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Importancia de la Fluidoterapia en el Manejo del Shock Séptico

Importancia de la Fluidoterapia en el Manejo del Shock Séptico

Autor principal: Sergio Griñán Malla

Vol. XIX; nº 14; 475

The Importance of Fluid Therapy in the Management of Septic Shock

Fecha de recepción: 25/06/2024

Fecha de aceptación: 24/07/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 14 Segunda quincena de Julio de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 14; 475

AUTORES

  • Sergio Griñán Malla. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ
  • Sonia Angós Vá F.E.A Hematología y Hematoterapia. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. España.

  • Jaime Gerardo Gracia Sancho. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ

  • Alejandro Gisbert Segura. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ

  • Jose Luis Ortega Lanuza. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ

  • Natalia Sánchez Carbonell. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ

  • María Mercedes Martínez Mendieta. Médico Interno Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Comarcal de Alcañiz. Servicio Aragonés de Salud. Teruel. Españ

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

RESUMEN

La gestión de líquidos en el tratamiento del shock séptico, una complicación grave y potencialmente mortal de la sepsis, caracterizada por disfunción orgánica debido a una respuesta inflamatoria desmesurada. Este síndrome es una causa significativa de mortalidad en las unidades de cuidados intensivos, aunque las mejoras en terapia antimicrobiana y soporte vital han mejorado el pronóstico. La gestión del equilibrio de fluidos es esencial para optimizar la perfusión tisular y prevenir la disfunción orgánica. La fluidoterapia, fundamental en la resucitación inicial del shock séptico, busca corregir la hipovolemia, mejorar la perfusión y estabilizar la hemodinámica. Las directrices de la «Surviving Sepsis Campaign» recomiendan administrar 30 ml/kg de cristaloides en las primeras tres horas, estandarizando el enfoque inicial. Sin embargo, persisten debates sobre el tipo de fluido, el volumen óptimo y la duración de la terapia, debido a los riesgos de sobrecarga de líquidos, como edema pulmonar e insuficiencia renal aguda. Estudios recientes sugieren que una estrategia más individualizada podría ser beneficiosa. La administración rápida de cristaloides mejora la presión arterial media y la saturación venosa de oxígeno, cruciales para la perfusión tisular y oxigenación celular. Los cristaloides, preferidos por su bajo costo y menor riesgo de efectos adversos en comparación con los coloides, son eficaces para la reanimación inicial. La monitorización continua de parámetros hemodinámicos es esencial para ajustar la administración de fluidos, evitando la sobrecarga hídrica. La reanimación con fluidos se divide en fases: inicial, optimización, estabilización y desescalada, cada una con objetivos específicos para mejorar la hemodinámica y prevenir complicaciones. La evidencia respalda un enfoque flexible y personalizado, alineado con las guías modernas y prácticas clínicas basadas en la evidencia, para optimizar el tratamiento y mejorar la supervivencia de los pacientes con shock séptico.

PALABRAS CLAVE

Fluidoterapia, Shock séptico, Estabilización hemodinámica.

ABSTRACT

Fluid management in the treatment of septic shock, a severe and potentially fatal complication of sepsis characterized by organ dysfunction due to an excessive inflammatory response. This syndrome is a significant cause of mortality in intensive care units, although improvements in antimicrobial therapy and life support have improved the prognosis. Fluid balance management is essential to optimize tissue perfusion and prevent organ dysfunction. Fluid therapy, fundamental in the initial resuscitation of septic shock, seeks to correct hypovolemia, improve perfusion, and stabilize hemodynamics. The «Surviving Sepsis Campaign» guidelines recommend administering 30 ml/kg of crystalloids in the first three hours, standardizing the initial approach. However, debates persist regarding the type of fluid, optimal volume, and duration of therapy, due to the risks of fluid overload, such as pulmonary edema and acute renal failure. Recent studies suggest that a more individualized strategy could be beneficial. Rapid administration of crystalloids improves mean arterial pressure and venous oxygen saturation, which are crucial for tissue perfusion and cellular oxygenation. Crystalloids, preferred for their low cost and lower risk of adverse effects compared to colloids, are effective for initial resuscitation. Continuous monitoring of hemodynamic parameters is essential to adjust fluid administration, avoiding fluid overload. Fluid resuscitation is divided into phases: initial, optimization, stabilization, and de-escalation, each with specific objectives to improve hemodynamics and prevent complications. The evidence supports a flexible and personalized approach, aligned with modern guidelines and evidence-based clinical practices, to optimize treatment and improve survival in patients with septic shock.

KEYWORDS

Fluidotherapy, Septic shock, Hemodynamic stabilization.

INTRODUCCIÓN:

El shock séptico es una de las complicaciones más graves y potencialmente mortales de la sepsis, caracterizada por una profunda disfunción orgánica resultante de una respuesta inflamatoria desmesurada a una infección. Este síndrome representa una causa significativa de mortalidad en unidades de cuidados intensivos en todo el mundo, con tasas que varían ampliamente dependiendo de la población de pacientes, la patogenia subyacente y las intervenciones terapéuticas tempranas.

Históricamente, el manejo del shock séptico ha evolucionado considerablemente desde sus primeras descripciones en la literatura médica, donde la mortalidad asociada era casi universal. La introducción de la terapia antimicrobiana y las mejoras en las técnicas de soporte vital han transformado el pronóstico de esta condición. Sin embargo, la gestión del equilibrio de fluidos sigue siendo un pilar crítico y complejo en el tratamiento de estos pacientes, con un enfoque considerable en la optimización de la perfusión tisular y la prevención de la disfunción orgánica.

La fluidoterapia, esencial en la resucitación inicial del shock séptico, tiene como objetivo corregir la hipovolemia, mejorar la perfusión tisular y estabilizar la hemodinámica. La implementación de las directrices de la «Surviving Sepsis Campaign», que recomiendan la administración de 30 ml/kg de cristaloides en las primeras tres horas, ha estandarizado en parte el enfoque inicial. No obstante, el debate persiste sobre el tipo de fluido más adecuado, el volumen óptimo y la duración de la terapia de fluidos, especialmente dadas las preocupaciones sobre la sobrecarga de fluidos y sus efectos deletéreos, como el edema pulmonar y la insuficiencia renal aguda.

En los últimos años, la literatura ha explorado en profundidad la «paradoja de la resucitación», donde tanto la insuficiencia como el exceso en la administración de fluidos pueden resultar perjudiciales. Estudios recientes han comenzado a cuestionar la sabiduría de los protocolos de resucitación altamente protocolizados, sugiriendo que una estrategia más individualizada podría ser beneficiosa. Esta revisión busca sintetizar la evidencia actual sobre la fluidoterapia en el shock séptico, examinando la eficacia y seguridad de diferentes regímenes y explorando cómo las innovaciones recientes y los hallazgos emergentes pueden informar mejores prácticas clínicas.

OBJETIVOS

Objetivos Principales:

  1. Evaluar la efectividad de la fluidoterapia en la mejora de la perfusión tisular y la estabilización hemodinámica en pacientes con shock sé

Objetivos Secundarios:

  1. Analizar la influencia de diferentes tipos de fluidos (cristaloides vs. coloides) en los resultados clí
  2. Evaluar el impacto de la monitorización continua y el ajuste dinámico de la fluidoterapia en la reducción de complicaciones.
  3. Investigar la correlación entre la respuesta hemodinámica inicial y los resultados a largo plazo, incluyendo la duración de la estancia en UCI y la recuperación de la función orgá

METODOLOGÍA

Se realizó una revisión sistemática de la literatura en bases de datos como PubMed, MEDLINE, Cochrane Library, y Google Scholar. Los términos de búsqueda incluyeron combinaciones de «fluidoterapia», «shock séptico», «reanimación con fluidos», «manejo hemodinámico», y «complicaciones». Se seleccionaron estudios controlados aleatorizados, revisiones sistemáticas, metaanálisis y guías de práctica clínica publicados en los últimos 15 años. Se excluyeron estudios con metodologías deficientes o no relevantes para los objetivos de la revisión.

RESULTADOS

La revisión sistemática de la literatura sobre fluidoterapia en el shock séptico abarca una amplia gama de estudios y guías clínicas, proporcionando una visión completa y detallada sobre esta intervención crítica. El objetivo principal de la fluidoterapia en el manejo del shock séptico es restaurar el volumen intravascular y mejorar la perfusión tisular, factores fundamentales para reducir la mortalidad y prevenir la disfunción orgánica múltiple.

Uno de los hallazgos más consistentes en la literatura es la eficacia de la administración rápida de cristaloides durante la reanimación inicial. La administración de un bolo de 30 ml/kg de cristaloides en las primeras tres horas es una práctica estándar que ha demostrado mejorar significativamente la presión arterial media (PAM) y la saturación venosa de oxígeno (SatvO2). Estos parámetros son cruciales para estabilizar a los pacientes en estado de shock séptico, ya que indican una mejoría en la perfusión tisular y la oxigenación celular.

En cuanto al tipo de fluidos, los cristaloides, como la solución salina normal y la solución de Ringer lactato, son los más utilizados. Su uso es preferido debido a su bajo costo, amplia disponibilidad y menor riesgo de efectos adversos en comparación con los coloides. Aunque los coloides pueden expandir el volumen intravascular más rápidamente, estudios recientes no han mostrado un beneficio significativo en términos de supervivencia, y han señalado posibles riesgos asociados, como insuficiencia renal y reacciones alérgicas.

La monitorización continua es un componente esencial de la fluidoterapia efectiva. Evaluar parámetros hemodinámicos, como el lactato plasmático y la SatvO2, permite ajustar la administración de fluidos de manera dinámica y precisa. Esta monitorización es crucial para evitar la sobrecarga hídrica, una complicación significativa que puede resultar en edema pulmonar, hipertensión abdominal y síndrome compartimental. Aproximadamente el 20% de los pacientes en los estudios revisados desarrollaron complicaciones relacionadas con la sobrecarga de fluidos, lo que resalta la necesidad de un manejo cuidadoso y equilibrado.

El protocolo de terapia guiada por objetivos (EGDT) propuesto inicialmente por Rivers et al. fue un avance importante en la reanimación del shock séptico. Sin embargo, estudios más recientes han cuestionado su efectividad, sugiriendo que un enfoque rígido puede no ser adecuado para todos los pacientes y puede llevar a un mayor consumo de recursos sin mejorar los resultados clínicos significativamente. En respuesta a estas críticas, las guías de la Surviving Sepsis Campaign (SSC) han evolucionado hacia un enfoque más flexible, que permite adaptarse mejor a las necesidades individuales de cada paciente. Este enfoque ha demostrado ser más efectivo en la práctica clínica, reduciendo las tasas de mortalidad y complicaciones.

La reanimación con fluidos se divide en varias fases, comenzando con la reanimación inicial, seguida de la optimización, estabilización y finalmente la desescalada. La fase de reanimación inicial tiene como objetivo salvar la vida del paciente mediante la administración rápida de fluidos para alcanzar una PAM y un gasto cardíaco (GC) adecuados. En la fase de optimización, se busca mejorar la disponibilidad intracelular de oxígeno y estabilizar la hemodinámica del paciente, utilizando criterios como el lactato plasmático para guiar la terapia. La fase de estabilización se centra en mantener la homeostasis y prevenir la sobrecarga de líquidos, mientras que la fase de desescalada implica la eliminación gradual de líquidos para evitar complicaciones a largo plazo.

La evidencia recopilada destaca la importancia de un manejo adaptativo y personalizado de la fluidoterapia en el shock séptico. Los estudios revisados subrayan que, si bien la administración inicial de grandes volúmenes de cristaloides es fundamental, es igualmente crucial monitorizar y ajustar continuamente la terapia según la respuesta individual del paciente para prevenir complicaciones y mejorar los resultados clínicos. Esta estrategia integradora y flexible es clave para optimizar el tratamiento y la recuperación de pacientes con shock séptico.

DISCUSIÓN

La discusión sobre la fluidoterapia en el manejo del shock séptico resalta varios aspectos cruciales y complejos que han sido ampliamente analizados en la literatura médica. La elección del tipo de fluidos, el volumen y el tiempo de administración, las estrategias de monitorización y ajuste, así como los riesgos y beneficios asociados, son temas fundamentales que se deben considerar para optimizar el tratamiento de esta condición potencialmente mortal.

La elección del tipo de fluidos es un tema ampliamente debatido. Los cristaloides, como la solución salina normal y la solución de Ringer lactato, son preferidos en la mayoría de los casos debido a su efectividad, disponibilidad y menor costo en comparación con los coloides. A pesar de su capacidad para expandir el volumen intravascular más rápidamente, los coloides no han demostrado una ventaja significativa en términos de reducción de la mortalidad y están asociados con un mayor riesgo de complicaciones, como la insuficiencia renal y reacciones anafilácticas. Los estudios revisados indican que los cristaloides son tan efectivos como los coloides para la reanimación inicial, presentando un perfil de seguridad superior.

El volumen y el tiempo de administración de fluidos son igualmente críticos. La administración rápida de un bolo de 30 ml/kg de cristaloides en las primeras tres horas es una práctica estándar que ha demostrado mejorar significativamente la presión arterial media (PAM) y la saturación venosa de oxígeno (SatvO2), ambos indicadores cruciales para la estabilización del paciente y la mejora de la perfusión tisular. Sin embargo, es esencial equilibrar la necesidad de reanimación rápida con el riesgo de sobrecarga hídrica, que puede llevar a complicaciones graves como edema pulmonar y síndrome compartimental. La administración de fluidos debe ser cuidadosamente monitorizada para evitar estos efectos adversos.

La monitorización continua y el ajuste dinámico de la terapia son fundamentales para el éxito de la fluidoterapia en el shock séptico. Evaluar parámetros hemodinámicos como el lactato plasmático y la SatvO2 permite a los clínicos ajustar la administración de fluidos de manera precisa y en tiempo real, asegurando que se mantenga un equilibrio adecuado entre la reanimación y la prevención de la sobrecarga de líquidos. La respuesta hemodinámica individual es un indicador clave que guía las decisiones terapéuticas y mejora los resultados clínicos, permitiendo una gestión más personalizada y efectiva del paciente.

El protocolo de terapia guiada por objetivos (EGDT), aunque inicialmente revolucionario, ha sido reevaluado en estudios recientes que sugieren que un enfoque rígido puede no ser adecuado para todos los pacientes. Las guías de la Surviving Sepsis Campaign (SSC) ahora promueven una estrategia más flexible, que permite adaptar el tratamiento a las necesidades específicas de cada paciente. Esta flexibilidad ha demostrado ser más efectiva en la práctica clínica, mejorando la supervivencia y reduciendo las complicaciones asociadas con la fluidoterapia en el shock séptico. La adaptabilidad en el manejo de fluidos permite a los clínicos responder de manera más efectiva a las condiciones cambiantes del paciente, optimizando así el tratamiento.

Uno de los principales riesgos asociados con la fluidoterapia es la sobrecarga hídrica. Aproximadamente el 20% de los pacientes en los estudios revisados desarrollaron complicaciones relacionadas con la administración excesiva de fluidos, tales como edema pulmonar, hipertensión abdominal y disfunción orgánica exacerbada. Estos hallazgos subrayan la necesidad de una administración cuidadosa y una monitorización continua para evitar los efectos adversos de la sobrecarga de líquidos. Es crucial que los clínicos ajusten la terapia basada en la respuesta del paciente para maximizar los beneficios de la reanimación sin incurrir en riesgos innecesarios.

La comparación entre el EGDT y las estrategias más flexibles promovidas por la SSC resalta la importancia de la adaptabilidad en el manejo del shock séptico. Si bien el EGDT proporcionó una estructura útil para la reanimación, su rigidez ha sido cuestionada por estudios que muestran que un enfoque más personalizado y adaptable puede ser más eficaz. La evolución de las guías clínicas refleja esta tendencia hacia la flexibilidad y la adaptación individualizada, lo que mejora los resultados clínicos y reduce la mortalidad en pacientes con shock séptico.

En resumen, la fluidoterapia en el manejo del shock séptico es una intervención compleja que requiere una administración precisa y una monitorización continua. Los cristaloides siguen siendo los fluidos preferidos, y la administración rápida en la fase inicial es crucial para estabilizar al paciente. Sin embargo, la monitorización y el ajuste dinámico de la terapia son esenciales para evitar la sobrecarga hídrica y otras complicaciones. La evidencia actual respalda un enfoque flexible y personalizado, alineado con las guías modernas y las prácticas clínicas basadas en la evidencia, para optimizar el tratamiento y mejorar la supervivencia de los pacientes con shock séptico.

CONCLUSIÓN

La conclusión sobre la fluidoterapia en el manejo del shock séptico, basada en una revisión exhaustiva de la literatura médica, subraya la importancia crítica de esta intervención en el tratamiento inicial de esta condición potencialmente mortal. La administración rápida de cristaloides, como la solución salina normal y la solución de Ringer lactato, se ha demostrado eficaz para mejorar significativamente la presión arterial media (PAM) y la saturación venosa de oxígeno (SatvO2), parámetros esenciales para estabilizar a los pacientes y prevenir la disfunción orgánica múltiple.

La selección de fluidos es un aspecto fundamental, con los cristaloides siendo preferidos en la mayoría de los casos debido a su efectividad, amplia disponibilidad y menor costo comparado con los coloides. Aunque los coloides tienen la capacidad de expandir el volumen intravascular más rápidamente, no han mostrado una ventaja clara en la reducción de la mortalidad y presentan mayores riesgos de complicaciones como insuficiencia renal y reacciones anafilácticas.

La monitorización continua y el ajuste dinámico de la terapia son elementos clave para el éxito de la fluidoterapia en el shock séptico. La evaluación de parámetros hemodinámicos, como el lactato plasmático y la SatvO2, permite ajustar la administración de fluidos de manera precisa y en tiempo real. Este enfoque es crucial para evitar tanto la reanimación insuficiente como la sobrecarga hídrica, optimizando así los resultados clínicos. La flexibilidad en la estrategia de fluidoterapia, adaptando el tratamiento a las necesidades específicas de cada paciente, ha demostrado ser más efectiva que los protocolos rígidos, como el EGDT.

Uno de los principales riesgos asociados con la fluidoterapia es la sobrecarga hídrica, que puede llevar a complicaciones graves como edema pulmonar, hipertensión abdominal y síndrome compartimental. Aproximadamente el 20% de los pacientes en los estudios revisados desarrollaron complicaciones relacionadas con la administración excesiva de fluidos, subrayando la importancia de un manejo equilibrado y una monitorización cuidadosa para evitar estos efectos adversos.

Las guías clínicas han evolucionado para reflejar un enfoque más flexible y adaptable en la fluidoterapia. Aunque el protocolo de terapia guiada por objetivos (EGDT) fue inicialmente revolucionario, su rigidez ha sido cuestionada por estudios que sugieren que un enfoque personalizado puede ser más eficaz. La evidencia actual apoya esta tendencia hacia la flexibilidad y la adaptación individualizada, mejorando los resultados clínicos y reduciendo la mortalidad en pacientes con shock séptico.

En resumen, la fluidoterapia en el manejo del shock séptico es una intervención vital que requiere una administración precisa y una monitorización continua. Los cristaloides siguen siendo los fluidos preferidos y la administración rápida en la fase inicial es crucial para estabilizar al paciente. Sin embargo, la monitorización y el ajuste dinámico de la terapia son esenciales para evitar la sobrecarga hídrica y otras complicaciones. La evidencia actual respalda un enfoque flexible y personalizado, alineado con las guías modernas y las prácticas clínicas basadas en la evidencia, para optimizar el tratamiento y mejorar la supervivencia de los pacientes con shock séptico.

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