios son necesarios para que se dé el desarrollo de una forma exitosa, también existen factores externos que pueden generar una disbiosis, por ejemplo, una infección vaginal, lo cual resulta en en un aumento de complicaciones materno-fetales, las cuales se discutirán más adelante, es por esto que es fundamental implementar una estrategia de prevención temprana para dar un tratamiento oportuno y disminuir los efectos que una disbiosis vaginal podría traer tanto a largo como a corto plazo. 1

Infecciones Genitales Durante el Embarazo

Durante el embarazo, la mujer puede presentar diferentes infecciones vaginales que pueden aumentar el riesgo de morbilidad y mortalidad fetal. Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran la amenaza de parto pretérmino, ruptura prematura de membranas, bajo peso al nacer, transmisión vertical de infecciones y muerte fetal. Las infecciones más prevalentes en el embarazo incluyen vaginosis bacteriana, candidiasis y tricomoniasis, así como clamidia y gonorrea. También es importante considerar infecciones menos comunes como el virus del herpes simple y las infecciones por micoplasma, que pueden contribuir a complicaciones similares. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para minimizar estos riesgos y asegurar la salud materno-fetal. Las infecciones vaginales bacterianas y las enfermedades de transmisión sexual causan una disbiosis de la microbiota vaginal.2,3

Microbioma vaginal

 La vagina presenta un ambiente muy variado, sin embargo, este ecosistema varía entre cada mujer, usualmente va a ser el mismo a lo largo del tiempo y un desequilibrio en ellas puede generar un predominio de bacterias patógenas, lo cual es perjudicial sobre todo en mujeres gestantes.  El microbioma vaginal se encuentra compuesto en su mayoría por Lactobacillus y bacterias anaeróbicas, esto debido al flujo sanguíneo limitado en la vagina. El embarazo produce cambios fisiológicos, los cuales son influenciados por hormonas, principalmente estrógeno y progesterona, las cuales son producidas por la placenta en esta etapa. Estas variaciones tienen como resultado cambios en el microbioma entre una mujer gestante y no embarazada, lo cual va a favorecer la producción de Lactobacillus produciendo una disminución de la diversidad de las bacterias y una disminución en el pH vaginal, generando protección contra infecciones vaginales, lo cual se ve reflejado en el bienestar fetal. Por otra parte, otros factores como prácticas sexuales, mala higiene y uso prolongado de jabones pueden genera un desequilibrio en el pH vaginal lo cual resultará en una disbiosis, siendo perjudicial sobre todo en las mujeres embarazadas.1,4,5

Microbioma fetal

 Al momento del parto vaginal, el bebé obtendrá el punto máximo de exposición al microbioma, y en este punto se beneficiara de bacterias que le potenciarán desarrollar un microbioma adecuado. Es importante que esto se puede ver diferenciado en caso de una cesárea, por ejemplo, un estudio realizado por Bokulich et al, identificó que en los niños nacidos por parto vaginal presentaron menos diversidad en la composición de su microbiota intestinal, los cuales caerán a lo largo del primer mes. Si bien, se logró identificar este aspecto positivo, las cesáreas tienden a presentar menos efectos positivos sobre la salud del microbioma del bebé.6

Durante el primer trimestre de embarazo se da el desarrollo placentario el cual no solo cumple con su función vital, sino que además se va a comportar como una barrera protectora contra patógenos que podrían llegar al feto mediante transmisión vertical. Uno de los componentes clave de la barrera son los sincitiotrofoblastos. Estas células son resistentes a infecciones por microorganismos por lo que este componente de la placenta actúa como una defensa efectiva entre la sangre materna y la del feto. Otro componente importante es el estroma de la placenta que desempeña un papel defensivo importante, similar al de los sincitiotrofoblastos, conteniendo barreras adicionales. Este componente placentario incluye microvasculatura de los vasos sanguíneos fetales, que también deben ser atravesados para que los microorganismos puedan acceder a la sangre fetal y al igual que sincitiotrofoblasto contiene barreras defensivas. Sin embargo, a pesar de esto,  existen algunos patógenos que logran traspasar estas barreras ocasionando infecciones intrauterinas, como clamidia y gonorrea. 3,7

Impacto de las infecciones genitales en el microbioma

 Como se mencionó anteriormente, es muy común que las mujeres embarazadas presenten infecciones durante el embarazo debido a cambios hormonales e inmunológicos que ocurren durante esa etapa. Las infecciones vaginales pueden llegar a generar una alteración del microbioma y provocar afectaciones tanto para la madre como para el feto. Dentro de ellas las más frecuente son las infecciones vulvovaginales las cuales engloban principalmente a la vaginosis bacteriana, candidiasis vaginal y tricomoniasis, estas infecciones son muy frecuentes en la edad fértil. Son propensas a aparecer debido a relaciones sexuales sin proteccion, malas medidas de hiegiene o duchas vaginales, entre otros factores. Usualmente se acompañan de síntomas como eritema, prurito vulvar y secreciones que van a variar su apariencia dependiendo del tipo de infección que presente. Estas infecciones ocasionan que el microbioma vaginal se altera generando una disbiosis, lo cual puede provocar complicaciones en el embarazo.1,5

Por otra parte existen otras infecciones vaginales de transmisión sexual, como la clamidia y gonorrea, las cuales pueden cursar como una infección asintomática, al igual que las infecciones vulvovaginales pueden representar un riesgo debido que pueden generar corioamnionitis durante el embarazo lo que conlleva grandes repercusiones para el feto como parto prematuro, bajo peso al nacer, conjuntivitis entre otras. Usualmente estas dos infecciones se transmiten por vía ascendente la cual además puede llegar a provocar una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), generar esta enfermedad sería un riesgo para la madre ya que tener antecedente de EPI es un factor de riesgo de desarrollar embarazo ectópico en futuras gestaciones.3

Diagnóstico

El diagnóstico temprano y preciso de infecciones genitales durante el embarazo es fundamental para prevenir efectos adversos y complicaciones futuras tanto en la madre como en el feto debido a alteraciones en el microbioma vaginal. Las pruebas de diagnóstico molecular como la PCR es una de las herramientas más utilizadas para detectar infecciones. Dependiendo del tipo de infección que se presente, los métodos diagnósticos pueden variar. En el caso de las infecciones vulvovaginales más comunes, estas van a variar el enfoque diagnóstico debido a que estas pueden ser de origen bacteriano, fúngico o parasitario por lo que su enfoque va a ser diferente. Las infecciones cervicouterinas suelen ser causadas por bacterias como Chlamydia trachomatis, responsable de la clamidia y Neisseria causante de la gonorrea.5

La vaginosis bacteriana se diagnostica a través de ciertos criterios clínicos, que incluyen una secreción vaginal blanquecina o grisácea, un pH vaginal superior a 4.5, una prueba de Whiff positiva (que da un olor característico a pescado) y la presencia de células “clave” al observar el microscopio. Por otro lado, la tricomoniasis también puede diagnosticarse según criterios clínicos. Se presenta con una secreción de color verde-amarillenta, un pH vaginal superior a 4.5, y al microscopio se pueden el parasito móvil y flagelado. La candidiasis vaginal se caracteriza por una secreción blanca con apariencia de grumos, la visualización de levaduras y micelios al microscopio, y un pH vaginal inferior a 4.5. 2

Por otro lado, la clamidia y la gonorrea son infecciones cervicouterinas que usualmente suelen cursar asintomáticas. Sin embargo, cuando presentan síntomas suelen ser similares, usualmente se caracterizan por presentar secreción vaginal purulenta y en algunos casos sangrado intermenstrual. La detección de clamidia y gonorrea se realiza mediante una técnica de PCR llamada NAAT que por sus siglas en inglés significa prueba de amplificación de ácido nucleico. Esta prueba consiste en recolectar muestras de secreción vaginal y cervical mediante un hisopo, permitiendo la identificación precisa de estas infecciones.8

Manejo de infecciones vulvovaginales y cervicouterinas durante el embarazo

Un tratamiento adecuado de estas infecciones durante el embarazo es fundamental para proteger la salud materno-fetal. En cuanto  a las infecciones vulvovaginales, el tratamiento va a variar debido al origen de la infección. Sin embargo, algunas infecciones pueden compartir el mismo tratamiento como es el caso de la vaginosis y la tricomoniasis que ambas se benefician del metronidazol. Por otro lado, la candidiasis generalmente se trata con medicamentos imidazólicos como lo es el clotrimazol que en el caso de las embarazadas se van a beneficiar de la presentación en cremas o en óvulos. La gonorrea y la clamidia, siendo infecciones tan similares, suelen beneficiarse de tratamiento antibiótico como lo es la azitromicina y la ceftriaxona. 2,9

Prevención Basada en el Microbioma

Durante la gestación, se ha evidenciado que la mujer experimenta cambios en el pH vaginal facilitando el paso a infecciones.  La administración de probióticos ha abierto nuevas investigaciones sobre el microbioma como una posible estrategia de prevención de infecciones. Según estudios realizados, el uso de probióticos como el Lactobacillus podría ayudar a restaurar el equilibrio del microbioma vaginal, previniendo el crecimiento de patógenos por lo que va a reducir el riesgo de que el feto desarrolle complicaciones asociadas como las mencionadas anteriormente.1

Implicaciones para la Salud Neonatal

Como discutido anteriormente, el momento del parto es crucial para la obtención de un microbioma neonatal saludable, sin embargo, si en el momento del parto se ve expuesto a alguna infección los efectos podrían ser perjudiciales. Por ejemplo, podría haber un parto pretérmino, lo cual es considerado un problema de salud pública debido a que representa un aumento en la morbilidad y mortalidad. Además los neonatos con antecedente de prematuridad presentan bajo peso al nacer y complicaciones respiratorias severas, que requieren de manejo en unidad de cuidados intensivos neonatales como el síndrome de insuficiencia respiratoria en neonatos. También pueden presentar un conducto arterioso permeable, el cual también se relaciona en pacientes con bajo peso al nacer. Otra de las complicaciones por parto pretérmino es la sepsis neonatal, a la cual se le suma otro factor riesgo si al momento del parto vaginal, en canal se encuentra colonizado por microorganismos patógenos. 10

Además, debido a que un microbioma sano es fundamental para el desarrollo de un sistema inmune adecuado, también se podrán observar más efectos a largo plazo por una disbiosis de la microbiota, como alergias, asma, trastornos metabólicos y obesidad. 5

Conclusión

El microbioma  vaginal desempeña un papel fundamental en el desarrollo saludable del feto, este equilibrio influye de forma positiva en el éxito del embarazo, sin embargo, si este llegara a presentar una disbiosis, se pondría desencadenar complicaciones que van desde un bajo peso al nacer hasta la muerte fetal. Es por esto que se debe de realizar una detección temprana de factores que generan este desequilibrio, como las infecciones vulvaginales y cervicouterinas, para de esta forma dar un tratamiento óptimo y prevenir los efectos negativos que esto podría llegar a representar tanto a corto como a largo plazo.

Referencias Bibliográficas

  1. Martínez-Yancha YP, Chiluisa-Pacheco ML, Bassantes-Ulcuango PM, Vaca-Pérez DF. Microbioma en la placenta y la vagina de una mujer embarazada. Rev Arbitr Interdiscip Cienc Salud. 2022;6(3):195-204. doi:10.35381/s.v.v6i3.2236.
  2. Casagrande ALG, Souza BD, Pereira GV, Furlan NB. Vulvovaginitis in pregnant women: A systematic review from 2018 to 2023. Revista Lumen et Virtus. 2024;15(40):[páginas]. doi:10.56238/levv15n40-030
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  5. Amir M, Brown JA, Rager SL, Sanidad KZ, Ananthanarayanan A, Zeng MY. Maternal microbiome and infections in pregnancy. Microorganisms. 2020 Dec 15;8(12):1996. doi: 10.3390/microorganisms8121996.
  6. Bhatia Z, Kumar S, Seshadri S. Composition and interaction of maternal microbiota with immune mediators during pregnancy and their outcome: A narrative review. Life Sci. 2024;340:122440. doi: 10.1016/j.lfs.2024.122440. Elsevier.
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